El visionado de Rocky la semana pasada me dejó con ganas de más pelis sobre boxeo. Mi favorita por razones sentimentales tal vez sea Body and Soul, pero en mi biblioteca también brilla con luz propia Champion, así que vamos con ella.-
Básicamente hay dos plantillas para las películas de boxeo: o bien el tipo está en el subsuelo de la autoestima y la recupera en su viaje a la gloria (como Rocky) o bien es un buen tipo que pierde su alma camino a la gloria y la recupera en un combate final de proporciones épicas (como John Garfield en Body and Soul). En el caso de Champion tenemos un tercer modelo: Midge Kelly (inmenso, tremendo Kirk Douglas) no pierde su alma porque nunca la tuvo, para empezar.-
Champion empieza con el ingreso al estadio de un vitoreado Midge que recuerda, en un largo flashback que ocupa toda la película, sus comienzos y ascenso en el mundo del boxeo profesional desde que él y su hermano Connie (Arthur Kennedy) eran polizones en los trenes de carga en viaje hacia una vana promesa comercial en California. En el camino Midge recibe una inesperada propuesta para boxear profesionalmente, propuesta que finalmente aceptará luego de que su romance con Emma (Ruth Roman), la joven hija del cantinero para el cual los hermanos trabajan, termina en una boda tan apresurada como indeseada. A partir de allí, y de la mano de su manejador Haley (Paul Stewart), Midge ascenderá por los vericuetos de la carrera profesional sin obedecer más normas que las de su propia voluntad.-
Esta película marca virtualmente el nacimiento de la productora independiente creada por Stanley Kramer y Carl Foreman a finales de los años ‘40 (su primera película, So this is New York, fue un fracaso y no representaba verdaderamente el espíritu de la productora) y en ella se respira el aire renovado que éstos, como otros realizadores de la época, buscaban darle al cine de la posguerra. El director Mark Robson y el director de fotografía Franz Planer hacen uso de un claroscuro punzante desde la mismísima secuencia de títulos, dándole a la película en ambiente de un film noir en donde la femme fatale (Marilyn Maxwell) no es tan peligrosa como la propia ambición sin alma de Midge. Y el guión de Foreman no hace concesiones, muestra a Midge en toda su dimensión y espectro, desde la compra de un departamento para su madre y la protección que da a su hermano rengo hasta…
Y prestándole el cuerpo y el alma a este personaje está un Kirk Douglas maravilloso que se come la pantalla y que logra, milagrosamente, que Midge no sea repulsivo sino fascinante de ver.-
Qué ganas de volver a verla. Sí, Douglas lograba hacer papeles de tipos controvertidos, oscuros, y que, sin embargo, sientas interés por ellos y por su destino.
ResponderBorrarMark Robson tiene otra de boxeo impresionante, "Más dura será la caída". Y también es el director de un melodrama que me encanta, Vidas borrascosas (Peyton Place).
Beso
Hildy
Yo venía dándole vueltas a la idea de volver a esta peli hacía días y tu comentario a mi entrada anterior me decidió. Es grandiosa. Y ahora que ya no está me doy cuenta de cuán en blanco tengo la filmografía de Douglas.-
BorrarMe anoto "Más dura será la caída". Sobre "Peyton Place" no prometo nada... Lana Turner... jaja.-
Más besos, Bet.-