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Comienzos (última parte): Gene Kelly en For Me and My Gal.-


Termino esta serie sobre comienzos con otro de mis favoritos: Gene Kelly (no lo había mencionado antes pero obviamente los cuatro caballeros que nos acompañaron este mes son algunos de mis adorados).-
Tras lograr un éxito resonante en Broadway (luego de una infancia en la pobreza, unos comienzos en las noches de aficionados y la fundación de una escuela de baile en su  Pennsylvania natal) Gene Kelly llegó a Hollywood contratado por David O. Selznik para aterrizar nada menos que en preśtamo a MGM para un rol coprotagónico con una de las estrellas más importantes del momento: Judy Garland. For Me and My Gal, producida en la época del ataque a Pearl Harbor que determinó la incorporación de Estados Unidos a la Segunda Guerra Mundial, se cuenta entre los musicales que ayudaron a mantener en pie la moral y el espíritu patrótico del país durante la guerra, como comenté en mi entrada sobre musicales de los años ‘40 a mediados del año pasado.-
En este caso, Jo Hayden (Garland) forma parte del acto de vodevil de Jimmy Metcalf (George Murphy) - quien está secretamente enamorado de ella - y destina cada centavo a pagar la educación universitaria de su hermano Danny (el futuro director Richard Quine). Pero todo cambia cuando su camino se cruza con el de Harry Palmer (Kelly), un actor arrogante y egoista que le propone formar pareja artística, consciente de que el talento de la joven aportará a su éxito profesional. Jo por supuesto se enamora de Harry y éste de alguna forma aprende a corresponderle. Todo se viene abajo cuando Harry es reclutado para combatir en la Primera Guerra Mundial y a fin de no arruinar su debut en el mítico Teatro Palace de Nueva York (el sueño de los protagonistas desde que empieza la película), se causa a sí mismo una lesión irreparable en la mano derecha. Jo se da cuenta de todo, abandona a Harry y éste, desesperado y arrepentido de su egoismo, se enlista en el cuerpo de artistas que recorría los campos de batalla entreteniendo a los soldados. En la secuencia final, Harry salva (literalmente con una sola mano) a un grupo de soldados heridos de terminar convertidos en picadillo y recupera el corazón de su chica precisamente en el Palace al que soñaron con conquistar.-
Este es una de esas películas que, vistas a la distancia, reposa completamente en el carisma de sus protagonistas. En sí la trama no es novedosa, los números musicales se mantienen con los pies muy sobre la tierra y muy a tono con lo que tranquilamente hubiera podido montarse en el circuto de vodevil de principios de siglo XX (y eso que detrás de cámaras se encuentra nada menos que Busby Berkeley) y no existe ni por un minuto la duda respecto a con quién terminará Judy Garland (Murphy no llega ni hacerle sombra a Gene Kelly y qué mal gusto la broma pesada que su personaje le juega a un taxista en París hacia el final del segundo acto). Pero cada vez que Garland y/o Kelly aparecen en la pantalla, arrasan con todo.-
Y no es que la historia no haya carecido de interés en su momento o no lo tenga hoy: el personaje de Jo está basado en parte en Elsie Janis, una cantante norteamericana que fue una de las primeras artistas en recorrer el frente de batalla durante la I Guerra Mundial tal como lo hace Jo en la película. Además, las canciones que se escuchan en la película (excepto un número presentado por la compañía de Jimmy Metcalf) son de la época de la Guerra o bien anterior. Es decir que existe un gran cuidado en la producción (a cargo de Arthur Freed) en retratar la época y en honrar a los protagonistas verídicos de la historia que se cuenta.-
Y a diferencia de lo que veíamos respecto de Astaire en Dancing Lady, Gene Kelly toma la pantalla por asalto en esta su primera película para insinuar todo aquello que desarrollará a lo largo de su carrera en los musicales: la habilidad de interpretar personajes llenos de ambigüedades, su energía, la capacidad de bailar en personaje pero siendo inconfundiblemente él al mismo tiempo. Pero también hay algo aquí que me resulta muy especial y que no creo que se dé en ninguna otra de sus películas. Esa calidad etérea y espontánea que vemos en Astaire no está presente en las coreografías de Kelly, quien siempre se preocupa porque veamos su esfuerzo. Y no digo esto en un sentido peyorativo, creo que ese elemento no le quita nada a su arte sino que por el contrario le agrega y lo eleva como artista: por supuesto que tenía una cuota de talento natural, pero también tenía mucha preparación y dedicación y horas y horas de ensayos. Y sin embargo, en el primer dueto de la película, For Me and My Gal que Jo y Harry inventan una coreografía al tiempo que la ensayan luce tan fresco y natural, con una espontaneidad que no volverá a verse en Gene Kelly y por ello ocupa un lugar especial en mi corazón cinéfilo.-  

Comentarios

  1. Tu corazón cinéfilo es una joya. ¡No podía faltar Gene Kelly y un texto que le homenajeara tan bonito! Todas las películas de este precioso ciclo que has montado me llaman la atención.
    Beso enorme
    Hildy

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    Respuestas
    1. ¡Jaja, gracias querida Hildy! ¿Cómo iba a faltar Kelly? Solo me ha quedado fuera el adorado John Gilbert, pero es que con la tragedia de las pelis perdidas quién sabe dónde quedó su debut.-
      ¿Has visto esta película? Yo la adoro, Garland rara vez se vio mejor que aquí, casi no hay rastro de ese nerviosismo que suele transmitir en mi opinión (convengamos que motivos no le faltaban) y su química con Kelly es perfecta, ya desde este primer encuentro. Él siempre recordó con cariño la forma en la que Garland lo guió en su primera experiencia cinematográfica.-
      Ahora me queda un año entero para rastrear más comienzos :)
      Un abrazo enorme, Bet.-

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  2. No, no la he visto. ¡La verdad es que son una buena pareja cinematográfica! ¡Los adoro en El pirata!

    Beso
    Hildy

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    Respuestas
    1. ¡Y en Summer Stock! Su química es lo que mantiene en pie esa especie de accidente automovilístico de película. Umm... tal vez escriba algo sobre eso...

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