Ir al contenido principal

De sueños, fantasmas y viajes en el tiempo. Amores con magia (segunda parte).-

The Ghost and Mrs. Muir (El fantasma y la Sra. Muir) - Joseph L. Mankiewicz, 1947.-



Esta película me gusta más cada vez que la veo. La historia de una joven viuda, la Sra. Muir (Gene Tierney) que se muda junto con su hija Anna (Natalie Wood/Vanessa Brown) y su fiel empleada Martha (Edna Best) a una casa en la playa poseída por el fantasma de su propietario, un capitán de barco recio y atorrante (Rex Harrison), es contada magistralmente por Mankiewicz con ayuda del director de fotografía Charles Lang y el compositor Bernard Herrmann, además de un elenco irremplazable que da vida a estos personajes.-

En la primera escena vemos a la Sra. Muir dando la noticia de su partida a su suegra (Isobel Elsom) y a su severa cuñada (Victoria Horne). Ambas mujeres intentan convencer a Lucy (así se llama la protagonista) de que se quede, pero no hay manera: Lucy quiere ser independiente por primera vez en su vida y decide utilizar una renta que le dejó su marido para sostenerse económicamente junto a los suyos. Esta escena está filmada con una o dos posiciones de la cámara, es muy estática y en ella Lucy parece una muñeca de porcelana, hermosa pero sin emoción (la emoción recae aquí sobre las otras dos mujeres). En cambio, Anna y Martha, que escuchan toda la conversación desde la cocina, están llenas de entusiasmo por el gran paso que están dando. Recién cuando el pequeño grupo llega a la costa, la Sra. Muir sale de su cascarón y se muestra vivaz. En tan sólo dos escenas y sin mencionar nada al respecto, Mankiewicz nos cuenta toda una historia acerca de la opresión que Lucy siente en casa de su suegra (especialmente bajo el peso de su cuñada) y cuánto más animada y llena de proyectos puede ser cuando es libre para decidir. En efecto, Lucy es un personaje muy moderno, planteando en esta historia que transcurre a principios del siglo XX, que una mujer puede tomar sus propias decisiones y valerse por sí misma. Este mensaje (y la idea de permanencia después de la muerte) era relevante todavía en 1947, cuando el final de la II Guerra Mundial pretendió hacer regresar a las mujeres a los hogares luego de haberlas convocado a cumplir roles trascendentes en la sociedad y guarda importancia aún hoy en la afirmación de independencia  de la protagonista, sin estridencias y sin embargo no exenta de vulnerabilidad. Lucy nunca levanta la voz, nunca da grandes discursos y hasta duda por un momento sobre si debe mantenerse o si por el contrario debe ceder y regresar donde su suegra, pero finalmente se mantiene en su postura y sale adelante en una forma delicada y admirable.-

La fotografía y la música, decía anteriormente, aportan enormemente a la narración y es que tanto una como la otra nos llevan a un estado de ánimo entre gótico, romántico y melancólico. La película avanza por estos tres tonos, con algunas notas de humor bien distribuidas, enfocándose en la “relación” del fantasma y Lucy (o “Lucía”, como él la llama). Es interesante ver que cuando aparece un tercero en discordia en la figura de un autor de libros infantiles llamado Miles Fairley, Lucy parece reencontrarse con una parte de sí misma que tenía olvidada pero - dado que este tercero tiene la cara de George Sanders - hay algo que no termina de cerrar y aún en ese caso, seguimos apostando a este romance imposible entre los personajes del título (en especial porque Tierney y Harrison, que parecen salidos de universos diferentes, tienen una química fantástica). Sin embargo, me quedé pensando si Lucy es más auténtica cuando está con Fairley o con el fantasma del capitán. Sin dudas éste la alienta a ser independiente y hablar sin tapujos, pero hay algo de impostura en este nombre que se empecina en darle; y la falta de intimidad que Lucy refleja cuando le dice a Miles que hace mucho tiempo que nadie la llama por su nombre de pila enfatiza aún más que el fantasma podrá ser el más cercano a ella, pero que nunca podrá reemplazar el contacto humano. Algo que el capitán sabe perfectamente, claro está, y que la película narra muy bien al omitir todo contacto “físico” entre el fantasma y la Sra. Muir.-

Otro aspecto que me resultó interesante es el uso del lenguaje cinematográfico del que hace gala la película. Los primeros planos son reservados para cuando verdaderamente la historia los requiere y no simplemente para aumentar la fascinación de los espectadores con la belleza de la protagonista. De hecho, no los conté pero me queda la sensación de que no hay muchos primeros planos y de que el primero de ellos aparece bien avanzada la película. Otro ejemplo de la forma en la que Mankiewicz utiliza más su cámara que el diálogo para contar (además de el de aquella primera escena que ya describí) ocurre cuando se nos presentan dos elipsis, una que hace avanzar la historia unos quince a veinte años y la segunda que nos lleva hasta la ancianidad de Lucy. En ambos casos se nos muestran diferentes planos de la rompiente de las olas y el pilar de madera con el nombre de Anna tallado en él, que va deteriorándose con el paso de los años. Sin embargo, allí donde la primera secuencia (la primera elipsis) nos muestra un mar embravecido y olas violentas, la segunda es mucho más calmada aunque no exenta de movimiento. En dos breves escenas, el director nos cuenta en qué medida el carácter de Lucy se ha aplacado cuanto más se acerca al final de su vida.-

No quiero despedirme de esta película sin destacar el trabajo de vestuario, maquillaje y actuación que, combinados, nos presentan a la Sra. Muir desde sus años de luto más severo hasta su ancianidad, pasando en el medio por un período de florecimiento vital y sentimental y por la mediana edad. Tierney representa todos estos cambios de manera simplemente genial a través de sus gestos y su voz y logró tentarme para descubrir más de sus películas. Tengo en mi biblioteca la que es considerada como una de sus mejores interpretaciones, la que dio en Leave her to Heaven pero debería repasarla dado que sólo la vi una vez hace varios años. Su vida también es tan trágica como interesante y sé que escribió un libro de memorias. Espero poder dedicarle un espacio en lo que queda del año.-

Comentarios

  1. Ayyy, Bet, esta es una película que amo y que además tiene una de las secuencias de amor que más me gustan del mundo...
    Me encanta cómo lees las películas, destapando el lenguaje cinematográfico empleado para ir contando una historia. De hecho, en esa secuencia que tanto admiro, es de los pocos primeros planos que comentas... La verdad es que el personaje de la señora Muir tiene un montón de matices, detalles y complejidades, ¿verdad? Y en tu artículo lo reflejas genial.
    Gene Tierney efectivamente tuvo una vida trágica, y tiene una filmografía que merece la pena. ¡Guauuu, ya la viste, aunque sea solo una vez, en Que el cielo la juzgue... No se olvida con esas gafas de sol en la barca! Qué casualidad, pero me estoy leyendo también la novela que sirvió de inspiración para la película.
    Además de Laura, me gusta mucho en El embrujo de Shangai (The Shanghai Gesture), El filo de la navaja (The Razor's Edge), Al borde del peligro (Where the Sidewalk Ends) y Noche de la ciudad (The Razor's Edge)... Y tengo que volver a refrescar otra vez su comedia El diablo dijo no (Heaven Can Wait), de nuestro adorado Lubitsch.

    Beso
    Hildy

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. ¡Qué mimo tu mensaje! Mil gracias 😁. Sí, esta película es una hermosa muestra de cómo contar con las imágenes, que pesan aquí más que el diálogo. Incluso el episodio de George Sanders se resuelve sin grandes parlamentos y eso me encantó. Imagino que tu escena favorita debe ser también la mía, que es también la más romántica. Ahí sí que la cámara se tira encima de los protagonistas y con razón. Me contuve de poner una foto de ese momento porque quería elegir un momento más neutral, no tan revelador.-
      ¿Qué tal está la novela en la que está basada Leave her to Heaven? Por suerte conseguí el DVD en una tienda de usados y sé que la vi en ese momento pero no recuerdo que me haya causado un impacto particular. Muchas veces me pasa que necesito más de un visionado para entrar en el juego, de hecho la primera vez que vi El Fantasma y la Sra. Muir me dejó un poco indiferente y al insistir fui descubriendo su belleza.-
      Muero por ver El diablo dijo no, es una de mis pendientes del querido Lubitsch. En cuanto a las demás que nombrás he visto Laura (esa sí, luego de insistir varias veces confirmo que no me gusta), Al borde del peligro (la amo) y El filo de la navaja (ídem a Leave her to Heaven, la vi, no me impactó mucho pero justo ayer estaba escuchando un podcast sobre ella y me tentó a revisitarla, creo que no la entendí la vez anterior, jeje).-
      Tal vez arme "un mes con Gene Tierney" para seguir escarbando por allí 😊
      Te mando un beso enorme, ¡hasta la próxima! Bet.-

      Borrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

Nuevo abecedario de cine (Edición musicales): R - S (más un bonus track).-

Rhapsody in Blue (Rapsodia en azul) - Irving Rapper, 1945.- Esta película se inscribe en la tradición comenzada por Yankee Doodle Dandy en 1942, la de relatar de manera muy libre la vida y obra de algún compositor o artista ligado al ámbito musical. Este tipo de película suele arrojar un resultado desparejo, no siempre exitoso en términos artísticos y nunca, en tiempos del cine clásico, fiel a la realidad.- En este caso, se trata de la vida de George Gershwin (Robert Alda) desde su infancia hasta su muerte, su relación con su hermano Ira (Herbert Rudley), con sus padres (Rosemary DeCamp y Morris Carnovsky) y con sus amigos, mentores y difusores (muchos de ellos interpretándose a sí mismos en la película), además de su vinculación romántica con dos mujeres creadas para la ficción: la cantante Julie Adams (Joan Leslie) y la pintora Christine Gilbert (Alexis Smith).- Inevitablemente aparece la comparación con otras películas de este estilo y debo decir que entre aquellas que he visto ( T

The Roaring Twenties (Los violentos años veinte) - Raoul Walsh, 1939.-

Esta película bien podría formar una interesante sesión doble con The Public Enemy . Ambas son protagonizadas por James Cagney (con ocho años de distancia entre una y la otra) pero además ambas presentan dos modelos diferentes de películas de gangsters : el anterior y el posterior a la aplicación del Código Hays.- Durante el período pre - code , en el cual el género floreció, los realizadores pudieron colocar en el rol del héroe a criminales atractivos pero muchas veces despiadados, mientras que el lugar del villano quedaba reservado para otros delincuentes (con una fuerza de policía ausente), cuando no para la propia policía y otras figuras de autoridad. Esta inversión en los roles tradicionales, característica de este período, debió ajustarse con la aplicación del Código, surgiendo así una nueva figura: el gangster con el “corazón de oro”, es decir el delincuente simpático, que pese a sus acciones criminales de mayor o menor violencia, se sacrifica hacia el final por un ideal

Proyecto Cary Grant Nro. 28: In Name Only (Dos mujeres y un amor) - John Cromwell, 1939.-

¡Feliz cumpleaños, mi querido Cary! Hoy no podía faltar una nueva entrega de mi Proyecto Cary Grant, aún cuando estemos en medio de otro proyecto como lo es el Abecedario de musicales , y tocó una película a la que tengo ligado un recuerdo especial porque tuve oportunidad de verla por primera vez hace varios años en la pantalla grande, en una sala llena de amantes del cine clásico.- Julie Eden (Carole Lombard) es una joven viuda madre de una niña de cinco años (Peggy Ann Garner brillante en su papel) que está de vacaciones en una casita de campo cuando conoce por casualidad a Alec Walker (Grant), un rico empresario que vive cerca. Julie y Alec improvisan un picnic junto a un estanque, hacen una cita para el día siguiente incorporando a la niña de ella, se sienten atraídos el uno por el otro, todo va de maravillas… hasta que acompañamos a Alec a su casa y descubrimos que ¡está casado! Y nada menos que con una mala malísima que responde al nombre de Maida pero tiene el rostro de Kay Fran