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Proyecto Cary Grant Nro. 27: Only Angels Have Wings (Sólo los ángeles tienen alas) - Howard Hawks, 1939.-



Only Angels Have Wings vuelve a poner a Grant en el rol de piloto de avionetas, esta vez más rudo y golpeado por la vida que nunca. La historia comienza cuando Bonnie Lee (Jean Arthur), una cantante de paso por Sudamérica, toca puerto en una comunidad bananera y se dirige a una hostería cercana dispuesta a pasar el rato con dos aviadores que intentaron seducirla. Allí conoce a Geoff Carter (Cary Grant), el gerente de la compañía de aviación que funciona allí mismo. Geoff es un tipo recio que comanda a sus pilotos con mano de hierro y no se permite derramar ni una lágrima cuando pierde a alguno de sus hombres. Bonnie decide quedarse en tierra en busca de un romance con Geoff y de paso, se involucra en el movimiento cotidiano de la pequeña compañía de aviación en la que las cosas se ponen tensas con la llegada de un nuevo piloto, Bat MacPherson (Richard Barthelmess).-

Esta película tiene para mí una cosa mala y una cosa buena. La mala es que los primeros dos minutos son de una inverosimilitud pasmosa: que Bonnie se abrace con dos desconocidos de los que estaba huyendo hasta hace un instante, solamente porque comparten nacionalidad, me resulta improbable (me hace recordar al comienzo de The 39 Steps, que siempre me pareció forzado). La cosa buena es que el resto de la película es tan brillante que a poco de avanzar, no nos acordamos o no nos importa lo rocoso del comienzo.-

Only Angels camina sobre la línea que separa el western del cine bélico aéreo (si es que acaso son géneros contiguos), aunque no muestra un solo vaquero ni ataque de nación enemiga. El tono de la película es lo que recuerda mucho a las películas del Oeste, el gesto adusto de hombres que saben que nadie tiene asegurado el mañana, que comparten una camaradería de oro, que ven llegar y partir a sus mujeres sin pensar demasiado en ellas porque hay “una” a la que nunca olvidaron, que no perdonan un gesto de cobardía. Y tiene cada tanto una escena de destreza aérea a modo de batalla, en este caso contra el mal tiempo o contra el reloj o contra una geografía difícil. De estos dos climas que se manejan deriva la estética de la película: los planos son simples cuando estamos en tierra firme e imponentes cuando estamos volando, pero siempre sobrios. Hawks no intenta hacernos notar su presencia sino que deja a sus actores hacer lo que mejor saben. Y lo mismo aplica a la banda musical de la película. Cuando ví que el crédito por la música le cabe a Dimitri Tiomkin, me preparé para algo grandilocuente pero en este nuevo visionado presté especial atención al sonido de la película y me sorprendí por la ausencia total de música “de fondo”, excepto para una única escena emotiva del final.-

Mencioné recién al elenco de la película y vaya que está lleno de maravillas. He nombrado ya a los tres principales, pero la película no sería la que es si no estuviera allí Thomas Mitchell haciendo de Kid, la mano derecha de Geoff que además tiene un pasado con Bat. Y completando el cuadrado amoroso está una jovencísima Rita Hayworth en el rol de Judy, la ex amante de Geoff que ahora es la esposa de Bat. Todos encerrados en el contexto de una pequeña compañía aérea en crisis… nada podría fallar, ¿verdad? Pero son los actores en roles aún más pequeños los que completan el panorama de forma entrañable. Mis favoritos son los dos operadores de radio (uno en tierra y el otro suspendido en medio de las nubes en un refugio de montaña), Sparks (Victor Kilian) y Tex (Don Barry). Sparks en particular juego un papel esencial hacia el final de la película en una escena maravillosa que comparte con Bonnie. Y no quiero dejar de mencionar a “Dutchy”, el dueño de la compañía aérea que sigue fielmente todas las instrucciones de Geoff y que tiene el rostro y la voz de Sig Ruman, nada menos que el Coronel Ehrhardt de To Be or Not to Be.-

Para aquel sector de la audiencia que pagó su entrada para ver a Cary Grant y que no tiene mayor interés por el western ni por las pelis de aviación (o sea… yo), he de decir que aquí está en lo mejor de sus capacidades. No me decido si mi Cary Grant favorito es el expansivo de Gunga Din o el minimalista que se ve aquí. Su Geoff es recio, nunca demuestra una emoción pero la ansiedad por saber que uno de sus pilotos corre peligro, el cálculo frío de cuántas peripecias se necesita realizar para salvar a la compañía de Dutchy de la ruina, el cuidado que pone en mantener el orden entre sus hombres, es algo que le sale por los poros.-




Y la química que tiene con Jean Arthur es impagable. Sobre esto, tengo dos cosas para decir. La primera es que Arthur me resulta difícil de clasificar, no es una ingenue ni una comediante alocada ni una femme fatale sino una protagonista bien plantada que da justo en el clavo para este papel. No sabemos nada sobre la vida pasada de Bonnie, sólo que su padre era un trapecista que terminó rompiéndose el cuello. Evidentemente, algo de este mundo frágil de los pilotos resuena en ella como para que piense en quedarse y al mismo tiempo, resulta claro que no está dejando atrás nada demasiado valioso. Geoff y Bonnie se sacan chispas de entrada y la interpretación de los dos protagonistas en sus escenas juntos, en especial en esa primera confrontación que termina con Geoff invitando descaradamente a Bonnie a acompañarlo a su cuarto, es impagable. La segunda cosa, es que la película evita el lugar común del triángulo amoroso. Judy es la mujer que Geoff perdió por no consensuar reglas de juego, pero cuando aparece (casada con otro aviador, lo cual demuestra que Geoff está equivocado: Judy no era contraria a su profesión sino a su estilo de vida desapegado), no existe ningún intento de retomar la relación. Es claro que estos dos personajes se conocen bien y están cómodos el uno con el otro pero hasta ahí. Judy no representa ninguna competencia para Bonnie. Hawks evita también un segundo lugar común: el de la camaradería entre mujeres. Bonnie y Judy no tienen ninguna charla fraternal en la que se dan consejos de vida; es más, no tienen ninguna escena juntas en la que estén a solas. En esto Only Angels ofrece mucha frescura y evita malgastar preciosos minutos en sentimentalismos.-

Ahora bien, el verdadero amor en la vida de Geoff es su amigo Kid y quién no lo amaría si tiene la cara de Thomas Mitchell. Hace años que vengo dándole vueltas a la idea de escribir algo sobre Mitchell y el año 1939, pero mientras me decido a hacerlo voy a anticipar que esta es solo una de las cinco grandes películas estrenadas ese año en las que este secundario de lujo brilló. Aquí de nuevo hace dupla con Jean Arthur (como en la maravillosa Mr Smith Goes to Washington) pero su rol de ese año al que más me hizo acordar en esta película, es al de Clopin en The Hunchback of Notre Dame. Kid tiene el mismo brillo cómplice en la mirada que aquel personaje y su vínculo con Geoff es más fuerte y significativo que cualquier romance.-


Comentarios

  1. Hola Bet
    Sobre la falta de credibilidad -o suspensión de la racionalidad- yo creo que hasta el cine de los setenta, no importab demasiado siempre que el resultado fuera aceptable, prácticamente todas las pelis incurren en alguna "licencia". Hace poco vi "The Mating Season", Gene Tierney nunca ha estado tan suelta y Thelma Ritter divertida como siempre -con más papel-; si te paras a pensar la acción, nada tiene ni pies ni cabeza.
    Si tengo que pensar en el Cary Grant como actor, mi primera idea es el atolondrado de "Arsénico por compasión"; si pienso un poco más me sale el atildado con Hitchcock. Pero, casi siempre, un personaje superado por las circunstancias.
    Tendría que revisar la peli de hoy, una peli con tantos ángeles que, como dicen de cierta bebida, nos da alaaasss.
    Me voy volandooooo, Manuel.

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    Respuestas
    1. Ya mismo estoy poniendo "The mating season" en mi lista. No la conocía, pero Mitchell Leisen me gusta mucho, tiene grandes títulos en su filmografía. Y si además aparecen Thelma Ritter y Gene Tierney, qué más se puede pedir (veo también a Miriam Hopkins en el reparto).-
      ¡Sí, Arsénico por Compasión e Historias de Filadelfia fueron los dos extremos que se me ocurrieron, pero no quise nombrarlas porque aún no han aparecido en esta serie!
      Esta película fue ganando terreno cuanto más la miro, no sé si la primera vez que la vi me gustó tanto como en esta oportunidad. Creo que las alas le van creciendo poco a poco. ¡No vuele muy lejos, querido Manuel!
      Bet.-

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    2. Hola otravez
      La vi y me pareció que veía un capitulo piloto de una serie de los setentas con tantos personajes "eventuales" y el "perro y gato" que, se supone, es la trama que dará continuidad. Son tantos los personajes y situaciones que, por fuerza, quedan sin resolver.
      Me gusto ese carácter de Carter con esa indiferencia pero sin llega a ocultar que las cosas le afectan más de lo que aparenta (esa patada a la silla, ese "engañar" a la visita con ¡Lola de Panamá!, ¡No! ¡Lidia de Puerto Rico! (o algo asÍ)).
      El titulo es muy bonito pero yo la hubiese llamado "Barranca" así podríamos decir que antes de "Mogambo", antes de "Casablanca" allí estaba "Barranca". Porcierto Rita está físicamente espectacular pero ese papel pedía una mujer más hecha, más marcada por la vida, parece un corderito entre lobos (si tuvo un romance con Carter hace dos años, la iría a esperar a la salida del cole ¿No?).
      Un saludo, Manuel.

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    3. ¡Tiene Usted razón, querido Manuel! Comparada con las veinteañeras de ahora, Rita en esta película parece una mujer con muchas horas de vuelo, pero verdaderamente era muy joven. No había sacado cuentas de a qué edad la habría conocido Carter como para que tuvieran "un pasado".-
      Jaja, el título se va más para el lado poético, "Barranca" hubiera creado tendencia ciertamente.-
      Le mando un abrazo enorme y mil salutaciones para esta Navidad, Bet.-

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