Street Scene (La calle) - 1931.-
Hacía años que quería ver esta película, que me fue recomendada varias veces por mi querida Hildy, pero por algún motivo no se me presentaba nunca la oportunidad. Parte de la decisión de dedicar este mes a King Vidor tuvo que ver con tachar por fin esta peli de mi lista de pendientes y debo decir que luego de tanta espera tuve miedo de sufrir una decepción pero no, Street Scene me ha encantado como no podía ser de otra manera.-
La película se asoma a las vidas de los vecinos de un edificio de clase trabajadora en Nueva York a través de los chismes que cuentan en la vereda entre una noche de verano de calor imposible y la mañana siguiente. La historia central gira en torno al romance de Anna Maurrant (Estele Taylor), una de las vecinas, con un cobrador de la empresa distribuidora de leche, Steve Sankey (Russell Hopton), siendo que ambos están casados. O más bien, en torno a los rumores y chismes que eso despierta en los vecinos y al daño que ello produce (encontré aquí una conexión con These Three o The Children’s Hour). Pero además se cruzan otras historias que completan el mural: la xenofobia contra los vecinos inmigrantes, el nacimiento de una niña, el acoso sexual, el control sobre la madre soltera que recibe asistencia económica del Estado, el deseo de progreso.-
Uno de los aspectos más interesantes de esta película es la forma en la que Vidor “abre” la historia (basada en una obra de teatro) sin abandonar nunca la vereda del edificio donde viven los personajes principales, logrando contar la historia de una forma muy dinámica e inesperada para 1931. Para lograr este efecto el director recurre a un montaje que acompaña el diálogo, acercándose a los personajes desde distintos ángulos y yéndose con ellos hasta la esquina cuando alguno se aventura más allá de los límites del pequeño universo que habitan. Sólo para dar énfasis en momentos dramáticos Vidor recurre a un plano general, sin malgastarlo mientras no sea necesario.-
Otro acierto enorme es la forma en la que parte de la historia se cuenta a través de la elección del reparto. La familia en el centro de la historia, los Maurrant, nos es mostrada en un principio a través de Anna, la madre y de su joven hijo Willie (Lambert Rogers). Más tarde se incorpora el marido, Frank (David Landau), que es visiblemente mayor que su esposa y cuando aparece la hija, Rose (Sylvia Sidney) quedé confundida por un momento, porque parece tener la misma edad que su madre. Primero pensé que tal vez se tratara de una hija del Sr. Maurrant producto de un matrimonio anterior y sin embargo se aclara bien en la película que no es su madrastra sino su madre. Revisé entonces las biografías de las dos actrices (porque además, en general, me gusta siempre saber la edad de los actores al interpretar tal o cual papel) y descubrí que se llevaban tan solo dieciséis años y ese elemento, incorporado a la historia, nos cuenta sin necesidad de palabra alguna toda una historia de una madre jovencísima, casada con un hombre mucho mayor y no particularmente afectuoso y que se encuentra aún en su juventud cuando sus hijos ya han crecido. La película claramente se coloca de su lado, planteando una idea con la que aún hoy nos peleamos según la cual una mujer aún tiene derecho a una vida íntima luego de la maternidad.-
La otra historia central en la película es la relación de Rose con tres hombres bien diferentes: su jefe, el vecino que la acosa y el que verdaderamente le gusta. Su jefe (interpretado por Walter Miller) la corteja pese a ser casado, intentando convencerla de que podría conseguir para ella un rol como actriz porque conoce “a la gente indicada”. Rose no parece demasiado entusiasmada por este cortejo pero tampoco lo rechaza. Por otro lado está el hijo de la Sra. Jones (Beulah Bondi), la más maliciosa de las vecinas, interpretado por Matt McHugh, que no podría ser más desagradable en su acoso no sólo a Rose sino también a Sam Kaplan (William Collier Jr.), el joven universitario, hijo de inmigrantes judíos, que está enamorado de Rose. Y ella lo está de él, pero la familia de él aspira a que pueda terminar la universidad “sin distracciones”.-
Y en el final, es Sam quien advierte la tragedia que se avecina e intenta prevenirla. Sam a quien vemos por primera vez mientras cruza la calle sin despegar la mirada de su libro, esquivando el tránsito; el único que no chismosea junto con los demás; el único que quiere progresar al igual que Rose.-
King Vidor es otro de los directores que viven en mi corazón. Así que feliz con el mes que se avecina en tu blog.
ResponderBorrarY además traes una película, que ya sabes que me fascina. Lo maravilloso es como traslada a puro cine una obra de teatro. Y como logra garra y fuerza en una tragedia urbana.
Un retrato coral de la gran ciudad con un reparto, que ya esbozas con detalle, que enriquece cada minuto de esta intensa historia.
Me dejas haciendo las quinielas de cuáles serán las siguientes propuestas para acercarnos más a Vidor.
Beso
Hildy
¡Sí, cuántas veces me mencionaste esta película y yo seguía sin verla! Estoy disfrutando mucho esta serie en tanto me permite tachar de mi lista de pendientes películas que han estado allí durante años.-
BorrarDe veras tenía mis dudas (creo que venía muy golpeada luego de mi mes con Hawks) pero pude confirmar porqué te gusta tan esta película. Y no me esperaba para nada el desenlace.-
Aahh, ya llegarán las próximas películas 😉.-
Muchas gracias como siempre por tu cálido apoyo, significa mucho para mí.-
Un beso enorme, Bet.-