Desde que comencé este proyecto anhelé y a la vez temí llegar a esta película. Me intrigaba muchísimo porque le veía mucho potencial pero al mismo tiempo temblaba ante la perspectiva de decepcionarme porque la fama desastrosa de esta película es legendaria. Pues…
Sylvia Scarlett cuenta la historia de una jovencita francesa (Katharine Hepburn) que adopta una personalidad masculina para seguir a su padre estafador (Edmund Gwenn) en su huída hacia Inglaterra. En el viaje ambos conocen a Jimmy Monkley (Cary Grant), un estafador de mayor vuelo que ellos que les propone formar un trío criminal. Pronto el trío se convierte en un cuarteto de actores ambulantes con la adición de Maudie (Dennie Moore), una criada de la que el Sr. Scarlett se enamora. Y sí, la transformación de estafadores en artistas se produce tan súbitamente como lo he relatado. La paz de la pequeña familia formada por estos personajes se ve turbada cuando llegan al pueblo del artista Michael Fane (Brian Aherne) y conocen a Lily (Natalie Paley), una exiliada rusa enamorada de Fane.-
Mirándola exclusivamente desde el punto de vista de este proyecto, diría que Sylvia Scarlett es por completo una película de Katharine Hepburn (no hay mucho Grant para ver) y que tiene dos problemas: Sylvia Scarlett y Katharine Hepburn. Por un lado, el personaje de Sylvia no tiene el menor desarrollo. Su decisión de adoptar una identidad masculina es tan impulsiva como la decisión inversa que Sylvia adopta más adelante y no creo que la idea de los guionistas (y son tres, Gladys Unger, John Collier y Mortimer Offner) haya sido mostrar justamente la impulsividad del personaje sino que más bien da la sensación de que confiaron en las capacidades de Hepburn para transmitir emociones y pensamientos que no estuvieran escritos en el guión. Ay, pero no.-
Y el segundo problema es justamente Hepburn. Confieso que no es una actriz que me caiga instantáneamente bien, sin importar lo que haga. Creo que cuando se descuida queda expuesta a invadir la pantalla a los codazos, sin dejar espacio para nadie más y sin contemplar que la historia tal vez requiera otra cosa. En mi opinión, si no tiene cuidado trasciende como ella misma con ese brillo de “miren lo genial que soy” en la mirada. Eso es exactamente lo que sentí aquí: su Sylvia/Sylvester va pasando de una peripecia a la siguiente para que podamos ver que Hepburn puede hacer de niña, de chico rudo, de chico tierno, de atleta, de pierrot, de jovencita enamorada y de mujer enfurruñada todo en uno pero sin cohesión ni fundamento. Y tampoco soy una seguidora incondicional de Cukor, algunas de sus películas me encantan pero otras fallan, en mi consideración, en esto mismo, en ponerle un freno a una estrella desbocada o a un deseo estético inmoderado.-
Convengamos que hubo otros aspectos que me impidieron disfrutar un poco más de la película. Por empezar, no soy muy admiradora de Edmund Gwenn y su personaje, aunque hacia el final conmueve en su patetismo, es un tarambana que me resultó antipático. Las otras mujeres de la historia, Maudie y Lily, son insufribles cada una en su estilo. Por otro lado, mi versión en idioma original tiene una pobre calidad de sonido y no tiene subtítulos, con lo cual fue muy difícil de entender para mí y tuve que recurrir a una versión doblada al español que tiene un nivel de tensión bastante alto en las voces (lamentablemente no puedo confirmar si lo mismo ocurre con la versión original). Eso tampoco ayudó a que el visionado fuera agradable además de privarme de una parte del trabajo de los actores.-
Viendo el vaso medio lleno, Sylvia Scarlett trastoca de manera interesante las expectativas de género de su época y parte del rechazo en la recepción de la película tuvo que ver con ello. una chica que va por la vida presentándose como un muchacho, que es besada por otra mujer cuando está vestida de chico, que es besada por otra mujer cuando está vestida de chica, que despierta la atracción de un hombre que no sabe que es una mujer y esta idea de que la identidad sexual de Sylvia es algo fluido; la película está llena de esas cosas sobre las que aún hoy estamos hablando. Me resultó interesante también el abordaje que hace del alcoholismo y la violencia doméstica, el cual es “muy de su época”. A modo de ejemplo, una escena brutal entre el Sr. Scarlett y Maudie no merece otra censura de parte del resto de los personajes que la de haber ocurrido ante personas ajenas a su círculo. Todos estos aspectos son interesantes (es la palabra del día) de observar aunque más no sea a título de curiosidad.-
En lo que respecta a nuestro homenajeado del día, realmente su papel podría haber sido interpretado por cualquier otro actor. Monkley no aparece mucho en la película (al menos así lo sentí) pero sí le da a Grant la oportunidad de continuar explorando el lado más oscuro de su imagen pública, siendo el personaje menos simpático de su carrera hasta este punto. Les dejo aquí abajo el enlace para la versión que vi así pueden constatarlo por ustedes mismos, yo no creo que alguna vez vuelva a esta película...
Hola Bet
ResponderBorrarPoniendo sobre el tapete a Cukor a Hepburn a Grant y una historia llena de "fluidos" parece que es una apuesta segura pero parece que algo falló.
Creo que no hemos sido presentados esta Sylvia Scarlett y yo -punto para los guionistas por la dupla Sylv/ia-ester gran aportación a la lista de nombres dobles- pero me apetece ver el "despeliegue Katharine" (está claro: la amas o la odias; no-te-digo-más).
Curioso que veas los "codos" de Hepburn y no aprecies las "hombreras" de Grant pero, hay que reconocerlo, con Cukor de árbitro Mr. Cary jugaba este partido como visitante.
Un saludo para Madame Monkley de parte de Mr. Scarlett (puedes llamarme O'Hara). Manuel.
Jaja, claramente cada uno tiene sus favoritos, estimado Manuel. Espero ansiosa un nuevo comentario suyo para cuando descubra a Sylvia. No dudo de que verá mil cosas que a mí se me han pasado.-
BorrarAgrego en mi defensa que pese a mi experiencia no siempre satisfactoria, sigo insistiendo con Hepburn. No bajo los brazos porque sé que el problema es mío y no de ella. Cuando lleguemos a The Philadelphia Story tendré oportunidad de redimirme ante sus ojos.-
Un abrazo de codazos y hombreras, Bet.-
Ay, sí, queridísima Bet, la recuerdo como una película que no era perfecta, pero que en cierto sentido hubo varios momentos que me agradaron. Creo que me gustó algo más que a ti. Entiendo lo que dices de la Hepburn y no te falta razón, pero a mí es una mujer que me encandila casi siempre. Reconozco que me gusta bastante.
ResponderBorrarY es que además te voy a confesar un cosa me chifla la pareja Katherine Hepburn-Cary Grant y he disfrutado como una loca con varias de sus películas juntos: Vivir para gozar, La fiera de mi niña e Historias de Filadelfia es un trío de películas que me encanta... Y ahí en La gran aventura de Silvia está para mí ya esa química especial. Me encanta ese Grant chuleta, pícaro y con mucho morro que ya veríamos cada vez más sofisticado en sus películas futuras.
Beso
Hildy.
Jaja, he quedado en minoría aquí con mi opinión sobre Hepburn. A mí La fiera de mi niña me costó un esfuerzo, no fue amor a primera vista pero cada vez que la veo me divierto más y más. Lo mismo me sucedió con Historias de Filadelfia, me tomó varios visionados entrar en el universo que propone. Y de Vivir para gozar tengo un recuerdo difuso, no he vuelto a verla desde que la reseñé. Pero estoy bien dispuesta a seguir intentando con Hepburn, no le he cerrado la puerta ni mucho menos.-
BorrarAquí Grant tiene la oportunidad de mostrar algo distinto, pero lamentablemente su papel no es más extenso.-
En fin, no faltará oportunidad para volver a coincidir, que para el disenso también está el cine, aunque en tu generosidad inmensa no hacés hincapié en ello.-
Te mando un beso enorme sin sofisticación, Bet.-
Mi Bet del alma, yo no soy nada futbolera, pero ¡felicidades porque la selección argentina ha ganado el Mundial! Y cómo no, el fútbol también ha protagonizado un montón de pelis a lo largo de su historia.
ResponderBorrarBeso enorme
Hildy
¡Hildy adorada, no podrías ser más linda! Yo tampoco soy futbolera y este Mundial en particular me sorprendió desganada, no miré ningún partido excepto la final. Y sin embargo, lo sufrí como todos y me alegré por los jugadores por su logro enorme. Y como nos gusta hacer a los argentinos, me ilusiona lo que un montón de gente llena de esperanza y con buenos ejemplos a seguir puede lograr, ahora que tendremos una votación para Presidente en pocos meses. Al mismo tiempo me estoy agarrando la cabeza por el descontrol que está ocurriendo el día de hoy con el festejo, no podemos organizar ni un cortejo. En fin... esa montaña rusa de emociones es la Argentina, podemos lograr lo que queramos y arruinar todo lo que tocamos.
BorrarUy, tenía proyectado un texto pero qué bueno el fútbol en el cine, me inspira. Recuerdo una peli española que creo que se llamaba Días de Fútbol, la pasaban mucho en la tele a comienzos de los 2000 y claro, Metegol de Campanella.
Mil gracias por tu saludo, un abrazo enorme, Bet.-