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The Spiral Staircase (La escalera de caracol) - Robert Siodmak, 1946.-



En una pequeña comunidad estadounidense de principios del siglo XX hay un asesino serial que sólo mata a mujeres con discapacidad. Esto pone sobre alerta a Helen (Dorothy McGuire), una joven que quedó muda a raíz de un shock sufrido en su infancia y que trabaja como doncella de una mujer que está postrada (Ethel Barrymore) en una casona llena de tensiones. En la misma casa conviven dos medio hermanos, el Profesor Warren (George Brent) y Steve (Gordon Oliver), un tarambana que está enamorado de la secretaria del Profesor, Blanche (Rhonda Fleming). Y dos sirvientes, el rústico Oates (Rhys Williams) y su esposa alcohólica (Elsa Lanchester). Alguno de los habitantes de la casa es el asesino y no es seguro que el Alguacil (James Bell) y el Dr. Perry (Kent Smith), el médico que trata a la Sra. Warren, logren proteger a Helen antes de que sea atacada.-

Siempre recuerdo la primera vez que vi The Spiral Staircase, en una noche de tormenta tal como la de la película, en la que estaba sola en casa y me causó más de un sobresalto, pese a que desde temprano se adivina quién es el culpable. En este nuevo visionado, encontré un poco abrupta la revelación del misterio, de pronto la película arranca con el desenlace y no es que hagan falta más minutos, sino que la estructura resulta un poco desbalanceada.-

No obstante ello, hay mucho para disfrutar en esta película. En primer lugar, y esto es algo que no recordaba, la película comienza en una sala de proyecciones de esas en las que el público se sentaba en sillas plegables mientras el proyeccionista accionaba incesantemente una manivela y la música en vivo provenía de un piano ubicado a un costado de la pantalla. Ver este tipo de espectáculos en la pantalla siempre me emociona, porque me permite viajar en el tiempo e imaginar cómo habrá sido asistir a la novedad de ver imágenes en movimiento. Una de las personas en la sala es Helen y en ese mismo edificio, al mismo tiempo, se comete el primer asesinato de la película (que no es el primero en la historia, puesto que el asesino ya ha atacado antes). Esta primera secuencia me hizo caer en la cuenta de que la película adopta un punto de vista respecto de la discapacidad que no siempre preponderó en Hollywood, y es que las mujeres que son víctimas de los crímenes son personajes positivos y, pese a su condición de víctimas, no son débiles sino que se desenvuelven muy bien en la vida cotidiana. En el caso de la primera víctima, no llegamos a conocer mucho sobre ella, pero pese a su renguera se maneja bien en su habitación y no resigna el arreglo en su persona. Lo mismo puede decirse de la propia Helen, que tiene muchos recursos y es la heroína de la película. Este aspecto me resultó interesante encontraste con tantos villanos de la pantalla afectados por algún tipo de limitación física.-

Otra delicia de la película es esa casa que, como toda casona de este género que se precie, tiene sus escaleras, sus rincones oscuros y llenos de telas de araña, su falta de electricidad (aunque sí tiene teléfono) y su jardín semiabandonado en el frente.-

Pero sin dudas lo que distingue a esta película es su gran elenco. Aún en roles pequeños, como los de la Sra. Oates o Blanche o incluso la enfermera que intenta cuidar de la Sra. Warren, que tiene el rostro de Sara Allgood, hay primeras figuras o secundarios de oro y el espectador siente en todo momento que cada actor representa su rol como se tratara del papel más importante de la película. Los actores conforman además una interesante mezcla de estrellas de gran prestigio como Ethel Barrymore, figuras del momento como podrían ser Dorothy McGuire o Rhonda Fleming, otras que estaban entrando en la mediana edad como George Brent y otras que constituyen una categoría en sí mismas, como Elsa Lanchester.-


Comentarios

  1. Mi querida Bet, es verdad, que el recuerdo que tenemos de ciertas películas y, sobre todo, el momento en que las vimos puede variar cuando las visionamos de nuevo. Es cierto que nos puede gustar menos que la primera vez que la vimos o justamente al contrario.
    Pero como explicas en tu texto, La escalera de caracol tiene varias cosas que hacen que su visionado merezca la pena. Coincido totalmente en esa secuencia del principio y cómo cuenta con una de esas casas que casi son personajes también. Así con todo ese elenco de actores que merece la pena ir descubriendo sus filmografías.
    A mí su director Robert Siodmak me ha dado un montón de alegrías. Y tiene títulos para mí importantísimos de cine negro o alguna de aventuras. Además ¡todavía me quedan títulos por descubrir como Las ratas (Die Ratten, 1955), que me apetecen mucho!

    Beso
    Hildy

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    Respuestas
    1. ¡Ay, no diré que esta vez me decepcionó la película, pero sí que no me causó el mismo impacto! Sobre todo sentí muy abrupta la revelación del misterio. Pero de todos modos lo pasé muy bien con estos personajes. En particular me encantó la primera escena, que había olvidado por completo. Y ese final tan frenético, con la llamada telefónica (me encantaría tener mi propia cabina telefónica en casa).-
      Las Ratas suena terrorífica, si de veras se trata de roedores. Veré si puedo encontrarla para seguir explorando el cine alemán.-
      Te mando un beso grandote, Bet.-

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