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Locos por los musicales - Tercera semana: películas de los años ‘50.-

El tercer módulo del curso “Locos por los musicales” está dedicado a la década del ‘50, marcada por diversos acontecimientos políticos, económicos y culturales. Por un lado, el final de la Segunda Guerra y la expansión económica que le sucedió dejaron en el pueblo norteamericano un ánimo triunfalista y la convicción de que la unión hace la fuerza. Paralelamente, comenzó a consolidarse el terror ante un eventual avance comunista, con lo cual pasada la corriente pro-soviética que inspiró muchas películas de los años ‘40, la industria cinematográfica se ocupó en reflejar el conservadurismo que caracterizaba a la sociedad en general (aunque también en esta década encontramos maravillosas excepciones en películas que levantan la voz contra esa estandarización de la sociedad). Por otro lado en esta década se produjo la multiplicación de los televisores en los hogares y el traslado de grandes grupos de las ciudades a los suburbios (en donde no había cines), con lo cual la industria comenzó a buscar nuevas tecnologías (pantalla ancha, sonido estereofónico, 3D, etc.) que tentaran a las audiencias a regresar a las salas de cine. Al mismo tiempo, la desinversión de los estudios forzada por la Corte Suprema de Estados Unidos - que falló considerando monopólica la propiedad de los cines por parte de los grandes estudios - hizo que comenzara la caída de los grandes estudios y el surgimiento de productoras independientes. Y finalmente, en esta década aparece una nueva clase público, más joven y liberal que irrumpirá por completo en la escena social y cultural en la década siguiente. Las películas sugeridas para esta semana fueron Singin’ in the Rain (Cantando bajo la lluvia), A Star is Born (Ha nacido una estrella), Guys and Dolls (Ellos y ellas) y Gigi. En este caso dudé mucho antes de incorporar una quinta película porque hay tantos musicales absolutamente geniales en esta década, además de los que ya integran el cuarteto sugerido, que se hizo difícil escoger sólo uno. Finalmente, me decidí por uno que tal vez no sea el mejor entre todos los posibles (han quedado afuera An American in Paris y The Band Wagon) pero que creo que refleja muy bien el panorama general de la década: Brigadoon.-

Singin’ in the Rain (Cantando bajo la lluvia) - Gene Kelly y Stanley Donen, 1952.-


Hace muy poco tiempo atrás publiqué una entrada sobre esta película así que no reiteraré aquí mi gran cariño y respeto por esta película. Lo que me resultó muy interesante en este nuevo visionado, habiendo descubierto recientemente The Broadway Melody, es encontrar todas las citas que esta película hace en relación a su predecesora. El número Broadway Melody, por ejemplo, contiene varias referencias como la cartelería de Broadway envolviendo al protagonista, la audición ante los productores (agentes de artistas en este caso) y la presencia de una mujer embelesada por los regalos de un millonario (aquí es Cyd Charisse, antes era Anita Page).-
Hay también un perfume que llega del pasado en la historia de una aspirante que es “descubierta” por una estrella o un actor de mayor experiencia (la trama ya era vieja para 1929 pero a partir de The Broadway Melody se convertirá en un patrón para el género musical). En esto y en decenas de pequeños detalles Singin’ in the Rain rinde homenaje al pasado al mismo tiempo que abre la puerta para los temas dominantes en la década de 1950: allí donde en su película anterior Gene Kelly levantaba las banderas de la individualidad (si bien en An American in Paris su Jerry Mulligan es un sujeto de lo más sociable, en su peor hora se encuentra solo en un rincón oscuro), en Singin’ in the Rain se suma al discurso que la industria cinematográfica viene a imponer en esta década, es decir que la clave está en la colaboración. Si volvemos sobre las películas visitadas en la entrada anterior vemos que tanto en Cabin in the Sky como en Yankee Doodle Dandy o Holiday Inn e incluso en On the Town (pienso también en Easter Parade con otro tipo de héroe y en For me and my gal, como ejemplo extremo) es el o la protagonista - a lo sumo con ayuda de su amante - quien logra sacar adelante las situaciones. En Singin’ in the Rain en cambio, es el esfuerzo conjunto de los tres principales lo que salva la carrera del héroe y notablemente, la idea salvadora ni siquiera es suya sino del personaje de Donald O’Connor.-
Al mismo tiempo, siento que de alguna manera esta película cierra un ciclo. Si bien parte de la industria seguirá apostando al espíritu triunfalista de la posguerra, muchos de los musicales importantes que podemos mencionar (pienso en The Band Wagon, It’s Always Fair Weather, Les Girls, Silk Stockings, Brigadoon, A Star is Born, Gigi) tienen una nota oscura y melancólica. A partir de Singin’ in the Rain se hará cada vez más difícil encontrar musicales de esos que iluminan el día del espectador.-

A Star is Born (Ha nacido una estrella) - George Cukor, 1954.-


Resulta curiosa la forma en que las películas dialogan entre sí, lo advierta uno o no. Mirando Singin’ in the Rain y A Star is Born en días consecutivos (cosa que nunca había hecho) pensé que en un punto ambas cuentan la misma historia (la de la aspirante que es ayudada profesionalmente por una estrella que enfrenta dificultades en su propia carrera), ambas en clave musical pero con tonos completamente diferentes. Casi es como si A Star is Born viniera en el lado B de Singin’ in the Rain. Se advierte aquí con total claridad la diferencia entre los estudios responsables por una y otra: allí donde MGM lo pinta todo de espectacularidad y brillo, Warner da a luz a una historia cruda que habrá hecho sentir incómodo a más de uno en la industria.-
A Star is Born es una película interesante en el sentido en que plantea una transición entre los musicales clásicos y los musicales oscuros de las décadas venideras. Hay también una suerte de estética de la fealdad, algo que volverá en las películas por venir. Hasta aquí, las películas que venimos viendo (especialmente las producidas por MGM, pero también las de otros estudios) buscaban la belleza por encima de todas las cosas. A Star is Born juega con la penumbra, con la fealdad de algunos sets y con piezas de vestuario poco sentadoras (la mitad del tiempo parecería que Judy Garland no tuviera cuello) pero lo hace con una amabilidad que termina resultando encantadora.-
Idéntico criterio aplica a sus personajes, en especial a Norman Maine (maravilloso James Mason), el héroe presuntamente inspirado en el trágico final de John Bowers (el rival romántico de Lon Chaney en The Ace of Hearts). Cukor evidentemente ama a sus personajes y con ello logra que los amemos también.-

Guys and Dolls (Ellos y ellas) - Joseph L. Mankiewicz, 1955.-


Esta es la única película de esta semana que no había visto nunca y debo decir que me costó una enormidad entrar en ella. Sinceramente creo que le sobra al menos media hora y que lo mismo podría haberse contado con mayor economía.-
Dicho esto, terminó resultándome una película interesante por varios factores. En primer lugar, existe un hilo invisible que conecta esta película con It’s Always Fair Weather (estrenada unos meses antes que Guys and Dolls) y con otras de esta década y de la siguiente, en especial con West Side Story, y es esta idea de llevar el ballet moderno a las calles y en los cuerpos de bailarines, ya sean profesionales o improvisados, con características individuales que los distinguen. Allí donde el ballet clásico busca la uniformidad en sus cuerpos de baile, estos ballets urbanos (pienso en los boxeadores de It’s Always… y en los Jets y Sharks de West Side Story) vienen en todas formas y tamaños, tienen habilidades diferentes pero juntos logran un resultado armónico.-
Otro de los aspectos interesantes de esta película es casi pre-code en su planteo de las relaciones entre hombres y mujeres (Frank Sinatra y Vivian Blaine están comprometidos hace ¡catorce años! sin fecha de boda a la vista, mientras que Marlon Brando lleva a Jean Simmons a una cita en La Habana, deja que se emborrache y la regresa a su oficina a la mañana siguiente luego de una elipsis en el montaje que podemos llenar como mejor queramos). Por otro lado, es igualmente contraria al Código Hays la presentación de héroes y villanos: aquí los apostadores y pequeños delincuentes de diversa calaña son presentados como personajes positivos mientras que la policía y los miembros de congregaciones religiosas tienen características negativas o ridículas. Ello confirma lo que ya veíamos en décadas anteriores y es que los musicales permitían una pequeña corriente de aire puro dentro del ambiente controlado por el Código. Y sin embargo, Guys and Dolls termina con una nota conservadora, con estas parejas uniéndose en matrimonio en una doble boda celebrada en la misma calle que sirve de telón de fondo para sus aventuras.-

Gigi - Vincente Minnelli, 1958.-


Hace bastante tiempo atrás publiqué una entrada acerca de Gigi y si mal no recuerdo, no volví a ver la película desde entonces. En este nuevo visionado, con las enseñanzas del curso en mente, me quedé con una idea que me llevará a la próxima película: en apariencia, en el final Gastón (Louis Jourdan) y Gigi (Leslie Caron) han adoptado un estilo de vida conservador y ajustado a la moral y las buenas costumbres. En esto, parecen encajar a la perfección con esta noción de uniformidad que los ‘50 intentaron imprimir en la cultura norteamericana pero… ¿son realmente así las cosas? Después de todo, desde el comienzo de la película se nos pintó una sociedad en la que los solteros empedernidos como Honoré (Maurice Chevallier) y las cortesanas retiradas en el lujo proporcionado por su larga “carrera” como Alicia (Isabel Jeans) constituyen el ideal a alcanzar. En ese contexto, al elegir casarse (y por amor) Gastón y Gigi son más subversivos de lo que parece. Este doble juego de valores, presente ya en la versión francesa original de Gigi dirigida por Jacqueline Audry es verdad, es un aspecto muy interesante de esta película filmada en este contexto histórico y está muy presente también en Brigadoon.-

Brigadoon - Vincente Minnelli, 1954.-


Elegí Brigadoon para cerrar esta década porque creo que concentra varias de las características que enuncié en el encabezado.-
Por un lado, refleja las tendencias estéticas de su época. Aquí encontramos la pantalla ancha, necesariamente llena con una multitud de extras o con grandes cuerpos de baile; y el tono “lavado” del sistema Ansco Color (más económico que Technicolor) y los decorados por oposición a la filmación en locación, todo ello utilizado con miras a reducir los costos de producción.-
Por el otro, ideológicamente la película parece enrolarse en el conservadurismo de la época. Cuando Tommy Albright (Gene Kelly) y Jeff Douglas (Van Johnson) se pierden en los montes escoceses y dan con el pueblo llamado Brigadoon, encuentran una sociedad organizada en torno al objetivo supremo de preservar la existencia del pueblo, la cual se vería amenazada si alguno de sus habitantes se atreviera a soñar con una vida en otra parte. Naturalmente desconfiados y temerosos de los forasteros, los brigadoonenses viven felices en la ignorancia del resto del mundo, sometidos a un extraño encantamiento que los lleva a dormir durante cien años cada noche. Cuando el estado de cosas se ve amenazado, todos cooperan en el restablecimiento del orden y cuando Tommy se enamora de una lugareña (Cyd Charisse) debe elegir entre irse solo o quedarse con su amada, nunca se plantea la posibilidad de que ella lo acompañe porque el bien común es prioritario. En este sentido Brigadoon parece decirnos que la sociedad ideal es homogénea, sin discordancias incómodas. Sin embargo, en la breve escena del tercer acto en la que los protagonistas están de regreso en Nueva York vemos que Tommy es el elemento discordante en su Brigadoon particular, una sociedad urbana, ruidosa y desconectada en la que todos menos el héroe parecen estar a gusto. Lejos de enseñarnos que cada cual debe amalgamarse con su entorno, Brigadoon intenta decirnos que tenemos que buscar el entorno que se ajuste a nosotros y en eso es menos conservadora de lo que parece.-
Finalmente, esta película marca la última colaboración entre Vincente Minnelli y Gene Kelly, amos indiscutibles de los musicales de los años ‘40 y 50’ y uno de esos dúos creativos capaces de producir milagros. Si bien en comparación con The Pirate y An American in Paris, Brigadoon aparece en desventaja, también es cierto que es la más poética de las tres, es un sueño dentro de un sueño de esos que en las décadas siguientes tanto Minnelli como Kelly ya no volverán a producir.-

Comentarios

  1. ... Pero ¡cómo me lo estoy pasando, mi querida, querida Bet! Y me parece curioso comprobar que de la tanda de los 50 sí que he visto todos los musicales que se proponen. ¡Una etapa llena de musicales cumbre!
    Hay dos que me apasionan: Cantando bajo la lluvia y Ha nacido una estrella. Pero los otros tres no desmerecen en absoluto... Buenos tiempos para la lírica.
    Tienes razón. Brigadoon es poética.
    También me has hecho pensar una cosa, efectivamente los 50 son años de conservadurismo y canto al American way of life, y el cine es un reflejo... Pero también un arte de creatividad, rebeldía y subversión. Y así como esto se veía claramente en el melodrama (Douglas Sirk que estás en los cielos), género más subversivo de lo que parece, me haces ver que también los musicales bajo la apariencia escondían rebeldía.

    Beso
    Hildy

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    Respuestas
    1. Querida Hildy, yo también estoy disfrutando mucho este regreso a la tierra de los musicales, a los que tenía un poco abandonados, y con una muy buena excusa para ver algunos de los que me faltaban. Los '50 fueron una época maravillosa y al mismo tiempo un cierre de etapa para los musicales, me temo que la siguiente entrada me espera con más de un descarrilamiento, jaja (al menos no tengo que ver La novicia rebelde, creo que no lo soportaría).-
      Fue muy instructivo escuchar el podcast sobre esta década y además estoy escuchando nuevamente la versión en audiolibro de "High Noon: The Hollywood Blacklist and the Making of an American Classic" de Glenn Frankel (un libro interesantísimo sobre la creación de A la hora señalada y sobre el proceso de listas negras en Hollywood) y todo ello me puso a pensar sobre esa época y sobre la forma en la que - al igual que luego de la imposición del Código Hays - la industria siempre encontró la manera de decir lo que quería decir...
      Ay, sobre Douglas Sirk me temo que no conozco mucho su filmografía pero tuve en la punta de los dedos una edición doble de Imitación a la vida, venían ambas versiones, la encargué por Internet durante mi último viaje pero el correo se retrasó y el paquete llegó cuando yo ya estaba de regreso en casa. Cuando viaje nuevamente, lo volveré a intentar, estoy empecinada con ese DVD.-
      Una última palabra sobre los años '50: ¿viste alguna vez Pleasantville? Hace tiempo que tengo ganas de escribir algo sobre esa película pero nunca me decido. No la veo hace mucho pero guardo un buen recuerdo de ella.-
      Un beso grande, Bet.-

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  2. ¡Tanto la versión de Stahl como la Sirk de Imitación a la vida merecen mucho la pena!¡Yo creo que te va a encantar ese pack!
    Vi Pleasntville en los noventa y apenas tengo recuerdos. Sé que me resultó interesante y con un reparto espléndido. ¡Sería genial leer un texto tuyo sobre esta película!
    Qué interesante el audiolibro, el tema de las listas negras de Hollywood es apasionante.

    Beso
    Hildy

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    Respuestas
    1. Compré también el libro en papel, porque mencionan muchos nombres de personas de la época y a veces me resulta difícil seguir el hilo. Tanto más cuando uno aprovecha el formato de audiolibro para hacer otras cosas mientras lo escucha. Es un trabajo fascinante, sería una maravilla que lo editaran en español.-
      ¡Ya nos veremos en Pleasantville! Un beso enorme, Bet.-

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