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Jeff Daniels al otro lado del espejo.-

Hace un par de semanas atrás volví a ver de un tirón las tres temporadas de The Newsroom, una excelente serie protagonizada por Jeff Daniels, Emily Mortimer y Sam Waterston, con un maravilloso elenco secundario. Eso me hizo recordar que Daniels coprotagoniza en dos películas sobre fenómenos extraños que involucran una pantalla: en The Purple Rose of Cairo Daniels interpreta al personaje de una película que escapa de la pantalla grande mientras que en Pleasantville, es uno de los personajes de una serie de TV cuya trayectoria da un vuelco a partir de la llegada de un espectador a su pequeño universo. Convenido, estoy usando ambas películas como excusa para no despedirme de un actor con el que me he encariñado a lo largo de tres temporadas y al mismo tiempo estoy usando al actor como excusa para hablar sobre dos películas que me gustan mucho, pero todos sabemos que cualquier excusa es válida para hablar de cine ;)

Pleasantville - Gary Ross, 1998.-


Desde las primeras escenas Pleasantville confronta dos universos: el ideal representado en este caso por la sociedad americana de las series de TV de los años ‘50 y el real, el de fines de los años ‘90 y en particular en cuanto respecta a los adolescentes. El joven David (Tobey Maguire) encuentra refugio de su vida solitaria y sin estructura en la serie de los años ‘50 Pleasantville, en la cual la familia Parker es el eje de la historia que transcurre en el pueblo del mismo nombre. David conoce todas las subtramas, todos los diálogos y detalles de su serie favorita. La noche del gran maratón y concurso que le permitiría ganar un premio de mil dólares, David forcejea con su hermana Jennifer (Reese Witherspoon) y rompe el control remoto del televisor. Inmediatamente toca el timbre un misterioso anciano (Don Knotts) quien luego de comprobar que David es un verdadero conocedor de la serie le entrega un extraño control remoto. El aparato termina por transportar a los hermanos al living de los Parker en donde los padres George (William H. Macy) y Betty (Joan Allen) los toman por sus hijos Bud y Mary Sue. Su incursión en Pleasantville determinará que David y Jennifer transformen el pueblo y las vidas de sus habitantes.-
El personaje más conmovedor es, precisamente, el representado por Jeff Daniels. Se trata el Sr. Johnson, el dueño de la confitería en la que se reúnen los adolescentes del pueblo. El Sr. Johnson tiene una vida tan gris (literal y figuradamente), tan encerrada en las pequeñas rutinas sin sentido de Pleasantville que verlo lustrar eternamente su mostrador hasta arruinar la superficie pasa a ser un momento patético más que cómico. Y sin embargo, a diferencia de todos los demás habitantes de Pleasantville quienes están conformes con sus vidas, el Sr. Johnson tiene un anhelo: expresarse a través de la pintura. Hasta ahora sólo puede ver realizado ese anhelo con las decoraciones navideñas de su vidriera pero cuando Bud/David le acerca un libro de historia del arte, su universo se expande en mil colores.-
Pleasantville es un cuento con moraleja (cartel de “Había una vez...” incluido) pero no por ello resulta menos disfrutable. La idea de que no todo tiempo pasado fue necesariamente mejor y de que el estándar de felicidad se encuentra en el medio entre el tradicionalismo y las nuevas formas (tomando lo mejor de cada época) es bastante explícito. Y también lo es la noción de que la plenitud a nivel individual depende de encontrar en el propio interior aquello de lo que adolecemos (una suerte de Wizard of Oz moderno). Pero no obstante todo ello, es bastante interesante seguir la trayectoria de los personajes y - sobre todo - ver el pálido mundo de Pleasantville llenándose de colores vibrantes.-

The Purple Rose of Cairo (La rosa púrpura de El Cairo) - Woody Allen, 1985.-


En este caso quien cruza el umbral de la pantalla es Jeff Daniels en el rol de Tom Baxter - poeta, explorador, aventurero, de los Baxter de Chicago - un personaje secundario en una típica comedia sofisticada de los años de la Depresión (con guiños a los personajes que hubieran interpretado Edward Everett Horton, Marie Dressler, Jean Harlow, Louise Beavers, entre otros y un imperdible en la participación de Van Johnson en la recta final de su carrera). El fenómeno se produce luego de que Tom espía de reojo a una espectadora recurrente entre la audiencia de la película La rosa púrpura de El Cairo que se presenta en un cine de barrio en Nueva Jersey. La mujer es Cecilia (Mia Farrow), una camarera fanática del cine y casada con Monk (Danny Aiello), uno más de los tantos hombres desempleados y desesperanzados de esos años. La huida de Tom desencadena el pánico en los productores de la película y en la estrella en ascenso que lo interpretó, Gil Shepherd (también Jeff Daniels) y todos se trasladan a Nueva Jersey para forzar al personaje a retornar a la pantalla. Mientras tanto, Tom se enamora de Cecilia e intenta convencerla de que abandone a Monk para vivir con él en el mundo real.-
“La rosa púrpura…” es un canto de amor al cine, al de los años ‘30 y al de ahora también. Es un canto de amor a los secundarios fundamentales. Es un canto de amor a las relaciones que tejemos con las películas que nos hacen soñar. Y es también un canto de amor de un director/autor por los personajes que crea. Hay varios personajes en la película que hubieran podido mostrarse bajo una luz negativa: el productor que desea destruir todas las copias de The Purple Rose of Cairo para terminar con el problema, el dueño del restorán que amenaza con despedir a Cecilia y sobre todo Monk y Gil. Pero Allen esquiva el lugar común y da matices a cada “villano”.-
Y reafirma, en la escena final, que cuando todo parece perdido el cine viene en nuestro rescate hasta que lleguen días mejores.-

Comentarios

  1. ¡Cambio de cara total del blog! Guauuuu. ¡Y nuevo post!
    No he visto la serie de Newsroom, pero tiene pintaza.
    La televisión recupera rostros. En este caso me alegra no solo ver a un Jeff Daniels con un papel protagonista, sino también que esté presente Sam Waterston en los créditos.
    Y mira a mí que me gusta ver puntos de unión: recuperas a Daniels en una maravillosa película que me chifla de Allen... Y yo este fin de semana he recuperado a Sam Waterston en otra película de Woody Allen, bastante olvidada, "Interiores".
    De las dos pelis que analizas de Daniels habrás notado que siento un amor especial por la de Allen. La de Pleasantville confieso que solo la he visto una vez, me dejó un buen recuerdo, pero debo recuperarla y recordarla más.

    Beso
    Hildy

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    Respuestas
    1. Jaja, estaba aburrida y me puse a jugar con la estética del blog. Quedé bastante contenta, ya era hora de hacerle una renovación.-
      The Newsroom es fantástica, yo compré las temporadas en DVD luego de verla en la tele y cada tanto me gusta darle un revisionado.-
      Debo haber visto "Interiores" alguna vez en televisión, porque recuerdo a Waterston en una película de Woody Allen, pero no tengo una idea muy clara. Para mí Waterston siempre será el fiscal de La Ley y El Orden, de hecho con mis padres lo llamamos "McCoy", que era el nombre de su personaje (también llamamos "Logan" a Chris Noth y "Lenny" a Jerry Orbach, jaja, han quedado identificados para siempre con esos personajes en nuestra memoria familiar).-
      La rosa púrpura como así también Días de Radio (y Medianoche en París, en otro sentido) tienen un alma especial. Es imposible que te guste el cine o la radio y no te gusten esas películas.-
      Pleasantville para mí es una de esas películas que ves en tu adolescencia una vez por televisión y que pasan a formar parte de esa nebulosa de pelis que siempre recordás pero que no tienen una forma determinada (es decir, no sabés su título, director o detalles de la trama). Años después me reencontré con ella y siempre quise dedicarle unas palabras. Es simplona por momentos, pero me resultó una buena reflexión sobre la nostalgia que sentimos por mundos que nunca existieron sino que conocemos a partir de sus reconstrucciones en cine (o tele, en este caso). Medianoche en París es un poco eso, también, es el reflejo de la fantasía que tenemos sobre un determinado tiempo en una determinada época, pero que sin dudas es muy diferente de la realidad. Owen Wilson lo dice, de hecho, cuando se da cuenta de que esos tipos no tenían antibióticos.-
      Te mando un beso enorme, Bet.-

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