Ir al contenido principal

On the Town (Un día en Nueva York) - Gene Kelly y Stanley Donen, 1949.-


Lo que no me gustó en su momento: Prácticamente detesté cada minuto de esta película.-

Por qué quiero darle una nueva oportunidad: No quiero aceptar que haya una película de Gene Kelly que no me guste.-


Ví esta película por primera vez relativamente tarde en mi viaje por la filmografía de Gene Kelly. Para ese punto ya había visto, en términos de películas musicales, “las grandes” - especialmente Singin’ in the Rain y An American in Paris - y varias de “las menores” como Les Girls, It’s Always Fair Weather y The Pirate. En comparación, On the Town siempre me pareció un pastiche de elementos diversos que nunca encuentra el tono y que está llena de cosas que se hicieron mejor en otro sitio.-

La historia es la de tres marineros que tienen sólo veinticuatro horas para explorar Nueva York: Gabey (Gene Kelly), Chip (Frank Sinatra) y Ozzie (Jules Munshin). Gabey quiere tener una cita con una “auténtica neoyorquina”, Chip quiere visitar todos los sitios turísticos publicados en una vieja guía que su abuelo le dio y Ozzie… bueno, Ozzie no tiene una personalidad definida, es solamente un tipo alto con cara de pavote. Como era de esperarse, los tres terminan consiguiendo sus citas: Ozzie y Chip son conquistados por dos mujeres que no admiten un no por respuesta, respectivamente la estudiante de antropología Claire (Ann Miller) y la taxista Hildy (Betty Garrett) pero Gabey no la tiene tan fácil y pasa todo tipo de peripecias para dar con la “señorita Metro del mes”, Ivy (Vera-Ellen), una chica a la que conoció a través de un afiche publicitario y a la que perseguirá durante toda la película.-

En mi opinión uno de los problemas de la película es que no está bien balanceada. La historia de Gabey es la principal, claro está, pero siento que las otras dos deberían haber ocupado ya sea más tiempo en la pantalla, ya sea menos, pero así como son presentadas parecen ocupar proporciones extrañas (60-30-10, algo así). Tengo la sensación de que Sinatra era demasiado famoso como para no darle suficiente tiempo en la pantalla y Munshin era demasiado desconocido como para ponerlo a su misma altura y eso termina haciendo que la película nunca termine de ser un ensamble mientras que sus secundarios ocupan demasiado tiempo en pantalla. Similar suerte corren las mujeres de la película y en consecuencia Ann Miller (que forma pareja con Munshin) sólo tiene un número de baile y un número coral, lo cual en su caso siempre resulta demasiado breve.-

Además, se ve muy pobre. On the Town es famosa porque fue la primera película musical en contener una secuencia filmada en escenarios reales. El comienzo de la película fue efectivamente filmado en las calles de Nueva York y se siente auténtico y fresco. Pero el resto de la película se ve plano y apagado. El director de fotografía Harold Rosson tiene una extensísima filmografía entre la que se cuentan películas vibrantes como The Wizard of Oz, Duel in the Sun y Singin’ in the Rain pero aquí algo falló. Y debo reconocer que otras películas de Gene Kelly, por ejemplo Cover Girl e It’s Always Fair Weather, también lucen “apagadas” pero aún así me gustan mucho porque su estética coincide con su tono melancólico. Ahora bien, On the Town se presenta como un musical chispeante, lleno de humor y romance y en ese sentido su estilo visual le hace dar un paso atrás.-

Por otro lado, los números musicales no son nada memorables. Además del número de apertura (New York, New York) y el número principal (On the Town) - que no es de Leonard Bernstein sino de Roger Edens - no hay ningún otro “hit” en la película. Sinatra no tiene ningún número en solitario, Gene Kelly canta solo una canción (Main Street, un número muy dulce que baila con Vera-Ellen) y por momentos los números corales adquieren toques bizarros como ocurre con You Can Count on Me o con la insoportable Prehistoric Man. Y las cosas adquieren un tono francamente de otro mundo cuando Kelly, Sinatra y Munshin se disfrazan de odaliscas (pelucas y velos incluidos) y cantan Pearls of the Persian Sea para ocultarse de la policía.-

Lo único destacado desde el punto de vista musical, pero que como decía antes Gene Kelly repetiría con muchísimo mejor resultado un par de años después en An American in Paris, es el número de presentación de Vera-Ellen y el ballet que hace una representación visual de la historia hasta ese punto. Este ballet en particular es 100% Kelly, lleno de sus movimientos característicos, de su inventiva y de su uso fantástico del color y el vestuario como parte de los elementos narrativos.-

Otro punto rescatable es lo que la película tiene para decir en términos de expectativas de género y de crítica social. Todas las mujeres de la película trabajan y viven en forma independiente de sus familias y enamorados. En particular resulta interesante el personaje de Hildy a quien lo primero que le dicen los protagonistas, cuando la ven conduciendo un taxi, es que “la guerra ya terminó” (es decir, que no hay excusas para que siga haciendo un trabajo “masculino”). Hildy quiere a Chip porque lo quiere, ni siquiera tiene un interés “científico” como el que tiene Claire, y no para hasta que lo conquista. Ivy por su parte costea su profesora de ballet (Florence Bates) con su trabajo de bailarina exótica (trabajo conseguido por la propia profesora), un puesto que oculta de su familia y que la avergüenza profundamente. La película no se mete por ese camino y el número absurdo de los muchachos vestidos de odaliscas le da un tono cómico a toda la situación pero cuando la cámara se aleja un poquito del escenario, se ve claramente que el público del espectáculo de feria no es familiar. Al mismo tiempo la película se queda en su época al utilizar el personaje de Lucy Shmeeler (Alice Pearce), la amiga de Hildy, como recurso humorístico típico de su tiempo, de esos que hoy nos hacen revolear los ojos pero que hay que entender en su contexto. Por otro lado, los realizadores están detectando algún tipo de problema al redimir a Gabey por haber rechazado a Lucy, con una frase del estilo de “no sos vos, soy yo”.-


Veredicto final: Nah… esta película sigue sin convencerme y no veo demasiados motivos para seguir intentando enamorarme de ella. Y sin embago, hace algunos años publiqué una mini reseña de esta película analizándola en su contexto y hete aquí que le encontré varios puntos favorables (algunos incluso que entran en contradicción con lo que dicho aquí) con lo cual no descarto que dentro de un par de años vuelva a ella a ver cuál de mis dos versiones tenía razón. Hoy la decisión está dividida.-


Comentarios

  1. Hola Bet
    Estoy contigo: la peli está más arriba en su fama de lo que sus méritos acreditan. Pero...
    Había un claro intento de duplicar el éxito de la -entonces- famosíiiisima pareja Dean Martin-Jerry Lewis. La pega era que los dos querían ser Dino. Sinatra era un cantante muy famoso pero todavía faltaban algunos años para que se tomase su carrera como actor en serio. Del mismo año es "Take me out to the Ball Game, Llévame al partido" con los dos protas (también Munshin y Betty Garrett) y con Esther Williams; tiene algún número musical paladeable... pero todavía aguanta peor el paso del tiempo.
    Un saludo, Manuel.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. "Take me out to the ball game" la tolero mucho mejor que "On the town", fíjese querido Manuel. Hace mucho que no la veo pero tengo un recuerdo menos amargo que el que me queda con esta película.-
      De las películas que hicieron en dúo Sinatra y Kelly creo que la mejor es "Levando anclas". Es la más divertida y la que tiene mayores méritos artísticos. Es larga (dura más de dos horas) y bastante absurda, pero tiene una estética vibrante y esa energía que te dejan las películas en las que todos están dando lo mejor de sí.-
      Un abrazo, Bet.-

      Borrar
  2. ¡¡¡Tampoco es de mis musicales favoritos a pesar de que soy superfan del cine de Stanley Donen!!!... Y también quiero a Gene Kelly. Pero no es de esos musicales que me quiero poner una y otra vez.
    De Stanley Donen prefiero Cantando bajo la lluvia, por supuesto... oooo ¡Siete novias para siete hermanos! (adoro esta película). Ayyyy, Juego de pijamas fue todo un descubrimiento para mí. Pero si me dicen quédate con una película de Donen, sin duda, me quedo con una ¡que no es un musical!: Dos en la carretera.

    Beso
    Hildy

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Jaja, yo considero "Cantando bajo la lluvia" una película de Gene Kelly, no de Stanley Donen. ¿Podés creer que aún no he visto "Siete novias para siete hermanos"? Tengo el DVD hace años y ni siquiera sé si funciona. De "Juego de pijamas" tengo un muy buen recuerdo, pero nunca volví a verla después de la primera vez...
      No he visto "Dos en la carretera" pero si tengo que elegir una película de Stanley Donen, me quedo con "Charada". ¡Qué magnífica película!
      Te mando un beso grande, grande, Bet.-

      Borrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

El hijo de la novia - Juan José Campanella, 2001.-

Confieso desde el comienzo que me encanta la obra cinematográfica de Campanella, de modo que no soy muy objetiva al decir que esta película está llena de “momentos”, casi todas las escenas son oro en polvo y con mucho esfuerzo seleccioné estas cinco. Aquí van... Momento N° 1: el sueño de Rafael.- Para el comienzo del segundo acto, Rafael (Ricardo Darín) está internado en un sanatorio luego de haber sufrido un infarto. A su lado, inclinada sobre un ejemplar de la revista “Cosas” (un guiño a la primera película del director, cuyos protagonistas trabajaban para una publicación del mismo nombre), duerme su novia Natalia (Natalia Verbeke). De pronto Rafael se despierta, llama a Natalia y comienza a contarle el sueño de su vida: lisa y llanamente, quiere irse a la mierda. Mientras Rafael se explaya sobre la idea hablando casi para sí mismo, Campanella se concentra en Natalia, quien rápidamente advierte que en el sueño de Rafael no hay ningún lugar para ella. En toda esta escena Verb

Life Itself (Como la vida misma) - Dan Fogelman, 2018.-

Aviso: tomaré unos días de licencia mientras me preparo para un proyecto algo grande que ideé para el mes próximo. Si todo sale como lo planeo, el 1ero. de septiembre estaré de regreso y muy bien acompañada. ¡Hasta entonces! ✻✻✻✻ Hoy he llevado mi máquina del tiempo al taller mecánico y mientras espero que la reparen, decidí darme una vuelta por esta década. O más precisamente, por este último año. Así desembarqué en esta película que ya voy viendo en Internet, genera opiniones encontradas entre quienes la aman y quienes la detestan.- Life Itself es una de esas películas que te desarma para volverte a armar. La historia se desarrolla en una serie de “capítulos”, de historias que ya veremos están íntimamente conectadas aunque por momentos no lo parezca. La primera de ellas es la que sirve de hilo conductor y nos presenta a una joven pareja, Will (Oscar Isaac) y Abby (Olivia Wilde) a la que conocemos a través del relato que Will hace a su terapista (Annnette Bening) s

Left luggage (Por amor) - Jeroen Krabbé, 1997.-

“Por amor” cuenta la historia de Chaja Silberschmidt (Laura Fraser), una joven estudiante de Filosofía en el Amberes de los años ‘70 y su relación con sus padres (Maximilian Schell y Marianne Sägebrecht) - ambos sobrevivientes de los campos de exterminio nazis - y con una familia jasídica (encabezada por el propio director y por Isabella Rossellini) para la cual trabaja como niñera. El nexo entre ambos mundos es el Sr. Apfelschnitt (Chaim Topol), un vecino de los padres de Chaja con el cual la joven mantiene una amistad.- Momento N° 1: el “meetcute”.- En el comienzo de la película Chaja parece no encajar demasiado en ninguna parte: su espíritu independiente y apasionado la diferencia de sus compañeros de Universidad que pasan su tiempo en interminables discusiones políticas, de sus padres que se debaten entre la persistencia del pasado y un presente amnésico y de sus orígenes religiosos y culturales. Sin embargo, sus aprietos económicos la llevan a dejar de lado este último