Ir al contenido principal

Proyecto Cary Grant Nro. 14: Enter Madame! (Mi marido se casa) - Elliott Nugent, 1935.-


Gerald Fitzgerald (Cary Grant) es un joven americano apasionado de la ópera que, durante su estadía en Venecia no se pierde ninguna representación de la diva Lisa Della Robbia (Elissa Landi). Un hecho fortuito hace que los dos se conozcan y, flechazo fulminante mediante, se casan en lo que parece un plan de ensueño: Lisa continuará cantando en cada teatro importante del mundo mientras que Gerald estará siempre allí, sentado en primera fila como su admirador más fervoroso. La realidad pronto se descubre como mucho menos prometedora y a poco de descubrir que el único rol que le toca en la vida de su esposa es el de cuidador de su perrito faldero, Gerald inicia los trámites de divorcio con la expectativa de casarse con una antigua amiga suya, Flora Preston (Sharon Lynne). Esto pone en marcha un plan desesperado de Lisa para recuperar a su esposo antes de que el decreto de divorcio quede firme.-

Hay en Enter Madame! una pizca de The Awful Truth en esa idea de los seis meses de espera para la concreción de un divorcio que en el fondo ninguna de las partes quiere. Las similitudes se detienen allí. Donde The Awful Truth (¡qué ganas tengo de llegar a ella!) es una comedia maravillosa, chispeante y equilibrada en esta verdadera guerra de sexos que propone, Enter Madame! es un accidente de tránsito en donde el tren de Elissa Landi y compañía se llevan por delante al pobre Grant dejándolo destartalado.-

El mayor problema que tiene esta película para mí es precisamente la figura de Landi. No me gusta nada esta actriz, encuentro su estilo de declamación tremendamente forzado y si a eso le sumamos que Lisa es una diva hecha y derecha, con tendencia al dramatismo, llega un momento en el cual uno se pregunta qué diablos hace el bueno de Cary todavía a su lado.-

Y lo peor es que este desborde del personaje de Lisa no resulta compensado por nada porque Gerald es un personaje bastante mal construido. Para empezar, no sabemos nada sobre él. Resulta claro que es una persona de dinero pero no sabemos qué hace y llega un punto en la historia en el que tampoco sabemos qué quiere exactamente. Y creo que esta nebulosa que envuelve a Gerald es producto de una falla del guión más que de una transformación de su personaje. En efecto, cuando Lisa llega a los Estados Unidos para intentar recuperar a su esposo, viene con el mismo circo de siempre (Lisa está permanentemente rodeada de una cohorte de personas que trabajan para ella y que hacen gala de un servilismo que hace daño a los ojos del espectador) y Gerald de pronto empieza a pasárselo en grande cuando dos minutos atrás no veía la hora de escapar de todo esto. Pero en ningún momento se muestra que haya cambiado de opinión o que haya reflexionado sobre sus verdaderos sentimientos, simplemente se deja llevar por todo aquello que le generó rechazo en un primer momento.-

Volviendo a Lisa, me llamó muchísimo la atención que las dos óperas que se le ve representar en la película (y que son dos de mis favoritas, así que no van a escuchar de mi parte ninguna queja por la música de la película) tienen protagonistas que conducen a sus amados a la destrucción. Algún día espero concretar un viejo proyecto que tengo, que es escribir sobre el uso de la ópera en el cine porque son dos formas de arte que amo y creo que cuando aparece una ópera en una película, la cuestión debe ser estudiada por los realizadores, no se puede poner cualquier ópera al azar porque cuál sería entonces el sentido de hacerlo. Debe haber una conexión y eso es algo que me gusta analizar cuando aparecen estas intersecciones. En este caso tanto Floria, la diva de Tosca, como Santuzza de Cavalleria Rusticana, resultan nefastas para los hombres en sus vidas con lo cual me da mala espina que sean los roles destacados de Lisa. Si yo fuera Gerald, saldría corriendo inmediatamente.-

Con la poca paciencia que me quedaba para ese entonces, encontré que el final es tan poco satisfactorio como el resto de la película. Lisa resuelve apostar al “todo o nada” y decide renunciar a su carrera para hacer feliz a su esposo. Yo le diría “señora, nadie le pidió tanto”; pero antes de terminar mi frase me encontraría con que la inminencia de un escándalo vuelve a sumir a Gerald en la misma situación en la que estaba al comienzo. Este final es decepcionante en primer lugar porque creo que es anticuado aún para su época. Pero además, la historia que completa un círculo en el cual el protagonista vuelve a quedar como empezó puede funcionar muy bien como remate de una comedia bien realizada. En un drama o, como en este caso, en una comedia desinflada, te deja un mal sabor. Y es precisamente lo que sucede en Enter Madame!

Al reseñar estas películas en orden cronológico he llegado a entender por qué Cary Grant nunca más quiso firmar un contrato a largo plazo con ningún estudio al término de su compromiso con Paramount. Tengo un buen recuerdo de la próxima película, Wings in the Dark, pero en general podemos decir que 1934 y 1935 no fueron buenos años para nuestro querido. Aunque mejor les dejo el enlace para Enter Madame! así pueden juzgar por ustedes mismos. La calidad de la imagen no es óptima pero al menos hay subtítulos en español.-




Comentarios

  1. Tengo mucha tarea con todas las películas que estás analizando del querido. En concreto las que por suerte nos facilitas el enlace. ¡Qué lujo, mi Bet del alma!
    Siempre me ha resultado interesante cómo Cary Grant se fue transformando hasta el actor que todos reconocemos. Y lo que estás haciendo vale oro. Al igual que ese paso de Archibald Alexander Leach al actor y del actor a la estrella.
    Por otra parte, ¡por favor, deléitanos con una serie de cine y ópera! Estoy segura de que sería una pasada. Y descubriríamos películas y óperas. Me gustaría leerla.

    Beso
    Hildy

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. ¡Ay, Hildy querida! Hace varios años que vengo dándole vueltas a esta idea sobre el cine y la ópera, algún día voy a tener que sentarme y concretarla.-
      Me hace pensar tu comentario, porque siempre pensé que Cary siempre fue Cary (y algo así escribí al reseñar su primera película This is the Night, en la que aparece y claramente ya es "él"). Pero es verdad que tuvo un período formativo en el cual fue experimentando con diferentes registros, subiéndole y bajándole el volumen a ese personaje llamado "Cary Grant". En esos experimentos no faltó incluso el drama, que es algo que en sus años de megaestrellato yo diría (aunque estoy haciendo un repaso mental muy rápido) no volvió a intentar. Me estoy dando una panzada con esta serie, esa es la verdad. Aunque me has hecho poner colorada, yo que solo estoy aquí mirando pelis viejas, jaja.-
      Te mando un abrazo enorme, Bet.-

      Borrar
  2. Hola Bet
    Una vez vista yo creo que la peli es un intento de comedia alocada. El problema es que cuando "baja las revoluciones" se queda muy desangelada y en tierra de nadie.
    Por un lado tenemos a Gerald Fitzgerald (ese Fitzgerald era el segundo nombre de un tal JFK y el apellido de su madre de una muy adinerada familia de Boston) otra vez haciendo de rico un tanto aburrido y muy dispuesto a enamorarse. Por otra a Elissa Lisa della Robbia en un muy arriesgado papel que, se me escapa a quién, pero, claramente, está imitando a alguna diva concreta con ese acento tan fuerte, mezclando expresiones en francés, italiano y, una vez, castellano. Realmente desagradable cuando eleva el tono de voz. La vimos en uno de tus Montecristos, aquí, yo creo, está mas guapa.
    Tiene muchas cosas que apreciar porejemplo en "la última cena" una viste blanco y la otra de negro, poco después la de negro torna gris claro y la de blanco por fin se viste de viuda.
    Un saludo, Manuel.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. "Desangelada" es la palabra justa para describir esta comedia, querido Manuel. Me pareció de esas películas que creen que la comedia se logra hablando a los gritos, pero que no tienen ninguna chispa.-
      ¡Sí, Landi es la Mercedes del Montecristo del '34! Y por supuesto es la "chica buena" (por oposición Claudette Colbert) de "El signo de la cruz". Tiene mucha belleza (y, sin entrar en comentarios, mucho parecido con quien se rumorea sería su ilustre abuela, pero no me quiero meter en esas), pero como actriz me deja a medio camino entre la indiferencia y la indignación. Yo creo que ese papel tan extremo le hubiera quedado bien a una Carole Lombard o una Ginger Rogers. A Landi le queda grande...
      Un abrazo, Bet.-

      Borrar
    2. Pues, fíjate, yo estaba pensando que la Gloria Swanson de Sunset Bulevard tiene mucho de esta Lisa. Es como si la historia hubiese continuado y de la troupe sólo quedase el chófer-director. De hecho el "Enter Madame!" -que es lo último que se dice en la peli- cierra la historia como el "Action!" de Von Stroheim.
      Un saludo, Manuel.

      Borrar
    3. ¡Ah entiendo! Yo me fui por el lado de buscarle reemplazo a la actriz, pero proyectar un porvenir para el personaje da mucha tela para cortar también...
      Más abrazos, Bet.-

      Borrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

Nuevo abecedario de cine (Edición musicales): P- Q.-

The Pajama Game (Juego de Pijamas) - George Abbott y Stanley Donen, 1957.- Sid Sorokin (John Raitt) acaba de conseguir trabajo como superintendente de la fábrica de pijamas propiedad del Sr. Hasler (Ralph Dunn) cuando un conflicto con uno de los operarios lo pone delante del “comité de agravios” presidido por Babe Williams (Doris Day). El romance nace casi a primera vista, pero hay un problema: por su función, Sid está del lado de la patronal mientras que Babe vive para el sindicato de trabajadores cuando éstos están en plena negociación por un incremento salarial de siete centavos y medio la hora.- Vi por primera vez esta película hace casi diez años y si bien en su momento me gustó mucho, por algún motivo no había vuelto a verla. Redescubrirla fue una delicia absoluta. Empezando por el principio (literalmente), había olvidado que la coreografía es de Bob Fosse y aquí ciertamente se luce creando números multitudinarios que transforman los movimientos típicos de un taller de confección

The Roaring Twenties (Los violentos años veinte) - Raoul Walsh, 1939.-

Esta película bien podría formar una interesante sesión doble con The Public Enemy . Ambas son protagonizadas por James Cagney (con ocho años de distancia entre una y la otra) pero además ambas presentan dos modelos diferentes de películas de gangsters : el anterior y el posterior a la aplicación del Código Hays.- Durante el período pre - code , en el cual el género floreció, los realizadores pudieron colocar en el rol del héroe a criminales atractivos pero muchas veces despiadados, mientras que el lugar del villano quedaba reservado para otros delincuentes (con una fuerza de policía ausente), cuando no para la propia policía y otras figuras de autoridad. Esta inversión en los roles tradicionales, característica de este período, debió ajustarse con la aplicación del Código, surgiendo así una nueva figura: el gangster con el “corazón de oro”, es decir el delincuente simpático, que pese a sus acciones criminales de mayor o menor violencia, se sacrifica hacia el final por un ideal

Singin’ in the rain (Cantando bajo la lluvia) - Gene Kelly y Stanley Donen, 1952.-

Cada vez que veo “Cantando bajo la lluvia” me conmueve su precisión, la perfección de mecanismo de relojería de la que hace gala. Y siempre vuelvo a pensar que esta película es la respuesta ideal para todos aquellos que cuestionan los musicales, porque demuestra que cada una de las objeciones que suelen expresarse son - al menos por esta vez - absolutamente incorrectas. Lo sé porque fue la película que hizo que yo cayera por la madriguera de los musicales, género que había despreciado hasta ese momento.- “Los argumentos son triviales y están destinados a olvidarse en cuanto se apaga la pantalla” Sin lugar a dudas, la industria cinematográfica dominó el mundo cultural y del entretenimiento durante todo un siglo. Adorado, discutido, despreciado y amenazado por el advenimiento de nuevas formas de entretenimiento, el cine no deja indiferente a nadie. Una de las páginas más interesantes de su historia comenzó a escribirse con el estreno de las primeras formas de cine sonoro, los