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Un mes con… King Vidor (última parte).-

Japanese War Bride (Esposa de guerra japonesa) - 1952.-




Quise terminar este mes con Vidor con algo diferente y al revisar su filmografía, este título llamó mi atención. Japanese War Bride lidia con un tema que hasta el día de hoy es sensible en el mundo en general: la integración racial entre personas pertenecientes a pueblos considerados “enemigos”; o dicho de otra forma, la identificación entre el individuo y lo que creemos saber sobre el pueblo al que pertenece.-

En este caso, Jim Sterling (Don Taylor) es herido en combate durante la Guerra de Corea y se enamora de Tae Shimizu (Shirley Yamaguchi), la enfermera japonesa encargada de su cuidado. La pareja resuelve casarse y asentarse en California, donde la familia de Sterling se dedica a la agricultura, pero las cosas no serán fáciles para ellos en un contexto social cargado de prejuicios y con las heridas de la II Guerra Mundial aún más que frescas.-

Lo primero que me impactó en esta película es la gran economía narrativa de la que hace gala Vidor. Estamos ante una película corta (91 minutos) y el director no desperdicia el tiempo con detalles innecesarios. Así, las escenas de combate son reducidas a un único plano en el que vemos un montón de cuerpos de soldados apilados y un único sobreviviente (Jim) que pide ayuda. Corte al hospital en donde se nos presenta directamente a un protagonista ya enamorado y decidido a proponer matrimonio a su bella enfermera. En las escenas siguientes, Jim y Tae se presentan ante el abuelo de ella y jefe de la familia para pedir la mano. Todo esto es condensado en pocos minutos de película, como si Vidor estuviera guardando el aliento para la parte verdaderamente compleja de la historia y en tiempos de megaproducciones de tres horas y maratones de series que muchas veces no constituyen más que largas películas de quince horas, esta espectadora lo agradece.-

En cuanto a la interacción entre ambas culturas, es interesante ver que mientras estamos en Japón existen ciertos choques y desajustes pero en ningún momento hay mala intención ni ignorancia deliberada en ninguna de las partes. Todo ello comienza una vez que la pareja llega a los Estados Unidos, en una decisión valiente de parte de los autores que apunta de lleno a los prejuicios instalados en la sociedad americana, encarnados en particular en la figura de un amigo de la familia Sterling que alcoholizado se comporta de manera insoportable durante una fiesta. Pero no todos los conflictos provienen de la mera imbecilidad y eso da a Japanese War Bride una textura interesante. Así Fran (Marie Windsor), la esposa del hermano de Jim, es malvada por celos y se aprovecha de las diferencias culturales para jugar a Tae muchas malas pasadas (sabiendo que ésta no contraatacará por educación). O la Sra. Shafer (Kathleen Mulqueen), la madre de la antigua novia de Jim, no tolera la presencia de Tae porque no puede superar la muerte de su hijo en combate durante la II Guerra. En un plano similar, cuando Tae conoce a una familia japonesa que trabaja para los Sterling se encuentra con que los hijos (más o menos de su edad), que son americanos, están perfectamente integrados con el estilo de vida local pero su padre tiene muy latente la experiencia de haber sido llevado a un campo de concentración durante la Guerra. Este entramado aporta mucha riqueza a la historia y nos hace entender que Jim y Tae tienen mucho más que enfrentar que un puñado de prejuicios expresados al pasar durante una borrachera.-

Al mismo tiempo, Vidor se esmera en mostrar que el amor que une a la pareja es genuino y está basado en el respeto y la apertura de mentes. Es importante tener en cuenta que los romances interraciales estaban vedados por el Código Hays (que gozaba de buena salud en 1952, pero que empezaba a mostrar algunas grietas por las que se colaban maravillas como esta) y en ese sentido me asombró que hubiera tantas escenas de ternura en la pareja. Taylor y Yamaguchi son muy naturales en sus escenas juntos y es refrescante asistir al romance sin estridencias de sus personajes y posterior al matrimonio además, que no es lo que más abunda en el cine clásico de Hollywood.-

También agradecí que la historia no se fuera por el lugar común que se ha visto en otras historias parecidas, en donde las cosas cambian una vez que la pareja se asienta en el seno de la familia de alguno de ellos y esta parte del binomio comienza a ver a su media naranja bajo una luz diferente. Aquí Jim no hace más que honrar las tradiciones de Tae (un punto recurrente en la historia es la costumbre de Tae de coleccionar muñecas) y está bien informado acerca de los aspectos culturales que atañen al honor de su esposa a la vez que intenta colocarla en un pie de igualdad respecto de sí mismo.-

En definitiva la película es muy realista (incluso por un momento nos muestra el vientre abultado de Tae en las últimas etapas de su embarazo, otra rareza en el Hollywood de oro) y tiene en la textura de las imágenes un tono casi documental abonado por lo pequeño de la producción y la ausencia de megaestrellas. Nada está demasiado estilizado, todo luce como la película hogareña de cualquier familia de los años ‘50 hasta que llegamos a una escena final desbocada y melodramática en donde Vidor parece haber dado rienda suelta a sus impulsos de director luego de tanto autocontrol. Bueno, en mi última entrada mencioné el final operístico de Duel in the Sun y recuerdo también momentos desatados desde The Big Parade en adelante de modo que no es de extrañar que en la última escena Vidor traiga un poco de dramatismo a esta historia.-


Comentarios

  1. ¡Qué maravilla, Bet! Desconozco totalmente esta película, y tal como la has "mirado" muero de ganas por verla.
    Me encanta saber que todavía tengo cosas de King Vidor que descubrir, me ha parecido muy pero que muy atractiva.
    ¿Sabes? Me ha venido a la cabeza una película de otro realizador que me gusta mucho, Frank Borzage, y que se titula China Doll...

    Beso
    Hildy

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Ay, Borzage es otro que me interesa muchísimo. Es uno de esos directores que si me preguntaras qué películas hizo, no podría nombrar ninguna, pero cada vez que he visto alguna de ellas, me ha encantado. Tomo nota de China Doll, estoy pensando en retomar esta serie en algún momento del año que viene.-
      A mí esta peli me hizo pensar en una que vi hace muchos, muchos años, creo que con Dennis Quaid y que fue la primera noticia que tuve sobre los campos de concentración para japoneses en Estados Unidos. Creo que ya hablamos sobre ella alguna vez. En todo caso, esta película de Vidor es una pequeña joya, me gustó muchísimo descubrirla y traerla a este espacio. Y no puedo creer que terminé el mes en tiempo y forma, jaja.-
      Muchos besos, Bet.-

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