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Feliz cumpleaños, Frank y Jimmy.-


Esta semana nos trajo los aniversarios de dos figuras muy queridas en este rincón: Frank Capra (18/05/1897 - 03/09/1991) y James Stewart (20/05/1908 - 02/07/1997). Capra y Stewart hicieron tres películas juntos y hoy elegí traerles la primera y tal vez la menos conocida (las otras dos son Mr. Smith goes to Washington e It’s a wonderful life) a través de cinco objetos que aparecen en la película y que tienen gran significación. Y díganme si algunas vez vieron unas fotos más bonitas que estas…



You Can’t Take It With You (Vive como quieras) - Frank Capra, 1938.-
Objeto Nº 1: un vaso de bicarbonato de sodio.-
En este nuevo visionado encontré un par de conexiones entre esta película e It’s a woderful life, el clásico de Navidad que Capra dirigió y Stewart protagonizó en 1946. La primera de ellas es que Anthony P. Kirby (Edward Arnold), el padre de nuestro héroe Tony Kirby (James Stewart) es una suerte de Sr. Potter en aquella película, pero con alma. Capra encuentra formas muy sencillas de ponerle (o de quitarle, si nos atenemos a la línea de tiempo de realización de ambos films) alma a su magnate: en primer lugar Kirby sufre de problemas gástricos a causa de su estrés, pero más importante aún tiene una familia con la que mantiene una relación estrecha, no son figuras de cartón pintado en su vida. En especial con su hijo Tony, con quien bromea y tiene un espacio para la confidencia entre tanto frenesí financiero.- 
De la misma manera, en la breve historia que Tony cuenta a su prometida Alice (Jean Arthur) sobre el proyecto de ciencias que obsesionaba a él y a su compañero de universidad, hay un eco de George Bailey, aquel sufrido protagonista de It’s a wonderful life. Los tres tuvieron proyectos grandiosos en su juventud pero debieron relegarlos para ocuparse de sus familias o involucrarse en el negocio de sus padres.-
Volviendo ala relación entre Tony y Anthony padre, llamo la atención aquí sobre la extraordinaria química que hay entre los dos actores Stewart y Arnold y que explota sobre todo hacia el final cuando Tony hace una incómoda confesión a su padre. Las miradas que estos dos se dirigen y las que se rehuyen, los silencios, las inflexiones de la voz, todo ello da por resultado una escena perfecta en la que Capra tiene el buen tino de no intervenir. Simplemente deja la cámara rodar y se reclina para disfrutar a nuestra par.-

Objeto Nº 2: un juguete mecánico.-
Un juguete mecánico nos sirve como billete de entrada a la peculiar familia del patriarca Vanderhof (Lionel Barrymore). El abuelo Vanderhof es dueño de la última casa de la manzana que el grupo económico encabezado por Kirby pretende comprar para instalar una fábrica de municiones; sin esa compra todo el proyecto se vendría abajo pero el abuelo rehúsa vender por un motivo muy especial que lo une a la construcción. Cuando Vanderhof va a la oficina del agente inmobiliario Blakely (Clarence Wilson) descubre al Sr. Poppins (Donald Meek), un amable empleado contable que tiene pasión por inventar objetos mecánicos. Vanderhof invita al Sr. Poppins a pasar una temporada en su casa en donde todos hacen lo que los hace felices. Y de la mano de ambos allí vamos y conocemos al grupo más peculiar que pueda existir. La hija del abuelo Vanderhof, su hija, su yerno, sus dos nietas y el marido de una de éstas, una criada y su novio, el repartidor de hielo que llegó a hacer una entrega hace nueve años y se quedó para siempre y un excéntrico profesor de danzas ruso que todo lo critica pero sigue quedándose, todos ellos interpretados por un grupo de secundarios (y no tanto, como la gran Ann Miller que en esa época contaba con tan sólo quince años o Eddie “Rochester” Anderson) de lujo, muchos de ellos caras reconocibles de otras pelis de Capra o del cine clásico en general.-
Tres generaciones de una familia y sus amigos que viven, justamente, como quieren y que al mismo tiempo son pilares de su pequeña comunidad. Es decir que ese vivir como quieren no excluye a los demás sino todo lo contrario.-
Y hablando de secundarios de lujo, más adelante en la película hay algunas escenas que congregan a muchos personajes (la mayoría de ellos extras sin diálogo) y como siempre en las películas de Capra (pienso en el inolvidable autobús de It Happened one night o en la peculiar reunión de “alta sociedad” de Lady for a Day) es una delicia demorarse en cada rostro; cada uno de ellos tiene su propia “personalidad”, cuenta una historia, defiende su rincón.-

Objeto Nº 3: una armónica.-
Este es seguramente el objeto más importante en la película. Un pequeño instrumento que Alice le regala a su abuelo luego de contarle que está enamorada de Tony y que planea casarse con él (¿no es una maravilla ese primer plano de Jean Arthur mirando de reojo a cámara?) y que luego el abuelo ofrecerá a Anthony P. Kirby como pedido de disculpas por un exabrupto. Instrumento que a su vez servirá como alivio en una situación por demás tensa en una celda de los Tribunales, casi como punto final de un discurso encendido del rival de Kirby interpretado por H. B. Warner y como punto de reconciliación entre dos mundos aparentemente irreconciliables.-
Y hablando de mundos irreconciliables, una de las cosas que más me gustan de esta película escrita por Robert Riskin (y que estimo que a su vez vendrá de la obra de teatro original escrita por George S. Kaufman y Moss Hart) es que todos los personajes se sienten reales, tienen sentido dentro del universo propuesto por la película y en especial los personajes de Tony y Alice. Éstos tienen mucha más textura que el simple lugar común de “chico conoce chica” y resulta creíble que viniendo de los lugares de los que vienen se enamoren, porque cada uno tiene en sí algo de lo que el otro estaba buscando: Alice viene a aportar un poco de espontaneidad en la vida programada desde hace generaciones de Tony, y a su vez éste representa una cierta estructura a la que Alice aspira (nótese que es la única de la familia que tiene un trabajo estable y, por así decirlo, más conexión con el mundo tradicional que circunda a los Vanderhof).-

Objeto Nº 4: un cuadro.-
El padre de Alice (Samuel S. Hinds) y el Sr. DePinna (Halliwell Hobbes), el antiguo repartidor de hielo y probablemente mi personaje favorito en la película, simplemente me encanta, fabrican fuegos artificiales en el sótano de la casa familiar y los prueban en el tiraje de la chimenea, ocasionando con cada explosión que un pequeño cuadro que reza “Hogar dulce Hogar” se caiga al suelo. Inconmovible, el miembro de la familia más cercano al cuadro vuelve a colgarlo y este gesto repetido varias veces a lo largo de la película sirve tanto como running gag como para marcar la diferencia entre los propios y los extraños. Sólo los ajenos al mundo de los Vanderhof se sobresaltan por las explosiones y por la caída del cuadrito, mientras que los propios lo toman con la misma naturalidad con la que toman los espontáneos conciertos de xilofón del cuñado de Alice (Dub Taylor) o los intentos artísticos de su madre.-
Más adelante, la reposición del cuadro a su lugar natural tendrá un significado especial para todos cuando la cosas retornen a su cauce.-

Objeto Nº 5: un ascensor.-
Finalmente, un ascensor como jaula o como puerta hacia la libertad según uno suba o baje. Como puerta hacia la libertad servirá tanto al Sr. Vanderhof en su juventud según la historia que Alice le cuenta a Tony como al Sr. Poppins en su salida de la oficina inmobiliaria del Sr. Blakely. Más adelante, el propio señor Kirby se enfrentará a la opción de subir a una sala de juntas donde su equipo lo espera para celebrar una victoria que ha costado demasiado caro o bajar a donde el aire sea más respirable.-

Comentarios

  1. Dios mío, Bet, qué fotografías más entrañables.
    Adoro "Vive como quieras", y me ha encantado tu repaso por esta película especial a través de sus objetos.
    Me gusta el significado de la armónica en esta película... y vivir a estos personajes como reales. Sentirlos.
    Yo tengo especial predilección, porque me inspira una ternura sin igual, por el señor Poppins. El actor que lo representaba era Donald Meek, que te llega también al corazón en La Diligencia.
    En fin, Frank Capra y James Stewart son dos de los responsables de mi amor hacia el cine clásico. Ir descubriendo sus filmografías fue confirmarme mi pasión hacia este arte.

    Beso
    Hildy

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    Respuestas
    1. ¿Viste qué belleza increíble son esas fotografías? Yo las descubrí por casualidad y no pude resistirme a compartirlas.-
      El Sr. Poppins es otro de mis favoritos, claro, y Meek siempre deja una impresión allí cuando aparece. Pronto volveré a encontrarme con "La Diligencia", que solo vi una vez el año pasado en mi afán por reconciliarme con el western y que forma parte de un pequeño proyecto que publicaré de aquí a un tiempo.-
      En cuanto a nuestros homenajeados de hoy, Stewart por supuesto apareció en mi vida de la mano de Hitchcock como el pobre detective enamorado de una mujer inalcanzable de "Vertigo" y luego como el padre que busca desesperadamente a su hijo en "El hombre que sabía demasiado". Y Capra... ¿sabés que no logro recordar cuál fue la primera de sus películas que vi? Probablemente "Qué bello es vivir", así que ahí está otra vez Stewart. Fue un descubrimiento más bien tardío Capra para mí y cada nueva película es una fiesta, en especial aquellas del período pre-code.-
      Te mando un beso enorme y una porción de torta de cumpleaños desde aquí, Bet.-

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