Ir al contenido principal

¡Feliz cumpleaños, querido Ernst!

 


Para celebrar el cumpleaños de mi querido Ernst Lubitsch (29/01/1892 - 30/11/1947) me regalé la oportunidad de ver de nuevo Design for Living, mi película favorita de este director y una de mis preferidas en general.-

Gilda Farrell (Miriam Hopkins) es una joven artista comercial con un problema muy sencillo: está enamorada de dos hombres al mismo tiempo. Ellos son el dramaturgo Tom Chambers (Fredric March) y el pintor George Curtis (Gary Cooper), dos amigos que se han enamorado de ella a su vez. A partir de esta premisa, la película explora (con tanto encanto y gracia que no puede creerse) la posibilidad de que un amor entre tres pueda funcionar sin celos ni corazones rotos y sin que las convenciones sociales se metan en el medio para decirles a las partes del triángulo cómo deben vivir sus vidas.-

Amo tanto esta película que no sé por dónde empezar. Es una de esas películas que no envejecen nunca, que aunque haya sido estrenada en 1933 y uno la haya visto decenas de veces, siempre se mantiene fresca, sexy, graciosa y muy moderna. Y si bien tiendo a pensar en ella por su trama y el trabajo de sus actores, es también una película muy hermosa de ver (detalle que suelo olvidar). Hay una toma en particular en la cual Fredric March está acodado en la ventana de su dormitorio y Gary Cooper entra por la puerta (sucede justo cuando los dos hombres acaban de descubrir que Gilda los tomó a ambos por amantes) que es de una belleza inesperada. Cuando comienza la escena hay una luz muy brillante pero suave, difuminada, que cae sobre March y que le da un toque poético a la imagen (no encontré una foto de ese momento exacto, pero la escena es esta que ven en la foto que dejo a continuación); y toda la escena transcurre en una toma y es que otro de los detalles que me encantan sobre esta película es que Lubitsch sabe cuándo recurrir al montaje y cuándo dejar a sus actores hacer, ajustando el tamaño del plano en base a movimientos de cámara y no a planos y contraplanos.-




En esta misma escena, mientras Tom y George pasan del disgusto ante los acontecimientos a formar una alianza para olvidarse de Gilda a fin de salvar su amistad, el diálogo y los movimientos tanto de los actores como de la cámara están coreografiados con precisión. Otra escena que “baila” sin música es la de la borrachera de ambos amigos cuando descubren que Gilda los ha abandonado para evitar una ruptura entre ellos. Está escena reposa íntegramente en el diálogo (Ben Hecht es responsable por el guión, basado en una obra de Noël Coward, qué más se puede pedir) y en la interpretación de March y Cooper que derrochan química; uno acepta de inmediato la idea de una amistad incondicional entre estos dos aspirantes a artistas. Lubitsch se limita a observarlos y dejarlos hacer y entonces uno recuerda que no sólo era el mago de las comedias sofisticadas y pícaras sino también del musical, tuviera música o no.-

Otro de los aspectos que me encantan de Design for Living es que la historia es absolutamente verosímil, tanto en términos de personajes como de actores. Gilda, Tom y George están hechos a la medida de los actores que los representan (sin embargo, el material original es una obra de teatro que fue estrenada por un elenco diferente y Lubitsch inicialmente quería otros actores) y por supuesto que uno cree que esta mujer se sienta atraída por ambos hombres por igual, sin que la situación tenga otra solución posible que la que la película ofrece. Después de todo, ¿quién podría elegir entre Fredric March y Gary Cooper, ambos en el punto más alto de su carisma y sensualidad, si bien cada uno con su estilo? Discúlpenme por insistir sobre el tema pero… estos dos están más buenos que una cucharada de dulce de leche, ya está, lo dije.-

Al mismo tiempo, el cuarto en discordia en esta historia (Max Plunkett, un publicista enamorado desde hace tiempo de Gilda interpretado por el genial Edward Everett Horton) también representa un digno y verosímil oponente. Es tan diferente en todo sentido de Tom y George que siempre está latente el peligro de que Gilda resuelva la cuestión escapándose por la tangente en un sentido diametralmente opuesto al que le atrae pero le genera conflictos. Y Lubitsch acierta en dotar de humanidad a este personaje, que bien podría haber quedado en la caricatura. En particular hacia el final, de veras sentí pena por Max porque es quien tiene más posibilidades de perder en un juego de tres que lo excluye.-

Pero mi favorita aquí es Gilda. La amo; es independiente, inteligente, segura de sí misma y sólo se equivoca en dos cosas: al pensar que puede sofocar su identidad bajo la etiqueta de “Sra. Plunkett” y en creer que puede sostener un “pacto de caballeros” con los dos hombres en su vida. Afortunadamente, Tom y George son más sabios como lo deja entrever el brevísimo intercambio de miradas que se dedican mientras la imagen se funde a negro y aparece el cartel que marca el final de la mejor hora y media que uno podría pasar.-

Comentarios

  1. Cómo me he podido reír... "Discúlpenme por insistir sobre el tema pero… estos dos están más buenos que una cucharada de dulce de leche, ya está, lo dije."
    ¡Claro que entendemos a Gilda! Es imposible que no sean los dos hombres de su vida, jajajaja.
    Qué bonita manera de celebrar el cumpleaños de Lubitsch. Yo también he disfrutado otra vez este año de esta película.
    ¡Es tan bonito verlos a los dos dormidos en el vagón de tren!
    ¡Se disfruta tanto viendo lo bien que se lo pasan los tres!
    Y es que Gilda sin duda es la reina de la función..., dirige la orquesta a su alrededor.

    Beso
    Hildy

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Jajajaja, te juro que siempre intento ser recatada pero me estaba atragantando con ese comentario y decidí que mejor era escribirlo que tragármelo.-
      Lubitsch se ha convertido en mi director favorito, así nomás lo digo, además ayer casi salto cuando descubrí que su padre nació en la misma localidad del Imperio Ruso que mi abuelo materno a quien no conocí pero que tal vez era vecino de los Lubitsch, ¿no es increíble e intrascendente a la vez? Si bien aspiro a ver la filmografía de Lubitsch completa, para su cumpleaños elegí volver a ver esta película que yo también había visto hacía poco tiempo (creo que fue el año pasado, pero fue hace poco en definitiva). Es simplemente perfecta, no hay una sola cosa que podría decir que no está tan bien o que podría haberse hecho de otra manera. Y Gilda es uno de mis personajes preferidos, es genial.-
      Te mando un beso enorme, Bet.-

      Borrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

Tres momentos de tango en el cine.-

Mi visionado de The Four Horsemen of the Apocalypse , con su célebre escena de tango, me llevó a pensar en otros momentos de cine en los que el tango cumpla una función esencial. Estos son los tres momentos que recopilé. ¿Se les ocurren otros? Anchors Aweigh (Levando anclas) - George Sidney, 1945.- Algún día dedicaré a esta película una reseña completa, pero el segmento que aquí nos convoca corresponde a una escena de fantasía en la cual Joe Brady (Gene Kelly), un marinero con permiso por tres días, intenta decirle a Susan (Kathryn Grayson) lo que siente por ella. Joe siente que para expresar sentimientos sinceros necesita un contexto épico y grandioso, como los que aparecen en las grandes obras de la literatura. Su imaginación lo transporta a un mundo imposible en donde él es un bandido enamorado de una princesa que arriesga su vida para verla una vez más. El número musical que tiene lugar es un delirio maravilloso en el cual se combinan La Cumparsita, la cultura española y la capa, a...

¿Amigándome con el western? (cuarta parte).-

Esta entrada es prima hermana de la primera parte de esta serie. En aquella oportunidad comenté tres películas, de las cuales dos me gustaron mucho (de la tercera película prefiero no acordarme por el momento) y me hicieron descubrir a dos directores con los que quedé en volver a encontrarme: Anthony Mann y Delmer Daves. Hoy les traigo al primero de ellos, en otra colaboración con James Stewart.- The Naked Spur (Colorado Jim) - Anthony Mann, 1953.- Corramos del medio la curiosa traducción del título, para que no moleste. No hay ningún personaje llamado Jim en la película, aunque sí fue filmada en Colorado… algo es algo. Howard Kemp (James Stewart) sigue el rastro de un prófugo de la justicia, Ben Vandergroat (Robert Ryan), por el cual se ofrece una recompensa de cinco mil dólares. En el camino termina haciendo una sociedad involuntaria con un peregrino obsesionado con la búsqueda de oro, Jesse Tate (Millard Mitchell) y con un soldado dado de baja con deshonor, Roy Anderson (Ralph Meeke...

It’s a wonderful life (Qué bello es vivir) - Frank Capra, 1946.-

Momento N° 1: evitando una tragedia.- George Bailey (James Stewart) se pasa media película evitando tragedias, pero en este caso me refiero a la secuencia en la cual siendo niño (encarnado por Robert J. Anderson) evita que el Sr. Gower (H. B. Warner), el farmacéutico para el cual trabaja, envenene por error a un niño enfermo. Se trata de una secuencia muy compleja en la que Capra presenta varias situaciones decisivas para el resto de la película: presenta a George como un niño curioso por los lugares más lejanos del mundo, altruista, que apela a la verdad para resolver los problemas que se le presentan y no teme enfrentarse al hombre poderoso del pueblo, el Sr. Potter (Lionel Barrymore), para defender la obra de su familia, es decir, vemos a George tal y como será de adulto; el director presenta también a la coqueta Violet (Jeanine Ann Rose/Gloria Grahame), a la fiel Mary (Jean Gale/Donna Reed) y al despistado tío Billy (Thomas Mitchell), hermano del Sr. Bailey (Samuel S. Hinds)...