Acerca de los comienzos (primera entrega): Now, voyager (La extraña pasajera) - Irving Rapper (1942). El comienzo de un viaje.-
Comienza el año y me puse a pensar en películas sobre comienzos. Hay comienzos pequeños y grandes (como en la vida): comienzos de romances, de nuevas etapas, de emprendimientos, de viajes internos y externos. Lo cierto es que los comienzos son tentadores para los realizadores cinematográficos porque ofrecen la oportunidad de mostrar entradas en escena espectaculares, de contar historias épicas, de lograr la identificación del espectador porque todos hemos experimentado más de un comienzo en nuestras vidas. En este caso, elegí películas que se enfocan en un comienzo por sí mismo, independientemente del resultado, es decir que cuando la película termina no nos encontramos con un episodio cerrado sino con una situación que todavía está en proceso.-
La extraña pasajera cuenta el comienzo de un viaje interno, pero sólo el comienzo y es que si bien para el final de la película Charlotte Vale (Bette Davis) recorrió un largo camino, todavía está lejos del “y vivieron felices para siempre”, aún le queda bastante por resolver.-
Relato brevemente el argumento para ponernos en situación: Charlotte Vale es una solterona que vive agobiada por la férrea autoridad de su madre (Gladys Cooper). A instancias de su cuñada Lisa (Ilka Chase), Charlotte pasa una temporada en la clínica del Dr. Jaquith (Claude Rains), tratando su depresión. Para completar su recuperación, Charlotte parte hacia Sudamérica en un crucero en el cual conoce a Jerry Durrance (Paul Henreid), un arquitecto atrapado en un matrimonio infeliz y padre de una niña, Tina (Janis Wilson), que sufre de un trastorno similar al de Charlotte. Charlotte y Jerry se enamoran, pero resuelven no volver a verse cuando ambos regresen a Estados Unidos. Sin embargo, continúan unidos a través de Tina, a quien Charlotte conoce durante una nueva estadía en la clínica y a quien adopta como su protegida.-
Empiezo por lo que no me gusta de la película. Es verdad que su banda de sonido se sale de control en muchas escenas. Que recurre a una forma de contar que por momentos resulta demasiado anticuada cuando la vemos con ojos de hoy (por ejemplo, las imágenes de las páginas de un libro que retroceden y avanzan para enmarcar un flashback) o ineficaz (el director prepara una presentación impactante de Charlotte mostrando sólo pequeños detalles reveladores pero a último momento abandona todo y se limita a una aparición de lo más discreta cuando la vemos por primera vez. Después de la transformación de Charlotte, Rapper hace un trabajo mucho mejor). Que todo el episodio del accidente en Brasil podría haber sido mejor resuelto (en especial, resulta molesta la caracterización de Giuseppe - Frank Puglia - el taxista brasileño que parece recién llegado de Roma). No obstante, todos estos pequeños detalles (muchos de los cuales, por otro lado, reflejan el estilo narrativo de la época) no empañan ni un poquito el valor de esta película.-
Dicho esto, paso a uno de los grandes valores de La extraña pasajera (y, según creo, el motivo por el cual es tan querida por muchísima gente): las actuaciones. Sólo la joven Janis Wilson desentona por momentos (en sus escenas más dramáticas tiende a la sobreactuación, aunque no creo que se deba enteramente a su culpa; cuando comente en alguna oportunidad Marjorie Morningstar del mismo director diré una cosa o dos sobre su manejo de ese tipo de escenas), pero por lo demás se trata de un elenco maravilloso. Claro que toda la historia gira en torno a Charlotte y aquí Bette Davis hace un trabajo increíble. Hay muchas historias como esta en el cine: el clásico relato de un “patito feo” que resurge como una mujer hermosa y elegante. La diferencia entre Charlotte y muchos de estos personajes femeninos está en que ella no se propone barrer el suelo con todos los que la hicieron sufrir en el pasado; Charlotte podrá tener un nuevo aspecto pero sigue siendo una mujer frágil que debe reunir todas sus fuerzas antes de dar cada paso. Davis compone su personaje en base a esta vulnerabilidad, exponiendo las inseguridades de Charlotte y logrando que sea muy fácil identificarse con ella. Sólo basta con ver cómo modifica su postura corporal según el estado de ánimo de Charlotte. Es destacable, además, que interpreta a cuatros Charlottes diferentes: la jovencita enamorada que todavía intenta alguna rebelión contra su madre, la mujer de mediana edad que está permanentemente al borde del colapso nervioso, la bella pero todavía insegura mujer en recuperación y aquella que ha encontrado por fin algo a lo que aferrarse.-
En esta historia romántica Davis está muy bien acompañada por Paul Henreid, quien aporta un elemento muy interesante a esta película. No me refiero a su gesto de encender dos cigarrillos a la vez, aunque eso sólo sería notable: se requiere mucho talento para sortear esa situación que hace equilibrio entre la sensualidad y el ridículo y caer bien parado del lado correcto; sino a su presencia como leading man. Henreid no es un galán romántico típico pero su aire serio y terrenal hace mucho más verosímil su caracterización. Viéndolo, nos creemos la historia de Jerry y su amor fulminante por esta mujer herida.-
De los secundarios, mis preferidos son Claude Rains y Gladys Cooper. Rains siempre se roba las escenas en las que interviene en cada película, pero lo que me llama la atención aquí es la forma en la que interpreta a Jaquith, la intensidad con la que el doctor mira a Charlotte me hace pensar en la posibilidad de un triángulo amoroso. Cada vez que veo la película intento descubrir indicios de un interés romántico del Dr. Jaquith por su paciente, pero hasta ahora no encontré mayores pistas… Ahora bien, el personaje más complejo de la película es la Sra. Vale y Gladys Cooper le aporta tantos matices, no es simplemente una madre perversa que busca destruir a su hija como suele interpretarse. Yo realmente creo que ella piensa que está obrando bien, que su intención siempre fue formar el carácter de Charlotte según lo que creía adecuado para su posición. Claro que le resulta inevitable sentir desprecio por su hija al ver que no se vale por sí misma, pero basta con ver cómo relaja su actitud cuando Charlotte parece encaminar su vida: aunque sigue sin aprobar sus modos, valora los resultados. Todo ello logra que, sin compartir los métodos de la Sra. Vale, podamos al menos comprenderla un poco.-
Finalmente, el otro tesoro de esta película es la gran cantidad de temas que aborda con un enfoque sumamente moderno. La infidelidad, la sexualidad, los estándares estéticos y familiares que la sociedad impone a las mujeres, el impacto que la confianza en uno mismo tiene sobre el mundo exterior, la importancia del amor en la crianza de los niños, la importancia del amor...
Hola Bet. Esta película yo la he visto!!! Cuándo? Dónde? Preguntas que daban vueltas en mi mente mientras leía tu comentario. Claro que con esta distracción, confieso que tuve que leer dos veces. Pero los recuerdos afloraron. Sentada junto a mi madre mirando películas en un televisor "blanco y negro". No ibamos al cine, por lejanía, pero no nos perdíamos película por la tele. Confieso que recuerdo muy poco de ésta película pero sí, que Betty Davis era una actriz de las preferidas de mi madre.
ResponderBorrarGracias Bet.
Cariños.
Sara
Es una hermosa película, Sara, ojalá tengas la oporunidad de volver a verla y seguramente de revivir recuerdos de momentos cinéfilos vividos junto a tu madre. Las películas que vemos en la infancia nos acompañan luego de por vida, yo tengo también mi grupo de películas queridísimas que vi hace muchos años y cuando vuelvo a verlas me divierte intentar recordar cuándo las decubrí, en qué circunstsncias, etc.-
BorrarUn beso memorioso, Bet.-
Qué grande es Bette Davis y cómo estaba en los melodramas como, por ejemplo, este. Y para mí fue una gozada encontrarme con Paul Henreid, actor tremendamente asociado con su personaje de Victor Laszlo. Me ha gustado tu análisis con los aspectos que no te convencen pero que no impiden que te dejes arrastrar por lo que cuenta la película. Me encantó, cuando la vi, el detalle del personaje de Paul y esos dos cigarrillos que siempre enciende... ¡Guau, la seducción! Y Claude Rains... ¡qué gran actor, me encanta!
ResponderBorrarBeso
Hildy
Querida Hildy, yo adoro esta película y tenía muchas ganas de escribir sobre ella pero me sucedió algo curioso, cuando empecé mi comentario tuve algunos problemas para encontrar la forma de describir por qué me gusta tanto. Me gusta porque me gusta...
BorrarA raíz de este texto di una miradita a la biografía de Paul Henreid y me enamoré por completo, no tenía idea de que hubiera tenido una carrera tan extensa como director, dirigió muchos episodios de TV para Hitchcock e incluso una película con Bette Davis en los '60 (Dead Ringer) que no puedo esperar para ver. Además de debutar en cine de habla inglesa en Goodbye, Mr. Chips con otro adorado mío, Robert Donat. Y la escena en la que dirige un coro improvisado cantando La Marsellesa en Casablanca me arranca lágrimas todas y cada una de las veces que la miro. Creo que acabo de encontrar un nuevo favorito. No te digo que yo también me hubiera subido a ese avión si hubiera sido Ilsa Lund, pero es seguro que lo hubiera pensado dos veces... o tal vez me hubiera quedado con el Capitán Renault, jaja, ¡Claude Rains es maravilloso!
De tanto hablar de Casablanca me dieron unas ganas terribles de verla, tengo tiempo, creo que me voy a eso...
Besos desde mi dvdteca, Bet.-