Ir al contenido principal

Proyecto Cary Grant Nro. 23: The Awful Truth (La pícara puritana) - Leo McCarey, 1937.-


Confesión: tocaba reseñar otra película para esta serie, The Toast of the Town, estrenada también en 1937 pero la verdad es que vi más o menos hasta la mitad y me pareció un plomazo tan grande que nunca recobré fuerzas para terminar de verla, mucho menos para sentarme a escribir sobre ella. Por ello decidí hacer una pequeña trampa y saltar directamente hasta esta película que sé que me encanta, así vuelvo a encarar esta serie y logro llegar con mejor aire a la denostada Toast. Porque les aseguro que la reseñaré, aquí se admiten trampas pero no renunciamientos y yo me propuse visitar la filmografía completa de Grant (digo yo levantando una ceja).-


Esta es la primera película de Cary Grant tanto con Irene Dunne como con el director Leo McCarey y ¡vaya que es oro en polvo! En esta ocasión Grant y Dunne son Jerry y Lucy Warriner, un matrimonio que a la primera prueba que atraviesa en términos de confianza mutua, decide divorciarse. La película cubre los noventa días que deben transcurrir antes de que la sentencia se transforme en definitiva, período en el cual ambos intentarán conocer nuevas parejas con un resultado que no por previsible deja de resultar delicioso.-

Lo que más me impresionó en este visionado, desde lo visual, es la cantidad de planos de larga duración que McCarey utiliza para dejar que sus actores desplieguen toda su química y timing cómico, dos cosas que tienen a montones. El triángulo principal se conforma por Grant, Dunne y el tercero en discordia por excelencia Ralph Bellamy. Los tres se sacan chispas y para mejorar aún más el panorama, frecuentemente son acompañados por una cuarta figura, ya sea Esther Dale en el rol de la futura suegra de Lucy, el perrito Asta como Mr. Smith o Cecil Cunningham en el papel de la tía de Lucy o Alexander D’Arcy como Armand, el profesor de canto de Lucy. Estos dos actores hacen las veces de la amiga cómplice de la protagonista y el aspirante a amante europeo que solían interpretar respectivamente Helen Broderick y Erik Rhodes en las comedias musicales de Astaire y Rogers. Y la referencia no es casual sino que The Awful Truth tiene mucho del tono ligero y romántico de aquellas películas, con la infaltable serie de enredos basados en la falta de comunicación entre las partes y algunos números musicales, tomados aquí hacia el lado de la parodia.-

Otro elemento que emparenta The Awful Truth con las películas de Astaire y Rogers es la estética impecable de los decorados y el vestuario de los personajes. Lucy y Jerry viven en un mundo de fantasía en donde el mayor problema que puede presentarse es que una esté vestida para la noche pero no tenga un escolta para salir. Es el mundo de los teléfonos blancos, los brazaletes de diamantes y los sombreros de copa pero tanto brillo y glamour no debe llevarnos a pensar que pasaremos un rato insustancial. Debajo de tanta espuma, esta película hace una exploración muy interesante sobre el matrimonio y su disolución.-   

Cary Grant ya había transitado este tipo de historias (recordemos Enter Madame!) y tendrá oportunidad de repetir en al menos dos magníficas oportunidades: His Girl Friday y The Philadelphia Story. Lo interesante de su interpretación en The Awful Truth es que aquí cabalga entre ambas propuestas: su Jerry tiene mucho del Walter Burns de His Girl Friday (la comparación es aún más tentadora porque se repite la figura de Ralph Bellamy, quien casi repite el papel, aquí un granjero/petrolero de Oklahoma, allí un vendedor de seguros de Albany), su prioridad no está en el matrimonio mientras éste dura (nunca nos enteramos dónde exactamente estuvo Jerry los quince días que fingió pasar en Florida al comienzo de la película) y pone toda su picardía al servicio de mostrarle a Lucy la magnitud del error que está cometiendo; pero al mismo tiempo guarda una pizca de la profundidad de sentimientos del C. K. Dexter Haven de The Philadelphia Story. Y es que si bien Jerry parece más bien apurado por deshacerse de su esposa (da toda la impresión durante las primeras escenas de que la confrontación acerca de la noche que pasó Lucy con su profesor de música es fingida de su parte para contar con una excusa), lo cierto es que también refleja arrepentimiento antes de que termine la audiencia de divorcio. Esta es en mi opinión la prueba definitiva de que Grant era un gran actor y es que es excelente en este doble registro, por un lado explotando el ridículo del slapstick que tan bien se le daba, perdiendo la cabeza o mascullando respuestas que se superponen con el diálogo de sus compañeros de escena; y por el otro, sumiéndose en la meditación sobre sus circunstancias, dando mil vueltas para insinuar lo que no se atreve a decir o depositando todas sus esperanzas en una cerradura fallada.-

Comentarios

  1. Hola Bet
    ¡No me puedo creer que te quedases "tostada" viendo Toast! Ni estando Cary pudiste con ella. Por otro lado viendo la foto he pensado que tengo que dejar de ver pelis de Jean Arthur porque creí que tocaba "The Talk of the Town" (parecido titulo a "The Toast of the Town" ¿no?). La Dunne no me termina de convencer y "mi" Jean tiene mucho de Grant.
    Es curioso como vas repartiendo papeles entre los actores. Es un arma de doble filo eso de repetir situaciones; si la peli está bien trabajada se agradece, pero si no es así la tostada siempre cae por el lado de la mantequilla.
    Y, por seguir dando mantequilla, como puede ser que un titulo tan claro como "la fea realidad" se transforme en "la pícara puritana". Eso debe ser como untar con mermelada de melón, diría yo.
    Un saludo, Manuel.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Jaja, es que en la parte que vi, ¡Cary Grant ni siquiera protagoniza! The Talk of the Town ya ha aparecido por aquí, querido Manuel. Le dejo el enlace aunque no sé si mi reseña le gustará, la película no me dejó un gran recuerdo y "su" Jean me gusta mucho más en otras películas que he visto que en esa. Pero de todos modos confío en que perdonará mi desencanto y por mi parte prometo volver a visitar The Talk en su momento para darle una nueva oportunidad.
      https://lachicadelpasarolblanco.blogspot.com/2017/06/the-talk-of-town-tres-contra-todos.html
      ¿Será mi debilidad por las sesiones dobles (o triples) la que me lleva a buscar repeticiones? De veras que una de las cosas que más me divierte es imaginar series que luego me da mucha pereza llevar a la realidad. Por ejemplo, "películas en las que Cary Grant representa a un ex marido arrepentido" y así... Claro que como bien apunta Usted, la técnica puede dar un resultado desfavorable si el actor en cuestión tiene tendencia a tropezar siempre con la misma piedra.-
      A mí "La pícara puritana" siempre me hace recordar a "La pícara soñadora", una película argentina de los años '50 con Mirtha Legrand y Alfredo Alcón. Ciertamente el título no pega con nada con el original y tampoco exactamente con la historia, porque Dunne podrá ser un poco pícara, pero de puritana no tiene nada.-
      En cuanto a la mermelada de melón, mire que a mí me gusta probar sabores estrafalarios, pero esa se la dejo, jajaja.-
      Un abrazo, Bet.-

      Borrar
  2. Ver a Dunne tan sonriente me descolocó y me llevó a pensar en Jean. No sé como George Stevens juntó a dos comediantes sobresalientes y no hizo comedia. Porcierto, en un proyecto casi personal Arthur y su marido recurrieron a Stevens para dirigir una comedia que te recomiendo "The More the Merrier" (otra trabajo de traducción libre, en castellano "El amor llamó dos veces). Yo creo que Jean se mete, con mucha facilidad, en gestos muy de Grant.
    Otro saludo (más y mejor) Manuel.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Creo que tengo acceso a "The More the Merrier", una comedia que siempre quise ver. Curiosamente, Cary Grant protagonizó (bueno, hizo el papel de Charles Coburn) la remake, "Walk, Don't Run" que en español se llamó "Apartamento para tres". A veces las traducciones aclaran y otras, oscurecen jaja.-
      Por cierto, tampoco he visto esta última, estimo que la dejaré para el final de mis visionados de Grant. La última película de un actor siempre tiene algo de agridulce...
      Un abrazo, Bet.-

      Borrar
  3. Qué ganas leyendo este texto de volver a ver La pícara puritana. No sabes, hace un montón de años, la panzada que me pegué de películas de Cary Grant. Y cómo lo disfruté. Y La pícara puritana estaba entre ellas. Ahora hace tiempo que no he repetido otro visionado de varias de las que me gustaron mucho, entre ellas esta. Tengo que recuperarla. Las risas que provocan Grant y Dunne son curativas.
    Recuerdo con mucho cariño otra que trabajaron juntos Mi mujer favorita, cuyo remake años después iba a protagonizarla Marilyn, pero falleció ante de terminarla. De ese remake pertenece la famosa secuencia en que se baña desnuda en la piscina.

    Beso
    Hildy

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. ¡Hildy, querida! No quiero decir una cosa por otra, pero si no llegué a "La pícara puritana" gracias a tu recomendación, le pega en el poste. Es una comedia eterna, yo la sometí a la prueba de fuego, se la presenté a mi padre y la disfrutó muchísimo, así que quedó aprobada por el público más reticente jajaja.-
      De "Mi mujer favorita" recuerdo mucho la escena final (quién no quisiera un Papá Noel como ese), pero no mucho más porque mi gran favorita siempre fue la remake. He visto alguna vez los clips que quedaron que Marilyn nadando en la piscina pero, qué puedo decirte, para mí "Move over, darling" es perfecta así como es. Fue mi primera película de Doris Day cuando niña (mi primera de Thelma Ritter y de James Garner también) y la miraba todo el tiempo. La teníamos grabada en VHS así que la tenía a mi disposición cuando quisiera. Cuando, varios años después, vi la original, no me gustó ni un poquito (en aquella época, ni la presencia de Grant me convenció, qué errada que estaba). Releyendo mi reseña de hace unos años veo que tampoco terminó de convencerme en un segundo visionado, pero que viene ganando terreno. Debería intentarlo una vez más (tal vez al llegar a 1940 en este recorrido) para ver qué opino en un tercer visionado. Alguna vez hemos hablado de esto, pero qué difícil que es hacerse el tiempo para volver a ver, con todo lo nuevo que hay para descubrir... A mí se me hace especialmente difícil con aquellas películas que ya he reseñado, una vez que publico, pasan al archivo y eso no me gusta...
      En fin, me he ido por las ramas como siempre. Del dúo Grant y Dunne todavía me falta descubrir "Penny Serenade", que he empezado un par de veces pero por algún motivo u otro nunca terminé de ver. Por lo que conozco, es un dramón, no sé si hay espacio para alguna risa, pero cuánto más rico es descubrir el amplio registro que manejaban estos dos.-
      Te mando un besote enorme, Bet.-

      Borrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

Nuevo abecedario de cine (Edición musicales): P- Q.-

The Pajama Game (Juego de Pijamas) - George Abbott y Stanley Donen, 1957.- Sid Sorokin (John Raitt) acaba de conseguir trabajo como superintendente de la fábrica de pijamas propiedad del Sr. Hasler (Ralph Dunn) cuando un conflicto con uno de los operarios lo pone delante del “comité de agravios” presidido por Babe Williams (Doris Day). El romance nace casi a primera vista, pero hay un problema: por su función, Sid está del lado de la patronal mientras que Babe vive para el sindicato de trabajadores cuando éstos están en plena negociación por un incremento salarial de siete centavos y medio la hora.- Vi por primera vez esta película hace casi diez años y si bien en su momento me gustó mucho, por algún motivo no había vuelto a verla. Redescubrirla fue una delicia absoluta. Empezando por el principio (literalmente), había olvidado que la coreografía es de Bob Fosse y aquí ciertamente se luce creando números multitudinarios que transforman los movimientos típicos de un taller de confección

The Roaring Twenties (Los violentos años veinte) - Raoul Walsh, 1939.-

Esta película bien podría formar una interesante sesión doble con The Public Enemy . Ambas son protagonizadas por James Cagney (con ocho años de distancia entre una y la otra) pero además ambas presentan dos modelos diferentes de películas de gangsters : el anterior y el posterior a la aplicación del Código Hays.- Durante el período pre - code , en el cual el género floreció, los realizadores pudieron colocar en el rol del héroe a criminales atractivos pero muchas veces despiadados, mientras que el lugar del villano quedaba reservado para otros delincuentes (con una fuerza de policía ausente), cuando no para la propia policía y otras figuras de autoridad. Esta inversión en los roles tradicionales, característica de este período, debió ajustarse con la aplicación del Código, surgiendo así una nueva figura: el gangster con el “corazón de oro”, es decir el delincuente simpático, que pese a sus acciones criminales de mayor o menor violencia, se sacrifica hacia el final por un ideal

Singin’ in the rain (Cantando bajo la lluvia) - Gene Kelly y Stanley Donen, 1952.-

Cada vez que veo “Cantando bajo la lluvia” me conmueve su precisión, la perfección de mecanismo de relojería de la que hace gala. Y siempre vuelvo a pensar que esta película es la respuesta ideal para todos aquellos que cuestionan los musicales, porque demuestra que cada una de las objeciones que suelen expresarse son - al menos por esta vez - absolutamente incorrectas. Lo sé porque fue la película que hizo que yo cayera por la madriguera de los musicales, género que había despreciado hasta ese momento.- “Los argumentos son triviales y están destinados a olvidarse en cuanto se apaga la pantalla” Sin lugar a dudas, la industria cinematográfica dominó el mundo cultural y del entretenimiento durante todo un siglo. Adorado, discutido, despreciado y amenazado por el advenimiento de nuevas formas de entretenimiento, el cine no deja indiferente a nadie. Una de las páginas más interesantes de su historia comenzó a escribirse con el estreno de las primeras formas de cine sonoro, los