Un día como hoy, en 1913, nacía en Nueva York Jacob Julius Garfinkle, quien llegaría a conquistar Hollywood y luego a quemarse como la estrella que era bajo el nombre de John Garfield.-
Antes de los Marlon Brando y los James Dean que revolucionarían Hollywood, Garfield llegó a la industria cinematográfica como uno de los primeros (si no el primero) “chico malo” por fuera del universo del cine de gangsters. Un hombre joven que se las había rebuscado para ganarse el pan, que provenía de una familia de inmirantes judíos, que había aprendido a defenderse en las calles usando sus puños pero que debajo de esa corteza dura, albergaba un corazón vulnerable (literal tanto como figuradamente en este caso).-
John Garfield tuvo la suerte de desembarcar en Warner Bros., el único estudio que podía brindarle la posibilidad de explorar el tipo de roles que mejor se ajustaban a su persona (pienso en cómo hubiera resultado su carrera si hubiera trabajado para MGM o para David O. Selznick, por ejemplo). Así, en su primer rol en Four Daughters, pudo lucirse como el único personaje auténtico en medio de un melodrama familiar lleno de margaritas y mariposas, el outsider que al no poder alcanzar el sueño americano se sacrifica para que el Universo recupere su equilibrio luego del caos. Luego vendrían más roles de tipos duros, pero siempre de buen corazón, como en They Made me a Criminal, Nobody Lives Forever y Detination Tokyo (un verdadero bodrio, lo lamento por mis queridos Garfield y Cary Grant). Y roles con rivetes impactantes o francamente conmovedores sobre las secuelas de la guerra como The Fallen Sparrow o la maravillosa Pride of the Marines (cómo me ha hecho llorar Garfield en esa película). Y en 1946 - a tan sólo ocho años de haber llegado a Hollywood - sus dos roles más recordados: el infortunado empleado de una gasolinería enamorado de la esposa de su jefe en The Postman Always Rings Twice y el ambicioso violinista que lleva a la autodestrucción a su benefactora en Humoresque.-
Y luego de terminado su contrato con Warner Bros. su gran éxito como un boxeador atormentado por los pecados de su pasado en la extraordinaria Body and Soul (necesito volver a ver esta película, la echo de menos). A partir de entonces, la carrera de Garfield entró en una espiral descendente a medida que avanzaba la persecución durante el período de listas negras en Hollywood. Garfield nunca había estado afiliado al Partido Comunista, pero sí había participado del Group Theatre, compañía ligada al Partido, estaba casado con una mujer afiliada y había librado sus pequeñas batallas por su cuenta en Hollywood, sobre todo al asociarse con nombres como Robert Rossen, Abraham Polonsky, Canada Lee y Anne Revere (todos ellos investigados por el Comité de Actividades Antiestadounidenses) en las películas que produjo: Body and Soul y Force of Evil. Cuando fue citado a declarar, Garfield se negó a dar nombres y como consecuencia no pudo rehabilitar su carrera. Su última película He Ran all the Way pasó sin pena ni gloria y acorralado por las circunstancias, sin poder conseguir trabajo, separado de su mujer y de sus hijos y con un corazón ya debilitado por problemas de salud desde su juventud, John Garfield murió a los treinta y nueve años, el 21 de mayo de 1952.-
En su libro Body and Soul, the story of John Garfield el autor Larry Swindell insiste una y otra vez en la ingenuidad de Garfield, pero yo creo que por el contrario debío ser un hombre extremadamente inteligente para componer con sensibilidad tantos personajes complejos que persiguen un sueño que frecuentemente se les escapa y para, en el último momento, aferrarse a sus principios aún cuando varios de los compañeros de ideas que buscaba no delatar, ya se habían rendido ante la persecusión y el miedo. Garfield los enfrentó, encontrando la muerte, un funeral multitudinario lleno de gente de a pie que se presentó para rendir su respetuoso homenaje y luego, el olvido. Afortunadamente, gran parte de sus películas están hoy disponibles en DVD (muchas de ellas aún debo descubrirlas yo misma) así que no es más que cuestión de alargar la mano y tomar alguna de ellas para traer de nuevo a la vida al queridísimo, intenso, rebelde y frágil como un niño a la vez, John Garfield.-
Qué retrato más bonito has localizado de John Garfield.
ResponderBorrarNo tiene la cara de ese chico duro de sus películas. Sino de un hombre joven, apasionado, que sonríe, nada atormentado... Y me haces recordar las películas que he visto hasta ahora de él. Qué distinto ese retrato del protagonista, de su rostro en He ran all the way, su triste y hermoso réquiem.
¿Vamos las dos a su fiesta de cumpleaños? Creo que nos ha invitado.
Beso
Hildy
Jaja, por supuesto que sí estamos invitadas, querida Hildy.-
BorrarMe ha encantado esa fotografía y quise ilustrar mi brevísimo homenaje con una imagen distinta del hombre atormentado que asoma generalmente en sus películas sino con la del niño interior que creo que Garfield mantenía bien vivo y que se deja ver en todas esas historias sobre ilusiones y vulnerabilidad. Debo confesar que lo extraño, intentaré reencontrarme con él este mismo fin de semana...
Un beso enorme, Bet.-