The Wind (El viento) - Victor Sjöström, 1928.-
Lilian Gish y un viento imposible dominan esta historia acerca de Letty (Gish), una jovencita que viaja hacia el Oeste americano para reunirse con su primo Beverly (Edward Earle) a quien le une un amor de hermanos. En el viaje en tren conoce a Wirt Roddy (Montagu Love), un comerciante de ganado que se muestra amable e interesado por el bienestar de la joven. La vida en el Oeste no es como Letty lo esperaba y el buen recibimiento de su primo no puede borrar el destrato de su esposa Cora (Dorothy Cumming), la rusticidad de sus nuevos pretendientes Lige (Lars Hanson, más apuesto que nunca) y Sourdough (William Orlamond) y en particular la violencia de un viento que no cesa.-
Expulsada del hogar de su primo y sin otra alternativa de subsistencia, Letty acepta la propuesta matrimonial de Lige. Pero la noche de bodas dista de ser ideal y una fría cordialidad se instala entre los esposos. Lige se propone reunir el dinero necesario para enviar a Letty de nuevo a su hogar, aún cuando ello implique alejarse para conquistar una tropilla de caballos salvajes, dejando a la joven sola a merced del viento y otros peligros…
The Wind es una película asombrosa. Técnicamente debió ser muy difícil de filmar, con esos efectos de viento tan potentes que uno de verdad cree que la pobre Gish está a punto de salir volando. Resulta además muy interesante en su descripción de condiciones de vida precarias, en un paraje salvaje que se resiste a ser conquistado.-
Pero por encima de todo, es una película que no permite que los efectos especiales se devoren la historia (¿cuántas veces vemos eso en las pelis modernas?) y una vez que superamos la sorpresa, lo que nos queda es la complejidad de las interpretaciones. La dinámica entre Letty y Cora, por ejemplo, está perfectamente establecida desde su primer encuentro, cuando Cora observa con satisfacción cómo su hijo más pequeño rechaza con violencia las muestras de afecto de Letty (señalo por si fuera necesario que The Wind es una película muda, por lo que todas estas reacciones y emociones son expresadas en términos puramente visuales). De la misma manera, la relación difícil y dolorosa entre Letty y Lige es uno de los aspectos más atractivos de la película y reposa exclusivamente en la interpretación de ambos actores.-
Y hay también una simbología cautivante en la película. Frecuentemente el viento es representado como un caballo blanco salvaje sobreimpreso en la pantalla, pero con el tiempo descubrimos que este caballo (y el viento violento, invasivo) también funciona como una metáfora de la sexualidad de Letty, cuestión compleja en un entorno de hombres rústicos habituados a tomar por la fuerza lo que consideran que les corresponde y de mujeres que no se supone que abracen su sexualidad.-
The Purchase Price - William A. Wellman, 1932.-
No llegué a esta película buscando una conexión con The Wind y sin embargo a poco de comenzada descubrí que ambas componen una buena sesión doble. En este caso, Joan Gordon (Barbara Stanwyck) es muy diferente de Letty: es una cantante en un club nocturno intentando conseguir un buen partido mientras sobrevive gracias a las “atenciones” de un gangster de poca monta, Eddie Fields (Lyle Talbot). Buscando escapar de ese círculo, Joan se marcha a Montreal y allí intercambia roles con una mucama que envió una foto de Joan a su prometido por correspondencia. Al llegar a destino se encuentra con Jim Gilson (George Brent), un granjero pobre, con pocas aptitudes sociales y que para colmo tiene un terrible resfriado. He aquí otra noche de bodas que termina en desastre, con la novia encerrada en el cuarto matrimonial y el novio durmiendo en la cocina. Luego varias penurias (aquí no hay viento pero hay terribles nevadas y un incencio) y un acoso sexual (otro paralelismo con The Wind) Joan y Jim aprenden a amarse y sobre todo a compartir la vida juntos.-
Lo más interesante de ver estas películas en sesión doble es comparar la forma en la que una misma historia básica (matrimonio arreglado - entorno hostil - sexualidad complicada) es contada en el apogeo del cine mudo y en el apogeo del cine pre-code. En ambos casos tenemos situaciones cómicas que alivian la tensión, pero esencialmente The Wind es un drama onírico, contado con gran estilización y con una heroína que es resistente a todas las pruebas pero frágil a la vez, si es que eso tiene sentido. Mientras tanto, en The Purchase Price encontramos una torch singer (personaje habitual en este período, Claudette Colbert hasta protagonizó una película llamada así) que se mezcla con gangsters, contrabandistas de alcohol y “benefactores”, una fiesta de casamiento en la que los invitados quedan literalmente tirados en el piso, lencería sexy y una protagonista que de frágil no tiene nada. Joan no es una damisela en peligro sino que es una mujer fuerte que domina las situaciones e inspira a otras mujeres y al mismo tiempo trabaja a la par con su hombre, no anulándolo como se quiere imponer a la mujer moderna en algunos foros sino complementándose con él.-
Qué sesión doble más sugerente. "El viento" hace un montón que la vi y no la tengo muy fresca en mi mente y la de Wellman no la he visto, pese que me fascina este director y no digamos su heroína, Barbara Stanwyck. Pero todas las conclusiones que sacas en tu texto, cómo me refrescas la memoria con "El viento" y lo que dejas vislumbrar de la de Wellman haces muy apetecible hundirse en el visionado de estas dos películas.
ResponderBorrarBeso
Hildy
Venía dándole vueltas a un texto sobre The Wind desde que la descubrí el año pasado. Es fascinante. Leí por allí que Gish no aprobaba el "final feliz" pero a mí me parece perfecto (y un poco inquietante con un detalle que no quiero mencionar por si no lo recordás, para no arruinarte el efecto) si consideramos una interpretación metafórica de la historia. Tengo en vista las memorias de Gish, si las consigo tal vez pueda indagar más sobre su punto de vista.-
BorrarWellman y Stanwyck también están entre mis favoritos. The Purchase Price es una película chiquita pero me resultó muy interesante. Y George Brent te roba el corazón.-
Te mando un beso enorme, me voy a leer tu más reciente entrada, Bet.-