Momento Nº 1: Charley regresa a casa.-
Los primeros minutos de Body and Soul son de una economía increíble. Con las primeras tres escenas (que consumen tan solo siete u ocho minutos de película) aprendemos que este boxeador llamado Charley Davis (John Garfield) está atormentado por la muerte de un tal Ben (más tarde descubriremos de quién se trata); que ha recorrido un largo camino desde que era apenas un muchacho en un barrio pobre de Nueva York; que algo ocurrió para que su madre (Anne Revere) y su amada Peg (Lilli Palmer) se distanciasen de él y que ese distanciamiento les duele y todavía los sorprende a todos, no se acostumbran aún a que las cosas estén así entre ellos. Parte del mérito de estas escenas proviene del guión de Abraham Polonsky claro, pero una inmensa parte emana de los intérpretes. Voy a mencionar mucho este punto a lo largo de mi texto porque estoy fascinada con el trabajo de estos actores: la química que existe entre ellos es fantástica y los tres representan con mucha naturalidad y autenticidad los caminos que recorren sus personajes a lo largo de la historia. Para cuando termina esta secuencia, ya fuimos completamente atrapados por este comienzo y queremos ver el resto.-
Momento Nº 2: el meetcute.-
La secuencia inicial nos conduce a un largo flashback que nos mostrará el ascenso de Charley en el mundo del boxeo profesional, comenzando la noche en la que conoce a Peg en un mitin político en el que ambos representan promesas de futuro: él como campeón amateur y ella como reina de belleza. Charley está acompañado de su mejor amigo, el fiel “Shorty” (Joseph Pevney) y cuando ambos muchachos acompañan a Peg a su casa en un taxi, Charley ve la oportunidad para hacer un avance sobre la joven. De nuevo, la química de este grupo (“Shorty” reemplaza aquí a la Sra. Davis, pero ya vendrán escenas entre los cuatro que también son una delicia) es maravillosa. En especial la interacción entre Garfield y Palmer: ambos lucen exactamente como ellos mismos en 1947 - la película no se destaca particularmente por su recreación de época o por enfatizar demasiado el paso del tiempo en los personajes, sólo se agregan unos cuantos cabellos grises aquí y allá y muchas cicatrices en el rostro de Charley - pero su forma de comportarse hace perfectamente creíble la situación que interpretan. Lo cual vuelve mucho más loable su trabajo como actores; de veras uno cree que está viendo a dos jóvenes que acaban de conocerse y que comienzan a enamorarse a medida que descubren sus diferencias, sin el apoyo de maquillaje o vestuario. En especial me resultó sorprendente el trabajo de John Garfield. Haré aquí una breve disgreción para contar que esta no es la primera película que ví de él, pero sí fue la primera con la que su trabajo comenzó a parecerme interesante. Ahora bien, no me entusiasmé por completo sino hasta que ví Force of Evil, filmada al año siguiente de Body and Soul y me encontré con un hombre completamente diferente bajo la misma piel. Los gestos, la forma de moverse y de hablar, todo era distinto. Entonces volví a Body and Soul y comencé a advertir todos los pequeños detalles en la composición del personaje (la postura de los brazos relajados en el frente del cuerpo, el gesto de limpiarse constantemente la nariz, el movimiento de los hombros y esa perpetua expresión de asombro infantil ante un mundo que de pronto abre todas sus puertas), todo lo que da vida al boxeador Charley Davis en el cuerpo del actor John Garfield. Qué puedo decir, me enamoré.-
Volviendo a la película, la relación entre Charley y Peg se fortalecerá con el tiempo, después de que el padre de Charley muera en medio de un ataque entre bandas de contrabandistas de alcohol (su tienda de dulces está ubicada al lado de un garito) y Peg se sume a “Shorty” en su apoyo a la carrera de boxeador profesional de Charley, contra los deseos de la Sra. Davis. Este segmento de la película está signado por la crítica a una sociedad que no deja mucho margen para que un joven ambiocioso de los barrios de trabajadores como Charley prospere. Sin nadie que pueda respaldarlo económicamente y con demasiado orgullo como para humillarse ante los dadores de préstamos, Charley no tiene más opción que abrirse camino con sus puños si quiere hacer fortuna y rápido.-
Momento Nº 3: la fiesta de compromiso.-
Muy pronto Charley se convierte en boxeador profesional gracias a los contactos que “Shorty” logra con el manager Quinn (William Conrad) y comienza a ganar prestigio y fortuna. Tras un año de gira por el país, un mundo de abundancia se abre ante sus ojos extasiados como los de un niño. Sin embargo, hay un límite para su ascenso: si Charley quiere conseguir peleas verdaderamente importantes, debe asociarse con Roberts (Lloyd Gough), un promotor todopoderoso que consolida su imperio en base al arreglo de peleas, influencia en las apuestas y otras maquinaciones non sanctas. “Shorty” y Quinn saben que una asociación de tal carácter es un arma de doble filo, pero Charley confía en que un campeón puede controlarlo todo y que en definitiva no importa si debe entregarse a Roberts, después de todo, el dinero es dinero, sin memoria ni moral. La escena en la que Charley y Peg anuncian su compromiso ante su entorno - que ahora incluye a Roberts y a Quinn y su amante Alice (Hazel Brooks), una auténtica femme fatale - es otra pequeña joya de actuación. La dinámica de la relación entre los personajes queda expuesta a través de los gestos breves de cada uno en la medida en que lo que callan comienza a ser más que aquello que pueden decir con franqueza.-
Momento Nº 4: después de la gran pelea.-
A través de Roberts, Charley logra disputar el título de campeón contra Ben Chaplin (Canada Lee) y ganar. Lo que Charley no sabe (pero Quinn sí) es que el resultado fue arreglado y que el único motivo por el que Ben arriesgó su vida para pelear con él (tiene un coágulo en el cerebro) fue para pagar las deudas que su manejador tiene con Roberts. Cuando “Shorty” descubre la verdad y confronta a Charley, todo se sale de control. Charley pierde a un tiempo a su mejor amigo, a su amada y posiblemente a su madre (no volvemos a saber de la Sra. Davis por bastante tiempo luego de esta secuencia) y queda inmerso por completo en el universo de Roberts, con Alice como principal - pero no única - acreedora de todo cuanto pueda obtener. Body and Soul expone así su tesis principal: un sistema corrupto que sólo procura la generación de dinero devora el cuerpo y el alma de los hombres puros como Charley y destruye a quienes intentan combatirlo “desde adentro” como “Shorty” y Ben (él también pagará un alto precio por su honestidad). La única opción es salirse cuando aún se está a tiempo, como Charley descubrirá en el último minuto posible.-
Momento Nº 5: suben las apuestas.-
Pero antes de hacer este descubrimiento, Charley aún piensa que puede jugar el juego según sus reglas y al mismo tiempo recuperar su autoestima y a las mujeres de su vida. Luego de una noche larga en su departamento, solo y rodeado de gente en la que no puede confiar, Charley vuelve a buscar a Peg y - por una mañana gloriosa - todo parece haber vuelto a la normalidad. La Sra. Davis prepara el desayuno en la cocina mientras Charley y Peg comparten secretos en el pequeño dormitorio de al lado (no me canso de insistir en esto: las actuaciones de estos tres son un tesoro que me conmueve cada vez, y he visto esta película tantas veces en los últimos días como para creer que eso ya no me pasaría), hasta que algo sucede: Shimen (Shimen Ruskin), uno de los vecinos, llega para entregar el pedido del mercado y comenta al pasar que el barrio entero ha apostado por Charley pero no por codicia sino como un acto de justicia. En Europa, explica Shimen, están matando judíos como ellos solamente por su religión, pero aquí en América un niño judío de un barrio pobre puede llegar a convertirse en campeón. El único problema es que Charley “vendió” la pelea pero luego del comentario de Shimen ya no puede seguir engañando a Peg y a su madre. La confrontación que sigue es lo que causa el distanciamiento entre ellos que hemos visto al comienzo, y es aquí en donde la película retoma el hilo de la historia.-
Body and Soul no contiene muchas referencias explícitas a cuestiones raciales. Apenas un par de menciones acerca de la religión de los Davis y ninguna acerca del hecho de que Ben es afroamericano. De hecho la película bien podría haber obviado estos aspectos que no son centrales para la trama y aún así conservado su interés aunque perdido textura. Y aquí es donde el contexto histórico en el cual la película fue producida cobra gran relevancia. Body and Soul pertenece a un grupo de películas producidas durante una breve ventana de tiempo abierta entre el final de la II Guerra Mundial y el comienzo de las listas negras y grises en Hollywood tras las sesiones del Comité de Actividades Antiestadounidenses de 1947, entre las cuales se encuentran ejemplos valiosícimos tales como The Best Years of Our Lives (William Wyler, 1946), Crossfire (Edward Dmytryk), Gentleman’s Agreement (Elia Kazan, 1947) y Force of Evil (Abraham Polonsky, 1948) - estas últimas dos también con John Garfield - por mencionar solamente las que he visto, de seguro hay otras. Por apenas un par de años, Hollywood fue capaz de producir películas que criticaran el racismo, la crueldad y la corrupción económica en la sociedad norteamericana y que presentaran - como en Body and Soul - a un afroamericano y a un judío como los únicos hombres decentes en un medio salvaje. Aunque muy pronto, los creadores de estas películas aprendieron la misma lección que Charley en Body and Soul: uno no puede pertenecer a un sistema perverso sin esperar corromperse o acabar destruído y sólo quien rompe con ese sistema tiene alguna esperanza de sobrevida y, a partir de allí, de refundación.-
Me ha gustado mucho tu análisis de la película y sobre todo ese párrafo final sobre la caza de brujas y tu reflexión final.
ResponderBorrarTambién me he fijado en esta frase "Qué puedo decir, me enamoré" al referirte a John Garfield, su trabajo como actor y sus personajes. No me extraña. Es un actor que enamora.
Hablando de su actuación hay una película poco conocida en la que tanto él como Spencer Tracy están mágicos y excepcionales. Es una de las adaptaciones cinematográficas a la obra literaria de John Steinbeck. La peli se llama La vida es así (Tortilla Flat). Y creo que te va a enamorar más todavía John Garfield
Beso
Hildy
Querida Hildy, escuché alguna vez hablar sobre Tortilla flat, tal vez fue en el documental sobre Garfield que viene en mi bluray de El cartero siempre llama dos veces (documental que en aquella época vi sin demasiado efecto). Intentaré conseguirla.-
BorrarTe cuento que estoy viendo Humoresque (aún no terminé) y creo que ya no tengo remedio, tengo un nuevo favorito, suspiros y corazoncitos para él, jaja.-
Me costó bastante transmitir todo lo que pensé viendo Body and Soul, mucho me ha quedado enredado sin poder expresarlo. Supongo que con el tiempo podré tener más claridad.-
Un beso enorme, Bet.-
¡He visto una nueva de John, dirigida por Negulesco, como Humoresque! Se titula Nobody Lives Forever. Y de nuevo Garfield es él mismo, pero distinto, en su papel de estafador que se va enamorando de su víctima.
ResponderBorrar¡Querida Bet, he corrido a contártelo!
Beso
Hildy
¡Ay, qué ganas de verla también! Esta no está en el puñado de pelis que conseguí, me quedaré con las ganas por ahora pero seguro que pronto aparecerá un maravilloso texto sobre ella en tu blog.-
BorrarYo estoy viendo Humoresque por partes (por estos días no consigo ver una película entera en una sentada). Creo que cometí el error de leer (por ansiosa) cómo se filmaron las escenas de Garfield tocando el violín. No deja de ser asombroso el efecto, pero perdió un poco de encanto. Cuando la termine, leeré tu texto. Por ahora no he querido leerlo para no adelantarme a nada.-
Te mando un beso enorme, Bet.-