Ir al contenido principal

Remember (Cicatrices del Holocausto) - Atom Egoyan, 2015.-

 


La memoria, las mentiras que nos contamos hasta creerlas, la acuciante pregunta sobre si alguna vez es demasiado tarde para hacer Justicia y qué hacer en ese caso son algunos de los temas de esta película.-

Un Christopher Plummer gigante y vulnerable a la vez se pone esta película sobre los hombros para encarnar a Zev, un anciano con demencia senil que habiendo enviudado recientemente se dispone a cumplir la promesa dada a un compañero de hogar de ancianos, Max (Martin Landau, también increíble). Max y Zev son sobrevivientes de Auschwitz y se embarcan en la misión de descubrir al jefe de su barraca (que se esconde en alguna parte de Norteamérica bajo el seudónimo Rudy Kurlander, pero cuyo nombre real es Otto Wallish) para asesinarlo. Max es el cerebro de la operación y, confinado a su silla de ruedas, guía los pasos de Zev a través de una larga carta en la que explica los detalles para que su cada vez más confundido amigo ejecute el plan.-

Remember está llena de detalles que cobran nuevo significado a medida que la historia avanza: en la primera escena, Zev se despierta sobresaltado llamando a su esposa, tiene una Estrella de David en su cuello, toma un sombrero de mujer que está colgado en lo que se adivina como un espejo cubierto por una sábana. Este detalle nos anticipa, conforme el ritual judío, que la mujer falleció hace pocos días y que Zev, en su confusión, lo olvidó. Más adelante en un punto de su pesquisa Zev irá de compras por una nueva muda de ropa que resultará esencial en la secuencia siguiente. Ni que hablar de todas las piezas que se reacomodan luego de la revelación final. El final de la película me recordó aquella frase de Juan José Campanella que he citado otras veces en este espacio, “el final debe ser inesperado pero inevitable” y es que Remember hace un trabajo genial en tomar un patrón narrativo mil veces recorrido (Max explica que hay cuatro personas con el nombre de Rudy Kurlander que tienen la edad apropiada para ser el que ellos buscan, con lo cual es esperable para la estructura de la película que Zev no encuentre al correcto sino hasta el final) y darle una vuelta de tuerca sobre la que volveré más adelante.-

Christopher Plummer hace un trabajo maravilloso expresando la fragilidad de Zev, fragilidad que sin embargo esconde un núcleo duro que lo impulsa a culminar su misión. Es el protagonista excluyente de la película, estando presente en casi todas las escenas y siendo siempre el punto de referencia del espectador. Gran parte de la tensión que vamos acumulando a lo largo de la película reside, precisamente, en que aprendemos a querer a Zev y a anticipar sus episodios de mayor confusión (sabemos, por ejemplo, que cada vez que se despierta llama a su esposa hasta que recuerda que ha fallecido), a temer por su seguridad cuando se mete en problemas y a desear que tenga éxito en su empresa aunque a la vez nos preguntamos hasta qué punto la misma constituye un proyecto compartido o si por el contrario, Max está manipulándolo.-

Remember mantiene un ritmo que nos tiene al borde del asiento durante toda la película y que hasta el mismísimo final nos agarra y no nos suelta (en lo personal, sé que una película me tiene cautivada cuando ante la menor sospecha de peligro me tomo la cabeza con ambas manos y le grito a la pantalla, cosa que hice más de una vez durante este visionado), además de utilizar algunos efectos visuales interesantes para representar la confusión de Zev como la escena de la fuente que comparto a continuación antes de pasar a los spoilers.-



¡¡¡Alerta de spoilers!!!

Hago un párrafo aparte porque necesito hablar de ciertos aspectos de la película que pueden arruinar la sorpresa final para quienes no la hayan visto, por lo que recomiendo detenerse aquí en la lectura si quieren disfrutar de esta historia en todo su impacto.-

El cuarto Rudy Kurlander dice algo fundamental en su confrontación con Zev, dice que algunas veces busca la soledad del patio trasero de la casa que comparte con su hija y nietos para decir en voz alta su verdadero nombre y recordarse a sí mismo quién es. Dice también, en su confesión final, que está diciendo la verdad por primera vez en muchísimos años. Y esto es justamente lo que le sucede a Zev: pasó tantos años mintiendo que en su senilidad empezó a creer sus propias mentiras, entrando en un espiral en donde las únicas verdades que mantiene son su amor por su esposa y su disciplina para cumplir órdenes y ejecutar misiones. Todas las pequeñas piezas del rompecabezas se acomodan luego de la revelación final y nos invitan a repensar lo que hemos estado viendo la última hora y media. No hay detalle, por minúsculo que parezca, que haya sido dejado al azar y el director tiene el buen tino de evitarnos el lugar común del flashback en donde se resignifican los momentos que antes vimos con inocencia. Así, el hecho de que Zev haya conocido a su esposa en América, como le explica a su nieta al comienzo, libera a la mujer de toda culpa; el abrazo de Zev con el segundo Kurlander adquiere visos redentores; su destreza con el arma en casa del tercer Kurlander obedece a un entrenamiento nunca olvidado; su actitud vacilante al meterse bajo la ducha (cuando antes lo habíamos visto tomar un baño de inmersión) se transforma en una suerte de ceremonia que habla de otras duchas, de otras muertes; y su gesto del final nos lleva a preguntarnos, como espectadores, si existe algún momento en el cual los crímenes del pasado queden “lavados” o si por el contrario, destruyen el alma para siempre. Tanto el cuarto Kurlander como Zev formaron familias que los tienen por abuelos amorosos y si bien del primero no esperamos nada, porque desde que lo vemos aparecer en escena estamos convencidos de que es un monstruo, ¿qué sucede con Zev? ¿Es también un monstruo? Y si lo es ¿en qué quedamos nosotros, que por la última hora y media hemos formado un vínculo con él?

Comentarios

  1. ¡Cómo me gusta también cuando comentas películas cercanas en el tiempo! Me quedé con muchas ganas de ver esta película cuando se estrenó en su momento, y ahora cuando te leo más todavía.
    Te he hecho caso y no he leído a partir del spoiler. Espero poder verla pronto y leer entonces ya sí tu texto completo.
    Me parece una premisa tan buena de la que parte, por otra parte me apetece mucho ver a Christopher Plummer y Martin Landau.

    Beso
    Hildy

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Jaja, no pude resistir el spoiler pero intenté encapsularlo, por las dudas.-
      La dinámica entre Plummer y Landau es magnífica porque (al menos esto me sucedió a mí) te lleva a preguntarte por qué Zev le promete a su amigo que buscará a Kurlander, cuál es el poder que Max ejerce sobre Zev. Espero que pronto puedas verla así damos rienda suelta a los comentarios :)
      Últimamente estuve mirando mucho más cine contemporáneo porque aprovecho los fines de semana para ver películas con mi padre y a él no siempre lo engancho con el cine clásico. Aunque el sábado pasado lo agarré desprevenido y (aprovechando que le había mencionado el nombre de Frank Capra cuando hablábamos de Juan José Campanella) le mostré Mr. Smith Goes to Washington. Le gustó mucho, con lo cual di por cumplida mi misión, jaja.-
      Te mando un beso enorme, Bet.-

      Borrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

Nuevo abecedario de cine (Edición musicales): P- Q.-

The Pajama Game (Juego de Pijamas) - George Abbott y Stanley Donen, 1957.- Sid Sorokin (John Raitt) acaba de conseguir trabajo como superintendente de la fábrica de pijamas propiedad del Sr. Hasler (Ralph Dunn) cuando un conflicto con uno de los operarios lo pone delante del “comité de agravios” presidido por Babe Williams (Doris Day). El romance nace casi a primera vista, pero hay un problema: por su función, Sid está del lado de la patronal mientras que Babe vive para el sindicato de trabajadores cuando éstos están en plena negociación por un incremento salarial de siete centavos y medio la hora.- Vi por primera vez esta película hace casi diez años y si bien en su momento me gustó mucho, por algún motivo no había vuelto a verla. Redescubrirla fue una delicia absoluta. Empezando por el principio (literalmente), había olvidado que la coreografía es de Bob Fosse y aquí ciertamente se luce creando números multitudinarios que transforman los movimientos típicos de un taller de confección

El hijo de la novia - Juan José Campanella, 2001.-

Confieso desde el comienzo que me encanta la obra cinematográfica de Campanella, de modo que no soy muy objetiva al decir que esta película está llena de “momentos”, casi todas las escenas son oro en polvo y con mucho esfuerzo seleccioné estas cinco. Aquí van... Momento N° 1: el sueño de Rafael.- Para el comienzo del segundo acto, Rafael (Ricardo Darín) está internado en un sanatorio luego de haber sufrido un infarto. A su lado, inclinada sobre un ejemplar de la revista “Cosas” (un guiño a la primera película del director, cuyos protagonistas trabajaban para una publicación del mismo nombre), duerme su novia Natalia (Natalia Verbeke). De pronto Rafael se despierta, llama a Natalia y comienza a contarle el sueño de su vida: lisa y llanamente, quiere irse a la mierda. Mientras Rafael se explaya sobre la idea hablando casi para sí mismo, Campanella se concentra en Natalia, quien rápidamente advierte que en el sueño de Rafael no hay ningún lugar para ella. En toda esta escena Verb

Where the sidewalk ends (Al borde del peligro) - Otto Preminger, 1950.-

Seis años después de la producción de Laura , Otto Preminger volvió a reunir a los actores Dana Andrews y Gene Tierney y al cinematógrafo Joseph LaShelle para Where the sidewalk ends , un film mucho más noir e interesante (en mi opinión) que su célebre predecesora.- Where the sidewalk ends gira en torno al detective Mark Dixon (Dana Andrews), el hijo de un delincuente muerto durante un intento de fuga de la prisión cuando Mark tenía 17 años. Mark dedicó su vida a diferenciarse de su padre, pero el destino lo lleva una y otra vez a una zona gris en donde los policías no son muy distintos de los criminales. Su principal obsesión es lograr la captura de Scalise (Gary Merrill), un mafioso de poca monta que regentea un garito clandestino. Cuando un rico apostador (Harry von Zell) es asesinado luego de ganar una fortuna, Scalise señala como culpable a Ken Paine (Craig Stevens), uno de sus secuaces, pero Mark tiene sus propias ideas al respecto. Con la esperanza de conseguir una de