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The Dark Mirror (A través del espejo) - Robert Siodmak, 1946.-


Esta fue una de las primeras películas clásicas no dirigidas por Hitchcock que vi, cuando empecé a ver cine clásico. Creo que la encontré en la televisión un día y me resultó fascinante en cuanto a su intriga y a sus méritos técnicos.-

Cuando el Dr. Frank Peralta aparece asesinado en su departamento, todos los indicios apuntan contra la vendedora del kiosco que funciona en el edificio de oficinas en el que atendía el doctor. El Detective Stevenson (Thomas Mitchell) cree que tiene el caso resuelto hasta que descubre que la sospechosa, Terry Collins (Olivia de Havilland), tiene una hermana gemela llamada Ruth (también interpretada por de Havilland). Nadie, ni siquiera el Dr. Scott Elliott (Lew Ayres) - un psicólogo especialista en gemelos que también tiene oficina en ese edificio - puede distinguirlas por lo que el caso se cierra por ser de imposible resolución. Pero Stevenson no se queda conforme y decide encomendar al Dr. Elliott una investigación para establecer cuál de las gemelas podría ser una asesina.-

Siodmak hace un gran trabajo en introducirnos en la historia. La revelación del crimen, los primeros pasos en la investigación, el descubrimiento de Stevenson de que su sospechosa es en realidad dos mujeres imposibles de distinguir aún por los más allegados, todo es contado a través de la imagen con maestría y, sobre todo, con gran economía. Para una película en la que el grueso de la trama reposa en el diálogo (más de la mitad está dedicada a las sesiones de psicoanálisis), The Dark Mirror hace un uso excelente de los elementos visuales y logra así presentar gran cantidad de información en tan solo ochenta y cinco minutos (ya saben que llevo una cruzada personal contra las películas demasiado largas). Aún lo que parece exagerado e innecesario, como la costumbre de las hermanas de usar una gargantilla enorme con su nombre, cobra sentido en primer lugar porque en el primer visionado, no es tan fácil distinguir a las hermanas, solo con la reiteración aprendemos a reconocer sus distintos temperamentos; y en segundo lugar, porque es la forma más económica (vuelvo sobre este concepto) de indicarnos hasta qué punto están dispuestas a revelar su verdadera identidad ya no al público sino a los demás personajes.-

Otro de los aspectos que me gustó mucho en este nuevo visionado es la edad de los personajes. Ayer por la tarde estaba mirando Pillow Talk con mi papá (Doris Day era una de sus estrellas favoritas en su juventud), y nos surgió un comentario respecto de las edades de los actores, que ya no son jovencitos sino adultos con un camino más o menos definido. No miro mucho cine contemporáneo pero tengo la impresión de que ya no hay películas sobre gente de ¿mediana edad? (pongamos entre 35 y 45, sé que ahora la “mediana edad” se extendió con la mayor expectativa de vida pero llamémosla así) porque el mercado está dominado por la fantasía de la adolescencia eterna o bien por películas protagonizadas por estrellas en sus ochentas. Tengo la impresión de que no hay demasiado en el medio de ambas corrientes cuando el cine clásico está poblado de historias de “gente adulta” con la que uno - que dejó la adolescencia hace rato pero aún no está pensando en la jubilación - puede identificarse. En el caso de The Dark Mirror tanto de Havilland como Ayres están en sus treinta (incluso parecen un poco mayores que eso, pero esto también es un rasgo de la época) y la diferencia de edad con Richard Long, que interpreta a un botones del edificio enamorado de Terry/Ruth, es notoria (Long tenía 21 años en 1946 mientras que de Havilland y Ayres tenían 30 y 38 respectivamente). Esta cuestión no es central en la película pero le da una textura especial a la historia, sobre todo cuando los actores que están en los zapatos de estos personajes tienen tanto oficio sobre sus espaldas. Explica también el porqué del crimen, qué es tan urgente ahora cuando las gemelas ya han pasado por situaciones parecidas antes sin que nadie resultara herido.-




Volviendo a la película, porque siento que me he ido por las ramas, el efecto visual que permite que de Havilland interprete a las gemelas está muy bien logrado. No es en absoluto la primera vez que se hizo y seguramente tampoco sea la mejor, pero es admirable de todos modos. Por lo demás, la película tiene un estilo sobrio tanto para los decorados como para el vestuario (ninguno de los personajes es adinerado y el ambiente de posguerra se percibe de alguna forma), con buenos ángulos de cámara que nos permiten ver dos situaciones al mismo tiempo (de nuevo la bendita economía de esta película) ya fuera a las gemelas, una en la escena y la otra reflejada en un espejo, o a una de las protagonistas con la figura de manchas que el Dr. Elliott le está exhibiendo.-

Por último, encontré muy interesante el juego de dobles que presenta la película. La variante más evidente de ello está dada por Terry y Ruth, que en su similitud bien podrían ser dos identidades de la misma persona. La película explora este aspecto a través de las sesiones de psicoanálisis en un abordaje que era bastante nuevo para el cine de Hollywood (Spellbound es apenas un año anterior y está considerada como una de las primeras películas sobre psicoanálisis). Pero también el Dr. Elliott y el Detective Stevenson aparecen como un par, aunque improbable (el uno sofisticado e intelectual, el otro práctico y sencillo). Ambos utilizan la lógica para arribar a sus conclusiones, ambos están fascinados por la posibilidad de dos seres idénticos en apariencia pero diferentes en esencia, ambos son tenaces y se complementan a las mil maravillas en la resolución del caso policial con ribetes científicos.-

Les dejo un enlace a la película con subtítulos en español. Más allá de su elenco de primer nivel, creo que no es tan recordada como otras y Siodmak no es de los directores más conocidos hoy en día tampoco, pero sin dudas que es una joya.- 





Comentarios

  1. Hola Bet
    Otro ángulo curioso de este "espejo oscuro" es que Olivia tenía una hermana -real, no gemela- con la que no se llevaba bien, o eso decían; raro que una escogiese el apellido del padre y la otra, Joan Fontaine, de la madre.
    Un saludo, Manuel.

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    Respuestas
    1. ¡Absolutamente, esa enemistad fue legendaria! Incluso se hicieron desplantes en la ceremonia de los premios Oscar, según cuenta la leyenda. Si hay que elegir, yo me quedo con Olivia. Joan Fontaine siempre tiene cara de llevar los zapatos un número más chico...
      Un abrazo, Bet.-

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  2. Mi amiga Bet, cómo me gusta Robert Siodmak. Y qué bien está aquí Olivia de Havilland en ese doble papel. ¡Qué juego dan los gemelos en el cine! ¡Se me ocurren varios largometrajes para montar un curioso ciclo!
    Pero volviendo a Siodmak, qué filmografía más brillante tiene. Y cuántas películas con personajes interesantes e inquietantes como la gemela "mala". Aunque aún me quedan películas por descubrir, como una de su último periodo en Alemania, Las Ratas.
    Beso
    Hildy

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    1. ¡Hildy, querida! Perdón por la demora, estuve de viaje por trabajo y recién hoy estoy poniéndome al día con la normalidad.
      ¡Ay, esos duplicados de cine me fascinan! Y supongo que para los actores deben ser muy divertidos de representar también porque habitualmente una de las versiones es buena mientras que la otra ¡suele ser malísima! Tanto si son gemelos o sosías, son siempre interesantes y ya en el período mudo aparecían, supongo yo que para mostrar las proezas de las que el cine es capaz a diferencia del teatro.
      Con Siodmak tengo una laguna enorme porque es de esos directores que sé que conozco pero de los que sólo puedo nombrar una película. De hech no recordaba, antes de empezar esta reseña, que era el director de esta película. Sólo tengo siempre unida a su nombre en mi recuerdo a "La escalera caracol" (¡cómo me gusta esa pelicula!).-
      Te mando un abrazo gigante, Bet.-

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