Había tomado una pequeña licencia, pero no puedo dejar pasar el cumpleaños de mi queridísimo Gene Kelly sin dedicarle unas palabras.-
Hace un par de años atrás leí la biografía que Clive Hirschhorn escribió sobre Kelly cuando éste aún vivía y si acaso me faltaba un empujoncito para enamorarme, fue ese. Uno no puede menos que sentir una profunda admiración por este muchacho de Pittsburgh, hijo de inmigrantes irlandeses que creció en la pobreza, con un padre alcohólico al cual se esforzaba por no condenar, que descubrió que el baile era (como él mismo dijo) una buena excusa para acercarse a una muchacha y que luego de mucho esfuerzo y algunos retrocesos conquistó el mundo, un paso de baile a la vez.-
Creo que la clave para acercarse a su obra está en no perder de vista que Kelly comenzó su carrera no como bailarín sino como coreógrafo y profesor de baile en la Academia que fundó junto con su familia. De allí se entiende mejor su inventiva, su empeño didáctico, su interés en nuevas formas de expresión y nuevos artistas y su clara intención de que se notara el esfuerzo detrás de sus rutinas. Una de las mayores diferencias que existen entre Kelly y Astaire, a mi modo de ver (y resulta inevitable comparar a los dos genios del musical aunque ellos se ocuparon siempre de aclarar que no existió rivalidad entre ambos) es que allí donde Astaire parece una pluma que casi no toca el suelo, con Kelly vemos el trabajo y yo creo que él la hacía adrede, como una forma de mostrarnos que nada en la vida es dado y que detrás de los momentos más mágicos hay mucho esfuerzo.-
Y no hay que olvidar que Kelly no sólo fue coreógrafo y bailarín sino también director y actor de películas musicales y de las otras. Su mejor actuación en un no-musical, en mi opinión, fue dada en Inherit the Wind, que casualmente fue la primera película de Kelly que vi.-
Como bailarín Gene Kelly tuvo muchas parejas maravillosas (Judy Garland, mi favorita la increíble Cyd Charisse, Vera-Ellen, Leslie Caron, el ratón Jerry) pero hoy elijo quedarme con dos momentos únicos: el primero es el número que Kelly y Astaire compartieron en Ziegfeld Follies, un momento que durante treinta años fue la única reunión de ambos astros en la pantalla (la película se estrenó en 1946 y la dupla no se repitió hasta That’s Entertainment Part II en 1976). Este número es de esos que te quedás mirando con la boca abierta y en los que no te atrevés a pestañear por miedo a perderte algo y en el diálogo que antecede creo que hay algo de lo que mencionaba antes: cuando Astaire le propone “improvisar” algo en la pista de baile Kelly contesta “¿algo como lo que estuvimos ensayando las últimas semanas?” He ahí verbalizada esa diferencia entre lo que parece improvisado (pero no lo es) y lo que parece esforzado (pero no lo es). Hay también una visión en tono de broma de la supuesta rivalidad y una amalgama perfecta de los estilos de ambos artistas. Una delicia sin desperdicio.-
Y el segundo momento viene en un musical soporífero llamado Deep in my Heart, de 1954, en el cual en medio de una sucesión de números musicales anodinos de pronto aparecen Gene Kelly y su hermano Fred (Cyd Charisse y James Mitchell comparten otro impactante) con un número tonto, simpático, vital. Lo valioso de este número ante mis ojos es que fue Fred Kelly quien le enseñó los primeros pasos a su célebre hermano, cuando ambos eran adolescentes que participaban en concursos de aficionados para ganar algún dinero de modo que verlos en la pantalla me permite espiar lo que habrán sido aquellos tiempos.-
¡Betttttt, no podía faltar este texto!
ResponderBorrarY cómo me han gustado los dos números musicales que nos has recomendado.
Enseguida los he buscado y disfrutado.
Y me ha hecho especial ilusión ver a los dos hermanos Kelly bailando. No me acordaba de que sus demás hermanos también bailaron y que con Fred bailó bastante.
Y qué maravilla ver a Asteire y a Kelly... bailando juntos.
Beso
Hildy
Ay, no te pierdas el de Charisse y Mitchell (el resto de la película es un mamotreto imposible).-
BorrarPor primera vez en mi vida cibercinéfila estoy pendiente de los cumpleaños de mis consentidos y estoy disfrutando mucho de estos breves paseos por mis recuerdos de cine más queridos.-
Te mando un beso enorme mientras le doy unos giros a mi paraguas. Bet.-
Soy muy obediente y ya he visto el número de Cyd Charisse y James Mitchell... ¡Cuánta sensualidad y elegancia en esos pasos...! Guuuuuauuuu ese vestido blanco de Charisse...
ResponderBorrarBeso
Hildy
Jaja, a mí ni que me fajen podrían ponerme ese vestido. Lo lleva pintado al cuerpo.
BorrarMás besos, Bet.-