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Algunas preguntas sobre el alma de las películas.-

 


Vuelvo después de una larga ausencia, no con una reseña sino con un intento de reflexión. Hace varios días que vengo dándole vueltas a una cuestión que disparó el visionado de Argentina, 1985 de Santiago Mitre. Decidí no reseñar la película, porque no me gustó y encuentro desagradable reseñar películas que no me gustaron.- 

Entre todas los aspectos que me disgustaron de la película (no hablemos de precisión histórica, que se abre el debate acerca de si el cine puede tomarse “licencias artísticas” o si debe ajustarse a la Historia; no hablemos de consistencia del guión, que aquí me pongo verde por la enorme cantidad de cabos sueltos que deja la película y por el final anticlimático) está el hecho de que en cuanto terminó la película me dije “esta película no tiene alma”.-

Y empecé a preguntarme dónde está el alma de una película, si es que tal cosa existe (aún no terminamos de ponernos de acuerdo sobre la existencia del alma de las personas ¿y vamos a discutir sobre el alma de las películas?). ¿Está en la mera presencia de una gran estrella? No. ¿Está en la forma en la que el director “mira” a sus actores a través del objetivo de la cámara? Puede ser. ¿Está en la forma en la que el guionista se encarga de los “caminos del héroe” individuales y colectivos de los personajes? Casi seguro que sí. ¿Está en ese “toque” inasible que Lubitsch tenía y del que otros carecen? Es probable.-

Traigo a colación dos ejemplos. Hace un par de años atrás reseñé Goodfellas de Martin Scorsese y A Bronx Tale de Robert De Niro, encontrando puntos de contacto entre ambas historias y una enorme diferencia entre ambas películas: en mi opinión, A Bronx Tale tiene alma y la otra no, no me pregunten por qué, simplemente lo siento así. Segundo ejemplo: ayer debí viajar por trabajo y en el colectivo pusieron Bumblebee de Travis Knight. La miré con un solo ojo, porque estaba intentando leer mi libro y por momentos me quedaba dormida, pero lo que ví me alcanzó para conmoverme por la relación improbable entre una jovencita que acaba de perder a su padre (Hailee Steinfeld) y un transformer solitario con una misión imposible. De nuevo me dije “esta película tiene alma” (y casi que dije “ajá” cuando vi en los créditos que Steven Spielberg partició del proyecto).-

Volviendo entonces a la gran pregunta que me da vueltas en la cabeza hace casi dos semanas: ¿dónde está el alma de una película? No está en la presencia de una estrella, aun cuando esté haciendo un trabajo extraordinario y eso es fácil de advertir comparando el trabajo del mismo actor bajo diferentes directores (me pongo de pie ante el recuerdo de las cuatro películas que Ricardo Darín filmó con Juan José Campanella, una de mis duplas de cine favoritas). Puede estar en la forma en la que el director se relaciona con la historia que está contando. Esto es más difícil para mí de explicar, pero hay formas y formas. El cine, medio eminentemente técnico, es un arte y quien se pone a cargo de un proyecto puede o no convertirse en un artista (de la misma forma que si yo dibujo un estanque, mi obra terminará en el cesto de papeles pero si lo hace Monet, se transforma en una genialidad). Hay directores que adoran a sus actores y a sus personajes y eso se nota.-

¿Y qué pasa con el guión? También aporta, porque si entramos y salimos de la historia sin sentir que hemos conocido al personaje, que comprendimos la inmensidad de la tarea a enfrentar, que sufrimos y somos felices a su lado, entonces toda la experiencia es banal. Y aquí agrego algo más: ver una película para pasar el rato está genial, pero cuando una película pretende ser fundamental (digo yo dotando de personalidad a un trozo de celuloide), más le vale que lo sea porque no hay nada peor que una película engreída (me ocurrió con algo similar con Gentlemen’s Agreement).-

En cuanto al “toque” de algunos directores, no puedo explicarlo. Sólo sé que Lubitsch es Lubitsch, que Capra es Capra, que Campanella es Campanella, que Chaplin es Chaplin (me vienen otros nombres menos conocidos hoy en día, como Frank Borzage o Gregory La Cava, pero ya marqué mi punto, creo).-

Dejo pues abierto el tema porque ni yo misma tengo respuesta. No he llegado a conclusiones claras, pero me alegra haber por fin volcado estas dudas así puedo seguir adelante con la programación habitual. Muy pronto volveré con las reseñas, lo prometo.-

Comentarios

  1. Hola Bet
    Primero: ¡Qué envidia! Viajar, leer un libro, ver una peli... ¡y dormir! Yo que pensaba que mi ordenador era multitarea. Broma aparte, me gusta mucho Hailee; por ella me deje picar por ese Bumblebee.
    Intentando responder a tu pregunta yo diría que el alma está donde quieras encontrarla. Si no te gusta la violencia -de cine, porsupuesto- es imposible que la encuentres en Godfellas igual que si te gusta la "verdad histórica" la encuentres en A Bronx Tale; es más falsa que un duro de madera. Seguro que, en su día, hubo alguna "Bet bronxera" con pensamientos parecidos a los tuyos sobre Argentina 1985. Las dos son grandes pelis (me refiero a las antiguas, la nueva no la he visto) pero una es un festín de violencia y la otra una pompa de jabón que te hipnotiza. Cine.
    Me ha gustado, también, esta entrada. Vuelve con reseñas o con otra cosa perooo vuelveeeeeee....
    Un saludo desde el ecoooo, Manuel.

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    Respuestas
    1. PD: Me ha gustado eso de que el alma de las películas está ahí donde uno quiera encontrarla. Si no fuera así, todos veríamos la misma película y eso no siempre pasa. Siempre habrá alguien que tome el duro de madera por bueno, jaja.-

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  2. Madre mía, queridísima Bet, menuda cuestión. Pero es totalmente cierto lo que reflexionas. Hay películas en las que enseguida dices: "tiene alma"... y otras que son un tempano de hielo, grises.
    Hay cierto misterio y suspense en ese alma que tratamos de definir en las películas.
    Creo que en este debate que has planteado ha habido respuestas reveladoras en tu magnífico texto y en el comentario de Manuel.
    Un artista puede imprimir alma, insuflar vida a su obra.
    Es imposible no ponerse frente El séptimo cielo de Frank Borzage... y no sentir que esa película tiene alma.
    En el cine ese artista cuenta con un equipo enorme para dar vida a esa alma: unas palabras adecuadas, una ambientación especial, una mirada entre actores que emana una química única, una manera de contar... Me ocurrió el otro día con el visionado de nuevo de El Muelle de las brumas de Marcel Carné.
    Pero luego está lo que dice Manuel esa mirada de cada uno, que nos hace sentir, removernos, encontrar un alma a ciertas películas que a otros les deja indiferentes. Ese punto de conexión o resorte que nos hace vibrar porque hemos hallado el alma de esa película. Por ejemplo, yo no puede evitar encontrar un alma especial dentro de Magnolias de acero de Herbert Ross. Es una película que sabe bien lo que supone la enfermedad y muerte de un ser querido, y lo hace con alma. Y soy consciente que muchos rechazarían de plano incluso un primer visionado de dicha película.
    Menuda cuestión, Bet. ¿Encontraremos la respuesta?
    Por cierto, me has creado curiosidad por ver Bumblebee de Travis Knight.

    Beso
    Hildy

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    1. ¡Queridísima Hildy! No he visto El Muelle de las Brumas pero sí vi varias veces Magnolias de acero (cuando era chica la pasaban día por medio por la tele, era ineludible, jaja) y creo que ahí puede estar parte de la respuesta o al menos una variante de ella. Porque en ese caso creo que lo duro de la historia es lo de menos (y también hay algún que otro momento feliz), el tan buscado alma de la película está en ese elencazo irrepetible de actrices que están todas bien y que parecen haberse macerado en el mismo jugo, ninguna desentona, y en el cariño que el director tiene por sus personajes. No busca poner en evidencia sus miserias sino mostrar su humanidad. Lo que me pasó con Argentina, 1985 (entre otras cosas) es que se escapó la humanidad de los personajes. Y por lo que vi de El Séptimo Cielo (¿podés creer que nunca la terminé de ver? No recuerdo si hubo un corte de luz o si tuve que salir cuando la estaba mirando, pero nunca la terminé), eso también está presente tras la lente de Borzage.-
      Creo que es una pregunta con respuesta imposible, pero necesitaba sacarme el tema de la cabeza, de lo contrario iba a seguir rumiando mi decepción (cuando me empaco, me empaco jaja).-
      Te mando un abrazo gigantesco, Bet.-

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. Bonita reflexión.Yo creo que a mí una peli me llega al alma cuando me emociona o cuando me hace pensar.De pelis que me emocinan y siento que tienen un montón de alma doy como ejemplos Lilí (1953), Una playa tan bonita (1949) y outside in(2017).Esperaremos con ganas más reseñas.saludos!!!

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    Respuestas
    1. ¡Gracias por tu comentario Esther! ¡Pero! No he visto ninguna de las películas que mencionás, aunque tengo pendiente Lili desde hace años. ¿Cuál es Una playa tan bonita? No pude encontrarla con ese título. En todo caso, coincido en que en definitiva el alma de una película está allí donde nos quedamos pensando o sintiendo cuando termina.-
      Un cariño, Bet.-

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    2. https://m.filmaffinity.com/es/movie.php?id=529159
      Es una peli francesa se titula "Une si jolie petite plage".la vi por medios...poco legales la verdad 🙈

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    3. Jaja, todos recurrimos a esos canales en algún momento de nuestras vidas. Tomaré nota de la película para buscarla. ¡Gracias!

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