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American Film Institute, 100 años… 100 películas (#76 y #75).-

Puesto Nº 76: City Lights (1931).-


Otra peli que nunca antes había visto y que me deparó muchas risas y más de una emoción. En este caso el Vagabundo (Charlie Chaplin) se enamora de una vendedora de flores pobre y ciega (Virginia Cherrill), quien por una confusión que el Vagabundo se ocupa de fomentar, cree que él es un millonario. Resuelto a ayudarla económicamente para que se someta a una operación que le devolverá la vista, el Vagabundo recurre a diferentes trabajos y a un benefactor inestable (Harry Myers).-
Esta es la primera película producida por Chaplin luego de la consagración del cine sonoro y pese a la expectativa, el realizador se inclinó por un film “en pantomima” (como anuncian los títulos iniciales) con una banda musical compuesta por él mismo y con unos pocos efectos de sonido muy bien utilizados con fines humorísticos difíciles o imposibles de lograr con el silente, con lo cual el director demuestra que el sonido debe usarse para complementar la imagen y no para suplir una ausencia de acción como pasó con muchos films sonoros tempranos.-
En coincidencia con el alto grado de valor estético que había logrado el cine mudo en sus finales (y que sufrió un retroceso en muchos casos doloroso con la llegada del sonoro), City Lights tiene momentos que maravillan (como ese travelling que avanza y retrocede por la pista de baile de un restorán elegante), pero en general es una película simple desde lo formal que evita los “trucos de cámara” gratuitos para dejar todo en manos de unas interpretaciones magistrales (ya se sabe que Chaplin es bello como un bailarín cuando se pone en movimiento), de gags visuales y de detalles de escenografía y vestuario. Así, cuando el Millonario invita al Vagabundo al restorán ya mencionado, le presta un traje y entonces por primera vez vemos al héroe con ropas impecables que devuelve cuando la fiesta termina. Ahora, cuando el hombrecito termina en prisión varias semanas por un robo que no cometió, sale con la ropa más raída que nunca. Ambos cambios afectan su estado de ánimo, como veremos más adelante, pero en ningún momento reciben una atención especial, simplemente forman parte de la historia como elementos visuales.-
Claramente la pieza central de interés en City Lights es Chaplin y su composición del Vagabundo. En este caso, el hombrecito es un príncipe de la ciudad, hace suyo cada rincón para transformarlo en su casa, ya sea que se trate de la falda de una estatua o de un banco de la rivera del río. Y en su composición del personaje, Chaplin pone una carga emotiva muy particular. No soy una experta en la filmografía de Chaplin pero habiendo visto hace tan poco tiempo Modern Times puedo ver claramente las diferencias entre ambos personajes. Esto me sorprendió, porque siempre había creído que el Vagabundo es uno solo y sin embargo aquí ví un personaje mucho más noble y más protector que en aquel caso. Este Vagabundo haría cualquier cosa para cuidar de su amada y de su amigo, aún cuando no hay garantías de que la chica lo ame cuando vea que es un hombre pobre y cuando el Millonario lo rechaza una y otra vez cuando llega el día (y la sobriedad). Siempre está ahí la amenaza o la certeza, según el caso, de que nadie quiera al Vagabundo cuando lo vea como realmente es. Y resulta también curioso que la única vez que el Vagabundo cambia su forma de ser y se transforma en alguien que atropella a otro más pobre que él es justamente cuando usa la ropa y el auto del Millonario que tan erráticamente se comporta con él.-
Pero atención, Chaplin no es el único que se destaca aquí. Myers como el Millonario es perfecto y Virginia Cherrill, con todos los problemas que tuvo con Chaplin (despido en plena filmación incluido) compone una joven ciega sin fisuras y muy delicada. Aunque, a qué negarlo, si tengo que quedarme con un momento perfecto de actuación, elijo ese primer plano de Chaplin en el final…
Ay, sigo pensando que en esta lista faltan The Kid y The Great Dictator, pero no estoy lista para afirmar que esta película debería irse de la lista. No… creo que debe quedarse aunque más no sea por ese último primer plano (aunque el último plano de Modern Times también me partió el alma… qué difícil).-

Puesto Nº 75: Dances with Wolves (1990).-


Esta película de algún modo recoge el guante dejado por The Searchers. Aquí, John Dunbar (Kevin Costner, director de la película además de su protagonista), es un teniente de la Unión que luego de una acción heroica en la Guerra de Secesión, solicita se le asigne un puesto en “la frontera americana”. Desde allí, Dunbar se involucra con una tribu de Sioux en especial con su líder espiritual Kicking Bird (Graham Greene) y con Stands with a Fist (Mary McDonnell), una mujer blanca criada por la tribu luego de que su familia fuera atacada por una tribu de indios pawnee.-
En su debut como director, Costner produce una película delicada que no sólo se pone a la cabeza de una tradición por entonces muy nueva, consistente en contar la historia del lejano oeste americano desde el otro lado, desde el lado de los americanos nativos, sino que además hace el mejor esfuerzo posible por respetar la autenticidad en la forma de contar (en particular con el uso del idioma de los sioux integrado de manera orgánica con la historia).-
Y se pone también a la cabeza, creo, de una tradición nueva en cuanto al mensaje ecologista: la intervención de Dunbar sobre su entorno es de domesticación desde la comunión y el respeto. En ese sentido, la historia “de amor” que más me impactó de la película no es la de Dunbar y Stands with a Fist o la de Dunbar y la tribu sioux, sino la del protagonista con su entorno. Con esa tierra desolada que encuentra y en especial con su caballo Cisco y con el lobo que domestica, Dos Calcetines. Por el contrario, me generó sensaciones encontradas la intervención de Dunbar sobre la tribu en cuanto los ayuda en una importante victoria sobre los pawnee… con rifles. Así, Dunbar asegura la supervivencia del grupo (y menos mal, porque los pawnee son unos malos malísimos, en un giro un tanto maniqueo) pero altera para siempre el equilibrio entre dos pueblos que durante siglos se habían batido en igualdad de armas. Por otro lado, cuando un pequeño grupo de guerreros sioux se enfrenta con los hombres blancos, lo hacen con valentía según sus técnicas originales y resultan victoriosos pese a la diferencia de herramientas. Se plantea entonces un equilibrio entre el poderío armamentístico y la gallardía que la película parece resolver, según el caso, dependiendo del rival.-
Otra característica interesante de Dances with Wolves es el completo desinterés del guión por dar explicaciones innecesarias. Tan solo se explica (y hasta ahí nomás) la historia de Stands with a Fist, mientras que lo ignoramos todo acerca de los soldados que deberían haber estado en el fuerte a la llegada de Dunbar, como así también sobre el propio protagonista. Quién era Dunbar antes de la guerra, a quién dejó atrás, todo eso es desechado por la película y, lejos de perder, la historia gana con ello. Después de todo, entre tantas historias que confluyen aquí, una es la de la definición de la identidad del héroe y en ese sentido no importa tanto quién era antes sino en quién se convierte.-
Y en el final hay también una reivindicación de la palabra escrita que me conmovió. De las manos de un niño que ha perdido la inocencia, Dunbar recibe su propio diario que había perdido y por el cual estuvo dispuesto a sacrificarlo todo. Hay allí un rescate del arte de registrar los acontecimientos y de la Historia con mayúscula que se va escribiendo a través de ellos que es muy emocionante.-
Me encontré en definitiva con una peli que anticipaba con algo de fastidio (ya saben que en general no me gustan las películas largas ni los westerns), que formó parte del telón de fondo de mi niñez porque mi madre adoraba en esa época a Kevin Costner y siempre ponía sus películas, pero que no recordaba del todo bien (la última media hora, particularmente, me tomó por sorpresa) y que me conmovió. Y dado que hay aquí varios westerns pero creo que ninguno aborda la cuestión de “la conquista del oeste” como esta película, creo que está bien recuperarla para la lista (nota: la peli perdió su puesto en la lista de 2007).-


Comentarios

  1. Una de mis debilidades más absolutas es esta película de Chaplin, Luces de la ciudad, y efectivamente (para mí) tiene uno de los finales más hermosos. Ya sabes que adoro su filmografía y esta película tiene un sitio muy especial. Tu análisis vuelve a recordarme muchos momentos. Además fue toda una rebeldía romántica por parte de Chaplin, cuando toda la industria estaba volcada en el sonoro, él seguía apostando por el cine mudo y la pantomima. Curiosamente para escenificar el momento del malentendido (la vendedora ciega piensa que Charlot es un millonario), empleó un inteligente efecto de sonido.
    Por otro lado Bailando con lobos solo la vi cuando se estrenó en pantalla grande. No he vuelto a ella. Recuerdo momentos y la sensación de que la disfruté.
    ¿Sabes que Kevin Costner hizo de muerto en una película de Kasdan que adoro: Reencuentro? Precisamente la premisa de la película es su muerte, por ella se reúnen en una misma casa un grupo de amigos.
    Beso
    Hildy

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    Respuestas
    1. Ah, y fijate que me hacés pensar que Chaplin de alguna manera utiliza ese gag de la puerta del auto para marcar cómo el sonido puede traer a equívocos y manipulaciones, así como en Tiempos Modernos sólo los "villanos" hablaban. Yo nunca había visto esta peli y me encantó, en especial ese final cargado de emoción y de incertidumbres y sin beso.-
      Yo me sorprendí mucho con Danza con Lobos, me encontré disfrutándola mucho más que lo anticipado. Ah, no he visto Reencuentro. ¡Qué reparto! ¿Y Costner trabaja en la película o sólo hace de muerto, jaja? Qué interesante es rastrear los pequeños papeles de los que luego fueron famosos. Cuando veo los créditos de una peli siempre me fijo en los últimos puestos, a ver si como "mayordomo" o "mucama" encuentro a alguna estrella en pañales.-
      Te mando un besote enorme, Bet.-
      PD: ¿sabés que hoy 3 de abril este espacio está cumpliendo cuatro años? Pero soy terrible para celebrar mis propios aniversarios 🤦🏼‍♀️

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  2. ¡Cuatro años ya! Pero ¡eso es una noticia maravillosa! Yo quiero seguir paseando años y años con la chica del parasol blanco.
    ¡Felicidades! Es un aniversario precioso. ¡Continúa escribiendo, por favor!
    Beso, mi querida Bet
    Hildy
    PD: Irene Bullock te envía un brindis de champán... y muchas burbujas.

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    1. Ay, qué lindas las dos. Muchas, muchas gracias por el aliento que siempre me das. Por lo pronto por lo que queda de este año de espanto tengo un propósito con mis cien películas, así que hay mucho parasol para hacer girar por aquí y por allá. Y se me acaba de ocurrir una peli para traer en este aniversario, si me apuro todavía doy a tiempo antes de que dén las doce en este rincón del mundo. Me voy corriendo hasta mi televisor. Un besote y mil gracias más, Bet.-

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