Despido el año con una nueva entrada en mi Proyecto Cary Grant como una forma de reflexión, por qué no, respecto de este año cinéfilo. Este proyecto ya va por su segundo año (por un momento estuve convencida de que lo había comenzado en 2022 pero no, viene desde 2021) y representa la concreción de una idea largamente considerada. Durante mucho tiempo quise hacer un “Proyecto alguien” en el cual recorriera una filmografía entera y Cary Grant terminó siendo el elegido. No haberlo abandonado y estar comenzando su tercer año es todo un logro para mí porque la perseverancia rara vez se abre paso hasta este rincón, mi pobre blog suele ser lo primero que tacho de mi lista de pendientes cuando no llego a hacer todo. El otro día hice un conteo rápido de la cantidad de entradas que publiqué este año y rondan las treinta y cinco. Lo cual no es mucho. Y ni les cuento cuán poco cine vi este año.-
Volviendo a mi Proyecto, me ha hecho descubrir películas que tal vez en la vida hubiera llegado a ver, como en general me sucede con este blog. Durante ese mismo conteo de entradas que les mencionaba recordé películas extraordinarias que descubrí este año, como Black Narcissus, amores locos que llevaré en el corazón para siempre (mi querido Robert Donat, te estoy hablando a vos) y la integración de dos de las pasiones que se han disputado el centro de mi atención este año, el cine y la literatura, en aquellas entradas sobre distintas versiones de El Conde de Montecristo (la novela de Dumas fue mi libro favorito del año, por si alguien se lo estaba preguntando). Ha sido un buen año, en suma. Y compartirlo con ustedes fue lo mejor de todo ello. ¡Feliz Año Nuevo!
Big Brown Eyes fue toda una sorpresa para mí. La trama es un pelín rebuscada y la película se demora una eternidad en encontrar el tono correcto, pero cuando arranca, despega y se convierte en un buen exponente de la comedia romántica con trasfondo policial.-
Eve Fallon (Joan Bennett) es una manicura con ojo de detective que un buen día decide convertirse en reportera a lo Hildy Johnson para cubrir la investigación de un caso que ha conmocionado a la comunidad. Sobre el mismo caso trabajan su novio policía, Danny Barr (Cary Grant) y - por decirlo de algún modo - Richard Morey (Walter Pidgeon), un sofisticado ladrón de joyas que se hace pasar por detective privado para acercarse a sus víctimas. Los tres correrán detrás de Russ Cortig (Lloyd Nolan), el hombre que guarda el secreto del asesinato de un bebé (sí, por esos caminos transita la película) durante la venta frustrada de las joyas robadas, en una carrera que mezcla personajes del mundo criminal, del periodismo y de la ley y el orden.-
Aquí de nuevo Cary Grant toma el lugar secundario detrás de una protagonista femenina que ocupa el centro de la escena. Esta es claramente una película de Joan Bennett quien no sólo tiene más tiempo en la pantalla sino que además es quien impulsa la historia y quien experimenta la mayor transformación a lo largo de la trama. Su Eve es muy dinámica y astuta, muy a la manera de Carole Lombard. La menciono porque es difícil mirar esta película sin imaginarse a Lombard en el rol, no sólo por la cita ineludible a Hands Across the Table (Eve incluso tiene una compañera de trabajo que emula a Marie Prevost en aquella deliciosa película) y a True Confession sino también porque en un punto Bennett carece de la chispa que el personaje requiere. En efecto, la sección más lenta de la película es aquella que busca la comedia de desencuentros amorosos a la fuerza en una subtrama esteril que explora los celos de Eve ante una supuesta vinculación entre Danny y la víctima del robo, Mrs. Cole (Marjorie Gateson).-
Por lo demás, Big Brown Eyes tiene esa extraña cualidad que roza el pre-code y de la que hacen gala algunas películas posteriores a 1934. La escena del encuentro en el parque de dos grupos de criminales que termina con la muerte de un bebé tras un tiroteo desordenado, es demencial. Hay también algunas insinuaciones a la libertad sexual de los personajes, que no constituyen el tema de la película pero son bastante notorias.-
Todo ello hace que esta película sea muy disfrutable pese a sus defectos y un buen descubrimiento en la filmografía de Cary Grant.-
Hola Bet
ResponderBorrarNo nos dices de quién son esos "grandes ojos marrones" -aunque dices que Joan tiene ojo de detective, ejem, ejem- pero contando con la dirección de Walsh, que algo aportará Grant y que la Bennett está tan pichi con uno de aquellos pijamas de raso merece la pena poner color de ojos a esta peli.
Treinta y cinco entradas -casi una por semana- no esta nada mal para una confesa tacha-prioridades juas, juas.
¡Feliz Año! Manuel.
Querido Manuel, si me pregunta, diría que la película se llama "Sus grandes ojos marrones" como podría haberse llamado "Un día tranquilo en la pradera". Ninguno de los dos tiene sentido, pero no por ello la película es menos disfrutable. Vale mucho la pena que significa buscar hasta encontrarla, que está difícil de localizar...
BorrarMuchas pero muchas gracias por el aliento, este no fue mi año más cinéfilo pero lo empecé con cine, así que lo tomaré como un buen augurio. Le mando un abrazo y ¡mis mejores deseos para el año entrante!
Bet.-
Guauuuu, el trabajo que estás haciendo de arqueología cinematográfica con el gran Cary Grant es apasionante. ¡¡¡Y yo que pensaba que había visto mucho de Grant, jajajaja!!!
ResponderBorrarWalsh, Grant y una de las Bennett..., desde luego la propuesta es atractiva.
¡¡¡Y en este año nos esperan muchas más sorpresas en La chica del parasol blanco!!!
Ganas de leerte mucho, pero muchooooo.
¿Qué ideas brillantes para tus artículos nos mostrarás?
Beso
Hildy
PD: qué buena y misteriosa es Narciso negro.
¡Esta película bien vale la pena descubrirla, mi queridísima Hildy! Pero creo que no la vieron ni en su día, jaja, no había escuchado nunca hablar sobre ella y sólo pude verla gracias a haber comprado hace años unos DVD con películas de los comienzos de Grant.
Borrar¡Narciso negro fue uno de los mejores descubrimientos del año 2022!
Espero no perder el hilo este año y escribir mucho, mucho. Te mando un abrazo enorme, Bet.