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Un fin de semana con Billy Wilder.-


*suspiro* “¿Qué pasó con un mes con Howard Hawks?” podrán preguntarse… Lo cierto es que inspirada por el descubrimiento de Ball of Fire (que sobrevino luego de la desilusión por 20th Century) me dispuse a continuar con la selección de comedias que había preparado, abordando I Was a Male War Bride. Pasados unos cuarenta minutos, sentí que estaba naufragando con una película que se esfuerza demasiado por crear comedia sin creer en ella, por lo que resolví dejarlo ahí y pasar a Man’s Favorite Sport? En este caso encontré un poco más de efectividad (y a Rock Hudson, qué más agregar, aunque la peli anterior tenía a Cary Grant y ni eso la salvó para mí), pero a decir verdad tampoco funcionó del todo. Para este punto estaba un poco desencantada con todo el asunto y ante la alternativa de explorar otras películas de Hawks o incluso refugiarme en mi favorita de todos los tiempos (His Girl Friday) me escapé por un callejón lateral y recalé en un director que por poco no entró en esta serie de “Un mes con…”: Billy Wilder.-


Some Like it Hot (Una Eva y dos Adanes) - 1959.-




Nunca tuve un particular interés por esta película (solía pensar “Tony Curtis y Jack Lemmon disfrazados de mujeres y Marilyn Monroe susurrando sus líneas por ahí… qué de bueno puede resultar de todo eso”) pero hace poco más de un año escuché un episodio de un podcast llamado “Classic Movie Musts” que despertó mi curiosidad y hoy por fin puedo sentarme a escribir sobre ella.-

Hay tantos aspectos que me resultaron interesantes aquí que la comedia casi que ha pasado a un segundo plano en mi consideración. Primero que nada, morí de emoción al reencontrarme con tantas caras conocidas del cine de gangsters de los años ‘30 y reconocer tantos guiños a aquel género que para 1959 ya se encontraba extinguido, y es que la película comienza como una historia de mafiosos en plena era de la Prohibición… pero con un brillo de comedia bailándole en la mirada. Así, cuando el Detective Mulligan (Pat O’Brien) llega de incógnito a un speakeasy disimulado en los fondos de una funeraria con intención de desbaratar la operación de “Spats” Colombo (George Raft) y sus secuaces (cada uno con un rostro más perfecto que el anterior), el buffet está servido. En un costado como parte de la orquesta, se encuentran nuestros héroes Joe (Tony Curtis) y Jerry (Jack Lemmon) quienes más adelante serán testigos involuntarios nada menos que de la Masacre de San Valentín y deberán huir apresuradamente hacia Florida… disfrazados de mujeres para justificar su integración a una orquesta de jazz femenina donde Sugar Kane Kowalczyk (Marilyn Monroe) es la cantante/intérprete de ukelele.-

Este comienzo (cuyos ecos alcanzan esa otra comedia maravillosa que es The Impostors, dirigida por Stanley Tucci) presenta dos conflictos sobre los que se apoyan firmemente los cimientos de esta historia: primero, existe un peligro más que tangible que impulsa a Joe y a Jerry a huir a como dé lugar; pero además, queda bien establecido que los dos amigos están completamente en la bancarrota, que necesitan trabajar y que si el trabajo viene con faldas, pues que así sea.- 

Además, estos primeros minutos sirven para definir con claridad la personalidad de ambos protagonistas y esto es importante porque los dos experimentarán una transformación (¿un florecimiento?) como producto de sus experiencias. Jerry, que al comienzo de la película se deja arrastrar por Joe y es el más débil de los dos, todo dudas y precauciones, explota de energía y determinación como Daphne; mientras que Joe, que es más extrovertido y una suerte de depredador, se vuelve más considerado hacia el sexo femenino, más reflexivo y a la vez se coloca en la posición de la presa con su doble personificación como Josephine y el millonario “Shell Oil Junior” (con un acento a lo Cary Grant que me arrancó la carcajada). Pero estas transformaciones nunca son llevadas al extremo de desfigurar a los personajes, y es que en definitiva cada uno termina obteniendo lo que siempre buscó: Joe, la chica y Jerry, seguridad.-




Otro aspecto que me resultó interesantísimo es la cuestión del género y la sexualidad en el contexto de 1959, el mismo año en donde aún el polémico final del “tren entrando en el túnel” de North by Northwest está precedido por una línea de diálogo que deja bien en claro que los protagonistas han legitimado su romance con el matrimonio. Some Like it Hot es franca al plantear el tenor de las relaciones casuales que tanto Joe como Sugar establecen a su paso mientras que no deja lugar a dudas sobre la noche que han pasado juntos en el yate cuando Sugar se arroja entusiasta a la tarea de curar a Junior de la afección que le impide “enamorarse”, como dicen en la película. Asimismo, la película es muy audaz al proponer que Jerry alcanza su máximo potencial al convertirse en Daphne y mostrar que se siente más poderoso en su vestido negro bailando el tango de lo que está en su traje como un oscuro contrabajista en orquestas de mala muerte. Y ni que hablar de ese legendario final con un sonriente Joe E. Brown declarando que “nadie es perfecto”, pero que es precedido de otro momento impactante en su contexto histórico, que es el de Joe vestido por completo como Josephine besando a Sugar… en los labios y delante de todo el mundo. No soy una especialista en términos de cine y género, pero me arriesgaría a decir que una situación semejante, planteada sí en términos de comedia pero no de mero slapstick sino de “comedia en serio” no se veía desde Queen Christina y no regresaría a la pantalla hasta Victor Victoria. Si ese fuera el caso, serían tres exponentes en el marco de cincuenta años de cine… 

Por otro lado, la película es de un blanco y negro maravilloso, agudo, con la fotografía a cargo de Charles Lang. Y ello revela el buen tino del director, de optar por esta alternativa cuando el maquillaje de los protagonistas resultó no fotografiar bien en colores, en un momento en donde el Technicolor reinaba y el blanco y negro quedaba reservado a producciones más pequeñas o marginales.-

En cuanto a la estructura de la historia, un gran acierto es el de traer de regreso a los gangsters del comienzo justo cuando comenzábamos a olvidarnos de ellos, para mantener vigente el peligro y reforzar la premisa inicial. Esto hace que la historia esté en constante movimiento y es que cada vez que comenzamos a acostumbrarnos a una situación, las cosas cambian produciéndose un caos cada vez mayor. Hasta que finalmente el orden se restablece… o algo parecido al orden.-

Comentarios

  1. Yo me río mucho con Howard Hawks. Me parto con "Su juego favorito" (Man’s Favorite Sport?). Soy de risa facilona, jajajaja. Tiene un componente surrealista y sinsentido que me fascina. ¿Sabes otra que me gustó muchísimo y no sé si has vuelto a repasar en esta bu´squeda del Hawks de comedia, que te ha resultado un poco agridulce? Pues se trata de una con Cary Grant y Gingers Rogers que a mí me hizo llorar de la risa: Me siento rejuvenecer (Monkey Business).

    Me ha chiflado tu análisis de Con faldas y a lo loco. Tu mirada ha sido certera y aportas una mirada interesante y original. Tu análisis de la película desde la cuestión del género y la sexualidad es muy bueno. Dan ganas de que nos cuentes mucho más.

    A mí en esta película quien me hace llorar de la risa es Jack Lemmon y su Daphe, llena de carisma y personalidad.

    Beso
    Hildy

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    Respuestas
    1. Ay, yo anduve a los tumbos con Hawks... Me siento rejuvenecer ha pasado por aquí (https://lachicadelpasarolblanco.blogspot.com/2020/01/american-film-institute-100-anos-100_15.html?m=1). Releyendo mi texto veo que la recuerdo con mayor entusiasmo del que expresé en su momento, jaja. En fin... me quedará como asignatura pendiente reencontrarme con Hawks en algún momento.-
      Some like it hot me ha gustado mucho y sospecho que en futuros visionados me gustará más. Veo que en general me está sucediendo eso con Wilder, exceptuando a Sunset Boulevard, debo poner sus películas en remojo para apreciarlas mejor. Por lo pronto, me tomé el domingo para ver varias películas y desarrollé un ligero flechazo por Gary Cooper en diferentes etapas de su vida (miré High Noon y Mr Deeds goes to town una detrás de la otra), que se sumó al flechazo que me había dejado Tony Curtis. Siempre hay lugar para un favorito más, ¿verdad? :)
      Te mando un abrazo enorme, venía medio de bajón y tus mensajes tan elogiosos siempre me levantan el ánimo. Muchos cariños, Bet.-

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