Ir al contenido principal

The Innocents (Suspense) - Jack Clayton, 1961.-


Miss Giddens (Deborah Kerr) es contratada como institutriz de la pequeña sobrina de un solterón londinense (Michael Redgrave), con el encargo de no molestarlo para nada con las cuestiones de la niña. A poco de llegar a la casona de campo en la que debe desempeñar sus funciones, Miss Giddens se encuentra con que no sólo debe hacerse cargo de la educación de Flora (Pamela Franklin) sino también de su hermano Miles (Martin Stephens), que ha sido expulsado del colegio por “mala conducta”. Cuando Miss Giddens comienza a ver lo que cree son los fantasmas de dos antiguos empleados de la casa, Peter Quint (Peter Wyngarde) y Miss Jessel (Clytie Jessop), se convence de que el alma de los niños a su cargo está poseída y de que es su deber salvarlos.-

The Innocents es una maravillosa adaptación de la novela de Henry James “Otra vuelta de tuerca”, la cual confieso que intenté leer dos veces este año y a pesar de su brevedad, no pude terminar. Creo que parte del problema fue que la historia está contada desde el punto de vista de Miss Giddens y, tal como aparece en la novela, no la encontré tan cautivante como personaje. Pero aquí Deborah Kerr, bajo la dirección de Jack Clayton y con el guión de Truman Capote y William Archibald, hace un excelente trabajo para transmitir la creciente perturbación y el desasosiego de Miss Giddens. Desde la secuencia de títulos, dominada por una cancioncilla infantil tétrica y una plegaria fervorosa de Miss Giddens, de quien primero vemos sus manos crispadas y luego su rostro, hasta sus acciones del final, estamos con espectadores siempre de su lado sintiendo lo mismo que ella. La película en ningún momento duda respecto de su fiabilidad como narradora de la historia, aumentando la angustia del espectador.-

Y el trabajo de cámaras de Clayton refuerza esta identificación. El punto de vista se mantiene firme en Miss Giddens y esto que parece simple, no siempre es algo evidente en el cine, dado que muchas veces vemos que la cámara adopta posiciones que no coinciden con el punto de vista que se venía sosteniendo, causando un sobresalto en el espectador. En The Innocents Clayton resiste incluso la tentación de asustar con un primer plano de Miss Jessel, a quien siempre vemos desde lejos porque su fantasma evita acercarse a Miss Giddens y esta lejanía es la que justamente aumenta nuestro miedo. Tal vez si la viéramos de cerca le tendríamos menos miedo.-

En este sentido, The Innocents cumple con su cometido. Da miedo (confieso que en un par de momentos me cubrí los ojos dejando apenas una rendija entre los dedos, como hacen los niños) con los rincones oscuros de la casona y las apariciones de unos fantasmas tan reales que bien podrían causar daño (en la incursión de los protagonistas en el altillo encontré un eco a otra genial película de fantasmas, The Others de Alejandro Amenábar). Y también logra algo que, de nuevo, no es tan evidente y es asustar a plena luz del día con las inesperadas apariciones de Miss Jessel y Quint y la presencia perturbadora de los dos niños. Es que estos dos (los niños, quiero decir) se encuentran entre los pequeños más tétricos del cine con su aspecto impecable y formal y su cara de “yo no fui”. Miles, en particular, tiene mucho que ver con el desasosiego de Miss Giddens, que aquí se muestra como teñido con la carga de una sexualidad insatisfecha en un enfoque muy interesante y polémico aún en términos actuales.-

En definitiva, no sé si alguna vez terminaré de leer “Otra vuelta de tuerca” pero sí que volveré a ver The Innocents, la cual recomiendo mucho.-

Comentarios

  1. ¡Es una joya de película!
    Tan inquietante.
    Y el personaje de Deborah Kerr es tan perturbador y deja la posibilidad de lecturas tan distintas... Tiene una mirada tan ambigua. Quién es Miss Giddens, qué la pasa, ¿realmente está ocurriendo lo que vemos por sus ojos? ¿Es verdad la historia de fantasmas? ¿O es su cabeza la que no funciona?
    Hubo un periodo en que me dediqué a buscar y ver todo lo que pillaba de Deborah... ¡Qué filmografía tiene esta mujer!
    Sí, es verdad, en Los otros hay rastros de esta película.

    Beso
    Hildy

    PD: Yo me leí hace muchos años "Otra vuelta de tuerca"... ¡No la tengo fresca! Recuerdo que en su momento me atrapó. Pero lo cierto es que no he vuelto a leerla.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. ¡A mí me pareció tan perturbadora! No le tenía mucha fe porque en principio me parecía que Kerr era muy grande para hacer de Miss Giddens (que se supone es muy joven) pero en cuanto empezó la película me olvidé completamente de ese aspecto, el cual no es para nada relevante aquí.-
      Hace muchos años vi por televisión algunas escenas de la adaptación de 1999 (creo) y recuerdo haber pensado que Quint y Miss Jessel podrían ser verdaderos habitantes de la casa (vivos, quiero decir) que fingen ser fantasmas por algún motivo. Esa sería otra interpretación posible porque se los ve bastante... sólidos, digamos... si dudas volveré a ver esta película, Kerr está muy lentamente entrando en mi consideración, nunca fue una actriz cuya filmografía frecuentara, pero tiene títulos magníficos (le debo un texto a "Heaven knows Mr Allison", que conocí gracias a tu reseña y un visionado a "Black Narcissus").-
      Y quién dice, tal vez me decida y termine la novela, me faltan solo 100 páginas, me da lástima dejarla por la mitad...
      Un beso fantasmal, Bet.-

      Borrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

Nuevo abecedario de cine (Edición musicales): R - S (más un bonus track).-

Rhapsody in Blue (Rapsodia en azul) - Irving Rapper, 1945.- Esta película se inscribe en la tradición comenzada por Yankee Doodle Dandy en 1942, la de relatar de manera muy libre la vida y obra de algún compositor o artista ligado al ámbito musical. Este tipo de película suele arrojar un resultado desparejo, no siempre exitoso en términos artísticos y nunca, en tiempos del cine clásico, fiel a la realidad.- En este caso, se trata de la vida de George Gershwin (Robert Alda) desde su infancia hasta su muerte, su relación con su hermano Ira (Herbert Rudley), con sus padres (Rosemary DeCamp y Morris Carnovsky) y con sus amigos, mentores y difusores (muchos de ellos interpretándose a sí mismos en la película), además de su vinculación romántica con dos mujeres creadas para la ficción: la cantante Julie Adams (Joan Leslie) y la pintora Christine Gilbert (Alexis Smith).- Inevitablemente aparece la comparación con otras películas de este estilo y debo decir que entre aquellas que he visto ( T

Brief encounter (Breve encuentro) - David Lean, 1945.-

Momento N° 1: una despedida fragmentada.- Brief encounter está contada en un largo flashback durante el cual Laura Jesson (Celia Johnson) recuerda su fallido romance clandestino con Alec Harvey (Trevor Howard). En el comienzo de la película presenciamos una escena de despedida contada desde un punto de vista objetivo: en una mesa apartada de la cafetería de la estación de trenes, la pareja es interrumpida por una indiscreta conocida de Laura que domina la escena en esta primera presentación. Hacia el final de la película, la misma situación es presentada desde el punto de vista de Laura, en una forma intimista a lo cual se suma que ahora sí conocemos a los personajes y sufrimos por ellos. En esta segunda ocasión Lean vuelve a utilizar un recurso del cual ya se había valido antes en la película y que consiste en manipular el tiempo a través de la puesta de luces y de un uso magnífico de la voz en off (¡maravillosa Celia Johnson, que mantiene esos largos primeros planos sin dec

The Roaring Twenties (Los violentos años veinte) - Raoul Walsh, 1939.-

Esta película bien podría formar una interesante sesión doble con The Public Enemy . Ambas son protagonizadas por James Cagney (con ocho años de distancia entre una y la otra) pero además ambas presentan dos modelos diferentes de películas de gangsters : el anterior y el posterior a la aplicación del Código Hays.- Durante el período pre - code , en el cual el género floreció, los realizadores pudieron colocar en el rol del héroe a criminales atractivos pero muchas veces despiadados, mientras que el lugar del villano quedaba reservado para otros delincuentes (con una fuerza de policía ausente), cuando no para la propia policía y otras figuras de autoridad. Esta inversión en los roles tradicionales, característica de este período, debió ajustarse con la aplicación del Código, surgiendo así una nueva figura: el gangster con el “corazón de oro”, es decir el delincuente simpático, que pese a sus acciones criminales de mayor o menor violencia, se sacrifica hacia el final por un ideal