Ir al contenido principal

Gigi - Vincente Minnelli, 1958.-


Momento N° 1: presentando a Gigi.-
El comienzo de Gigi hace lo que todo buen comienzo debería hacer: nos mete de lleno en la historia, nos ubica en tiempo y espacio, en el tono correcto y en una forma de contar. Si leemos el argumento de la película antes de verla, jamás pensaríamos que la historia de una adolescente educada para convertirse en la amante de un hombre rico puede ser un musical alegre, visualmente bello y de un gusto exquisito. Lo es y el primer indicio de ello está en esa primera escena en la cual Honoré Lachaille (Maurice Chevalier) se presenta y nos cuenta (sí, nos habla directamente a los espectadores como sólo Chevalier sabía hacer) cuáles son las reglas del universo particular del cual es el rey.-


Momento N° 2: cita en Maxim’s.-
Luego de que todos los personajes principales nos son presentados, Honoré se encuentra con su sobrino Gaston (Louis Jourdan) y la amante de éste, Liane (Eva Gabor) para una pequeña fiesta en Maxim’s. A lo largo de esta escena los personajes se expresan en dos niveles: uno objetivo y otro subjetivo que deja traslucir sus pensamientos. Chevalier incorpora además un tercer nivel que se desarrolla totalmente fuera de la acción, según el modo que estableció en mi momento número 1. Toda la escena fue filmada en el verdadero Maxim’s de París, lo cual debe haber sido un verdadero infierno revestido de espejos y telas suntuosas. Puede verse que el espacio es muy reducido, los movimientos de cámara de Minnelli son obligadamente simples y sin embargo la escena respira, está viva e incluso baila en tiempo de vals. Y lo que más me gusta de este momento es que no sólo es bello sino que también es importante en términos del desarrollo del personaje de Gaston: son muchas las sensaciones que lo atraviesan (su típico aburrimiento, su humor, un atisbo de celos y su anhelo de sentir, de entusiasmarse por algo) en una cancioncita que mezcla las dos formas de expresión de este personaje, una suerte de recitado del que se vale casi siempre y el canto que sólo utiliza para sus emociones más profundas (según leí, Jourdan no estaba conforme con su voz y se encontró esta manera para matizar lo que podía tomarse como una falencia - aunque no lo es - diseñando un mecanismo de expresión muy interesante que puede verse plenamente en la canción que lleva el título de la película y en el soliloquio que la antecede).-


Momento N° 3: un juego de cartas.-
Otro de los momentos que más me gustan de esta película es el juego de cartas entre Gigi (Leslie Caron) y Gaston. Desde las primeras escenas quedó establecido que Gaston, quien lo tiene todo, vive permanentemente aburrido del mundo que lo rodea y sólo se siente a gusto en la casa de Madame “Mamita” Álvarez (Hermione Gingold), la abuela de Gigi (queda en el misterio la forma en la cual ambos se conocieron, siendo que “Mamita” lleva una vida bastante discreta y hace años que cortó su relación con Honoré… tal vez fue por intermedio de Alicia - Isabel Jeans - la hermana de “Mamita”). Uno de los mayores atractivos de esas veladas son los juegos de cartas con Gigi, que ella siempre gana gracias a las trampas que Gaston le permite hacer. Esta escena sencilla, con sus movimientos de cámara discretos y bien utilizados, me gusta mucho en especial por las interpretaciones de Caron y Jourdan, que aquí se sacan chispas. Ambos recorrieron un largo camino desde su primera aparición en Hollywood (él en “El proceso Paradine” de Hitchcock y ella en “Un americano en París” de Minnelli) y es cautivante ver con qué naturalidad interpretan una situación en la cual se conjugan la camaradería y la sensualidad entre estos personajes que se conocen bien y sienten afecto uno por el otro. Resulta notable, además, que cada personaje se comporta exactamente en la forma en que sería esperable, sobre todo Gigi: en esta primera mitad de la película, Gigi no es más que una adolescente, ya no es una niña (si lo pareciera, sería incongruente verla tan madura hacia el final) pero tampoco es del todo una mujer. Está exactamente en el medio y ello provoca la oscilación de los personajes que la rodean quienes parecen no decidirse aún en cómo tratarla.-


Momento N° 4: “lo recuerdo bien”.-
La excursión a Trouville con la que Gaston agasaja a “Mamita” y a Gigi es otro de los momentos destacados de la película gracias a la delicada recreación de época de Minnelli. Dentro de esta secuencia, el momento más especial tiene lugar cuando Honoré y “Mamita” rememoran su antiguo romance al mismo tiempo que Gaston y Gigi inician, sin saberlo aún, el propio. Con un maravilloso cielo anaranjado de fondo, los dos recuerdan en una forma dulce y apacible la última noche que pasaron juntos hace mucho, mucho tiempo. Existen diferentes versiones sobre quién dirigió esta escena, si fue Minnelli o bien Charles Walters (quien volvió a filmar algunas escenas antes del montaje final de la película) pero lo cierto es que ella es un tributo a Chevalier y Gingold y a la labor precisa de montaje de Adrienne Fazan. Cada gesto está allí en su lugar, sobre todo un brevísimo destello de tristeza que cruza la mirada de Honoré/Chevalier cuando “Mamita” le recuerda cuán joven fue una vez y que me conmueve cada vez que veo la película.-


Momento N° 5: una propuesta incómoda.-
Luego del viaje a Trouville, Alicia diseña un plan para acelerar la “educación” que brinda a Gigi y prepararla para que se convierta en la amante de Gaston y pronto llega el momento de que Gaston y “Mamita” hablen “de negocios”. Todo está resuelto excepto por un pequeño detalle: Gigi no quiere. La escena en la cual Gaston llega, ramo de rosas en mano, para formalizar su propuesta a Gigi es tan simple y sincera… Minnelli se vale de unos planos prolongados y movimientos de cámara fluidos para permitir que sus actores construyan la emoción que necesitan y el resultado final es encantador y hace mucho por la historia. De hecho, si tenemos alguna seguridad de que esta pareja terminará bien es gracias a esta escena: Gaston y Gigi realmente son capaces de comunicarse, de decirse lo que quieren y lo que no y de imaginar que pueden tener una vida diferente a lo que se espera de ellos, incluso aún cuando en un principio Gaston no lo entienda y arrastre a Gigi al antiguo sistema que él mismo detesta. Todo lo que sucede a continuación tiene su encanto, Gaston desahogándose con Honoré, el breve discurso de aceptación de Gigi y su preparación para la gran noche mientras Alicia y “Mamita” rememoran su propio pasado, la cita desastrosa en Maxim’s y el paseo nocturno de Gaston por los mismos lugares que lo hicieron darse cuenta de su amor por Gigi, pero yo me quedo con ese pequeño momento en el cual se ponen todas las cartas sobre la mesa bajo la mirada danzante del director.-
En relación con esta película preparé unas galletitas de manzanilla, el mismo té que Gaston disfruta en casa de “Mamita”.-

Comentarios

  1. Querida Bet. He visto esta película hace un tiempo. Al ver las fotos que acompañas con la descripción recuerdo la elegancia de Maurice Chevalier, todo un caballero. Al igual que Louis Jourdan. Un galán para la época. Sería un sueño poder recorrer algunas calles de París y tomar un té en Maxim's, que no se si existe aún. Perdón mi ignorancia. voy a googlearlo.
    Gracias por tu entrega Bet.
    Cariños-

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Gracias por tu mensaje Sara. Qué bueno que mi texto te haya hecho recordar esta maravillosa película. Es mi segundo musical favorito (sólo Cantando bajo la lluvia lo supera en mi lista) y Jourdan a esa edad era un galán para su época... y para esta también, jaja.-
      Hasta que puedas cumplir tu anhelo de recorrer las calles de París, pelis como esta vienen bien para seguir soñando...
      Un beso grande, Bet.-

      Borrar
  2. ... es curioso, mi querida Bet, como Louis Jourdan siempre ha sido un actor con personajes extremadamente elegantes y en películas con un romanticismo extremo. Incluso en El proceso Paradine, que se expresa cómo sus orígenes son humildes pero los esconde bajo una educación exquisita y una belleza gélida. Así le recuerdo en Carta a una desconocida, en la Madame Bovary de Minnelli o en la maravillosa La mujer pirata...
    Y Gigi me gusta porque de nuevo se comprueba que Minnelli es un esteta, como puede verse en los fotogramas que has elegido. Y que como nadie crea ambientes y mezcla colores, los hace hablar. Y por supuesto está Leslie Caron... En mi infancia la cogí un gran cariño por Lili, adoraba y adoro esa película.

    Besos con galletitas de manzanilla y un delicioso té
    Hildy

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Querida Hildy, estoy detrás de "Carta de una desconocida" hace tiempo (a pesar de Joan Fontaine, jaja) pero aún no pude conseguirla. Creo que la elegancia y el romanticismo los llevaba Jourdan en su persona y nunca pudo despegarse de eso en la pantalla, un poco como Cary Grant o Fred Astaire... Una vez leí un comentario que mencionaba que tampoco pudo librarse de su imagen francesa para interpretar papeles más universales. Sea como fuere, aquí y en El proceso Paradine está impecable...
      De Lili sólo vi un fragmento en Érase una vez en Hollywood y estoy leyendo muy buenos comentarios en Amazon de parte de personas que aman la película como vos. Voy a incluirla en mi lista de pendientes.-
      Yo no veía Gigi hacía tiempo y decidí comentarla porque encontré esta receta y enseguida la asocié con la película. Te aseguro que volví a enamorarme de ella como la primera vez que la ví, estoy en medio de mi fase de Minnelli, jeje.-
      Espero que pruebes la receta, esas galletitas son muy, muy ricas.-
      Un beso enorme, Bet.-

      Borrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

Nuevo abecedario de cine (Edición musicales): N.-

Neptune’s Daughter (La hija de Neptuno) - Edward Bussell, 1949.- No podían faltar las fantasías acuáticas de Esther Williams en este abecedario de cine. En este caso la sirena de Hollywood es Eve Barrett, una nadadora amateur que es captada por el empresario de trajes de baño Joe Backett (Keenan Wynn) para que diseñe piezas para él. Tiempo después, Eve se ve involucrada en una intriga amorosa con el polista sudamericano José O’Rourke (Ricardo Montalbán) a quien cree separar de su hermana menor Betty (Betty Garrett), aunque ésta está enamorada de un masajista llamado Jack Spratt (Red Skelton) que usurpó inocentemente la identidad del polista.- Por complicada que parezca la trama de la película (y se complica aún más con la intervención de un mafioso que secuestra a ambos José, al falso y al verdadero, para asegurar una apuesta deportiva, y con un improvisado poliedro amoroso cuando Joe se revela enamorado de Eve), no hay mucho allí. Neptune’s Daughter es una pequeña película que recue

Variaciones sobre un mismo tema: Love Affair (1939) - An Affair to Remember (1957).-

En este caso comentaré ambas películas a la vez porque el diálogo entre ambas es tan intenso que siento que no puedo separarlas.- Love Affair y An Affair to Remember forman parte de una miniserie dentro de esta serie de variaciones que encuentro fascinante y es la de directores que se pusieron al frente de remakes de sus propias películas, en este caso Leo McCarey. Me intriga mucho la idea de un director lo suficientemente comprometido con una determinada historia como para retomarla años después con otro elenco, otra tecnología, otra forma de contar.- Hacía mucho tiempo que no me reencontraba con estas películas (particularmente con Love Affair , que creo que sólo ví una vez antes) y de pronto descubrí aristas que nunca había advertido. Ahora creo descubrir que lo que resulta tan atrayente de esta historia no es tanto el aspecto del deber y la tragedia interponiéndose en una pareja (hay muchas historias con los mismos elementos) sino principalmente esta idea de dos seres

Pillow Talk (Confidencias de medianoche) - Michael Gordon, 1959.-

Durante años quise ver Pillow Talk y no lograba dar con ella. Cuando por fin pude tenerla entre mis manos, imaginé que iba a pasar un buen rato con una comedia rosa y ligera, protagonizada por la eterna “virgen de América” (Doris Day) y su galán por excelencia (Rock Hudson) y me encontré con una película mucho más compleja de lo que esperaba.- Visualmente, la película es hermosa como una caja de bombones, con escenarios suntuosos que no dejan de parecer artificiales y un vestuario soñado. Más importante aún, Gordon se divierte utilizando el recurso de la pantalla dividida en varias configuraciones (lo cual es refrescante), a veces en forma similar a la que podemos ver en Indiscreta, de Stanley Donen, estrenada el año anterior (lo cual no es tan refrescante) y apuesta por una fotografía delicada para las escenas más románticas. La banda de sonido es eficiente, con efectos que subrayan las situaciones cómicas y algunas canciones bien integradas a la trama (la más destacada es Po