Alias the Doctor (Su gran sacrificio) - Michael Curtiz, 1932.-
A veces sucede que de la nada te cae sobre la falda una película sobre la que jamás habías oído hablar y que te sorprende a cada momento. Alias the Doctor es una de ellas. Bajo una dirección impecable de Michael Curtiz, cuenta la historia de dos hermanos adoptivos, Karl (Richard Barthelmess) y Stephan Brenner (Norman Foster) que fueron criados como iguales por la madre biológica del segundo (Lucille La Verne) en un pequeño pueblo rural de Austria. La Sra. Brenner es viuda y sueña con que sus hijos cumplan el anhelo de su marido de convertirse en médico. Ambos jóvenes parten el mismo día hacia Munich para estudiar en la Universidad, dejando atrás a su madre y a la hermana biológica de Stephan, Lotti (Marian Marsh) quien a su vez está comprometida con Karl (nadie en la película hace ninguna observación sobre el hecho de que ambos se criaron como hermanos y de que su romance debería resultar al menos incómodo). Karl se convierte en un alumno brillante mientras que Stephan resulta ser un tarambana que bebe en exceso y vive irresponsablemente. La misma noche de su graduación, Karl se ve empujado a declararse culpable de un crimen cometido por Stephan y es enviado por tres años a la cárcel, perdiéndose para siempre la oportunidad de recibirse de médico. Cuando sale en libertad, descubre que su hermano acaba de fallecer y que cuenta con la posibilidad de usurpar su identidad para cumplir con la obra de su vida, aún cuando eso lo aleje de Lotti.-
Lo más destacable acerca de esta película (además de las interpretaciones brillantes del cuarteto principal: Barthelmess, Foster, Marsh y La Verne) es la dirección de Curtiz. Alias the Doctor tiene una belleza casi de cine mudo; se apoya en gran medida en una simbología que construye para sí misma y en el plano de lo que no se verbaliza pero se muestra, sacando una cantidad increíble de provecho a una película que dura tan solo 61 minutos. Así, aquella calavera sobre la que Stephan arroja su gorra durante una noche de juerga compartida por los hermanos pasa a convertirse en un separador terrible que - junto con un siniestro médico forense - anuncia que la Muerte está cerca. Y los actos médicos que Karl realiza bajo su falsa identidad se cumplen siempre detrás de mamparas o son mostrados a través de sombras; siendo actos prohibidos, son mantenidos en secreto por Curtiz. Hacia el final, ambos símbolos se combinan en una secuencia que deja sin aliento mientras Karl da una última batalla contra la muerte.-
No quiero terminar este breve comentario sin mencionar que esta película está llena de elementos típicos del período pre-code. Desde este romance entre hermanos adoptivos (que en un punto se transforma en una vida de amantes clandestinos cuando Karl se hace pasar por el hermano biológico de Lotti), hasta la inmoralidad de la comisión directiva de la clínica en la que Karl ejerce, pasando por la ambigüedad moral de la Sra. Brenner y por el propio hecho de que el héroe de esta película es un hombre brillante, sí, pero que básicamente es un criminal sin ninguna excusa válida para sus acciones.-
Bedside - Robert Florey, 1934.-
En un tono diferente, Bedside tiene por héroe a Bob Brown (Warren William), un técnico radiólogo de una ciudad pequeña que - decidido a aprovechar sus buenos modales en el tratamiento de las damas - acepta dinero de su novia enfermera Caroline (Jean Muir) y se dirige a la gran ciudad para terminar la carrera de medicina. Antes de llegar, Bob pierde todo el dinero en una mesa de póquer improvisada en el tren y se emplea como asistente en una clínica mientras escribe cartas a su novia llenas de mentiras acerca de sus avances académicos. Por un hecho fortuito Bob conoce al Dr. J. Herbert Martel, alias “Smith” (David Landau), un médico que arruinó su carrera debido a su adicción a la morfina y una solución mágica aparece ante sus ojos: Bob compra el diploma de Martel y le ofrece una asistencia económica periódica a cambio de su silencio. Bajo su nueva identidad e instalado en Nueva York Bob comienza a ganar notoriedad como médico de celebridades y lleva a Caroline a trabajar con él y con su socio, el auténtico médico Dr. Wiley (el secundario de lujo Donald Meek). Cuando una cantante lírica, Madame Maritza (Kathryn Sergava), se empeña en que Bob le opere la garganta y Caroline comienza a sospechar la verdad, todo amenaza con salirse de control.-
Estéticamente esta película es menos atractiva que Alias the Doctor, pero aún así comparte algunos de los elementos visuales que comenté en la primera parte de este texto: las prácticas médicas de Bob (que en realidad no son tales, porque él se limita a sostener la mano de sus pacientes mientras repite los diagnósticos del Dr. Wiley) son mostradas con claridad; Bob no tiene los conflictos morales que podría tener Karl Brenner, pero cuando la trama cobra mayor dramatismo a partir de la intervención quirúrgica sobre Madame Maritza aparecen las sombras y los cuartos en penumbras.-
Bedside también es una película pre-code y tratándose además de una peli de Warren William se duplican las posibilidades de que este calavera incorregible salga bien parado sin que se pueda decir que Bob haya aprendido una lección (en realidad, el héroe termina casi como empezó porque en honor a la verdad hay que decir en su favor que él nunca tuvo la ambición de convertirse en médico). Y contiene dos elementos interesantes que ya estaban presentes en Alias the Doctor: por un lado, la presencia de una mujer que empuja al protagonista más allá de sus ambiciones (en este caso es Caroline, en aquél era la Sra. Brenner) y por otro lado, la existencia de una corporación que prefiere conservar su buen nombre aún a riesgo de la vida de los pacientes de estos falsos médicos.-
Mi querida Bet, ¡me has descubierto dos nuevas películas! Que sesión doble más interesante. Y es que el gran Curtiz hizo mucho más que Casablanca...
ResponderBorrarY Robert Florey es un gran desconocido para mí. Cotilleando su filmo, veo que no solo dirigió por primera vez a los hermanos Marx sino que también hizo la última película de Johnny Weissmuller como Tarzán...
Beso
Hildy
Hildy querida, quedé encantada con el trabajo de Curtiz. No suelo tenerlo en cuenta como director, creo que una vez leí algo así como que era uno de esos directores obreros, por oposición a los directores artistas; que no tenía una verdadera personalidad como director y esa idea me quedó grabada en su perjuicio. Pero me ha gustado tanto su trabajo aquí que intentaré prestar más atención.-
BorrarFijate que suelo dar una mirada a la filmografía de los directores que no me suenan pero esta vez se me pasó (debió haberme parecido tan desconocido que di por hecho que no habría hecho nada interesante en su carrera). Tengo una cita pendiente con los hermanos Marx, conseguí dos box sets con sus películas pero sólo vi un par de ellas (Una noche en la Ópera es mi favorita hasta ahora, la escena de Chico y Harpo jugando al béisbol en la fosa de la orquesta me mata cada vez que la veo). ¡Qué lindo encontrar esas puntas de ovillo por donde comenzar a recorrer filmografías! Con Tarzán en cambio no prometo nada, ji ji.-
Te mando un beso enorme, Bet.-