Ir al contenido principal

Sunshine - István Szabó, 1999.-


“Si no hay Dios y nunca lo ha habido, ¿por qué lo echamos tanto de menos?”. Esta pregunta (una de tantas que propone la película) nos introduce en el último acto de Sunshine. Ésta es una de esas raras gemas del cine, una película poco conocida - pese a que tiene un elenco lleno de estrellas - pero muy rica en cuanto a los temas que aborda y a su forma de contar y sobre todo, bellamente filmada. Sobre la base de la historia de una familia judía húngara desde finales del siglo XIX hasta mediados del siglo XX, Szabó (director, autor de la historia original y co-guionista) reflexiona sobre las tradiciones, el comunismo, el nazismo, la religión, el antisemitismo, la asimilación cultural, las relaciones familiares y la consolidación de la identidad individual y colectiva.-


La película se estructura en tres partes bien diferenciadas más un epílogo, cada segmento protagonizado por Ralph Fiennes, brillante en los roles de Ignatz Sonnenschein/Sors, Adam Sors e Iván Sors, los hombres de la familia cuya historia recorre Sunshine a lo largo de tres generaciones. Para cada parte, Fiennes compone un personaje completamente distinto que se presenta como una expresión de la época en la que vive: Ignatz, nieto e hijo de comerciantes judíos, ha llegado a graduarse en Derecho y pronto se convierte en Juez del Imperio Austro - Húngaro. Es modesto, reflexivo, fiel súbdito del Emperador, intenta ser justo y digno de su cargo aunque para ello deba traicionar su identidad. Su hijo Adam, en cambio, tiene la seguridad en sí mismo de quien sabe lo que quiere y cómo lograrlo, y cuando encuentra algún obstáculo que no puede superar, estalla en ira. El hijo de Adam, Iván, es el más complejo de los tres: luego de pasar su adolescencia en un campo de concentración, se incorpora a la policía militar del gobierno soviético, ejerciendo su cargo de manera implacable; pero en su esfera privada es vulnerable y aniñado, como si hubiera quedado suspendido en el tiempo como el muchacho que fue durante la Guerra. Pese a la preeminencia de Fiennes, que aparece ya sea en imagen o en voz en off en cada escena, una de las características más interesantes de Sunshine es el equilibrio que existe en el reparto, que actúa como un verdadero ensamble. En los roles más destacados encontramos a Rachel Weisz, James Frain, John Neville, Mark Strong, William Hurt, Miriam Margolyes y a Jennifer Ehle y a Rosemary Harris (hija y madre en la vida real) quienes comparten el rol del pilar de la familia, Valerie Sonnenschein/Sors, la esposa de Ignatz.-


El otro aspecto cautivante de Sunshine es el uso de elementos visuales para contar la historia. En la primera parte, en la que las cuestiones de la identidad nacional y de la asimilación cultural son centrales (es en esta etapa que los jóvenes de la familia cambian su apellido de Sonnenschein a Sors para sonar “menos judíos” y “más húngaros”), los colores nacionales rojo y verde están presentes en notas más o menos preponderantes en cada escena, siempre saturados. En la segunda parte, cuando los hijos de Ignatz y de Valerie se convierten al catolicismo, predominan las alegorías de elementos del cristianismo. En particular, los espacios en los que se desarrollan las principales escenas recuerdan a catedrales, son espaciosos y ceremoniales y uno de los momentos más dramáticos (que no revelaré para no cometer spoilers) tiene una gran carga simbólica en el mismo sentido. Finalmente, la tercera parte en la cual las actividades de Iván como policía militar ocupan un lugar importante, la estética se vuelve opresiva y predominan los tonos verdes en la iluminación, sugiriendo una influencia maligna. Desde el punto de vista estético, la segunda parte es tal vez la más interesante, porque en ella se filtran elementos visuales de las otras dos, lo cual no sólo permite que exista una integración entre las diferentes partes (en ningún momento sentimos que haya comenzado una nueva película) sino que además refleja que los problemas de las partes primera y tercera están presentes también en la segunda: Adam y sus contemporáneos enfrentan situaciones que ponen en juego su identidad, tal como sucedió con la generación anterior, y son víctimas de un régimen totalitario, como también lo será Iván.-
Hacia el final de la película (que incluye un pequeño homenaje a Citizen Kane), Szabó presenta una serie de contrastes entre todo lo que Iván Sors ha perdido y encontrado; el epílogo nos lo muestra solicitando el cambio de su apellido por el de Sonnenschein y, luego, caminando entre la muchedumbre con la cabeza en alto, perdiéndose a lo lejos. Me resulta muy poderosa esta idea de que al recuperar su identidad, Iván puede por fin “mezclarse”, integrarse a la sociedad y es que en definitiva, luego de una amarga reflexión acerca de la volubilidad de las masas, Szabó concluye realzando la importancia del individuo y de la memoria y las tradiciones.- 

Comentarios

  1. Pero ¡qué ganas de verla y conseguirla!... y con tu buen texto he tenido más ganas todavía, mi querida Bet.

    Beso
    Hildy

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Querida Hildy, yo adoro esta película. La descubrí hace muchísimos años en una señal de TV que había en Argentina, en la que pasaban sólo cine europeo y en su idioma original y sin cortes (¿qué más se puede pedir?). Luego de buscarla durante años en DVD, tuve que contentarme con una versión en un formato y de una procedencia poco querida por todos nosotros pero algunas veces inevitable... es decir, pirata. Si no lográs conseguirla, tal vez pueda hacértela llegar por Dropbox (no soy una experta, pero he logrado alguna vez compartir algún archivo). La peli bien vale el esfuerzo ;)
      Un beso enorme, Bet.-

      Borrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

¿Amigándome con el western? (tercera parte).-

The Winning of Barbara Worth (Flor del desierto) - Henry King, 1926.- Esta película ingresó a mi lista de pendientes porque es mencionada en el libro High Noon de Glenn Frankel como un hito en la carrera de Gary Cooper. En efecto, fue la primera aparición de su nombre en la lista de intérpretes en los títulos iniciales y su oportunidad de compartir pantalla con uno de sus ídolos: Ronald Colman. Y como resulta ser un western y ando con ganas de cine mudo, calzó justo para la continuidad de mi pequeño proyecto y para darme el gusto.- La historia es la de una verdadera conquista del desierto. En una tierra desolada y cubierta de arena, un grupo de viajeros integrado por Jefferson Worth (Charles Lane), sus dos ayudantes Texas Joe (Clyde Cook) y Pat Mooney (Erwin Connelly) y por “El Clarividente” (Paul McAllister) y su pequeño hijo Abe Lee (Buddy McNeal) encuentra una niña huérfana (Carmencita Johnson). Varios años más tarde nos reencontramos con el grupo, justo en el momento en que se es...

El hijo de la novia - Juan José Campanella, 2001.-

Confieso desde el comienzo que me encanta la obra cinematográfica de Campanella, de modo que no soy muy objetiva al decir que esta película está llena de “momentos”, casi todas las escenas son oro en polvo y con mucho esfuerzo seleccioné estas cinco. Aquí van... Momento N° 1: el sueño de Rafael.- Para el comienzo del segundo acto, Rafael (Ricardo Darín) está internado en un sanatorio luego de haber sufrido un infarto. A su lado, inclinada sobre un ejemplar de la revista “Cosas” (un guiño a la primera película del director, cuyos protagonistas trabajaban para una publicación del mismo nombre), duerme su novia Natalia (Natalia Verbeke). De pronto Rafael se despierta, llama a Natalia y comienza a contarle el sueño de su vida: lisa y llanamente, quiere irse a la mierda. Mientras Rafael se explaya sobre la idea hablando casi para sí mismo, Campanella se concentra en Natalia, quien rápidamente advierte que en el sueño de Rafael no hay ningún lugar para ella. En toda esta escena Verb...

Tres momentos de tango en el cine.-

Mi visionado de The Four Horsemen of the Apocalypse , con su célebre escena de tango, me llevó a pensar en otros momentos de cine en los que el tango cumpla una función esencial. Estos son los tres momentos que recopilé. ¿Se les ocurren otros? Anchors Aweigh (Levando anclas) - George Sidney, 1945.- Algún día dedicaré a esta película una reseña completa, pero el segmento que aquí nos convoca corresponde a una escena de fantasía en la cual Joe Brady (Gene Kelly), un marinero con permiso por tres días, intenta decirle a Susan (Kathryn Grayson) lo que siente por ella. Joe siente que para expresar sentimientos sinceros necesita un contexto épico y grandioso, como los que aparecen en las grandes obras de la literatura. Su imaginación lo transporta a un mundo imposible en donde él es un bandido enamorado de una princesa que arriesga su vida para verla una vez más. El número musical que tiene lugar es un delirio maravilloso en el cual se combinan La Cumparsita, la cultura española y la capa, a...