Durante años quise ver Pillow Talk y no lograba dar con ella. Cuando por fin pude tenerla entre mis manos, imaginé que iba a pasar un buen rato con una comedia rosa y ligera, protagonizada por la eterna “virgen de América” (Doris Day) y su galán por excelencia (Rock Hudson) y me encontré con una película mucho más compleja de lo que esperaba.-
Visualmente, la película es hermosa como una caja de bombones, con escenarios suntuosos que no dejan de parecer artificiales y un vestuario soñado. Más importante aún, Gordon se divierte utilizando el recurso de la pantalla dividida en varias configuraciones (lo cual es refrescante), a veces en forma similar a la que podemos ver en Indiscreta, de Stanley Donen, estrenada el año anterior (lo cual no es tan refrescante) y apuesta por una fotografía delicada para las escenas más románticas. La banda de sonido es eficiente, con efectos que subrayan las situaciones cómicas y algunas canciones bien integradas a la trama (la más destacada es Possess Me, que Doris Day canta en un soliloquio en voz en off anticipando su fin de semana en el campo con Rock Hudson). Hay además un excelente uso de la canción Inspiration, que Rock Hudson canta a todas sus mujeres cambiando solamente el nombre de la destinataria (y a veces el idioma), primero como running gag y luego como elemento esencial para el avance de la trama.-
Pero lo que más me cautivó de la película es la forma en la que están construidos los personajes y la franqueza con la que la trama aborda el tema principal, esto es, las relaciones entre hombres y mujeres. Debemos recordar que en 1959 todavía estaba vigente el Código Hays, aunque un repaso rápido por algunas de las películas más importantes estrenadas a fines de los ‘50 da cuenta de que Hollywood estaba tratando de ponerse al día con los cambios sociales que se avecinaban, al mismo tiempo que aún miraba hacia atrás con un pie afirmado en ciertas tradiciones. En Pillow Talk Doris Day encarna a Jan Morrow, una diseñadora de interiores soltera, en sus treinta años. Contra mis expectativas, Jan es una mujer terriblemente moderna: es profesional, tiene independencia económica y aunque espera conocer algún día al hombre ideal, su vida no gira en torno a ello. Disfruta siendo soltera. Su único problema de momento es que no tiene una línea telefónica privada y cada vez que levanta el tubo encuentra del otro lado a Brad Allen (Hudson), un compositor que disfruta igualmente de su soltería, aunque en una forma un poquito diferente a la de Jan: allí en donde ella sale con “hombres agradables” y va a los “mejores restaurantes”, Brad no parece ir más allá de su sala de estar con las mujeres que frecuenta (en un detalle revelador, su sofá se transforma en cama con sólo presionar un botón, ni siquiera tiene que molestarse en subir a su dormitorio con la dama de turno). Al compartir la línea telefónica, es inevitable que Jan esté al tanto de las conquistas de Brad, pero lo más interesante es que no logra encontrar - entre sus conocidos - a una sola persona que comparta su desprecio por el estilo de vida de su compañero de línea: todos los demás personajes están interesados en el sexo y en las relaciones tanto como Brad y parecería que no son capaces de hablar de otra cosa.-
El elenco de Pillow Talk es verdaderamente de lujo. Mi mayor sorpresa fue Rock Hudson, que estrenó su faceta cómica en esta película y cumple con holgura (me divierte mucho en particular la forma en la que pronuncia el nombre de su personaje cada vez que llama por teléfono a Day, como si fuera una sola palabra “bradallen”). Es uno de esos casos en los que el gran carisma de un actor salva a un personaje verdaderamente despreciable: Brad es un mujeriego que no tiene reparos en engañar abiertamente a su mejor amigo y a la mujer a la que pretende seducir y sólo se da cuenta de que ha puesto en juego sus sentimientos en la misma medida que los de Jan cuando su farsa se viene abajo. Y sin embargo, en todo momento estamos de su lado y le creemos. Ayuda en mucho también la gran química que tiene con Doris Day, es una delicia ver cómo se divierten estos dos. Los escoltan dos secundarios de lujo, Tony Randall en el papel de Jonathan, el amigo de Brad y eterno pretendiente de Jan y Thelma Ritter como Alma, la doméstica alcohólica de Jan (Ritter es genial como siempre, pero debo decir que lo único que no termina de cerrarme de Pillow Talk es el alcoholismo de este personaje… aunque da sus buenos dividendos en la escena en la cual Brad intenta sacarle información y lo único que obtiene es una resaca fantástica); hasta llegar a los actores que cumplen con pequeños papeles como Boyd Morgan y John Indrisano, los dos conductores de camiones que deciden hacer justicia por Jan cuando piensan que Jonathan la sedujo sin un compromiso matrimonial y, sobre todo, Alex Gerry en el rol del médico que está convencido de que Brad representa el milagro del hombre embarazado.-
Por último, no me hago falsas ilusiones respecto a la audacia de la película, pero no deja de resultarme intrigante su final. Luego del tercer acto vemos un breve epílogo en el cual Brad anuncia que tendrá un bebé. El hecho de que la escena inmediatamente anterior haya terminado con Jan encerrando a Brad en su departamento para una noche de bodas anticipada y que no veamos en la pantalla ninguna escena nupcial que clarifique expresamente la situación, es un indicio encantador de los tiempos que corrían en Hollywood y que derivaron en la abolición del Código Hays.-
Ya te escribí, querida Bet, que tengo mucho cariño a las comedias de este dúo. Incluso a la menos conocida de ambos, donde Hudson está realmente divertido como un hipocondriaco (No me mandes flores). Pero si te gusta este Rock Hudson comediante... mi película favorita en esta faceta es Su juego favorito (Man's Favorite Sport?, 1964) de Howard Hawks. Es muy muy muy divertida y en parte gracias a un Hudson realmente gracioso junto a una loquísima Paula Prentiss. ¿Las has visto?
ResponderBorrarBeso
Hildy
Ah, vi una parte de No me mandes flores por televisión, pero hace casi diez años... no recuerdo mucho. A finales de este mes voy a tener oportunidad de traer más películas a casa (adopto películas sin hogar, jaja) y puse en mi lista las dos de este dúo que me faltan. Voy a agregar la que mencionas (que no he visto). Me interesa mucho Hawks, comenzando por nuestra adorada Luna Nueva, la primera de él que vi.-
Borrar¡Gracias por la recomendación!
Un beso enorme, Bet.-