“El cine según Hitchcock” (título que recibió en español y en francés el libro llamado “Hitchcock/Truffaut” en inglés) es fundamental para cualquiera que quiera aprender sobre cine en general y sobre Hitchcock en particular. Y es que no se trata de un libro sobre Hitchcock escrito por un biógrafo o un estudioso del cine; es la palabra viva del maestro del suspense orientada por las preguntas de otro realizador que conoce y entiende profundamente la obra de su entrevistado. Por otro lado, Hitchcock era un gran divulgador y en sus respuestas no se guarda ningún secreto, comparte sus técnicas con franqueza y generosidad, consciente seguramente de que se encuentra a salvo: el “toque Hitchcock” (así como el “toque Lubitsch” o el de cualquier otro Maestro) no reside en la teoría.-
Durante mucho tiempo este libro fue una verdadera Biblia para mí; siempre lo tenía al alcance de la mano y lo consultaba permanentemente como guía en la construcción de mi colección de DVD, eligiendo cuáles películas comprar primero y cuáles después según lo que el Maestro comentara sobre ellas. La mayor satisfacción para mí era marcar en el listado del final aquellas películas que iba consiguiendo en DVD y soñaba con marcarlas todas (algo que nunca logré, pero nunca es tarde para retomar la cuestión). Tiempo después conseguí un ejemplar usado de la edición original, aquella que venía con tantas preciosas fotografías que no estaban incorporadas a mi edición de bolsillo y por cuyas páginas bucea el documental.-
Kent Jones orienta su documental no sólo hacia la obra cinematográfica y la vida de Alfred Hitchcock y de François Truffaut sino, principalmente, hacia el libro que crearon juntos. A partir de allí alterna tomas de las páginas del libro y extractos de los audios de la mismísima entrevista con testimonios de realizadores contemporáneos y con una selección de momentos de películas de Hitchcock, cubriendo tanto su etapa muda como la sonora desde Blackmail (Chantaje) hasta Family Plot (Trama Macabra) (claro que hay algunas omisiones dolorosas, como 39 steps - Treinta y nueve escalones - pero supongo que no se puede contentar a todo el mundo).-
Estos montajes me hicieron reparar en un aspecto que no creo haber advertido antes (en todo caso, me pareció una idea nueva, como si recién la descubriera) y es el del sacrificio que se esconde en muchas de las películas de Hitchcock, derivado seguramente del sentido religioso-católico que insufla el cine de Hitchcock, según analizan tanto el libro de Truffaut como el documental de Jones. A partir del visionado de determinadas escenas aisladas de su contexto, noté que tanto Verloc (Oskar Homolka) en Sabotage, como Alicia (Ingrid Bergman) en Notorious o Judy (Kim Novak) en Vertigo brindan verdaderos sacrificios expiatorios. En otros casos como el de Lina (Joan Fontaine) en Suspicion o el de Lady Henrietta (Bergman otra vez) en Under Capricorn, el sacrificio es ofrecido a un amor fou que como opera como un dios destructor.-
Reencontrarme después de tanto tiempo con el recuerdo de este libro y con esos extractos de películas tan queridas y siempre nuevas fue una hermosa experiencia para mí y estimo que lo será para todos aquellos que conozcan bien el libro y la filmografía de Hitchcock. Imagino que también puede servir como puerta de entrada para aquellos espectadores que recién se acerquen al universo propuesto por Hitchcock; los imagino corriendo apresurados a hundirse en ello y lo bien que harían 😉
Qué gusto volver a leerte, querida Bet. Disfruté mucho con este documental por muchas cosas de las que cuentas, pero ¿sabes que historia de fondo me llamó la atención muchísimo? La traductora entre Hitchcock y Truffaut. Esa mujer me parecía digna de un muy buen cuento.
ResponderBorrarBeso
Hildy
Sí, si la entrevista fuera una película de Hitchcock, la traductora tendría los mejores diálogos, como todos los secundarios en sus películas.-
BorrarA mí lo que más me gustó del documental fue que me trajo el recuerdo de tantas veces que leí de punta a punta el libro o que consulté algún pasaje en particular. Ahora, hacía tanto que no lo leía que me costó encontrarlo en la biblioteca (no porque tenga tantos libros sino porque está mal ordenada), pobre libro...
Un beso enorme, Bet.-