Continúan rodando las bolillas. En este caso, han salido “película bélica”, “película ganadora del Oscar por mejor música original”, “western” y “película muda”.-
14 de abril - Película bélica: The Eagle and the Hawk (El águila y el halcón) - Stuart Walker, 1933.-
Las películas bélicas producidas con posterioridad a la I Guerra Mundial y hasta la implementación del Código de Producción Cinematográfica tienen la particularidad de ser, en su mayoría, antibelicistas. Las consecuencias de la Gran Guerra sobre la población civil fueron tan graves que ya nadie se hacía ilusiones con supuestos motivos de gloria y honor; desgracia y destrucción es lo único que la guerra tiene para ofrecer tanto a los vencedores como a los vencidos y el cine recogió ese guante a través de obras maestras adultas y honestas.-
The Eagle and the Hawk es una cruda mirada sobre la guerra enrolada en esta corriente. Nos presenta a Jerry Young (Fredric March), un aviador americano enlistado en la Real Fuerza Aérea británica que mantiene una rivalidad con Henry Crocker (Cary Grant), un excelente artillero pero muy arrogante. Cuando Jerry es reclutado para combatir en Francia en un cuerpo de aviación que debe hacer tareas de reconocimiento, su entusiasmo inicial se esfuma inmediatamente al perder a su artillero/observador. Las bajas se suceden constantemente al mismo tiempo que Jerry empieza a acumular medallas: regresa al campamento con su avión intacto luego de cada reconocimiento pero inevitablemente sus observadores no sobreviven más que a un par de misiones y los nuevos reclutas son cada vez más jóvenes. Pronto se le une Henry y ambos conforman un gran equipo pese a su antipatía personal. Juntos parecen imparables pero Jerry se está hundiendo en la depresión y el alcoholismo y la única vez que parece salir a flote, vuelve a hundirse con una tragedia aún peor que las anteriores.-
Nadie representaba en cámara la degradación del espíritu, la más profunda desesperación como Fredric March. El arco que describe su interpretación, desde los días despreocupados de la alta sociedad (la película tiene una secuencia de títulos brillante en la que nos muestra al trío principal - Jack Oakie como el bromista amigo de Jerry lo completa - en sus vidas previas a la Guerra) hasta las noches de pesadillas y borracheras y asco por los honores recibidos es impagable. Y sin embargo, su actuación es más bien contenida. Cuando Jerry tiene unos días de licencia y es invitado a una fiesta elegante en Londres, un pequeño niño se le acerca y le pregunta si el enemigo explota con un gran “big bang” al morir. Jerry ni siquiera tiene espíritu suficiente como para indignarse o para dar un sermón.-
La dirección de la película está atribuida a Stuart Walker, un director con una breve filmografía, pero se cree que quien dirigió gran parte de las escenas es Mitchell Leisen, listado como “director asociado”. Sea quien haya sido el director, lo cierto es que la película es de una economía y de una contundencia apabullantes. Desde el uso de ciertos marcadores para indicar el paso del tiempo y de los observadores que acompañan a Jerry: el cambio de nombres en una pizarra, el soldado que reúne las pertenencias del recién fallecido mientras silba una tonada, casi como si fuera un oficinista; hasta las escenas de combate aéreo, pasando por una escena muy bella durante la licencia de Jerry, en la que es llevado a un parque a la luz de la luna por una hermosa desconocida (Carole Lombard pre estrellato) que adivina las heridas secretas de este oficial, The Eagle and the Hawk merece ser rescatada del olvido.-
15 de abril - Película ganadora del Oscar por mejor música original: Jaws (Tiburón) - Steven Spielberg, 1975.-
Hay bandas musicales que parece que todo el mundo conociera aún cuando no haya visto la película, como la de Psicosis o la de Star Wars. Tiburón tiene una de esas bandas, sin dudas. Ese “tun-tun-tun-tun” que inmediatamente nos pone alerta contra algún peligro invisible.-
Hoy vi esta película por primera vez y mi primera reacción fue de alegría al comprobar qué vigente se siente y sin embargo qué… analógica es, digamos. Me llenó de felicidad ver qué bien integrados están los efectos especiales, qué bien lograda está una ilusión que hoy sería generada por computadora y que en aquellos tiempos se conseguía sabiendo hacer cine. Tan simple como eso.-
Jaws acierta además en la elección del elenco, en ese aspecto de hombre común que tienen los tres protagonistas (Roy Scheider, Robert Shaw y Richard Dreyfuss) y que logra acercarnos el drama. En general todos los actores parecen “gente normal” a falta de una mejor manera de decirlo y eso da mucha vida a la película.-
Y los personajes experimentan situaciones y dilemas de gente normal: dudas, angustia, falta de impulso a la hora de hacer lo correcto, determinación para llegar hasta el final cuando hay un deber por cumplir, vuelta sobre planes descartados cuando los infalibles fallan. En especial me resultó muy rico el personaje de Martin, interpretado por Roy Scheider, el Jefe de Policía que dejó Nueva York con su familia en busca de un lugar más tranquilo para criar a sus hijos y en el cual pudiera “hacer la diferencia”. En definitiva, me encontré con una película que siempre había descartado por considerarla lejana a mis gustos y sobre la que no podría haber estado más equivocada…
16 de abril - Western: The Ox-Bow Incident (Incidente en Ox-Bow) - William A. Wellman, 1942.-
La inclusión de esta película en mi bingo marca el único fracaso hasta el momento en mi pequeña empresa. Como mencioné en alguna entrada anterior, estoy aprovechando este bingo para descubrir películas nuevas o para reencontrarme con películas que no hubiera visto en mucho tiempo. Y había reservado esta categoría para “El hombre que mató a Liberty Valance”, película sobre la que escuché un muy buen comentario de parte de un crítico al que respeto mucho. Pues, debo confesar que a duras penas vi los primeros veinte minutos de rigor y desistí… digamos que no es para mí, sin menospreciar a nadie. Huí hacia lo conocido, entonces, y me decidí por The Ox-Bow Incident.-
Película maravillosa por donde se la mire, creo que conforma una buena sesión doble con “A la hora señalada”. Allí donde aquélla trata sobre un pueblo que da la espalda al único hombre justo, esta gira en torno a un pueblo que se arroga la potestad de juzgar y castigar arrastrando a los justos en su barbarie.-
La primera parte de la película está dominada por Henry Fonda, quien da vida a Gil Carter, un forastero que llega a un pueblo del Oeste junto a su amigo Art (Henry Morgan) para buscar a la chica que se suponía esperaría por él (y no lo hizo). Enseguida llega la noticia de que uno de los habitantes del pueblo fue asesinado por ladrones de ganado y ante la ausencia del Sheriff, una muchedumbre furiosa, ignorante y vengativa decide tomar la Justicia en sus manos. Los pocos que se oponen al linchamiento - un comerciante interpretado por Harry Davenport, un hombre negro de gran fe con el rostro de Leigh Whipper y el propio Gil - no logran imponerse y el grupo parte hacia las montañas en busca de los culpables liderado por un antiguo oficial de la Guerra de Secesión (Frank Conroy), inspirado más por darle una “lección de hombría” a su hijo (William Eythe) que por un afán de Justicia. Comienza así la segunda parte de la película, en la que un joven Dana Andrews - como uno de los sospechosos - toma la película y corre. Lo acompañan en el trío de sospechosos un también joven Anthony Quinn y Francis Ford. La dignidad de Andrews, la compasión que inspira, la forma en la que Wellman filma a la horda violenta a través de su punto de vista, todo ello constituye la gran fortaleza de esta película. Y en el final, la contundencia de una carta que llega demasiado tarde.-
17 de abril - Película muda: Lady of the Night (La dama de la noche) - Monta Bell, 1925.-
Me intriga mucho la gran cantidad de películas mudas en las que el actor principal representa un doble rol. Supongo que parte del atractivo en estos primeros años era mostrar la versatilidad de los actores de cine (menospreciados por los actores en otros medios) y deslumbrar al público con un efecto que sólo el cine podía lograr. En este caso, es Norma Shearer quien se pone en la piel de dos personajes: Florence Banning, una joven de clase alta y Molly Helmer, una prostituta huérfana que pasó su infancia en un reformatorio.-
Las vidas de Florence y Molly se entrecruzan desde su más tierna infancia cuando el Juez Banning (Fred Esmelton), padre de Florence, condena a veinte años de prisión al padre de Molly (Lew Harvey). Retomamos la historia veinte años después: la madre de Florence murió y Molly quedó huérfana y - recién salida del reformatorio - se vuelca a la prostitución. Por azar, ambas se enamoran del mismo muchacho, un inventor llamado David (Malcolm McGregor) por el cual las dos están dispuestas a hacer sacrificios.-
Esta película es una olvidada gema silente, es un gran ejemplo del alto grado de sofisticación del cine mudo aplicado aún a un pequeño melodrama como este. Monta Bell hace un gran trabajo transmitiendo lo esencial de la trama con mucha economía y presentando los contrastes en las vidas de estas dos familias, los Helmer y los Banning. Y es especialmente benévolo con los Helmer; Bell evidentemente siente compasión por Molly, sus orígenes humildes, la sordidez de su vida y los afanes de refinamiento de la joven y de su eterno pretendiente “Chunky” Dunn (George K. Arthur). Las escenas que tienen a los Banning y a David por protagonistas son bastante estándares, pero cuando Molly o “Chunky” aparecen, siempre hay algo interesante para ver, como aquella escena en la cual Molly revisa su maquillaje reflejándose en el cristal de un coche fúnebre o esa en la que “Chunky” intenta en vano capturar un haz de luz que se filtra por una persiana rota en casa de Molly y recae sobre la foto de una mesa de gala publicada en una revista.-
Otro de los aspectos que me resultó fascinante en esta película - e intentaré evitar el spoiler - fue su final. Lejos de plantearse la vida en términos de todo o nada, cuando las cosas se ponen feas Molly reagrupa fuerzas y sigue adelante decidiendo que una vida llena de risas no está tan mal, después de todo… Yo no puedo evitar pensar que en definitiva esta perdedora nata salió ganando por primera vez en su vida.-
¡Cómo agua de mayo esperaba otra de tus entradas del bingo! Me ha interesado mucho la película bélica de March y Grant. Sí, Spielberg definitivamente sabe mucho de lenguaje cinematográfico... Y Tiburón es mucho más que un escualo asesino. Por cierto, te diré que me gusta mucho Roy Scheider. Ahhhh, y la música, ayyyy, esas bandas sonoras que se te clavan y no te abandonan.
ResponderBorrarEspero que dentro de unos años des otra oportunidad a El hombre que mató a Liberty Valance, quizá no era el momento de tu cita con ella, pero te prometo que tiene jugo y emoción.
Ahora sí, la de Wellman, la del incidente, a mí siempre me deja sin palabras. Me emociona y aterroriza a la vez. Me parece un western de oro. ¡Y me has descubierto la película muda, de la que no tenía conocimiento!
Beso
Hildy
¡Ay, otra vez me he atrasado con las entregas!
BorrarTenía muchas esperanzas con Liberty Valance, pero al mismo tiempo sé que me estoy adentrando en un universo (el del Western) que no conozco. Voy a seguir intentando con otras películas y si logro entrar en tema, volveré a ella lo prometo.-
¡Cómo me gusta Wellman! Estuve viendo muchos de sus pre code y me gusta cada vez más como director.-
Y la de Shearer la tenía en el tintero hacía tiempo y me resultó hermosa.-
Tengo pendiente la lectura de tu texto sobre la peli de Lumet, estoy hecha un lío con Internet por estos días.-
Muchos besos, Bet.-