Y como no hay dos sin tres, aquí les traigo una nueva entrega en mi proyecto Cary Grant, esta vez con otra película de 1943 que, como difícilmente podía ser de otra manera, también tiene la II Guerra Mundial como trasfondo.-
En este caso, Cary Grant es el Capitán Cassidy a cargo de un submarino que parte del puerto de San Francisco con destino secreto, aún para la propia tripulación. Eventualmente, se revela que la misión consiste en recoger al Oficial Raymond (John Ridgely) en un punto en altamar y luego llegar hasta las costas de Japón para realizar allí tareas de inteligencia.-
El elenco (conformado en su amplia mayoría por la tripulación del submarino) está lleno de caras conocidas, empezando por John Garfield en el papel de Wolf, un rompecorazones que entretiene a sus colegas con las historias de sus aventuras amorosas (estableciendo las bases de lo que haría Gene Kelly en Anchors Aweigh) y siguiendo por Alan Hale, Dane Clark, Tom Tully y un joven John Forsythe en su primer rol en Hollywood. Este es el elemento más fuerte de la película: el conjunto conformado por los actores es una maravilla y convierte a esta película, en la cual no hay antagonistas a bordo, en una suerte de buddy movie en donde cada uno de los secundarios más importantes tiene una personalidad definida que nutre al resto. Los actores se muestran cómodos en esta camaradería e incluso una escena, en la cual Wolf está relatando una anécdota amorosa demasiado larga para la poca paciencia de “Destructor” (Dane Clark), contiene un bello momento que si no es improvisado se le acerca bastante: el “Destructor” confunde una parte de la historia y cuando Wolf lo corrige con exasperación, la reacción de ambos ante el intercambio parece pertenecer más a los actores que a los personajes.-
En este contexto, déjenme decirles, Grant está mejor que nunca y se nota lo mucho que se está divirtiendo. Su Capitán es un tipo sobrio y moderado (excepto en plena acción, que es cuando se deja llevar por la exaltación del momento) pero se nota en el brillo de su mirada esa chispa que se ve obligado a controlar por las exigencias de su puesto. Es el Grant más Grant que hemos visto en mucho tiempo (desde Gunga Din para ser precisa), despojado de la tarea de seducir a la dama de la película y de lucir siempre impecable y concentrado en la faceta minimalista de su estilo (además de trepar y colgarse de las escalerillas del submarino con la destreza física que le conocemos).-
La película no es absolutamente redonda, claro está. Seguramente es un poquito más larga de lo que debería (135 minutos que fácilmente podrían haber sido 120) y yerra, en mi opinión, en su intento de abarcar eventos ajenos a la misión de la tripulación comandada por Cassidy, pero por lo demás, es muy entretenida y sobre todo, está bien filmada. Estos eventos externos responden, sin dudas, al intento de los realizadores de “airear” la película y de evitar así el ambiente claustrofóbico que - creo yo - el espectador viene a buscar en una película sobre submarinos. Tienen además la falencia de que constituyen eventos tan aislados que no terminan de cuajar con el estilo de la película, debieron haber sido o bien eliminados o bien multiplicados a lo largo del metraje pero así como aparecen, están de más.-
Destination Tokyo es la película debut del director (hasta ese punto se había ocupado mayormente como guionista aunque también tiene apariciones como actor en su filmografía) y aunque parezca tener un estilo muy convencional, se destaca en las escenas subacuáticas y en los bellos movimientos de cámara y encuadres que logra en el reducido espacio del interior del submarino. En más de una oportunidad Daves se vale del travelling hacia atrás mientras Grant avanza por el pasillo del submarino o coloca su cámara en lugares imposibles, como en la escena en la que uno de los “novatos”, Tommy Adams (Robert Hutton, qué parecido a James Stewart en su juventud tiene este muchacho) desarma, bajo la dirección del Capitán, una bomba que perforó una sección del submarino.-
La película tiene además otra gran virtud y es que muy fácilmente podría haberse convertido en una pieza de propaganda y no lo es. La presentación del enemigo japonés es respetuosa, alejada de la caricatura. Quiero decir, los japoneses aparecen poco en la película pero cuando lo hacen, no son estereotipos de crueldad ni de torpeza. El único momento en el que la película tropieza tiene lugar tras un acto solemne que la tripulación celebra a bordo y que venía bien, en términos narrativos, hasta que los guionistas (uno de los cuales es el propio Daves) decidieron incluir un breve discurso a cargo del Capitán. Estoy siendo vaga a propósito para evitar los spoilers, pero en este punto el “Destructor” es increpado por sus compañeros y les está explicando - en términos llenos de humanidad - cómo se siente respecto de lo que acaba de ocurrir cuando el Capitán Cassidy llega y pronuncia un discurso propagandístico que… “buæjjj” es como mejor puedo describir la sensación que me produjo: es entendible el porqué está en la película, si la pensamos en su contexto histórico, pero no aporta a la acción dramática ni envejeció bien a la luz de la Historia. Lo dicho: buæjjj.-
El último punto que quiero destacar, muy brevemente, tiene relación con la coexistencia de Grant y Garfield en la misma película: esta es la primera vez en la que Grant (ya todo un veterano para estas alturas, y una estrella por derecho propio) comparte cartel con uno de los actores “nuevos”, un experimento que, haciendo un repaso rápido, diría que no volvió a repetir hasta 1959 cuando le tocó coprotagonizar con Tony Curtis (de nuevo en una película sobre submarinos: Operation Petticoat). Grant y Garfield parecen habitar universos actorales diferentes y en cierto punto, también protagonizar películas distintas, en cuanto no tienen demasiada interacción en Destination Tokyo dada la diferencia de rangos entre el Capitán y Wolf. Desconozco si ambos se llevaron bien durante el rodaje y si tenían buena consideración por la labor y el estilo del otro, pero no dejó de resultarme interesante que ya hayamos llegado en este recorrido por la filmografía de Grant, al punto en el cual nuestro homenajeado podía ver toda una nueva generación de galanes - más recios, con más “calle” y con otros sistemas de ideas y técnicas - apareciendo a sus espaldas.-
Hola Bet
ResponderBorrarTodas estas pelis las vi en su día pero la de hoy: canto a la camaradería, solo hombres y con un reconocido enemigo "exterior" parece hecha a medida de chavales... y mujeres con el compañero en guerra.
Desde Gunga Din hasta Tokyo; sé de una chica que tiene una cierta debilidad cuando Cary se aproxima a Asia juas, juas.
Un saludo, Manuel.
Ah ah, pero no se olvide de The Last Outpost (África) y de Only Angels Have Wings y Notorious (Sudamérica), que a lo mejor la chica que Ud conoce tiene debilidad por Grant en todos los continentes, jajaja.-
BorrarEs muy como Ud dice, querido Manuel, esta es una peli de guerra a la medida del público de esa época, sea que estuvieran en casa o luchando en el frente. De hecho, leí por allí que la película contó con una precisión técnica tal, que se la mostraban a los hombres que estaban entrenando para embarcarse. Aparentemente, los detalles fueron muy cuidados, exceptuando algunas cuestiones que se modificaron por seguridad nacional. No fuera a ser que los del Eje tuvieran acceso a ella...
Le mando un abrazo intercontinental, Bet.-