Me dieron ganas de reencontrarme con mi querido Warren William, y decir su nombre remite ineludiblemente al cine pre-code, período en el cual fue rey. En este caso William es David Dwight, un banquero que no se detendrá ante nada hasta lograr la total propiedad de un edificio de cien pisos, de ahí el título de la película, algo así como “almas de rascacielos”.-
Esta es una película coral que cuenta, a lo largo de distintas oficinas que funcionan en el edificio Dwight, un puñado de historias de la Depresión económica. El hilo conductor es Lynn Harding (Maureen O’Sullivan), una joven recién llegada a Nueva York para trabajar como secretaria de Sarah (Verree Teasdale), la secretaria, amante y mano derecha de Dwight. A través de Lynn conocemos a Jenny (Anita Page), una mannequin que trabaja para el modisto Vinmont (Gregory Ratoff); y también a Tom (Norman Foster, quien a su vez dirigió Journey into Fear, de reciente aparición en este blog, qué pequeño es el mundo), un cajero de banco torpe y persistente. A su vez, de la mano de Jenny conocemos a Sorenson (Jean Hersholt), un vendedor de piedras preciosas que la corteja, y a su amiga Myra (Helen Coburn), una buscavidas que juega a dos puntas entre su marido y su amante, Slim (Wallace Ford).-
Cada una de estas historias es fascinante por derecho propio y daría para una película entera. Pero también es fascinante descubrir cómo las historias se entrelazan, no sólo por los espacios que comparten en el edificio Dwight (el ascensor, el hall donde Tom choca con todos) sino también por la forma en la que en un momento determinado, muchos de los personajes se dejan seducir por un dato bursátil que les promete fortuna. Como no podía ser de otra forma en una película de este período, por supuesto que la burbuja financiera se pincha, dejando a todo el mundo sin un centavo y sumido en mayor o menor medida, en la desesperación.-
El rey absoluto de este pequeño universo, el titiritero que jala todos los hilos al mismo tiempo, es Dwight. Una escena en particular lo pinta en toda su dimensión: interesado por Lynn, hace que se quede trabajando hasta tarde y luego le ordena subir a su departamento del último piso para entregar el informe que le encomendó. En el departamento se está desarrollando una fiesta y apenas llega la joven, Dwight le invita una copa de champaña (Prohibición mediante). Enseguida uno de sus socios (George Barbier) se entromete y logra que Lynn se emborrache. Dwight parece derrotado hasta que consigue que una de sus “chicas” se lleve a su rival, pero Lynn desaparece, por lo que nuestro antihéroe se contenta con otra mujer. Cuando ésta ya está quitándose el vestido, Dwight encuentra a Lynn dormida en su propia cama. Con suma destreza, Dwight se deshace de su cita, pero para no quemar los puentes (nunca se sabe cuándo volverá a requerirla), la contenta con un regalo, y él puede dedicarse a Lynn. Pero ella es “decente”, por lo que finalmente Dwight la acompaña hasta el hall del edificio como todo un caballero, sin haber consumado su conquista.-
Este juego, en el que cada vez que Dwight parece haber perdido se recupera con más fuerzas para rendirse con el honor en alto en el final, lo define por completo tanto en la alcoba como en el mundo empresario y William interpreta el rol como un pez en el agua. Me encanta este actor y me quedo embobada mirándolo cuando reacciona ante sus compañeros de elenco, cuando piensa en su próxima acción, cuando conecta con la mirada con los otros actores. Y lo interesante del personaje que compone aquí es que es un banquero y por lo tanto, está del lado de los malos en los códigos éticos del pre-code, pero no deja de tener un sentido poético en su ambición por llegar cada vez más alto (literalmente; su edificio verdaderamente rasca el cielo con sus cien pisos) y en el sacrificio ¿de amor, de vacío existencial? que hace tras alcanzar su sueño.-
Hola Bet
ResponderBorrarTodo un clásico de la época estas pelis que nos desvelan las aventuras y desventuras de un grupo heterogéneo de personas en un mismo edificio. Encantador que el señor Dwight quiera hacerse dueño del Edificio Dwight -el destino juega con cartas marcadas- y que la "comodín" del cuento sea la secretaria de la secretaria ¡Que retorcidos fueron los treinta del siglo pasado!
Sin desmerecer a William Dwight, esta debió ser una de las últimas pelis de Anita Page personaje más que interesante: todo el mundo está de acuerdo en que era uno de los rostros más bellos de cine silente, no demasiado buena actriz -siempre era la guapa que acompañaba- y se retiro al año siguiente con veintitrés años (haz cuentas de cuántos tendría cuando saltó a la fama). Dicho esto: yo por Maureen, me pegaría con Tarzán.
Un saludo desde mi Penthouse (desde que me pegue con Tarzán me creo que soy el dueño de todos los áticos de Niuyol jaja) Manuel.
Sí, querido Manuel, hay varias películas con esa misma estructura en el pre-code (muchas de ellas protagonizadas por Warren William, ja), la mejor de ellas que me viene a la mente en este momento seguramente sea Street Scene.-
BorrarA mí Anita Page no termina de cerrarme, pero aquí está muy bien, de lo mejor que le he visto.-
Jaja, qué risa pegarse con Tarzán y terminar en un Penthouse. Yo por Warren William me pegaría con Maureen, así que tendrá oportunidad de defenderla, querido Manuel. Le mando un abrazo con vista al parque, Bet.-
Hola otravez
BorrarCompitiendo con SkycraperSoul -mismo año, parecida colección de personajes- tienes "Manhattan Tower". Seguramente sea peor y todos los interpretes son "segundas espadas" vista desde hoy, pero en cambio, aunque nadie lo dice, tiene el interés de ver el EmpireState por dentro.
De Anita te aconsejo que veas -o repases- "The Broadway Melody", primer musical de la Metro y... ¡Bingo! primera peli sonora en ganar el Oscar. La Page hace "casualmente" de jovencísima guapa que no canta, baila lo justito y tampoco está muy interesada en el mundo de la farándula. Real como la vida (propia) misma.
Un cálido (de finales de "nuestro" Julio) saludo, Manuel.
Ya di con Manhattan Tower, querido Manuel, está disponible en Youtube y en algún otro sitio perdido también. Me pondré con ella mañana y ya le contaré.-
BorrarBroadway Melody ha aparecido por aquí allá lejos y hace tiempo y no he vuelto a verla desde entonces. Debería revisitarla. Por ahora le dejo el enlace por si gusta pasarse por allí
https://lachicadelpasarolblanco.blogspot.com/2018/06/locos-por-los-musicales-primera-semana.html?m=1
Page también aparece en Under Eighteen, otra peli con Warren William que me gustó mucho cuando la descubrí pero tampoco he vuelto a ver (hay tanto, pero tanto para ver que es difícil a veces reencontrarse con las favoritas) y era la "chica" en Gentleman's Fate, una de mis pelis sonoras de John Gilbert preferidas. Ambas películas tienen la reseña por aquí, Gentleman's Fate tiene dos a falta de una.-
La verdad es que así pensado, Page podrá no haber tenido mucha estrella, pero apareció en títulos buenísimos.-
Le mando un abrazo refrescante desde el sur, que la semana pasada estaba nevando muy cerca de mi casa. Bet.-
Qué rica es la época pre code... Sorpresas y más sorpresas, títulos y más títulos, directores, actores, actrices y disfrute máximo.
ResponderBorrarGozoso la cantidad de títulos pre code que pasan por aquí. Esta peli de otro de tus consentidos pinta de maravilla. Me descubres muchos títulos, Bet.
Creo que te lo escribí, el último descubrimiento precode que he hecho fue "Caballero por un día" (Union Depot) y no sabes cómo me gustó Douglas Fairbanks Jr., en su papel de "macarrilla" de los años 30...
Beso
Hildy
Querida Hildy, yo venía alejada del pre-code y el visionado de esta película me dejó con ganas de volver a encontrarme con este período maravilloso que en algún momento constituyó mi alimento cinéfilo diario. ¡Cómo va cambiando el interés de uno con el tiempo, que hay cosas que antes consumías todo el tiempo y luego quedan abandonadas!
BorrarUnion Depot pasó por aquí en 2021, pero no recordé la trama hasta que repasé mi reseña. Me dieron ganas de revisitarla, a mí Douglas Fairbanks Jr me encanta, ¡sobre todo de jovencito!
¡Larga vida al pre-code y a las sorpresas de cine que nos vamos regalando!
Abrazo gigante, Bet.-