Hoy estoy de festejo pues es el séptimo aniversario de este rincón del ciberespacio que suelo dejar abandonado por largos períodos de tiempo pero que siempre está allí, listo para recibir las tonterías que me inspira mi amor por el cine. Para este aniversario se me ocurrió hacer algo diferente y que ya veremos qué resultados produce: voy a dedicar todo el mes a revisitar películas que en su momento detesté y a descubrir si el tiempo ha hecho que pueda verlas con otros ojos.-
Lo que no me gustó en su momento: Nunca me gustó nada de esta película, a excepción de una única escena. Especialmente siempre me desagradaron los personajes.-
Por qué quiero darle una nueva oportunidad: Dana Andrews bien merece una misa.-
Básicamente… eso. Laura siempre me pareció una colección de personajes miserables o sosos, haciendo cosas miserables y sosas, y lo único que me gustó siempre es la escena del interrogatorio en el destacamento de policía en la cual Dana Andrews dice aquello de que llegó a un punto en el que necesita un entorno oficial (esa frase siempre me pareció el colmo de la sensualidad, no me juzguen). Y sin embargo, volví a ella varias veces a lo largo de los años. Esta debe ser la película que, gustándome nada, más veces ví.-
Partiendo de la base de que evidentemente me senté a verla con buenos ojos, puedo decir que el experimento ha sido un éxito. En este nuevo visionado me dejé cautivar por los encantos de Laura y si bien entiendo porqué a mi yo “del pasado” no le gustaba esta película, ahora me veo caminando hacia el horizonte con ella al grito de “este es el comienzo de una bella amistad”.-
El comienzo de la película nos muestra el encuentro entre uno de los allegados más cercanos a la Laura del título, Waldo Lydecker (Clifton Webb) y el Detective Mark McPherson (Andrews). No lo hemos visto suceder en pantalla pero Laura está muerta y McPherson ha tomado la investigación luego de los primeros interrogatorios preliminares. El lugar del encuentro es nada menos que el cuarto de baño de Waldo, barroco hasta la médula como el resto de su departamento y un ambiente en el cual su ocupante encaja a la perfección. Desde el comienzo vemos que McPherson es uno de esos tipos recios, con cero expresión facial excepto por el brillo en sus ojos, ojos que usualmente dirige hacia un juguete de bolsillo que parece absorber su atención. Sin embargo, nada se le escapa y cuando más distraído parece, más atento está a los detalles. Waldo insiste en acompañarlo en su investigación, en parte porque como escritor se interesa por las interacciones humanas y en parte porque tiene su propia teoría respecto a quién sería el sospechoso ideal. Según él, el culpable no puede ser otro que Shelby Carpenter (un Vincent Price jovencísimo), un playboy con el que Laura estaba comprometida para casarse pero al que habría rechazado a último momento. El círculo se completa con Ann Treadwell (Judith Anderson), la tía de Laura quien a su vez está enamorada de Shelby.-
Si por algo es famosa Laura es por contener una de las más intensas historias de amor de un hombre con una mujer a la que sólo conoce a través de su retrato y que además ha muerto. A lo largo de su investigación, Mark conoce detalles de la vida de Laura, principalmente a través del relato de Waldo, pero se enamora de ella fundamentalmente a través de su imagen (y de la lectura de su diario íntimo, la película no hace demasiado hincapié en ello, pero no podemos soslayar que Mark tuvo acceso a los pensamientos más privados de Laura aún antes de conocerla). De alguna forma, Mark casi la trae a la vida con su deseo porque a todo esto, la Laura de carne y hueso (Gene Tierney) se aparece una noche como si nada y es que en su lugar murió otra mujer, de contextura parecida y a quien el asesino no habría reconocido a causa de la oscuridad en la que se cometió el asesinato.-
En este nuevo visionado me gustaron varias cosas a las que nunca antes había prestado atención. En primer lugar, la película es bellísima de ver. Todo está estilizado al extremo, los decorados, la fotografía, la forma en la que los personajes son presentados en cuanto a su estampa y su forma de conducirse. En ese sentido, tal vez los personajes más sencillos sean Mark y la propia Laura, con excepción de Bessie (Dorothy Adams), la criada de la protagonista. No es casual pero sí llama la atención en una primera aproximación, que Laura no tenga atuendos ni peinados extravagantes. Cierto es que Laura fue filmada en plena época de guerra, pero aún así todos los personajes de su círculo social excepto ella, son muy chic mientras que ella mantiene el aspecto práctico de una mujer que trabaja para ganarse la vida.-
Hablando de lo cual, Laura es bastante destacable en cuanto muestra a una mujer joven con una carrera exitosa que, más allá del empujoncito que pudo haberle dado Waldo (y atención que esa parte de la historia la conocemos de su boca, ya hablaré más sobre ello), se abre paso por sí misma, en base a su talento. Este aspecto de la personalidad de Laura no es ridiculizado ni minado en lo más mínimo por el director y, hasta donde llegamos a ver, la protagonista no tiene que “compensar” esta faceta con otras de su vida, no hay aquí renunciamientos ni sacrificios. Al mismo tiempo, por oposición al personaje de Laura tenemos a Shelby. En este visionado me pareció un personaje fascinante: Shelby no se hace ilusiones ni busca engañar a nadie respecto a sus capacidades y sus expectativas en esta vida. Es un tarambana favorecido con un aspecto de galán y no finge ser otra cosa. Sus vinculaciones con Laura, la mujer que espera ponerlo a trabajar, y con Ann, la mujer que espera convertirlo en su “esposo trofeo”, son muy interesantes. Y en esto creo que Preminger da un paso aún más largo que en su presentación de Laura, porque Shelby tampoco es ridiculizado o cuestionado, más bien lo contrario. El discurso que Ann le suelta a Laura sobre los motivos por los que Shelby es más apropiado para ella que para la joven, lo pinta de pies a cabeza (y a la propia Ann también) pero en definitiva lo valida ante los ojos del espectador.-
Otro aspecto que me dejó pensando es que durante la primera mitad de la película, todo lo que sabemos sobre Laura lo conocemos a través de las personas que la rodeaban, en especial a través de Waldo. Y aquí entro en cortocircuito con una de las cosas que siempre me dejaron fría ante esta película y que era la propia Laura. Se supone que Laura debe ser una mujer fascinante si vamos a creer que Mark se enamora de ella sin conocerla, y a mí siempre me pareció bastante insípida. Pero… siempre hay un pero y en este caso tengo dos. Número uno, la forma en la que Tierney interpreta a Laura en los flashbacks de Waldo es diferente a cómo lo hace en el tiempo actual de la película, es más fría y distante, como si fuera una semi-diosa y es que así la ve Waldo. Número dos, evidentemente yo estaba predispuesta a que no me gustara ni un poquito la película (o ahora estoy haciendo fuerza para que me guste, todo es posible), porque ahora veo que Tierney hace un gran trabajo mostrando cómo, tras su regreso, Laura conecta con todos. No a través de grandes gestos sino (y en esto se parece mucho a Mark) de su mirada, de su tono de voz, de su lenguaje corporal. Esto le permite mostrar su simpatía por Bessie en su reencuentro, su vulnerabilidad durante la fiesta de bienvenida, su valentía en el ataque final.-
Y también su atracción por Mark. Me gusta mucho esta pareja de opuestos que conforman Tierney y Andrews, poco a poco me gustaría descubrir el resto de las películas que hicieron juntos (sólo he visto Where the Sidewalks Ends, película que siempre me gustó muchísimo). Y a qué negarlo, esta faceta “romántica” de la película es lo que más me gustó en este visionado. Andrews hace un gran trabajo interpretando a este hombre emocionalmente desconectado (bueno, como lo hace habitualmente) que se dedica a fondo a su trabajo. Me resultó muy interesante que se mencione que en el pasado fue herido por un ataque de gangsters. Es un detalle que bien podría haberse omitido (no tiene ninguna relevancia en la trama), pero que aporta relieve al personaje de Mark. Por otro lado es una delicia asistir a la displicencia con la que interactúa con quienes lo rodean. Ann, Shelby y sobre todo Waldo son figuras rimbombantes pero toda mi atención se la llevó Mark justamente porque en sus zapatos Andrews parece no estar haciendo nada y aún así, se destaca de los demás. Una vez que Laura regresa, su lenguaje corporal habla a las claras sobre el progreso de su relación a medida que siente que gana o pierde chances de “quedarse con la chica”. En ese contexto se produce la escena que mencioné al comienzo, en la que Laura y Mark se miden en dos planos, el sentimental y el criminal.-
Veredicto final: Muy favorable. Sin ninguna vergüenza declaro aquí públicamente que estaba equivocada respecto de Laura y si bien estimo que los motivos por los que me gustó tal vez no sean los de todo el mundo (quiero decir, no a todo el mundo lo hará suspirar Dana Andrews), estoy más que encaminada para seguir sacándole el jugo a esta película con muchos visionados más.-
Pero qué alegría y qué alboroto que en este nuevo visionado hayas hecho migas con Laura. ¡El principio de una bella amistad! Y tu análisis muestra a la perfección todas las virtudes de dicha película, que es inagotable es sus distintos visionados y análisis.
ResponderBorrarJajaja, a mí me parece fascinante el personaje de Waldo Lydecker, qué tipo desde que lo vemos aparecer en la bañera.
Y Dana Andrews, ¡nadie mejor que él para hacer del duro con corazón de la película!
Jo, y esa banda sonora que envuelve también la fascinación por Laura... y ese retrato del que se enamora Mark... que de pronto cobra vida...
Beso
Hildy
¡Por cierto, enhorabuena por esos siete maravillosos años en este blog! Me encanta leerte, ya lo sabes.
ResponderBorrarBeso
Hildy
¡Queridísima Hildy! Sí, me dije "es ahora o nunca" con Laura, jaja. ¿No es una maravilla que el cine siempre esté ahí para darnos una nueva oportunidad?
BorrarEn este visionado de redescubrimiento no me alcanzó para concentrarme en Waldo, el pedacito de atención que no le dediqué a Dana Andrews se lo quedó Vincent Price con ese vividor fantástico que es Shelby. Prometo prestar más atención a Waldo en la próxima oportunidad. Ciertamente, como decís, confío en que nuevos visionados me traerán más elementos para analizar. ¡Esto es solo el comienzo!
Muchas, muchas gracias por tu apoyo de siempre, desde los tiempos en los que me daba miedo hablar de algo que no fuera Hitchcock. ¡Claro que nos seguiremos leyendo!
Te mando mil abrazos, Bet.-
Hola Bet
ResponderBorrarEnhorabuena por estos siete añazos y, en tu caso, poner dos entradas en tres días debe ser el equivalente a tirar cohetes (que es lo que hacemos por aquí los días de fiesta).
Tengo que volver a ver "Laura" porque, confieso, sólo recuerdo que sale Tierney. Con tu repaso me he dado cuenta que ha influido en otras posteriores: dese "el tercer hombre" y su descripción por referencias de un muerto muy "vivo" hasta "Charada" (que algún día nos visitará).
Hace poco vi "Whirlpool", donde Preminger pone a Gene en otro "papel doble" muy diferente. Y, también hace poco, vi una en que Vincent hacía de joven petimetre ruso muy parecido al papel que describes aquí. Pasó de un encasillamiento a otro con más salto mortal que el de Laura.
Dana Anrews representó siempre la integridad, la roca ¡A pesar de que su nombre nos haga esa gracia a los latinos!
Un saludo... y siete velas ¡sopla! Manuel.
¡Jaja, sí, mi forma de celebrar fue permitir que la inspiración me encuentre trabajando, querido Manuel! Yo tenía presente esta película de tanto verla en el afán de que me guste. Ahora fíjese que de "El tercer hombre" no recuerdo casi nada más que algunas "postales" de aquí y allá. "Charada" ha aparecido por aquí, pero muy brevemente (https://lachicadelpasarolblanco.blogspot.com/2021/01/viajes-de-cine-primera-parada-paris.html?m=1). Le debo un texto exclusivamente dedicado a ella aunque puede que lo reserve para mi proyecto Cary Grant. Por lo demás, tomo nota de "Whirlpool", ¡tiene una pintaza fenomenal!
BorrarLe confieso aquí entre nos que "Laura" fue la primera película de Andrews y de Tierney que vi y en mi ignorancia, pasé toda la película convencida de que "Gene" era él y "Dana" era ella (imagínese aquí el emoticón ese que se golpea la frente). Woody Allen tiene un chiste sobre la confusión que genera el nombre de Andrews en su inolvidable "Días de Radio".
Me voy a comer sobras del pastel, un abrazo enorme, Bet.-
Hola otravez
ResponderBorrarCasi te recomendaría más la otra; "Whirlpool" tiene el virus, que en aquellos años hizo estragos, de mirar de reojo demasiado a Freud (no sé si me explico). La otra fue la siguiente que firmo Preminger aunque, yo diría, es un noventa y cinco por ciento Lubitch. Una enloquecida comedia a mayor gloria de Tallulah (si Catalina "la Grande" hubiese vestido esos escotazos, hoy la conoceríamos como Catalina "la Breve") donde el bueno de Ernst se dedica a dar palos a Rusia (la imperial, pero Rusia al fin). Muy divertida, "Royal Scandal, La Zarina".
Un saludo, Manuel.
Miraré ambas y así no habrá forma de salir perdiendo, jeje. Qué curioso que hayan elegido a Preminger para terminar un film de Lubitsch, ¿no? Dos en realidad, porque también está La Dama de Armiño, que por cierto tampoco he visto.-
BorrarMás abrazos, Bet.-