En Dangerous Men, su libro acerca de los hombres del período pre-code, Mick LaSalle reflexiona acerca de un aspecto interesante. Dice que la más profunda ironía del Código Hays es que antes de que llegara para imponer la moral en las películas, éstas estuvieron como nunca preocupadas por temas morales. Continúa diciendo que después de la aplicación del Código la cuestión fue si ganaría el bueno o el malo; mientras que antes, las películas exploraban la moralidad en los negocios, en la Ley, en el romance, preguntándose quién es el bueno y quién es el malo, y por qué y de quién depende determinarlo.-
Creo que estos dilemas morales se expresan con mayor claridad en las películas de Warren William (mi nuevo favorito por estos días) y posiblemente Employee’s Entrance sea una de las que mejor pone en jaque al espectador. Todo lo que hace William en esta película es despreciable (no me refiero a despreciable/encantador, sino a niveles increíbles, verdaderamente despreciable) y sin embargo es el héroe de la historia porque, como ya mencioné en una entrada anterior, sus antagonistas son aún más odiosos.-
En Employee’s Entrance, William encarna a Kurt Anderson, el gerente general de una mega-tienda que en los últimos años incrementó las ventas gracias a sus métodos de administración despiadados. Si un empleado no rinde, lo despide sin importar cuántos años haya trabajado para la tienda; si un proveedor no cumple con un plazo de entrega, rescinde el contrato aunque ello lleve a la ruina a la otra parte. Anderson es igualmente implacable con la junta de directores de la tienda: cuando éstos - banqueros en su mayoría - le comunican que lo pondrán bajo la vigilancia del Sr. Ross (Albert Gran), el primo del presidente de la compañía, Anderson explota echándoles en cara su incompetencia y amenaza con renunciar y firmar contrato con una tienda rival si no duplican su salario y lo dejan en paz. Por supuesto que se sale con la suya.-
Lo más cautivante de la película es claramente el personaje de Anderson y la forma en la que William lo interpreta. Anderson tiene un complejo sistema de valores: vive para la tienda, sin establecer lazos duraderos con nadie. Cuando su ex asistente, el Sr. Higgins (Charles Sellon) a quien despidió porque éste no atinaba a sugerir estrategias comerciales para paliar los efectos de la Depresión, se suicida tirándose desde el noveno piso de la tienda, Anderson no se toma ni un minuto para reflexionar sobre su muerte. Cuando conoce a Madeline (una encantadora Loretta Young), una joven sin hogar que busca trabajo, Anderson la contrata pero no sin acostarse con ella antes; y más adelante aprovecha un momento de vulnerabilidad de la joven para emborracharla y volver a tener relaciones con ella… mientras Madeline está prácticamente inconsciente. Al día siguiente Anderson se entera de que Madeline está casada en secreto con Martin West (Wallace Ford), el joven al cual él ha elegido como mano derecha y protegido, y lejos de enmendar la situación empuja a Madeline a un intento de suicidio. Y sin embargo (sí, en este universo pre-code hay un “sin embargo” para Anderson) respalda a los empleados que le son leales, es justo al aplicar castigos (Sweeney - Allen Jenkins - el detective de la tienda acusa erróneamente a una clienta y en compensación Anderson debe aceptar que la dama se lleve a casa un piano de cola; pese a ello, el gerente no despide a su empleado, se contenta con descontar el precio del piano de su sueldo, en cuotas de a diez dólares; la tienda no se vio perjudicada, por lo que Anderson no necesita aplicar un castigo mayor), baja los sueldos de los ejecutivos (incluído él mismo) para compensar la pérdida de ganancias y así no tener que despedir a cientos de empleados. Y otro detalle importante: en materia de negocios, siempre dice la verdad y se preocupa por lo que realmente importa. Eso lo distingue de Martin y Madeline (por muy dulces que sean en su amor puro) y de Ross y los demás inversionistas y lo convierte en algo así como un ser superior.-
Estéticamente la película tiene ese aire rápido e impersonal de otras películas producidas por Warner Bros. en este período, pero las breves viñetas que aparecen aquí y allá a modo de separadores y que muestran la vida cotidiana en la tienda (el ascensorista que anuncia qué hay en cada piso, los distintos clientes, etc) son una delicia y aportan mucha vida.-
También son imperdibles los secundarios que rodean a William. Además de los que ya mencioné, se destacan Alice White como Polly, una empleada dedicada a ganarse las atenciones de Anderson pese a que éste la rechaza una y otra vez, Ruth Donnelly como Miss Hall, la fiel asistente de Anderson, y en apariciones más breves pero memorables encontramos a Frank Reicher como aquel empresario que queda en quiebra cuando Anderson cancela su contrato pero encuentra una oportunidad como empleado de la tienda (otro personaje que dice la verdad, lo cual le gana el respeto del gerente y un aumento de sueldo) y a Hale Hamilton como el Sr. Monroe, el presidente de la compañía, quien abandona la tienda en plena Depresión para pasear por el Mediterrráneo en su yate.-
Otro descubrimiento, mi querida Bet. Y me ha llamado la atención tu nuevo favorito, Warren William. De primeras he sido incapaz de saber si había visto algo de él, así que he buscado su filmografía y ¡sorpresa! He visto varias de sus películas que además me han gustado muchísimo: una de ellas hemos hablado largo y tendido sobre ella, Vampiresa 1933; Dama por un día (la primera versión de Capra); Imitación a la vida (pero la de Stahl); El hombre lobo de 1941 o Extraña ilusión de Ulmer... Guauuuuu. Pero no había centrado su mirada en él, ahora tengo un nuevo aliciente para conseguir verlas de nuevo.
ResponderBorrarBeso
Hildy
¡Ay, yo estoy enamorada de ese hombre! Y un poquito triste porque murió dentro de todo joven.-
Borrar¡Sí, es el hermano snob pero sexy en Vampiresas de 1933! Y también es el marido abandonado en "Tres vidas de mujer" (¿la has visto?). Tengo que revisar los otros títulos que mencionás, tal vez los conozca con otros nombres aunque me parece que no, que no he visto esas películas, así que tengo mucho más por descubrir aún. Por lo pronto, nunca me hubiera imaginado interesada por "El hombre lobo", jaja, aunque también está Claude Rains así que me la anoto.-
Otra revelación para mí fue Loretta Young, que está tan sosa en "The Bishop's Wife" y aquí está genial, sobre todo en la escena de la borrachera.-
¡Qué lindo seguir el hilo de un actor, te lleva por lugares insospechados!
Un beso grande, Bet.-