Cuando caí en la cuenta, había pasado un mes completo desde mi última publicación. Ups. Y como no he terminado ninguna reseña pero sí revisité algunas películas y otras cosillas, aquí traigo unas breves impresiones.-
Casablanca - Michael Curtiz, 1942.-
Lo primero que vi en este mes de ausencia fue Casablanca, una de mis grandes favoritas. Nunca la reseñé porque me intimida un poco, es tanto y tan bueno lo que se ha dicho sobre ella que siento que no hay nada de interés que pueda aportar. Sin embargo me sentí envalentonada y empecé a escribir sobre ella. Nunca pude terminar mi reseña, resulta que efectivamente no hay nada de interés que pueda aportar pero no pierdo las esperanzas. Tal vez alguna vez termine mi texto y se los comparta.-
Por ahora les cuento que quedé fascinada por el trabajo de cámaras y la fotografía de la película. En tantos visionados anteriores siempre me concentré en la historia y los personajes (todos maravillosos), pero esta vez me enfoqué en el trabajo de Michael Curtiz y la forma en la que convierte a su cámara en un personaje más que deambula entre las mesas del café de Rick (Humphrey Bogart) o se cuela en el recuerdo de aquellos días en París.-
También me encantó (pero esto no es nuevo, siempre me gustó este aspecto) el trabajo de ensemble de los actores. Bogart e Ingrid Bergman conforman la pareja principal, por supuesto, con Paul Henreid completando el triángulo amoroso, pero ¡qué brillante el trabajo de los secundarios! Claude Rains y Conrad Veidt lideran este estamento pero muchos otros con papeles más pequeños pueblan esta trama de confluencia de nacionalidades e historias en un lugar de paso y espera (Peter Lorre, Sydney Greenstreet, S. Z. Sakall, Dooley Wilson, Leonid Kinskey, Ludwig Stössel, Ilka Grüning y Marcel Dali son mis favoritos). Entre todos ellos y muchos otros que no he mencionado con su nombre pero cuyos rostros y acentos llevo grabados en mi memoria, conforman un verdadero elenco coral maravilloso.-
Rope (La soga) - Alfred Hitchcock, 1948.-
Confieso que desde que terminé mi proyecto sobre Hitchcock en mi primer blog, no he vuelto mucho sobre la obra del director. Pero estaba hablando con mi padre sobre la pieza Movimiento Perpetuo No. 1 de Francis Poulenc y mencioné que suena en Rope, película que mi padre no había visto nunca, y yo no necesito más estímulo que ese para sentar a alguien frente a la pantalla.-
Nunca pienso con afecto en esta película pero en este nuevo visionado me sorprendí con el alto interés que me generó. Terminó pareciéndome mucho mejor de lo que recordaba, no tanto en términos estéticos (no soy fanática de la forma en la que Hitchcock resolvió la ilusión de continuidad en los planos, acercándose a la espalda de algún personaje para esconder los cortes) pero sí en cuanto a las referencias veladas a la relación homosexual en el centro de la historia y en lo que hace a las actuaciones de sus actores. Me generó curiosidad por ver otras películas de John Dall, a quien no he visto en nada más que Rope, y me recordó que tengo una de Farley Granger pendiente de comentario.-
Charade (Charada) - Stanley Donen, 1963.-
Estaba segura de que había reseñado esta película en el pasado pero no, sólo la mencioné brevemente como parte de una serie sobre ciudades que hice hace tiempo. Nuevamente, senté a mi padre a verla por la fuerza porque la amo, me parece super divertida y a él le gustan las historias de espías y las comedias.-
No me explayaré mucho sobre esta película aquí porque ya le llegará su momento en mi Proyecto Cary Grant, pero ¡qué gloriosa es! Me gusta todo sobre esta película, desde los títulos iniciales muy al estilo de los ‘60 hasta la resolución final de la intriga, pasando por los atuendos glamorosos de Audrey Hepburn, esos malos malísimos interpretados por James Coburn, George Kennedy y Ned Glass, la estudiada torpeza de Walter Matthau, el romance y el peligro, la música de Henry Mancini y por supuesto, mi adorado Grant poniéndose el traje de señor mayor con todo humor, sin perder una gota de sensualidad (como los vinos, se pone mejor con los años).-
For Me and My Gal (Por mi chica y por mí) - Busby Berkeley, 1942.-
Hacía muchos años que no revisitaba esta película, pero me encontré con tiempo para matar, no tenía ganas de leer y manoteé el DVD y lo puse. Fue otro lindo reencuentro de cine y no pude menos que maravillarme ante la “novedad” de Berkeley dirigiendo un musical inusual para su estilo de la década anterior (nada hay aquí de esos números multitudinarios con motivos geométricos), pero sobre todo, ante la calidad de la música original compuesta por Roger Edens. Me refiero a la música incidental, no a las canciones que cantan los personajes (que son bastante buenas también). En el cine clásico muchas veces escuchamos música de fondo intrusiva o inadecuada para el clima sugerido por los diálogos o las interpretaciones de los actores, pero aquí la música está en perfecta sincronía con la historia que se cuenta en este musical en apariencia ligero que se mete con temas de Guerra, muerte, patriotismo, egoísmo y resignación.-
Los visionados inconclusos.-
También empecé (y no terminé por razones de horario) otras dos películas: The Man with One Red Shoe (El hombre con un zapato rojo) de Stan Dragoti y Primal Fear (Las dos caras de la verdad) de Gregory Hoblit.-
Con la primera tuve la agradable sorpresa de encontrar que en streaming está con el mismo doblaje que conocí en mi infancia. No me gusta mirar películas dobladas al español pero hay un puñado de películas que me acompañaron en mi infancia y que teníamos grabadas en VHS de la televisión, en la época en la que no se pasaban películas subtituladas en la tele. Tengo mucho afecto por estos doblajes y comprobé, en el caso de las comedias, que esas películas no me parecen tan graciosas en el idioma original. En este caso, esta es una gran favorita en mi familia, la citamos todo el tiempo, y no descarto reseñarla en algún momento, siempre quise hacer una serie sobre películas con conciertos.-
Sobre la segunda: siempre me gustaron las películas de juicios y abogados, se miraban mucho en casa durante mi infancia y siendo yo misma abogada, las miro con aún más interés en mi adultez. Esta película también tal vez aparezca algún día por aquí (siempre quise hacer una serie sobre películas de abogados, tengo muchas series proyectadas y nunca concretadas, como verán) pero por el momento diré que en la parte que vi (más o menos la primera hora) no pude menos que exclamar ¡qué bueno es el cine de los ‘90!
Y las otras yerbas…
Varias veces he mencionado aquí que soy muy amante de la ópera; nunca las comento en este espacio pero son una presencia constante en mi día a día y en estas semanas por supuesto que vi algunas grabaciones. Me quedo con tres producciones que recomiendo mucho, mucho.-
Las primeras dos son Cavalleria Rusticana de Pietro Mascagni y Pagliacci de Ruggero Leoncavallo, en las producciones de Philipp Stölzl protagonizadas por el tenor alemán Jonas Kaufmann en el Festival de Pascuas de Salzburgo en 2015. Las dos óperas son muy conocidas (aún los cinéfilos más enemistados con la ópera conocerán Cavalleria Rusticana por su rol destacado en El Padrino III y Pagliacci por su breve aparición en Los intocables) pero aquí cobran nueva vida con dos producciones muy bien pensadas, no sólo en términos de utilización del escenario en su ancho y su altura sino también en el sentido dramático de las historias, y con interpretaciones de primerísimo primer nivel. Les dejo un videíto, si no les gusta el canto lírico, recomiendo mucho mirar este extracto de Pagliacci a partir del tiempo 03:18, es el glorioso intermezzo con una interpretación intensa de Kaufmann. En esta sección Canio, el líder de la compañía de payasos, un hombre de por sí celoso, acaba de descubrir que su esposa (mucho menor que él) lo engaña con un estudiante. Canio ya viene excedido de copas desde temprano y eso, sumado al descubrimiento, lo hace reflexionar sobre la ambivalencia de su arte que lo fuerza a reír, a mostrarse alegre aunque por dentro esté sufriendo. Seguidamente, durante el intermezzo musical, se maquilla para su acto mientras toma una decisión fatal.-
La tercera producción es la versión de Les Comptes d’Hoffmann de Jacques Offenbach registrada en el Metropolitan Opera en 2024, con producción de Bartleet Sher y protagonizada por Benjamin Bernheim, un tenor que he descubierto hace poco y que me gusta mucho. La historia es la del poeta Hoffmann, que está con mal de amores y es invitado por sus compañeros de copas a recordar tres amores de su pasado: la autómata Olimpia, la joven aspirante a cantante Antonia y la cortesana Giuletta. Lo acompaña en su recuerdo su Musa (que busca frustrar sus romances porque a ella le conviene que Hoffmann esté triste e inspirado para escribir; un poeta feliz le vale poco) y un villano recurrente que complotará con la Musa. Esta producción tiene un nivel de detalle y creatividad insuperables, y existe en la aplicación de streaming del Metropolitan Opera con tres elencos diferentes (mi protagonista favorito es el italiano Vittorio Grigolo). El video que comparto es de uno de los momentos más destacados de la ópera, aquí en la interpretación de la soprano Erin Morley que en esta versión la rompe toda en el rol de Olimpia. Aquí no tengo nada que ofrecerles si no les gusta el canto lírico, este aria es una maravilla y la diferencia que aporta Morley (a mi entender, y tengan en cuenta que no sé nada sobre música) es que logra privar de calidad humana a su voz; los sonidos que emite realmente parecen provenir de una invención mecánica, no son de este mundo.-
Con esto me despido, prometo no traer ópera muy seguido jaja.-
Hola Bet
ResponderBorrarDespués de tanta sequía... llega la avalancha.
Tal vez tenga un T.O.C. de esos pero yo hubiese reseñado "Me and My Girl" a la altura de "Casablanca" y así quedaría más cronológico; y se notaría que las pelis "Gran Reserva" son las que mejor paladeas y luego están las "crianza", que -tal vez- llegará su momento. (me pinchan y no sangro leyendo tu exclamación ¡Qué bueno es el cine de los Noventa!).
Yo creo que una de las más grandes injusticias del cine "SuperGranReserva" es que todos tenemos el pareado Curtiz-Casablanca que nos sale de carrerilla. Seguro que la mejor de la enoooorme lista que dirigió fue esa pero contaba todo tipo de historias de forma impecable. Creo que la última suya que he visto es "The Scarlet Hour, 1956" puede que la más "personal" ya que era también el productor y, si no se cae en el pecado de "compararla", ves que no necesitaba mucho para volar altísimo.
Un saludo, Manuel.
Jaja, creo que lo mío con el cine de los noventa puede ser 50% nostalgia (es el cine de mi infancia) y 50% espanto (el cine de los '70 y '80 no es lo que más me gusta, aunque hay honrosas excepciones, y lo que se está haciendo ahora me espanta un poquito, de modo que los '90 son el oasis entre dos desiertos).-
BorrarEl orden ha sido el de los visionado, pero es verdad que presentadas así, las películas lo marean a uno con la cronología.-
Yo de Curtiz he visto poco, pero lo que vi, me pareció siempre interesante. No es un director "estrella", a lo John Ford o Alfred Hitchcock, pero cumple siempre en mi breve experiencia. Ya puse en la lista de pendientes "The Scarlet Hour", ¡tiene muy buena pinta!
No me dice nada de la ópera querido Manuel, tal vez sea mejor no preguntar al respecto, jaja.-
Le mando un abrazo en orden cronológico, Bet.-
Buenos días. Felices para mí al descubrir este blog y que en algún lugar de la galaxia, Vd. existe, ya que me sentido muy identificado con sus observaciones y agradado con el modo en que las expresa. Y si a eso añadimos que tiene toda una sección dedicada a Cary Grant, pues..., "apaga y vámonos". Sólo puedo añadir gracias y desearle lo mejor para que nos nos falte a todos los devotos al cine. Un cordial saludo de su hermano en Cary.
Borrar¡Pero qué hermosas palabras, bienvenido "hermano en Cary"! Me da mucha alegría que disfrute de mis modestas entradas, espero verle a menudo por aquí.-
BorrarLe mando un saludo caluroso, Bet.-
Supongo que tenemos varios frentes que atender y en esas prioridades el tiempo se nos escapa como arena entre los dedos, obligándonos a aplazar proyectos y racionar devociones.
ResponderBorrarTienes razón cuando aludiendo a CASABLANCA reconoces que hay títulos tan repetidamente "estudiados" y manoseados que resulta difícil a estas alturas aportar algo novedoso sobre ellos. Suele ocurrir(nos). Así pues, en esa macedonia de películas que traes a colación, limitaré mi comentario refiriéndome brevemente a LA SOGA, el trabajo de Hitchcock que menos me gusta.
Fue su primer film en color, realizado con entera libertad para su propia productora, en el que quiso respetar el tiempo real de la acción, enteramente desarrollada en un único escenario, para lo que optó por rodar, como sabemos, tomas de diez minutos (que era lo máximo que admitía entonces el chasis de la cámara) y disimular los empalmes dando la sensación de que la película había sido realizada en un solo plano. El experimento funcionó como desafío técnico, vale, pero el desarrollo, a caballo entre lo teatral y la pura geometría, llegó a resultar frío y, por momentos, muy artificioso.
P.D.— Cuando encuentres el momento para atender en tu blog a CHARADA, esa excelsa comedia parisina de Stanley Donen, por la que compruebo que también sientes una gran admiración, volveremos a hablar.
Mientras, un abrazo.
Comenzando por el post data, ¡espero que no aguarde hasta Charada para que volvamos a hablar, estimado Teo! Falta todavía, no creo que la reseñe antes de que le llegue su turno en mi Proyecto Cary Grant, y todavìa estamos a mediados de los años '40.-
BorrarRope no es la película de Hitchcock que históricamente menos me ha gustado (hay varias mucho peores) pero me sorprendió en este nuevo visionado, en donde no estaba preocupada por "analizarla" para un texto sino que en principio me senté a mirarla por puro entretenimiento. No se padece en absoluto, cuando uno no está intentando diseccionarla.-
Ya me pondré algún día a terminar ese texto sobre Casablanca y romperé el hechizo de lo inabordable.-
Le mando un abrazo, Bet.-
Dios mío, Bet, enganchada me quedo a tus pastillas y yerbas cinéfilas, jajaja.
ResponderBorrarCasablanca nunca puede fallar.
El enganche es máximo con Charada.
La soga te da un buena dosis.
Berkeley sabe qué teclas tocar para provocarte dependencia.
El hombre con un zapato rojo es una dosis que tengo que probar.
Las dos caras de la verdad es un chute en su primer visionado...
Y la ópera, la ópera es la mejor garantía de curarte consumiendo belleza.
Beso
Hildy
¡Mi Hildy querida! Dicen que lo que hace mal es la mezcla, ¿no? Jaja. Ya he entrado en rehabilitación con un programa más "normal", pero cada tanto viene bien recaer en viejos vicios y revisitar algunos favoritos. Ya lo hemos comentado en otras oportunidades, pero el aspecto negativo - por llamarlo de algún modo - del blog para mí es que película que se comenta es película que no se vuelve a ver. Pues yo completé la semana pasada con dos revisionados de cine argentino que quedaron fuera de esta entrada: El secreto de sus ojos y La odisea de los giles, ambos basados en novelas de Eduardo Sacheri (la primera la leí, la segunda la tengo en la mesita de noche para empezarla cuanto antes). Pero ya se terminó el recreo y he regresado a los descubrimientos...
BorrarGracias por acompañarme siempre, aún en momentos de dependencia jeje, Bet.-