Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas de abril, 2020

Puntadas en veinticuatro cuadros por segundo.-

Confesión: me aburrí un poco de mi serie sobre las cien mejores películas a criterio del American Film Institute. Y sí, ya sé que hace poco escribí sobre la pasión que nos hace embarcarnos en tareas un tanto ingratas, pero justamente he perdido esa pasión por lo que decidí hacer una pausa en esa serie que podría ser permanente, quién sabe. Y paralelamente, me aboqué a la tarea de confeccionar unos barbijos caseros cuyo uso será obligatorio en mi ciudad a partir del lunes próximo, por lo que debo apurarme para terminarlos antes de volver a salir a la calle. Y en medio de esa labor recordé que cuando era pequeña y cosía ropa para mis muñecas durante muchas tardes, mi compañía infaltable era el cine. Tenía en VHS un puñado de películas dobladas al español que ya había visto muchas veces, por lo tanto me era fácil seguirlas sin desviar la vista de mis retazos y agujas y esas películas siempre serán en español en mi corazón. Quiero decir que, pese a que detesto en general los doblajes,

American Film Institute, 100 años… 100 películas (#74 y #73).-

Puesto Nº 74: The Gold Rush (1925).- Tercera película de Charles Chaplin casi al hilo y con cada una, lo amo más. Nuevamente, nunca había visto esta peli y quedé fascinada con su inventiva en términos estéticos y técnicos, con su capacidad para introducir de manera pretendidamente inocua una serie de temas complejos y con su enorme capacidad para resolver la historia de la manera más genial posible.- The Gold Rush coloca al Vagabundo en medio de la fiebre del oro en Alaska a finales del siglo XIX (la imagen del hombrecito de sombrero y bastón en medio de la montaña nevada me partió de risa), en donde traba amistad con el afortunado explorador Big Jim (Mack Swain) y se enamora de una prostituta llamada Georgia (Georgia Hale).- Como decía anteriormente, la película tiene unos méritos técnicos asombrosos en cuanto a su descripción de la vida en la zona de montañas. Por un lado, las primeras imágenes muestran cientos y cientos de exploradores que se aventuran en una región hos

Edición aniversario.-

Hoy 03 de abril de 2020, esta chica del parasol blanco está cumpliendo cuatro años. Y fiel a mi estilo, he esperado hasta el último momento del día para celebrarlo con una entrada. Es que en un principio no se me ocurría qué película podría traer para la ocasión, hasta que la asociación de ideas ligó esta extraña tarea de enviar los pensamientos propios al Universo con una peli que muestra, en parte ese proceso. Me refiero a Julie & Julia, de Nora Ephron, sobre la cual quisiera hacer previamente tres aclaraciones: 1) extraño a Nora Ephron, aún no me acostumbro a un mundo en el que ya no haya “nuevas películas” de ella para descubrir; 2) adoro el elenco principal de esta película; y 3) amo, amo, amo esta película.- Julie & Julia cuenta en paralelo las vidas de dos mujeres de la vida real que nunca se conocieron, pero cuyas suertes quedaron ligadas por el amor a la cocina. La primera es Julia Child (Meryl Streep), quien descubrió y se propuso dominar la cocina francesa

American Film Institute, 100 años… 100 películas (#76 y #75).-

Puesto Nº 76: City Lights (1931).- Otra peli que nunca antes había visto y que me deparó muchas risas y más de una emoción. En este caso el Vagabundo (Charlie Chaplin) se enamora de una vendedora de flores pobre y ciega (Virginia Cherrill), quien por una confusión que el Vagabundo se ocupa de fomentar, cree que él es un millonario. Resuelto a ayudarla económicamente para que se someta a una operación que le devolverá la vista, el Vagabundo recurre a diferentes trabajos y a un benefactor inestable (Harry Myers).- Esta es la primera película producida por Chaplin luego de la consagración del cine sonoro y pese a la expectativa, el realizador se inclinó por un film “en pantomima” (como anuncian los títulos iniciales) con una banda musical compuesta por él mismo y con unos pocos efectos de sonido muy bien utilizados con fines humorísticos difíciles o imposibles de lograr con el silente, con lo cual el director demuestra que el sonido debe usarse para complementar la imagen y n