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Damas del período pre-code (segunda parte).-



Joan Crawford en Rain (Bajo la Lluvia) - Lewis Milestone, 1932.-


“ - Oh no, Mr. Davidson. Su Dios y yo nunca estaríamos en el mismo barco.
Y la próxima vez que hable con él, dígale esto de mi parte, ¡que 
Sadie Thompson se está yendo al Infierno!”
Joan Crawford en Rain.-

Esta fue una de las peores películas pre-code de Joan Crawford en términos de crítica, taquilla y autopercepción y sin embargo es (junto con el ensemble Grand Hotel) una de las más identificables de este período para los que no somos sus admiradores fieles por lo que me generaba mucha intriga verla. Debo decir que me generó una sensación algo agridulce, ya les contaré porqué…
Rain cuenta la historia de un pequeño grupo de viajeros varados en una isla de los mares del Sud que aguardan a que el barco en el que viajaban sea desinfectado ante un eventual brote de cólera. Entre los viajeros se encuentran un médico y su esposa de apellido Macphail (Matt Moore y Kendall Lee), el matrimonio misionero Davidson (Walter Huston y Beulah Bondi) y una prostituta llamada Sadie Thompson (Joan Crawford); todos los cuales terminan alojados en el único hotel del pueblo, propiedad del Sr. Horn (Guy Kibbee). Inevitablemente Sadie (quien no demora en trabar amistad con un grupo de Marines apostados en la isla) se gana la mala opinión de los Davidson, en especial de la Sra. Davidson, pero intenta no chocar con ellos. Ahora bien, el lema “vive y deja vivir” no forma parte del repertorio del Sr. Davidson, quien asume como su responsabilidad la conversión de Sadie por todos los medios posibles.-
Para 1932 Crawford ya era una estrella desde los tiempos de cine mudo (aquí tiene una entrada de estrella también) y durante gran parte de la película se traga a su personaje. Más que a Sadie siendo interpretada por Crawford se ve a Crawford interpretando a Sadie. De todos modos, existen varios elementos que conspiran en su favor y hacen que la película mantenga la atención del espectador. En primer lugar, la tensión sexual que existe entre Sadie/Crawford y Mr. Davidson/Huston es muy fuerte (no sé si estaré acompañada en mi opinión, pero en una forma retorcida me pareció que Davidson era bastante sexy) y la expectativa de un encuentro entre ambos me mantuvo al borde de mi asiento. En segundo lugar, los Davidson son tan pero tan desagradables que uno inmediatamente se pone del lado Sadie: si ellos son sus enemigos, alguna característica positiva ha de tener. Y finalmente, la película anda en círculos durante bastante tiempo (se insiste demasiado en la cuestión de que el Gobernador de la isla obligará - a instancias del Sr. Davidson - a Sadie a retornar a San Francisco, lugar al cual ella se niega rotundamente a volver) y hay demasiados discursos religiosos (y demasiada lluvia, sobre todo) pero si uno está bien predispuesto puede procesar esto como un recurso de construcción de tensión y no como un nadar en el vacío (en lo personal por momentos me incliné hacia una postura y por otros, hacia la contraria).-
La buena noticia es que en la segunda parte de la película, a partir de un cambio en la vida de Sadie (no puedo decir que creyera que dicho cambio es del todo coherente con su personaje, por un momento pensé que estaba fingiendo), la actriz desaparece y emerge el personaje y eso redunda en una mejora de la película en general y ayuda a propulsar el desenlace en un final explosivo.-

Marian Marsh en Under Eighteen (Ilusión juvenil) - Archie Mayo, 1931.-



“ - Hay mucho amor para obtener sin necesidad de hacer un lío de las cosas.
He decidido que cuando me entregue a un hombre de por vida,
será a cambio de dinero. Lo siento, ma, ¡pero mantengo mi palabra!”
Marian Marsh en Under Eighteen.-

Marian Marsh es una figura completamente olvidada y bastante curiosa del cine clásico. Su salto a la fama se produjo cuando, siendo aún adolescente, protagonizó Svengali junto a John Barrymore y obtuvo tanto éxito que filmó quince películas entre 1931 y la imposición del Código Hays. Luego su carrera continuó con bastante impulso, pero se retiró de la pantalla grande en 1942 y después de eso vino el olvido...
En el comienzo de la película vemos a Margie Evans (Marian Marsh) probándose un tocado de novia, pero no es ella quien se casa sino su hermana mayor Sophie (Anita Page). Sophie da un apasionado discurso acerca de lo mucho que ama a su novio y de cómo eso garantiza un matrimonio duradero y los padres de las muchachas (Emma Dunn y J. Farrell MacDonald) están felices y emocionados por la joven pareja. Pasamos a un montaje que nos informa sobre el fallecimiento del Sr. Evans en 1928, la caída de la Bolsa en 1929 y la miseria sobreviniente en 1930 hasta que llegamos a una insoportable noche de verano en 1931 en la que encontramos a Margie paseando del brazo de su novio Jimmie (Regis Toomey). Jimmie trabaja como repartidor en una tienda y ahorra pacientemente cada centavo que puede para algún día, comprar su propia tienda y casarse con Margie; pero la joven no tiene tanta paciencia. A su alrededor ve cómo las chicas que no tienen reparos en entregarse a hombres de dinero, consiguen lo que quieren. Su hartazgo con la vida cotidiana llega al límite cuando en el departamentito que comparte con su madre se aparecen Sophie, su marido Alf (Norman Foster) y el pequeño hijo de ambos: han perdido todo en una apuesta de billar de Alf y quedaron en la calle. En medio de esto Margie llama la atención de Raymond Harding (mi querido Warren William), un millonario con ojo para las mujeres que pondría el mundo a los pies de la joven a cambio de sexo, si ella lo aceptara…
Under Eighteen es muy cruda (documental incluso) en su descripción de los años de la Depresión pero no por ello deja ni por un instante de ser cine. Las primeras escenas y la secuencia que marca el paso del tiempo y el deterioro económico de la sociedad en general y de los Evans en particular, es magistral. Como también lo es la decadencia de la fiesta en la piscina de Harding hacia el final; en el otro extremo del estilo de vida de la clase trabajadora, esta gente vive su vida como si no hubiera mañana. Y en el medio está Margie que más que de la pobreza, quiere huir de las (¿malas?) decisiones que se toman con el corazón luego de ver el matrimonio de su hermana cayéndose a pedazos atravesado por la violencia doméstica, un aborto y el divorcio. Marian Marsh transmite muy bien los distintos niveles de pensamiento que cruzan la mente de la joven Margie y sus diferentes estados de ánimo según la afectan los acontecimientos que se desarrollan a su alrededor.-
Sólo el final, un poco apresurado y desprolijo, puede decepcionar pero por lo demás Under Eighteen es una pequeña gema escondida que merece ser redescubierta con urgencia.-

Mae Clarke en Waterloo Bridge (El puente de Waterloo) - James Whale, 1931.-


“ - ¡Huí de casa y me metí en el teatro porque me daba miedo 
quedarme en mi propia casa! Me daba miedo que uno de ellos
me matara cuando estaban borrachos.”
Mae Clarke en Waterloo Bridge.-

Mae Clarke pasó a la historia como la chica en cuya cara James Cagney estampó medio pomelo en The Public Enemy. O la novia de Victor en Frankestein. Una damisela en peligro sin nombre ni personalidad a la que el estrellato le pasó por el costado. Sin embargo, tuvo una carrera que si bien estuvo poblada por roles pequeños sin reconocimiento en los créditos, fue bastante extensa y sobre todo en el período pre-code Clarke era una cara muy reconocible.-
En Waterloo Bridge Clarke interpreta a Myra, una corista americana que devino en prostituta londinense por falta de trabajo. Durante un ataque aéreo en plena I Guerra Mundial Myra conoce a Roy (Douglass Montgomery), un joven soldado americano de licencia en Londres que se enamora inmeditamente de ella - ignorando su oficio - y pretende salvarla de lo que cree que es una vida en la pobreza a causa del desempleo. En una jugada un poco sucia, Roy impone a Myra un fin de semana en el campo con su familia (una jovencísima Bette Davis interpreta a su hermana) pero la joven huye luego de confesar a la madre de Roy la verdad acerca de su situación. Antes de que las cosas se aclaren entre Myra y Roy, el muchacho es llamado de nuevo al frente y la Guerra amenaza con interponerse entre ellos.-
Esta película representa la gran hora de gloria de Mae Clarke, ella es la fuerza dominante de la historia y básicamente Myra es el único personaje con el que podemos empatizar. Roy es un joven inmaduro y bastante tarambana (la interpretación forestal de Montgomery no ayuda), la vecina y colega de Myra (Doris Lloyd) intenta incitarla a que se case sólo para escalar socialmente, los familiares de Roy son unos esnob y tienen la franqueza de quienes se creen superiores y la casera de Myra (Ethel Griffies) es despreciable. Y sin embargo, este contraste y la sola fuerza de la protagonista no alcanzan para evitar que la película naufrague. Eventualmente Myra y la actriz que la interpreta terminan siendo arrastradas por la corriente de un coprotagonista ineficaz y de un director que no demuestra demasiado afecto por sus personajes. Sobre todo, la escena del gran colapso emocional de Myra no termina de convencer y cuando le llega el turno a Roy, es evidente que la escena está editada en base a pequeños fragmentos que buscan dar la ilusión de una interpretación actoral que faltó a la cita.-
Pero en el lado positivo si Whale no está enamorado de sus personajes, sí lo está de su cámara y de una determinada forma de contar, muy visual y por momentos impactante (tenemos en la película dos escenas de bombardeo, una de ellas particularmente brutal). Y cuando deja hacer a sus actores, éstos eventualmente encuentran el camino: en especial rescato la escena en la que Myra, habiendo despedido a Roy luego de su primer encuentro, se mira largamente al espejo y de a poco de transforma en la prostituta que dejó de ser por unas horas.- 

Joan Blondell en Blondie Johnson - Ray Enright, 1933.-


“ - ¡Voy a conseguir dinero y mucho!”
Joan Blondell en Blondie Johnson.-

Blondie Johnson me hizo pensar en una versión femenina de Little Caesar. Blondie (Joan Blondell) intenta desesperadamente conseguir un trabajo para brindar vivienda digna a su madre enferma (su último empleo lo perdió por no acceder a los avances amorosos de su jefe), pero se encuentra con una negativa rotunda: hay gente en peores condiciones que ella, así que deberá arreglárselas por su cuenta. De todos modos, ya es tarde, pronto su madre fallece. Esto dispara en Blondie la ambición de tomar las riendas de su propio destino por cualquier medio disponible para lo cual se involucra en el mundillo de las estafas hasta alcanzar la cima.-
Joan Blondell es considerada una de las reinas del pre-code pero cuando pienso en ella tiendo a recordarla en papeles de reparto (frecuentemente como segunda de James Cagney o de Warren William) o como parte de ensembles (como en el caso de Three on a Match). Sin embargo, me encontré con que cuando le toca sostener una película sobre sus hombros cumple y con creces. En este caso, traza un arco maravilloso desde sus primeras escenas en las que aparece casi sin maquillaje hasta su final ¿de redención? pasando por su rol como cabecilla de una banda de estafadores. Representa una porción no menor del deleite que es esta película.-
Otra porción está dada por los elementos típicos del pre-code que aparecen en cada rincón de esta película. En primer lugar, el desamparo causado por la Depresión y la ineptitud del gobierno para ayudar a los más afectados (como un sub inciso me quedaron grabados los rostros de los demás aspirantes a ayuda estatal, caras tan auténticas que pareciera que el director plantó su cámara en una verdadera oficina gubernamental). En segundo lugar, Blondie Johnson es bastante descriptiva en cuanto a los mecanismos de estafa utilizados por la protagonista y su pandilla, algo que el Código Hays prohibía expresamente. Por otro lado, aparece por allí una pareja interracial entre dos de los secuaces de Blondie (interpretados por Donald Kirke y Toshia Mori), otra de las restricciones del Código. Y los personajes pertenecientes a minorías raciales de ninguna manera son estereotipados en la interpretación: hay por allí un mozo de tren negro muy competente en su trabajo y la secuaz japonesa de Blondie, Lulu (Toshia Mori) es tan útil como cualquiera para la pandilla y recibe sus ganancias en la misma medida que la cabecilla. Tampoco se queda atrás la escena romántica entre Blondie y su segundo Danny Jones (Chester Morris, me está gustando mucho este actor de tanto cruzármelo en estas películas), que supera lo que sería aceptable un año después. Y en la última escena podríamos decir que tenemos un final feliz estilo pre-code.-

Comentarios

  1. Joder (perdón, la palabra fea), qué disfrute de post. ¿Sabías que antes de que Joan fuera Sadie, Gloria Swanson hizo dicho papel en "La frágil voluntad", una peli muda que merece mucho la pena?
    ¡Has hecho que me muera de curiosidad por Marian Marsh! Y mirando su filmografía creo que solo he visto de ella su Crimen y castigo. Cómo me ha llamado la atención la película que reseñas.
    La versión del puente de Waterloo de Whale llevo persiguiéndola hace tiempo, pues creo que alguna vez te he comentado que soy fan del remake, por Mervyn LeRoy, y con Vivien Leigh de protagonista. Ya he visto que la historia y los actores que acompañan a la heroína te chirrían, pero no así la forma de contar de Whale.
    Y cuántas cosas interesantes de Blondie Johnson. Jo, me dejas tanta tarea... Sí, yo también conozco a la Blondell como actriz secundario, pero ¡también reconozco que he visto tan poco de ella!
    Guauuu, auténtica gozada este paseo por las damas del pre code y estas películas. Qué ganas de seguir descubriendo más y más. ¡Me has puesto varias pelis en el camino de un periodo que adoro!

    Beso
    Hildy

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    Respuestas
    1. Jaja, no hay palabras feas aquí. ¡Sí, tengo muchas ganas de ver a Swanson en el rol de Sadie! No he visto ninguna película de ella excepto "Sunset Boulevard" y me intriga mucho descubrirla. Es más, en algunas fotografías de "Rain", Crawford se ve muy parecida a Swanson, me pregunto si se inspiró en su antecesora para componer el personaje.-
      Marian Marsh se cruzó en mi camino por sus pelis con Warren William y además vi "Svengali" (inicialmente mi comentario iba a ser sobre esa peli, pero luego de verla comprobé que John Barrymore es la estrella ahí, no ella). Es muy interesante, me falta verla en "Crimen y Castigo" que fue su gran triunfo según tengo entendido.-
      No terminé de cuajar con "Waterloo Bridge", jeje, hay algo que no termina de cerrarme pero Mae Clarke es otra figura muy interesante del pre-code así que me pareció que valía la pena traerla a colación.-
      Y Blondell aparece por todos lados en pelis de Warner Bros, trabajó muchísimo en especial en los años del pre-code, pero generalmente como secundaria o coprotagonista. Me encantó verla de estrella y Blondie Johnson es una joyita.-
      Ya empecé mis visionados de la tercera entrega, estoy muy pero muy ilusionada con estas damas. Y en paralelo estoy haciendo un maratón de pelis de Cary Grant con mi madre (había empezado uno de esenciales de Hitchcock, que lo tengo muy abandonado, pero perdí el interés del público, jaja, así que me volqué hacia una selección que le gustara más). ¡Así que ya te imaginarás que mes estoy teniendo!
      ¡Ah! y como auto regalo de cumpleaños (un poco anticipado pero mejor temprano que tarde) he encargado más pelis de Cary Grant. Todavía no llegaron a mis manos pero ya me estoy deleitando por anticipado. De modo que tal vez me dedique a nuestro querido cuando termine esta serie.-
      Un beso enorme, enorme, Bet.-

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