Confesión: me aburrí un poco de mi serie sobre las cien mejores películas a criterio del American Film Institute. Y sí, ya sé que hace poco escribí sobre la pasión que nos hace embarcarnos en tareas un tanto ingratas, pero justamente he perdido esa pasión por lo que decidí hacer una pausa en esa serie que podría ser permanente, quién sabe. Y paralelamente, me aboqué a la tarea de confeccionar unos barbijos caseros cuyo uso será obligatorio en mi ciudad a partir del lunes próximo, por lo que debo apurarme para terminarlos antes de volver a salir a la calle. Y en medio de esa labor recordé que cuando era pequeña y cosía ropa para mis muñecas durante muchas tardes, mi compañía infaltable era el cine. Tenía en VHS un puñado de películas dobladas al español que ya había visto muchas veces, por lo tanto me era fácil seguirlas sin desviar la vista de mis retazos y agujas y esas películas siempre serán en español en mi corazón. Quiero decir que, pese a que detesto en general los doblajes,...
(Pequeños momentos de cine)