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Meet John Doe (Juan Nadie) - Frank Capra, 1941.-



Este año no pensaba hacer una sección de películas navideñas y me pasé los últimos días mirando deliberadamente pelis de otros géneros, pero a último momento me ganó la tentación y decidí reencontrarme con un título que en su momento ví y con el que no terminé de conectar del todo. Todo sea en pos de dar segundas oportunidades en Navidad, ¿verdad?
Meet John Doe tiene una premisa bien sencilla: Ann Mitchell (Barbara Stanwyck) es una columnista que acaba de ser despedida de su periódico y para mostrar su poder sensacionalista, inventa una carta del lector en la que un tal Juan Nadie anuncia que se suicidará tirándose desde la torre del palacio municipal en Navidad, para protestar por el estado del mundo. Ann convence a su editor, el Sr. Connell (James Gleason) de que le devuelva el puesto (con un aumento y un bono extra) y de que consigan un vagabundo que se haga pasar por Juan Nadie para seguir vendiendo periódicos con la historia y entonces aparece el candidato perfecto: se trata de “Long John” Willoughby (Gary Cooper), un antiguo jugador de béisbol de ligas menores que tuvo que abandonar la carrera por una lesión en un brazo. “Long John” recorre el país en trenes de carga con su compañero inseparable, el “Coronel” (Walter Brennan) y acepta participar de la farsa a cambio de que el periódico pague la operación que le permitirá volver a jugar, pero cuando sus discursos radiales empiezan a atraer multitudes que creen en él, descubrirá que tal vez está haciendo las veces de caballo de Troya para ideas que no comparte.-
Mirando a los ojos aquello que no me gustó de la película la primera vez que la ví, diré que aquel espectador que tenga problemas con el sentimentalismo de Capra, mejor se abstenga porque aquí está a todo volumen. Yo en general no tengo problemas con ese aspecto, pero Meet John Doe requiere que el espectador se crea dos cosas: que Ann es lo suficientemente codiciosa como para venderse al dueño del periódico (interpretado por Edward Arnold, siempre efectivo en el rol de millonario despiadado), pero que al mismo tiempo cree todas y cada una de las palabras de los discursos humanistas que escribe para Juan Nadie; y que los pueblos pueden unirse en el amor al prójimo a partir de una buena arenga, aunque sea pronunciada por un tipo que no sabe de lo que está hablando. La película se asienta sobre estos dos pilares y si uno no “compra” ambas ideas, corre el riesgo de quedarse fuera como me ocurrió en el primer visionado.-
Ahora bien, aquel espectador que esté dispuesto a correr este primer velo se encontrará con que la película tiene, como suele ocurrir con Capra, muchos y muy interesantes matices. En primer lugar, hace todo un pronunciamiento al mostrar que la adquisición del periódico por un nuevo propietario produce el reemplazo en su lema la palabra “libre” por “simplificado”, en tiempos que son todo menos simples. La película no hace ninguna mención expresa al contexto histórico en el cual fue producida, pero tiene una clara alusión al fascismo en la persona del sobrino del dueño del periódico (Rod La Rocque) y su fuerza de guardaespaldas motorizados de camisas negras, una mención pasajera a los quintacolumnistas y una alegoría nada sutil a la política del buen vecino. Este último punto se constituye como el eje central de la historia, en contraposición con la postura del Coronel que sostiene que lo mejor para no tener problemas, es no involucrarse y vivir al margen de la sociedad.-
La película también analiza el poder de las masas para elevar al rango de héroe nacional a cualquier sujeto que dé en la tecla de lo que la sociedad necesita oír en un determinado momento, y la forma en la que ese mismo poder puede darse vuelta para convertir a ese héroe en un canalla cuando no se satisfacen sus expectativas. La caída de Juan Nadie sin la mínima oportunidad de explicar sus motivos es dolorosa y sin embargo Capra nunca pierde las esperanzas en el hombre común y en la persistencia de los lazos sociales que, una vez establecidos, no pueden romperse en la medida en que los hombres no dejen de reconocer al prójimo. En este punto cobra central importancia un encargado de una fuente de sodas interpretado por Regis Toomey, un rostro muy reconocible del cine de este período que aquí tiene un papel pequeño pero muy poderoso. Según la información de IMDb, Toomey memorizó su monólogo para su audición y gracias a ello pudo filmar su escena en una única toma. El parlamento en el cual le explica a Juan Nadie la forma en la que su vecindario se unió a partir de sus discursos radiales es una de esas piezas que nos resultan edulcoradísimas si estamos en la postura distante a la que hice referencia al comienzo, pero que resultan conmovedoras cuando uno baja la guardia y se entrega al material (y sin embargo, al verla no puedo evitar escuchar una vocecita que dice en mi cabeza que Capra no debe haber conocido a mis vecinos, con los cuales jamás podría formar una liga de asistencia mutua, pero esa es otra historia).-
Por otro lado, uno de los grandes valores que tiene la película y que hacen que uno quiera siempre volver a ella, está en esos rostros que Capra siempre elegía y en cuyos primeros planos se deleita. Tanto en los personajes secundarios, como el empleado del periódico que siempre está tropezando con algo, Beany (Irving Bacon), el guardaespaldas encargado de asegurarse que “Long John” no se escape, “Angelface” (Warren Hymer) o la madre de Ann (Spring Byington), como en aquellos cuyos nombres no recordaremos, como los integrantes de la liga de vecinos que acompañan a Toomey, todos y cada uno tienen rostros maravillosos en los cuales Capra se detiene para darles su momento, aunque no tengan voz. Y entre los secundarios más importantes, Brennan, Gleason y Arnold hacen un buen soporte para los dos protagonistas. Stanwyck y Cooper son el alma de esta película, haciendo ambos lo que mejor sabían hacer: ella camina en la cuerda floja entre el cinismo y la convicción más encendida y él es el gigante tímido que revela su coraje y gran valía en cuanto se viene la noche.-
Pero atención al final, que así como en otros dramas sociales de Capra, el final no es tan brillante como parece y los malos casi seguro que se quedan sin castigo. No debemos olvidar que pese a toda su fé en la humanidad y al baño en apariencia almibarado que da a sus películas, Capra no olvida que las cosas no son tan sencillas como terminar en un abrazo y un fundido a negro. Así y todo, no deja de regalarnos bellas fábulas urbanas con las que soñar por un rato.-



Y con esto me despido por lo que queda del año, volveré en el mismísimo comienzo del año próximo y hasta ese entonces estaré mirando (y revisitando) mucho cine y proyectando un año cinéfilo y bloguero que espero sea mejor y más tupido que este y los anteriores. Les deseo las mejores fiestas, con una pausa para la reflexión y si viene con cine de fondo, mejor. Por ahora les dejo como regalo de Navidad esta fotografía de un detrás de escena de Meet John Doe que encontré y que me pareció una delicia.-




Comentarios

  1. Hola Bet
    Hace demasiado tiempo que no reviso "MeetJohnDoe"; tanto que no recordaba su carácter premonitorio y nos avisaba ya de esta nueva especie del siglo XXI: los "influencers" (como pensamiento lateral he llegado hasta el GeorgeBailey -JimmyStewart- de "It's a wonderful life" premonitorio por partida doble: influencer y banquero). Dos pelis "navideñas" con mucho en común, obviamente.
    Ten unas estupendas fiestas, revisa buen cine y ponte Barbara (Stanwyck) con estos influencers de vecindario. Un saludo, Manuel.

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    1. A mí me ha costado amigarme con esta película, querido Manuel, porque de entrada me sonó como un zapatazo de buenas intenciones espolvoreado con edulcorante. Pero la verdad es que no deja de ser interesante el análisis que intenta respecto del impacto de las "personalidades" en los medios masivos, además de todas las otras aristas que la película toca (los camisas negras de La Rocque es algo que siempre olvido que está en la película y que nunca deja de sorprenderme).-
      De mi vecindario, mejor ni hablo. Si me desmayara en la calle, mis vecinos me reclamarían por interrumpir el tránsito en lugar de ofrecerme su ayuda...
      Le mando muchos saludos y mis mejores deseos de felicidades en estas fiestas, Bet.-

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  2. A esta película de Capra le tengo infinito cariño. Digamos que fue de mis primeros Capra. ¡De hecho, en mi primer post del año te adelanto que por un tema que voy a tratar la voy a mencionar bastante!
    Cuando la vi por primera vez me creí todo lo que pones y siempre me pareció un buen estudio de cómo puede introducirse poco a poco el populismo y el totalitarismo con el personaje de Arnold y seguidores.
    Como bien nombras tiene muchos personajes secundarios que con unos segundos o minutos te construyen una buena historia.
    ¡Y siempre me gustó ese enamoramiento de Juan Nadie y Ann!
    Mi querida Bet, feliz feliz feliz 2025.
    ¡Tenemos una certeza, amiga, que nos vamos a seguir leyendo y escribiendo!
    Beso
    Hildy

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    1. ¡Ay, ya me tenté con ese primer texto del año, queridísima Hildy!
      A mí esta película me llegó un poco más tarde en mi recorrido por Capra y me costó aceptarla. Aún hoy me cuesta encontrarle un lugar, porque siempre habrá otra del director (tanto en su individualidad como en sus duplas con Stanwyck y con Cooper) que me gustará más. ¡Y ahora me han dado unas ganas tremendas de volver a ver todas mis favoritas de Capra!
      También estoy un poco tentada de hacer un mini ciclo de visionados de Gary Cooper, este encuentro con John Doe me dejó un poco enamorada y para rematar, durante las fiestas volví a ver Design for Living. ¡Qué bello era Cooper!
      Me he ido por las ramas, como siempre, jeje, pero ya me decías en la respuesta que me dejaste en tu bello texto sobre bucles del tiempo que seguiremos compartiendo sobre nuestros consentidos.-
      Muchas gracias por tu amistad de tantos años, aunque no nos conozcamos personalmente me reconforta pensar que nos conocemos bien a través de las pantallas y los teclados. Te mando un cariño inmenso y mil deseos de un año mejor que el que dejamos atrás. Bet.-

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  3. He de reconocer que al ver la película Seven, me reconcilié ( salvando las distancias y teniendo en cuenta la diferencia de la sociedad en su época) y es que al encontrarme con Juan NADIE en Seven, volví a ver la primera y salvando algunos matices encontré ciertos paralelismos. En cualquier caso me encantan las dos. Gracias por su comentario.

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