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Nuevo abecedario de cine (Edición musicales): Y - Z (y una conclusión final).-

 You were never lovelier (Bailando nace el amor) - William Seiter, 1942.-



Astaire no ha aparecido mucho por aquí en este abecedario de cine, así que no pude menos que aprovechar la oportunidad para traer una película que cuando la ví por primera vez, me dejó más bien indiferente, pero que en un segundo visionado gana mucho encanto.-

La acción transcurre en Buenos Aires, en donde el implacable Eduardo Acuña (Adolphe Menjou) es dueño de un club nocturno de gran categoría al mismo tiempo que intenta dirigir los destinos de sus cuatro hijas ya crecidas: Julia (Catherine Craig), que está próxima a casarse, María (Rita Hayworth), una romántica incurable que no encuentra su príncipe azul y Cecy (Leslie Brooks) y Lita (Adele Mara), que se han comprometido en secreto pero saben que no podrán casarse mientras María siga soltera, debido a una tradición familiar que les impone casarse por orden de edad. Para salir del embrollo, Eduardo decide inventarle un enamorado a María y por un malentendido, éste termina teniendo el rostro de un bailarín que pretende lograr un contrato con él, Robert Davis (Fred Astaire).-

Supongo que lo que no me gustó en el primer visionado de esta película es el recurso que encuentra la trama para ponerse en movimiento: que un padre se ponga a mandarle notas de amor anónimas a su propia hija es un poco extraño… Y tampoco soy demasiado amante de Rita Hayworth, que siempre me parece un poco crispada cuando intenta tener un tono alegre (algo similar me ocurre con Judy Garland y con la vida personal que tuvieron ambas, no es de extrañar que por momentos les cueste sonreir). Sin embargo, en esta segunda oportunidad la historia no se me hizo pesada en gran parte porque el elenco tiene una bella calidad de ensemble. Si bien claramente Hayworth es la protagonista, la familia (que se completa con Barbara Brown en el rol de la madre y con Isobel Elsom y Douglas Leavitt como los tíos de las muchachas) funciona muy bien como un todo en donde cada parte tiene su momento especial y su rol en la historia. En ese universo que se crea, es perfectamente razonable que los personajes se comporten de la forma en que lo hacen. Y además hay algo nostálgico en el personaje de Eduardo, que según aprendemos solía escribir cartas de amor a su esposa cuando eran jóvenes y ya hace tiempo que no lo hace.-

En cuanto a Hayworth, al principio me dio la impresión habitual pero a poco de empezada la película, cuando deja de mostrar el lado frío de su personaje y entra (tanto la actriz como su personaje) en el juego, me encontré con un costado cómico que no siempre tuve oportunidad de descubrir. Me hizo recordar a su intervención en Cover Girl, en la que hace un doble personaje (la protagonista y su abuela), y como su abuela tiene un número de vodevil que le permite explorar esa misma faceta. Aquí, se inserta bien con el resto del elenco y logra la ligereza que el rol y la trama requieren.-

Y en sus números con Astaire, realmente brilla. Creo haber leído por allí alguna vez que Astaire la tenía entre sus partenaires favoritas, porque sus largos brazos y piernas combinaban muy bien con los suyos propios y le permitían lograr movimientos que con otras compañeras no podía. Además, usa unos vestidos imposibles que parecen tallados sobre su cuerpo y que dan todavía más sensación de ensueño a las rutinas que de por sí, son mágicas.-

Hablando de las rutinas y del timing cómico de la película, la extensa filmografía del director William Seiter refleja que ya era un veterano para 1942, con muchas producciones de cine mudo y otras tantas durante el período pre-code. En su repertorio se cuentan muchas comedias y otro musical de Astaire, Roberta, que tiene mi número favorito de la dupla Astaire-Rogers. Es decir que evidentemente conocía muy bien el paño y lo demuestra con creces.-

Esta película me deja la misma sensación que We’re not Dressing, la protagonista de la entrada anterior: difícilmente sea la favorita de nadie pero es muy agradable y cumple con lo que promete.-


Ziegfeld Follies - Vincente Minnelli y otros, 1945.-




Para terminar este abecedario, les traigo un formato de musicales que fue muy popular en los primeros años del sonoro y tuvo un resurgimiento en los años ‘40: la “revista” o compilación de segmentos sin conexión entre sí, que permitían mostrar todo lo que un estudio tuviera para ofrecer en términos de espectáculo y humor, normalmente con dispares resultados. En el caso de Ziegfeld Follies, la excusa es montar un show al estilo de Florenz Ziegfeld pero con toda la grandeza que MGM, la fábrica de sueños, podía poner en pantalla a comienzos de los años ‘40.-

A modo de despedida de este abecedario, elegí especialmente el número The Babbitt and the Bromide protagonizado por Fred Astaire y Gene Kelly, porque ¿qué más podría pedirse a una serie sobre películas musicales que esta gloria registrada en celuloide para la posteridad? 

Durante treinta años, este fue el único registro de ambas estrellas del baile en la pantalla grande (ambos volverían a reunirse recién en 1976 para That’s Entertainment, Part II) y es una maravilla porque condensa, en tres breves segmentos, el estilo tan distinto de los dos en diferentes ritmos. El número comienza, además, con un intercambio humorístico en el que Astaire finge no conocer a Kelly y luego finge que no han ensayado para su presentación. Este breve diálogo es genial en sí mismo porque explota con fines cómicos la supuesta rivalidad que existía entre ambos bailarines (algo que también se usará para la comedia durante la rutina de baile) pero además representa en una cápsula de dos palabras el estilo de cada uno: Astaire es la fantasía de la espontaneidad que no cuesta nada y Kelly siempre deja entrever el esfuerzo y el trabajo duro que hay detrás de cada paso.-

Les dejo el número entero para que puedan disfrutarlo, pero si tuviera que quedarme con un solo fotograma, elijo el que encabeza este breve comentario. A riesgo de caer en la cursilería, así me los imagino a estos dos, todavía bailando arpas en mano.-





A modo de conclusión…




La primera reflexión que me queda de este abecedario de cine es que ningún proyecto concebido para un mes debería durar siete… Esta serie surgió como un proyecto para el verano y todavía la estoy haciendo en pleno invierno. Fuera de eso, disfruté mucho descubriendo musicales nuevos, dándoles segundas oportunidades a otros y también reencontrándome con viejos favoritos. Además me llevo un montón de títulos pendientes que surgieron como derivaciones de las películas reseñadas, y que espero ir descubriendo de a poco. Por último si tuviera que elegir una gran favorita de este proyecto, me quedo con The King and I, que fue mi gran descubrimiento de la serie y me dejó tarareando (y suspirando por Yul Brynner) hasta el día de hoy.-

Pero alejándome en puntitas de pie, reconozco también que estoy ansiosa por explorar otros caminos, otros géneros. Y adelanto que tal vez este abecedario vuelva renovado el año próximo, con otra temática y con mucha más economía de tiempo, esperemos...

Comentarios

  1. Hola Bet
    Comenzando por el final te comentaré que comenzaste la serie en TÚ verano y la terminas en (otro) verano. Conclusión tonta: un buen musical puede ser ligero y dulce como fruta de verano... o un mal musical pesado y agobiante como verano sin sombra.
    Tras el Lombard tirón de orejas tengo que confesar que MargaRita "se llama mi amor"; hasta las películas menos buenas -que alguna tiene- se pueden disfrutar con su sola presencia. Y era una bailarina de las mejores pero, cuando el elegante por naturaleza Fred, hizo el comentario destacando unas compañeras sobre otras debió hacer claqué sobre su lengua antes.
    Viendo a Gene y Fred con bigote y perilla no me extraña que te agarres a los pelos de Yul Brynner y que entones "mmis reyeesss y yoooooo...." (juas, juass)
    Un saludo, Manuel.

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    1. Sí, querido Manuel, me fui de un verano a otro con mi proyecto. En el comienzo a los de aquel lado les habrá parecido un alivio en el duro invierno mientras que en el final, el alivio lo he tenido yo.-
      Yo tengo que amigarme con Rita (puede creer que nunca me percaté de que su nombre artístico viene a ser el sufijo del real, ay ay). Ciertamente tanto Astaire como a Kelly (y Rita bailó con ambos) evitaban señalar a su partenaire favorito, para no herir susceptibilidades. Astaire salía del paso diciendo que su favorito había sido Kelly, y Kelly se remitía al Ratón Jerry.-
      Jaja, si algo queda a la vista al hablar de cine clásico, es la pasión de cada uno por tal o cual. A mí Astaire, Kelly y Brynner me encantan los tres. Y Grant y Donat y Gilbert y MacMurray y... bueno, me callo porque ya estoy revelando demasiado jaja.-
      Le mando un abrazo, Bet.-

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  2. Respecto a BAILANDO NACE EL AMOR no me siento capaz de aportar nada concreto pues la he visto una sola vez en mi vida (por televisión) y desde entonces han transcurrido cuatro décadas... tal vez algo más. Supongo que el escaso aprecio que tengo por William A. Seiter que siempre me pareció un mediocre artesano capaz de afrontar cualquier guión pero sin aportar garra o una mínima chispa que iluminara el producto, ha influido en no volver sobre el título que nos ocupa. Por ejemplo, nunca le perdonaré la nadería en que convirtió VENUS ERA MUJER.
    En cuanto a esa película-catálogo que fue ZIEGFELD FOLLIES, la tengo más viva en la memoria porque hace poco tiempo pude volver a verla en la Filmoteca. Te agradezco mucho la elección de ese embelesante segmento dirigido por Minnelli con el diseño de un delicioso y divertido duelo entre Astaire y Kelly. En un mundo encarrilado al desastre como el que nos toca vivir, números como "The Babbitt and the Bromide" le ayudan a uno a frenar el impulso de cortarse las venas.
    Un saludo.

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    1. No he visto Venus era mujer, así que en este caso soy yo quien no puede aportar, pero a juzgar por su labor en Bailando nace el amor, me quedé con buena impresión de Seiter. Aunque a renglón seguido vi por primera vez una de sus comedias protagonizada por Herbert Marshall y Jean Arthur llamada Búsquenme una novia (If you could only cook). ¿Qué podría salir mal con ese elenco? Pues a la película le falta algo, chispa o alma (como queramos llamarlo), termina así como empezó y tal vez se hubiera beneficiado mucho con unos veinte minutitos más de extensión. Así que ya no sé qué decirle sobre el bueno de Seiter, no quisiera juzgarlo por solo dos películas.-
      "Enfrentemos la música y bailemos" dice una canción que canta el propio Astaire en Follow the Fleet, en un número en el cual su personaje está a punto de suicidarse cuando decide que bailar con Ginger bien vale la preservación de la vida. Me gusta mucho ese número porque condensa de alguna forma el mismo pensamiento que Ud expresa, Teo, en la última parte de su mensaje. O dicho de otro modo, cantar bajo la lluvia siempre es una buena opción.-
      Le mando más saludos, Bet.-

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  3. No me podía perder el punto final de este magnífico diccionarioooo de cine musical.
    ¡Dancemos con Yul Brynner sin parar! Qué nervios cuál será tu siguiente reto de diccionario. Con cuál género vas a deleitarnos... Aghhhh, muero de curiosidad.
    La verdad es que han sido bonitas las dos últimas palabras, porque nos han traído a un rey del género, Fred Astaire..., y luego encima acompañado del otro monarca, Gene Kelly. ¡¡¡Dos película de Astaire... sin Ginger Rogers!!!
    A mí me da ternura inmensa comprobar los orígenes musicales de Rita Hayworth, aquella muchacha que bailaba como Margarita Cansino. Alguna vez se olvida que Gilda fue primero bailarina antes que actriz.
    Cómo te he disfrutado todas estas entradas
    Beso
    Hildy

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    1. Qué triste vida tuvo Rita Hayworth, tanto como Rita o como Margarita, ¿verdad Hildy querida? Yo no he visto muchos musicales con ella, de hecho debo confesar que ignoro si hizo algún otro además de sus dos con Astaire y el de Kelly. A mí la verdad es que me gusta más con su cabello oscuro y más sobre la frente, como aparece en Only Angels Have Wings, que pelirroja y de frente despejada.-
      Ay, me puse sensible hacia el final, viendo a mis queridos danzar juntos, arpas en mano, jajaja.-
      ¡Tengo tantos proyectos de abecedario! Me encanta hacer listas, mucho más que sentarme a escribir (digo yo con vergüenza). Intentaré, eso sí, adelantar trabajo para poder cumplir con el cronograma que me fije en debido tiempo.-
      Me alejo silbando bajito, hasta la próxima entrada. Te mando un besote, Bet.-

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  4. Hola Bet y Hildy
    No fue tan triste la vida de Rita pero golpes duros si que se llevó. Le preguntaron si se consideraba una sex-symbol y contestó que se consideraba una comedianta que podía bailar. Lo cierto es que en sus años buenos -que fueron muchos- era un regalo para los directores; con una pequeña carga dramática que justificase sus -siempre tremendos- primeros planos ya tenías el trabajo hecho.
    Ella, una trama mínima, un vestuario espectacular y una compañera competente (Janet Blair): Diversión garantizada https://www.youtube.com/watch?v=simDMIU1qVo&t=325s
    Un saludo, Manuel.

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    1. Por lo que sé querido Manuel, que es bien poco y de una única fuente (un episodio de un podcast que escuchaba a menudo hace unos años atrás), su vida sí que fue bastante terrible. Empezando por su padre, que además de enseñarle a bailar, la explotó comercialmente y se dice que también abusaba de ella. Pero insisto, no tengo más fuentes para corroborarlo así que tome con pinzas lo que le digo.-
      ¡Gracias por el enlace! Miraré la película este fin de semana, por ahora sólo lo abrí para ver de qué se trataba y ¡qué calidad de imagen más espectacular tiene!
      Un abrazo, Bet.-

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