El visionado de No Man of Her Own durante mi bingo de películas del mes de abril me llevó a pensar en la curiosidad que supone que algunos actores, contra lo esperable (celebridad, similares estilos, convivencia en el mismo estudio), hayan aparecido juntos en pantalla sólo por una única vez. Aquí les traigo tres casos.-
Edward G. Robinson + James Cagney = Smart Money (Dinero fácil) - Alfred E. Green, 1931.-
Dos de los más célebres gangsters de la pantalla, Edward G. Robinson y James Cagney, ambos bajo contrato en Warner Bros. durante el apogeo del género, tuvieron una única colaboración en esta película. Filmada después del estreno de Little Caesar y al mismo tiempo que The Public Enemy, Smart Money presenta a Robinson en una variación de Rico Bandello en el personaje de Nick “El Barbero” Venizelos, un barbero de origen griego que dirige un garito de apuestas como negocio paralelo. Impulsado por su ego, Nick va a “la gran ciudad” para medirse con el célebre apostador Hickory Short, pierde todo su dinero y se dispone a recuperarlo y a vengarse de Marie (Noel Francis), la mujer que lo engañó. En “otra ciudad” se le une su fiel amigo Jack (Cagney), quien cuida sus espaldas tanto de tramposos como de las rubias por las cuales Nick siente debilidad.-
Resulta muy interesante comparar - ya que los tenemos a ambos en pantalla al mismo tiempo - los diferentes tipos de gangsters que representan Robinson y Cagney: el primero es bonachón, fanfarrón y hasta un poco ingenuo mientras que el segundo es el músculo del equipo, es quien empuña las armas y quien desconfía de todo, estando siempre un paso adelante.-
Hay aquí también, como en Little Caesar, un elemento de homosexualidad latente esta vez en el personaje de Jack, quien claramente vive con Nick (se repite la escena del desayuno en pijamas de The Public Enemy, pero esta vez Cagney no estampilla un pomelo en la cara de nadie) y lo cela casi como un enamorado más que como un secuaz. Sorprendentemente, en estas películas de hombres rudos los realizadores encontraron un espacio para explorar distintas formas de sexualidad y otros temas tabú (en una de las primeras escenas una joven, rubia por supuesto, logra que Nick le entregue un billete de cien dólares que luego rinde a un matón con el rostro de Boris Karloff con solo susurrar unas palabras en su oído - un aborto, drogas o algún otro asunto inconfesable en voz alta se imponen como respuesta al interrogante), sin prejuicios ni grandilocuencia.-
Barbara Stanwyck + Warren William = The Secret Bride (La novia secreta) - William Dieterle, 1934.-
Stanwyck y William fueron los reyes del período pre-code pero curiosamente, su única película juntos fue producida con posterioridad a la imposición del Código Hays. Y resulta una pena, porque el producto final es una película que no logra emocionar y cuyo mayor interés reside en imaginar cómo hubiera sido cada escena y situación si el estreno hubiera tenido lugar tan sólo seis meses antes.-
Ruth Vincent (Stanwyck) se casa en secreto con el Fiscal de Distrito Robert Sheldon (William) justo el mismo día en que se descubre que su padre, el Gobernador Vincent (Arthur Byron) recibió una importante suma de dinero en su cuenta personal, presuntamente de un soborno. Para permitir que Robert limpie el nombre del Gobernador sin que se lo acuse de tener un conflicto de intereses, la pareja mantiene su matrimonio en secreto. A medida que avanza la trama y se acumulan los muertos y las pruebas en contra del Gobernador, resulta cada vez más evidente que Ruth y Robert deben revelar el secreto para evitar complicar la situación de sus amigos, aún cuando ello ponga en riesgo al Gobernador.-
En rigor de verdad, el ritmo de esta película es bastante ágil teniendo en cuenta que dura solamente 64 minutos y la trama tiene bastantes giros. Pero en ningún momento logra atrapar. Se trata de una de esas historias que se popularizarían en la década del ‘40 en donde una trama policial se complica cada vez más hasta que al final el personaje que tiene la clave del misterio revela todo en una confesión a todo vapor. El problema en este caso es que nunca llegamos a sentir que los protagonistas estén en peligro y eso hace que para cuando llega la confesión tan esperada… ya nada importa demasiado…
El único momento en el cual la película cobra vida es durante una escena en la que el testigo clave Willis Martin (Grant Mitchell) va de oficina en oficina intentando esconderse de un visitante desconocido y Dieterle cuenta el momento mediante una toma cenital que sigue a Martin, mostrándolo disminuido ante el peligro.-
Eleanor Powell + Fred Astaire = Broadway Melody of 1940 (La nueva melodía de Broadway) - Norman Taurog, 1940.-
El rey de los musicales y la reina del tap brillan juntos por única vez en esta película. Johnny Brett (Fred Astaire) es elegido como el nuevo partenaire de la estrella de Broadway Claire Bennett (Eleanor Powell) pero por una confusión el rol termina asignado a su socio King Shaw (George Murphy). King es menos talentoso que Johnny y tiene un problemilla con el alcohol, pero da por sentado que la contratación es legítima y Johnny es demasiado considerado como para romper sus ilusiones. Cuando King está demasiado borracho como para salir a escena, Johnny sale en su ayuda reemplazándolo y dejando que su amigo se lleve todo el crédito.-
Broadway Melody of 1940 es memorable apenas por los cuatro números que comparten Astaire y Powell. El resto es un menjunje que nunca alcanza a levantar vuelo. Murphy resulta bastante desagradable en su rol pese a su acto final de redención; frecuentemente aparecen como separadores distintos artistas de variedades (una malabarista, una comediante) que demoran la trama; y los realizadores no parecen confiar lo suficiente en Powell como para dar peso y textura a su personaje (un factor recurrente en las otras películas de ella que he visto). Y encima, los protagonistas comparten un número musical recién a los cuarenta minutos de empezada la película y no vuelven a repetir la dupla sino hasta la secuencia final.-
De todos modos el asombro que causa ver a estos dos midiéndose en la pista de baile bien vale la pena. El número más conocido es Begin the Beguine bailado por Astaire y Powell en dos tempos diferentes en un escenario revestido en espejos, pero la mayor sorpresa me la llevé con I Concentrate on You que el dúo baila con antifaces y trajes de arlequín. La delicadeza de este número es emocionante y logra transmitir la idiosincrasia de los personajes que lo interpretan. En efecto, la belleza de esta película si es que tiene alguna está en la dinámica que existe entre Johnny y Claire. Especialmente Astaire se destaca en un rol bastante distinto de aquellos que solía representar en sus películas con Rogers, en las que casi siempre se ve impulsado por la fuerza de sus convicciones. Aquí, está resignado a que el triunfo y el amor (que se entrelazan) se le escapen y sufre y se sacrifica en silencio.-
¡Alabado sea Youtube por recuperarme gracias a tu artículo maravilloso dos números musicales deslumbrantes tanto el de Begin the Beguine como el de I Concentrate on You! Cómo los he disfrutado. Sí, la Powell está maravillosa, pero ¿alguien me puede decir cómo hace Astaire para ser el hombre más elegante y delicado bailando... y desear seguir sus pasos? Ya no es solo que bailaran de maravilla, sino que realizaciones y puestas en escenas más hermosas. Qué manera de rodar. Los claroscuros de I Concentrate on You son bellísimos. Y el ritmo del zapateo en el otro número, con esas luces y espejos, te hace explotar de vitalidad.
ResponderBorrar¡Qué series más maravillosas se te ocurren! ¿Quién se quiere perder esas parejas únicas que solo nos deleitaron en una única película?
Beso
Hildy
Sí, la fotografía en I Concentrate on You es asombrosa y el ritmo del zapateo en el primer Begin the Beguine es un instrumento de percusión más de la orquesta. Una verdadera maravilla. ¿Sabés que a mí ya me está pareciendo atractivo su cuerpo? No es el de Gene Kelly, pero tiene lo suyo (heme aquí mirándole el trasero a alguien que podría haber sido mi bisabuelo, jajaja). Me sonrojo de solo escribirlo.-
BorrarYo estoy encantada y cada vez más con YouTube. El domingo pasado me pasé la tarde haciendo lo que nunca, mirando pelis clásicas argentinas y he descubierto algunas perlitas que ya traeré por aquí.-
Te mando un beso enorme, Bet.-