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Children of Divorce (Los hijos del divorcio) - Frank Lloyd, 1927.-


Me acerqué a Children of Divorce buscando ver algo más de Clara Bow (actriz con la que tengo un vacío importante) y me encontré con una película bastante interesante - más allá de su protagonista - tanto en términos argumentales como estéticos. En cuanto a lo primero, ofrece una historia rica que admite más de una interpretación; y respecto de lo segundo, se presenta como una pequeña muestra, nada grandilocuente pero igualmente efectiva, del alto grado de sofisticación que había alcanzado el cine para finales del período mudo.-
La historia nos presenta a tres “hijos del divorcio”: las niñas Kitty y Jean, quienes traban una amistad inseparable al estilo de Jane Eyre y Helen Burns en el convento parisino en el que se encuentran pupilas tras el divorcio de sus respectivos padres; y Ted, el vecino de la infancia de Kitty que se reúne con ella en París, mientras acompaña a su padre divorciado y sus amistades (incluída una mujer mayor que insiste en besar - ¿seducir? - al muchacho).-
Años más tarde, Kitty cuenta con el rostro de Clara Bow, Jean se transformó en Esther Ralston (una actriz con una impresionante lista de más de cien títulos en su haber, casi todos ellos filmados antes de 1940 y especialmente antes de 1929, pero hoy completamente olvidada) y Ted es un jovencísimo Gary Cooper en su primer rol importante. El trío protagonista se reencuentra en Estados Unidos y suma un lado más a su polígono amoroso: el Príncipe Vico (Einar Hanson). Tanto Kitty como el Príncipe tienen el mandato de casarse por dinero (ambos tienen sólo la apariencia de la riqueza), por lo que su amor se presenta como irrealizable. Al mismo tiempo, Jean y Ted renuevan su antigua promesa de casamiento pero Kitty, decidida a no quedar desplazada por el mutuo amor de sus amigos, embauca a Ted para casarse con él. Unos pocos años después, el Príncipe es instado por su familia a casarse con Jean; todos son irremediablemente miserables, están atrapados en la red tejida por Kitty y no quieren perpetuar su historia de divorcios y desamor en la siguiente generación, representada por la hija de Kitty y Ted.-
En 1927 se estrenaron nada menos que seis películas de Clara Bow, incluídas dos de sus más recordadas: It y Wings. Viendo en la pantalla su enorme talento y su encanto, da pena pensar que en dos años más - con la consagración del cine sonoro - su carrera quedaría reducida a un sólo título importante más, Call her Savage (1932) que todavía no pude ver completa y luego al mito (Bow corrió con una suerte un poco mejor que muchos de sus contemporáneos porque gracias a su mote de “It Girl” no cayó completamente en el olvido). En Children of Divorce Bow traza la trayectoria de su personaje de chica despreocupada de los años ‘20 a mujer torturada por las consecuencias de su egoísmo, pasando por un giro de la trama bastante desagradable en su engaño a Ted, todo ello con precisión en la comunicación de las emociones y sobre todo con mucha humanidad. Aún en sus momentos más bajos, sentimos simpatía por Kitty porque… bueno, porque tiene el carisma de Clara Bow.-
En términos visuales, la segunda parte de la película está llena de alusiones y juegos de espejos con situaciones de la primera parte y especialmente hacia el final hay dos momentos muy interesantes que aumentan el dramatismo de la historia: en uno de ellos, la toma subjetiva de un personaje mirándose en el espejo nos cuenta cómo éste se siente; en el otro, la ubicación de la cámara nos oculta un objeto prohibido.-
En cuanto a la historia, una primera interpretación haría pensar que existe aquí una demonización del divorcio y un llamado a la preservación del matrimonio. Ted, Kitty y Jean después de todo, sufrieron infancias de abandono y desamor para que sus padres pudieran saltar irresponsablemente de un matrimonio por conveniencia a otro, mientras que hubieran gozado de estabilidad (aunque tal vez no de felicidad) si no hubieran mediado los respectivos divorcios. Pero existe otra interpretación posible: Children of Divorce también nos habla de cómo las convenciones sociales rígidas (en este caso, la del matrimonio por conveniencia y también las religiosas, que impedirían la unión de Kitty y Vico si la primera se divorciara de Ted) cercenan la libertad individual al mismo tiempo que hacen cargo a los demás de sus platos rotos.-

Comentarios

  1. ¡No la he visto! Y de nuevo gracias a tu texto la desgranas divinamente y me entran ganas enormes de visualizarla. Clara Bow y Gary Cooper, guauuuuuu. Me ha entrado curiosidad con Esther Ralston y descubro que también he visto de ella Los peligros del flirt, pero donde está en un papel secundario, y creo que poco más. De Bow tampoco he visto mucho, tuve la oportunidad, creo que te lo comenté, de ver hace poco It.

    Beso
    Hildy

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    Respuestas
    1. ¡Sí, gracias a tu texto sobre It llegué a ella y descubrí a Antonio Moreno! Ahora tengo una ganas bárbaras de leer "Runnin' Wild" una biografía de Bow sobre la que escuché buenas recomendaciones. Esta peli bien vale la pena, me resultó muy interesante.-
      Qué triste lo de los "actores olvidados" ¿no? Aunque más tristeza me da lo de las películas perdidas, porque en el mejor de los casos uno puede rescatar a los actores olvidados siempre que sus películas existan. Bah, no doy abasto con las películas que se consiguen y encima quiero ver las que no... Ya termino de discutir conmigo misma eh, jaja.-
      Un beso grande, Bet.-

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