Ir al contenido principal

This is the Night (Esta es la noche) - Frank Tuttle, 1932.-

Con esta película apareció en la pantalla por primera vez un joven inglés de veintiocho años llamado Archibald Alexander Leach, completamente desconocido para el público en general, bajo el nombre de Cary Grant. El resto fue historia. Como siempre en estos casos, muero de envidia por aquellas personas que una noche regresaron a sus casas luego de haber ido al cine (dura transición entre el esplendor de las estrellas en la pantalla y la realidad de la Gran Depresión) y habrán comentado “¿viste qué buen mozo el “nuevo” que aparecía en la película de hoy?”. Qué mejor día que el de hoy para recuperar, en el día del nacimiento de Archie Leach, la película con la que nació Cary Grant.-


Ha nacido una estrella...

This is the Night es una película curiosa, no siempre pareja, pero sí muy disfrutable. Los amantes Gerald Gray (Roland Young) y Claire Mathewson (Thelma Todd) están a punto de ser descubiertos cuando el marido de Claire, Stephen (Cary Grant) regresa de imprevisto de su participación en los Juegos Olímpicos (es lanzador de jabalina). Al rescate aparece el compinche de la pareja, Bunny (Charles Ruggles), quien para salvar la situación inventa una supuesta esposa de Gerald y corre a contratar a una actriz para el rol: Germaine, llamada “Chou-Chou” durante la película (Lili Damita). El grupo se traslada desde París hacia Venecia, en donde se desata un juego del gato y del ratón al mismo tiempo que todos los hombres se sienten fascinados por Chou-Chou.-
Lo primero que advertimos tras los primeros segundos de película es la fuerte influencia de Ernst Lubitsch en el panorama hollywoodense. Esta película grita Lubitsch a los cuatro vientos en lo que constituye sin dudas un homenaje (o un intento de remontar la ola, según se vea) al genio de la comedia sofisticada. Enseguida aparece una característica que marcará la primera mitad de la película y es la del musical sin música. En el segmento que se desarrolla en París, todo el mundo se mueve al compás: la gente en la calle, los maleteros en la estación de trenes, las ruedas de los automóviles e incluso Stephen, de quien Claire dice que canta “hasta en la cama”. Este tono es abandonado en la segunda mitad por un uso más tradicional de la música a través de las canciones de los gondoleros venecianos que Chou-Chou imita sugestivamente. En el primer visionado este cambio no es verdaderamente perceptible, pero cuando uno repasa la película deja un sabor extraño, como si se tratara de dos películas diferentes.-
Lo que sí se mantiene a lo largo de la película es el diálogo cargado de dobles sentidos deliciosos y los enredos generados por Chou-Chou un poco para ayudar a Gerald en su engaño, un poco para provocarlo, un poco para sacar el jugo a esta experiencia única en su vida gris.-


El hombre más apuesto en la habitación.-

El aspecto más desconcertante, al menos para el espectador contemporáneo, es la elección del reparto: Roland Young no es el galán romántico más obvio (menos cuando se supone que debe rivalizar con Cary Grant, ¡vamos!), esto le da a la película un sabor único, casi reivindicativo. Y lamentablemente ni Lili Damita ni Thelma Todd quedaron en el primer estamento de estrellas de la era clásica de Hollywood (la primera es más recordada hoy por su tormentoso matrimonio con Errol Flynn y la segunda vio su carrera de comediante truncada por su misteriosa muerte). Por otro lado, no alcanzo a ver la química entre Young y Damita, pero eso también aporta a la excepcionalidad de este film. En lugar de vendernos la historia de la Cenicienta una vez más (de hecho, parte de la trama tiene muchas similitudes con Pretty Woman), This is the Night deja entrever que tal vez Germaine apueste a la seguridad en lugar de hacerlo al amor. Después de todo, son tiempos difíciles y Gerald es atento y respetuoso.-
En cuanto a nuestro homenajeado del día de hoy, no hay mucho que Grant pueda hacer con este personaje y sin embargo se adivina el entusiasmo que pone para sacar el mayor provecho posible de su tiempo en pantalla. Stephen podría haber sido un completo papanatas, pero en la piel de Cary Grant se transforma en un personaje fascinante, astuto, avezado en los asuntos del corazón (para nada un juvenil, la versión masculina de la ingenue). Ya desde este momento se destaca por su ritmo para la comedia y por su uso preciso del cuerpo y de la voz y aún cuando recién obtenga un primer plano a los cincuenta y ún minutos de película, es enternecedor saber que nunca volveremos a verlo tan joven en la pantalla. Lamentablemente los realizadores desistieron a mitad de camino de utilizar la faceta musical de Grant y así, en cuanto todos suben al tren con dirección a Venecia, Stephen deja de cantar. Esto bien podría deberse a una falla del guión (después de todo ese recurso se había utilizado como distintivo del personaje), pero a riesgo de forzar un poco las cosas también podemos pensar que en cuanto Stephen encuentra elementos para dudar de la lealtad de su esposa, pierde esa frescura que lo caracteriza en su escena inicial… sí, prefiero adoptar esa teoría...

Comentarios

  1. ¡Comentar su primera aparición en pantalla el día de su cumpleaños, qué hermoso! Y la película me parece interesante. Al primer Grant no le tengo yo dominado. Tan solo sus apariciones junto a Mae West.
    Pero ¡qué hombre! Hay que dar la razón a Hitchcock, que dijo que hasta con un huevo podrido en la cara seguiría pareciendo un hombre atractivo.
    Y, sí, tiene varios personajes que enamoran.
    Ahora que dominas totalmente su filmografía... ¿con qué personajes te quedas? Cuál es el Grant que te emociona.
    ¿Nos lo irás revelando en distintas entradas?
    Yo ya sabes que tengo en un puesto especial a su Walter Burns... ¡Es mi hombre... y me hace tanto, tanto de reír!

    Beso
    Hildy

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. ¡Ay, no diría que domino su filmografía! Pero me encanta ir conociéndolo cada vez más. Y curiosamente, cuando tuve opotunidad de hacerme de una biografía de él, pasé de largo. Todo lo que quiero saber está ahí en la pantalla.-
      Una de las pelis que vi ese día fue justamente "She done him wrong" con Mae West y me encantó su personaje, parece un niño pero tiene la sartén por el mango todo el tiempo...
      Umm... mi Grant favorito... tengo un inmenso cariño por tu Walter Burns, porque fue el primero que conocí pero también quiero mucho a Devlin, de Notorious y a C. K. (¿era ese su nombre?) de Historias de Filadelfia. Aunque también amo al primer Grant, al de su período pre-code; y me fascinó el último que conocí, el de Charada, ya con más de edad, gracioso y romántico a su pesar, porque intenta no enamorarse de Hepburn. Ahora me gustaría ver su última película "Walk, don't run" creo que se llama. En fin, ¿contesté tu pregunta? Jajaja.-
      Sin dudas, habrá mucho más Grant por aquí.-
      ¿Sabés qué? Si hablamos de emoción, definitivamente es el de Historias de Filadelfia.-
      Te mando un beso enorme, Bet.-

      Borrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

Variaciones sobre un mismo tema: Love Affair (1939) - An Affair to Remember (1957).-

En este caso comentaré ambas películas a la vez porque el diálogo entre ambas es tan intenso que siento que no puedo separarlas.- Love Affair y An Affair to Remember forman parte de una miniserie dentro de esta serie de variaciones que encuentro fascinante y es la de directores que se pusieron al frente de remakes de sus propias películas, en este caso Leo McCarey. Me intriga mucho la idea de un director lo suficientemente comprometido con una determinada historia como para retomarla años después con otro elenco, otra tecnología, otra forma de contar.- Hacía mucho tiempo que no me reencontraba con estas películas (particularmente con Love Affair , que creo que sólo ví una vez antes) y de pronto descubrí aristas que nunca había advertido. Ahora creo descubrir que lo que resulta tan atrayente de esta historia no es tanto el aspecto del deber y la tragedia interponiéndose en una pareja (hay muchas historias con los mismos elementos) sino principalmente esta idea de dos seres

Body and Soul (Cuerpo y alma) - Robert Rossen, 1947.-

Momento Nº 1: Charley regresa a casa.- Los primeros minutos de Body and Soul son de una economía increíble. Con las primeras tres escenas (que consumen tan solo siete u ocho minutos de película) aprendemos que este boxeador llamado Charley Davis (John Garfield) está atormentado por la muerte de un tal Ben (más tarde descubriremos de quién se trata); que ha recorrido un largo camino desde que era apenas un muchacho en un barrio pobre de Nueva York; que algo ocurrió para que su madre (Anne Revere) y su amada Peg (Lilli Palmer) se distanciasen de él y que ese distanciamiento les duele y todavía los sorprende a todos, no se acostumbran aún a que las cosas estén así entre ellos. Parte del mérito de estas escenas proviene del guión de Abraham Polonsky claro, pero una inmensa parte emana de los intérpretes. Voy a mencionar mucho este punto a lo largo de mi texto porque estoy fascinada con el trabajo de estos actores: la química que existe entre ellos es fantástica y los tres repres

To catch a thief (Para atrapar al ladrón) - Alfred Hitchcock, 1955.-

Hoy comparto con ustedes cinco momentos de Para atrapar al ladrón. Para otros aspectos de esta película pueden consultar mi comentario publicado en "Mi blog sobre Mr. Hitchcock" haciendo click  aquí .-     Momento N°1: la rubia hitchcockiana entra en acción.- Es bien conocida la predilección de Alfred Hitchcock por las protagonistas rubias y el motivo nunca fue mejor explicitado que en mi momento número 1: el beso de Francie (Grace Kelly) a John (Cary Grant). Hitchcock creía que las mujeres rubias proyectan una sensualidad menos evidente y más explosiva que las morochas y ello queda claro en este momento. En las escenas previas Francie es presentada como una joven presumida y distante y aparece mayormente de perfil, lo cual en Hitchcock siempre indica que alguna faceta de la personalidad del personaje en cuestión está aún por revelarse. Sólo se nos regala un plano medio y frontal de Grace Kelly cuando el hielo de Francie empieza a agrietarse frente al desinteré