Ir al contenido principal

Crisis existencial y momentos de cine.-

 


No es por entrar en balances de fin de año, pero este año he visto poco cine y publicado aún menos. Para ser honesta por algunos momentos sentí que ya no tenía nada para ver y, por lo tanto, nada para decir. Y de pronto decidí hacer un esfuerzo y poner una película. Cualquiera, no importaba cuál. Y no sé porqué, puse Matar a un Ruiseñor. Y llegó la escena en la que los niños salen de noche para buscar a Atticus y lo encuentran montando guardia en la alcaidía para prevenir un ataque contra Robinson. Y de nuevo se me saltaron las lágrimas, como cada vez que veo esta película, cuando Scout desarma a la muchedumbre violenta al reconocer a uno de sus integrantes, al darles individualidad y con ello, devolverles humanidad y responsabilidad.-

Y entonces recordé de qué se trata este espacio: de los pequeños momentos de cine que nos emocionan, que nos atraen hacia la pantalla una y otra vez.-

Se trata del Sr. Bernstein recordando a la joven del parasol blanco que vio por un instante hace muchas décadas atrás y a la que nunca olvidó (y que da nombre a este blog).-

De Carlitos emocionado ante el reconocimiento de la joven florista que puede verlo por primera vez.-

De Ilsa orgullosa de un Laszlo enorme que dirige la entonación de La Marsellesa.-

De Cary Grant rompiendo la silla en la que se hamaca y provocando la risa espontánea de Irene Dunne.-

De Gene Kelly cantando bajo la lluvia.-

De Leslie Nielsen entrando en la cabina del avión para describir los síntomas de la intoxicación causada por el pescado.-

De Jeff enamorado de Lisa cuando ella vuelve de dejarle una nota a Thorwald.-

De una llave escondida en una mano.-

De Michael Corleone flechado por Apollonia.-

Del “tun-tun” de un tiburón al que no vemos.-

De John Gilbert encendiendo el cigarrillo de Greta Garbo.-

De Toto viendo el rollo de besos legado por Alfredo.-

De Christopher Reeve recibiendo un reloj de bolsillo de manos de una anciana desconocida.-

De Judy Garland soñando con el otro lado del arco iris.-

De Fred y Ginger flotando en un mar de plumitas.-

De Robert Donat besando la mano de Marlene Dietrich a bordo de un tren mientras escapan del ejército rojo.-

De Francella hablando sobre la pasión.-

De Miriam Hopkins haciendo un “pacto de caballeros” con Fredric March y Gary Cooper.-

De Clark Gable enseñándole a Claudette Colbert a mojar las rosquitas en el café.-

De Cyd Charisse probándose unas medias de seda.-

De Rocky llegando a lo alto de las escalinatas.-

De Dana Andrews interrogando a Gene Tierney en un “entorno oficial”.-

De Lon Chaney quitándose la máscara en las catacumbas de la Ópera.-

De los pétalos de Suzu.-

Intentaré, entonces, tener esos momentos en la mente y en el corazón y de estar más presente por estos lados. Mientras tanto, les dejo una pregunta, ¿cuáles son “sus” momentos de cine?

Comentarios

  1. Hola Bet
    Como eres "la prota del blog" no tengo derecho a decirte que haces trampa, que esos no son, de ninguna manera, pequeños momentos; eso es una colección de supermomentos. Y, por si fuera poco, dices poner una película "cualquiera": To Kill a Mockingbird. Eso es ir ha hacer sangre. (yo utilizo el método contrario: cuando he sido malo o llevo mala racha me "castigo" con un telefilm; ha veces -oh, sorpresa- tropiezo con alguno que, incluso, valoro).
    Tus momentos me encantan. A bote pronto añadiría:
    ser Keith Carradine y salir con Leslie Ann Warren en "Choose Me", pasar los spaghetti por una raqueta a Shirley MacLaine, ser el vapor que hace dar dos saltitos a Monroe en Some like It Hot... no sigo porque me comería una bota hervida con Charlot.
    Un saludo y muchos "continuará..." Manuel.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. ¡¡¡Síí!!! ¡Esas escenas! La única que no he visto es Choose Me, pero los otros momentos son una maravilla.-
      Tal vez debí haber dicho "breves momentos de cine" para ser más exacta. Pero ¿verdad que son los momentos que nos quedan grabados en la memoria de por vida?
      Jaja, yo me castigo con lo mejor, casi como un desafío de "¿a qué no te atreves a decir que ya no te interesa el cine después de esto?" En fin, cada uno se da con lo qie tiene a mano.-
      Habrá "continuarás", he cambiado el aire como dicen en el boxeo. Le mando un abrazo fuerte, Bet.-

      Borrar
  2. Qué texto más hermoso, queridísima Bet. Cuántos momentos de cine nos merece la pena ver, escribir sobre ellos y compartirlos.
    ¡Por esos momentos y este blog que es una celebración de ellos! La chica del parasol blanco no puede faltar.
    Tengo ganas de regalar a esa Holly empapada bajo la lluvia buscando desesperada a su gato... o cantando sentada en el alféizar de la ventana y con su ukelele "Moon River".
    Beso
    Hildy

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. ¡Mi querida Hildy! Arrancaré a partir de aquí con fuerzas renovadas, ya lo verás. Me hacía falta reencontrarme con estos momentos (y tantos otros que se me fueron ocurriendo después, pero en algún punto tenía que hacer el corte, si no, no iba a publicar nunca) para tomar carrera nuevamente.-
      Ay, yo no tuve un buen primer encuentro con Holly y sus aventuras, debería volver a visitarla. Pero recuerdo la escena del gato y la lluvia. ¿No era una guitarra? Creo que la del ukelele era Marilyn en Some Like it Hot ;)
      Te mando un besote enorme, Bet.-

      Borrar
  3. Jajajaja, Holly toca una guitarrita muy pequeña, yo juraría que es un instrumento parecido al ukelele, pero, vamos, no tengo ni idea... Lo mismo me he precipitado en decir que es un ukelele.
    Yo tengo cariño inmenso a la novela de Capote, pero también a esta película. Siempre me hace reír y llorar. Y la relación entre Holly y Paul siempre la sigo con gusto.
    ¿Por qué tuviste un mal encuentro con la peli? Siempre me interesa tu mirada.

    Beso
    Hildy

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Jaja, yo tampoco soy experta en instrumentos de cuerda pero de veras que parece que las guitarras vienen en diversos tamaños (la que toca la presunta cantante latina de Casablanca es gigante, por ejemplo). Digamos que toca un instrumento y así quedamos bien jaja.-
      Creo que la vi por primera (y única) vez en un mal momento, cuando aún no había visto demasiado cine clásico de los '60, mi mundo se terminaba en los '40 y no pude procesar bien lo que estaba viendo y el "segmento cultural" (por llamarlo de alguna manera) que estaba siendo retratado en la película. No creo que haya entendido del todo de qué iba la cosa, para ser sincera. Además recuerdo que no me gustó para nada el personaje de Mickey Rooney en la película, lo cual creo que está muy mal visto en general y que, tengo entendido, no figura en la novela. Me falta todavía leer el libro y revisitar la película, lo que sí tengo es una muñequita de Holly que mi hermana me tejió al crochet, con su vestidito negro y el collarcito de la primera escena (por algo se empieza, jaja).-
      Prometo volver a verla, sobre todo porque con los años me he hecho más amiga de Audrey Hepburn y de esa época en el cine.-
      Abrazos gigantes, Bet.-

      Borrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

Proyecto Cary Grant Nro. 28: In Name Only (Dos mujeres y un amor) - John Cromwell, 1939.-

¡Feliz cumpleaños, mi querido Cary! Hoy no podía faltar una nueva entrega de mi Proyecto Cary Grant, aún cuando estemos en medio de otro proyecto como lo es el Abecedario de musicales , y tocó una película a la que tengo ligado un recuerdo especial porque tuve oportunidad de verla por primera vez hace varios años en la pantalla grande, en una sala llena de amantes del cine clásico.- Julie Eden (Carole Lombard) es una joven viuda madre de una niña de cinco años (Peggy Ann Garner brillante en su papel) que está de vacaciones en una casita de campo cuando conoce por casualidad a Alec Walker (Grant), un rico empresario que vive cerca. Julie y Alec improvisan un picnic junto a un estanque, hacen una cita para el día siguiente incorporando a la niña de ella, se sienten atraídos el uno por el otro, todo va de maravillas… hasta que acompañamos a Alec a su casa y descubrimos que ¡está casado! Y nada menos que con una mala malísima que responde al nombre de Maida pero tiene el rostro de Kay Fran

The Roaring Twenties (Los violentos años veinte) - Raoul Walsh, 1939.-

Esta película bien podría formar una interesante sesión doble con The Public Enemy . Ambas son protagonizadas por James Cagney (con ocho años de distancia entre una y la otra) pero además ambas presentan dos modelos diferentes de películas de gangsters : el anterior y el posterior a la aplicación del Código Hays.- Durante el período pre - code , en el cual el género floreció, los realizadores pudieron colocar en el rol del héroe a criminales atractivos pero muchas veces despiadados, mientras que el lugar del villano quedaba reservado para otros delincuentes (con una fuerza de policía ausente), cuando no para la propia policía y otras figuras de autoridad. Esta inversión en los roles tradicionales, característica de este período, debió ajustarse con la aplicación del Código, surgiendo así una nueva figura: el gangster con el “corazón de oro”, es decir el delincuente simpático, que pese a sus acciones criminales de mayor o menor violencia, se sacrifica hacia el final por un ideal

West Side Story (Amor sin barreras) - Robert Wise, Jerome Robbins, 1961.-

Aquí va otra crítica absolutamente parcial de una película que adoro ;) Momento Nº 1: Jets y Sharks.- ¡Hablando de comienzos inusuales! Los musicales clásicos suelen acompañar los títulos iniciales con una breve compilación (no una verdadera obertura) de las melodías que escucharemos a lo largo de la película. En West Side Story Wise y Robbins prescinden de los títulos iniciales y en su lugar optan por dejar correr la obertura de Leonard Bernstein sobre un  intrigante dibujo abstracto de colores vibrantes que cambian. Esta presentación nos permite enfocarnos verdaderamente en la música, esta no es una pieza que podamos escuchar distraídamente mientras leemos quién escribió el guión o diseñó el vestuario sino que somos llamados a poner toda nuestr atención allí. Tras el título de la película, el dibujo se funde con la imagen de la zona sur de Manhattan a la que le sucede una serie de tomas aéreas que nos llevan lentamente hacia el noroeste de la isla, siguiendo el llamado de