Tenía ganas de volver al cine mudo y se me ocurrió visitar un gran clásico de este período que nunca antes había visto: The Four Horsemen of the Apocalypse. Me tomó por sorpresa que esta película esté cumpliendo 100 años este año y eso me dio el pie para una serie que me gustaría comenzar el año próximo para celebrar, justamente, películas que estén cumpliendo su centenario.-
Esta película cuenta la saga de Madariaga (Pomeroy Cannon) y de su descendencia. Madariaga es un inmigrante español que ha hecho fortuna en Argentina dedicándose a la exportación de ganado y que tiene dos hijas casadas, la primera con un inmigrante francés y la segunda, con un inmigrante alemán. La muerte del patriarca expone la división entre las dos ramas de la familia, conflicto que no hace más que acentuarse cuando estalla la I Guerra Mundial.-
The Four Horsemen marcó el primer rol importante de Rudolph Valentino, quien interpreta a Julio Desnoyers, el nieto favorito de Madariaga, hijo de su yerno francés. Este rol le permitió sentar las bases de su imagen como latin lover (imagen que adquirió dimensiones astronómicas con The Sheik) gracias, en parte, a su interpretación del tango en una escena que no forma parte de la historia original escrita por Vicente Blasco Ibáñez sino que fue incluida por la guionista June Mathis para exhibir las habilidades de Valentino. Valentino brilla en los zapatos de Julio, demostrando una sensibilidad y una sutileza que permiten ver al actor detrás de la estrella o del símbolo sexual. Su Julio pasa de ser un muchacho consentido y algo atorrante a un hombre transformado por amor y por el afán de ser digno, todo ello en una forma muy natural y sin estridencias.-
El resto del elenco está a la misma altura. Por un momento entré en pánico con el primer plano de Beatrice Dominguez, la bailarina que comparte la célebre escena del tango y que tiene un maquillaje muy al estilo de los años ‘10. Pero esa estética que hoy nos parece exagerada queda reservada a ese solo plano, en general los actores llevan al espectador de la mano con sus interpretaciones naturales, dentro del contexto del estilo de actuación de los años ‘20. Quiero destacar en especial a los principales. Ellos son, además de Valentino, Josef Swickard en el rol del padre de Julio, Alice Terry (destacadísima) como la amada de Julio, John St. Polis como el antagonista romántico y Alan Hale como el yerno alemán de Madariaga. Todos ellos envejecen y/o maduran en la pantalla demostrando la maravillosa virtud que tenían los actores de cine mudo de transformarse según lo requiriera el personaje.-
Estéticamente, la película es imponente, una superproducción por donde se la mire. Incluso si no hay muchas escenas que sean verdaderamente de acción, el ritmo se sostiene a medida que se entrelazan los temas de la historia gracias al montaje. En cuanto a la puesta de cámaras, en general los planos son fijos pero no por ello estáticos, aunque hay un plano muy breve durante la escena del tango que me derrite el alma: se trata de un travelling hacia atrás mientras Julio y su compañera de baile avanzan hacia la cámara (no es el del GIF sino un momento un poco más largo que le antecede, pero el movimiento de cámaras es igual).-
La versión que vi es la restaurada en 1993, que además de la música de Carl Davis a quien amo, incluye los tintes de la película original. Estos tintes son particularmente impactantes en la escena en la cual se monta un número patriótico en el salón de tango del cual Julio es asiduo, en donde la coloración cambia de azul a blanco y a rojo alternadamente. Hacia la segunda mitad, cuando estalla la guerra, Ingram se va por el lado alegórico con la figura de los cuatro jinetes del Apocalipsis (Conquista, Guerra, Hambruna y Muerte) superpuestas (tal vez un poquito en exceso, ya habíamos entendido la idea) sobre la acción principal.-
La alegoría de los cuatro jinetes es introducida en la historia a través del personaje de Tchernoff (Nigel De Brulier), un intelectual que vive en el mismo edificio en el que Julio tiene su estudio de artista y que toma como discípulo al asistente del héroe, Argensola (Bowditch M. Turner). Tchernoff representa la voz del antibelicismo en la película y es, en mi opinión, lo único que resulta un tanto excesivo. Creo que el mensaje de la película hubiera podido comunicarse perfectamente y con la misma contundencia, de no existir este personaje cargado de una solemnidad que el resto de la historia no tiene ni necesita. En efecto, The Four Horsemen está llena de notas cómicas que ayudan a aliviar la tensión del drama familiar y no por ello se pierde la fuerza del mensaje. La postura antibelicista de la historia resulta en forma evidente de esta historia de hermanos (primos, en realidad) enfrentados en ambos bandos de una guerra y cubre muy bien los alcances de la destrucción que la guerra acarrea. No sólo desde el punto de vista más evidente, es decir el de la muerte o el daño físico, sino también a través de la pérdida de los sueños de amor y de grandeza. En este último caso, una de las escenas más fuertes de la película tiene lugar en el castillo que Marcelo Desnoyers compró y pacientemente adornó con objetos comprados en subastas (todo un símbolo de su poder como “nuevo rico” en un mundo en donde la aristocracia se estaba viniendo abajo). Este castillo es defendido valiente pero infructuosamente por Marcelo cuando el ejército alemán lo toma por asalto para transformarlo en un cuartel y la orgía que se desarrolla en él, intento de violación de una doncella incluido, es una de esas escenas que horrorizan pero al mismo tiempo atraen al espectador.-
Decía más arriba que la película enlaza varios temas, no es solamente una película sobre la guerra sino también una historia de integración cultural en tierras lejanas, sobre la pérdida de los valores que fueron importantes para una generación cuando le sucede la próxima, sobre amores contrariados, sobre el nacionalismo y la Patria, sobre la precariedad de lo que conocemos como "normal". Una brevísima nota sobre cultura argentina: primero... el primer plano del gaucho tomando mate como si tratara de un jugo de frutas en cajita me hizo desternillar de la risa y en segundo lugar, no termina de cuadrar la idea de Julio frecuentando un salón de tango (o posiblemente un burdel) en La Boca vestido de gaucho, uno esperaría que Madariaga y su nieto se vistieran al uso de los porteños para esas escapadas, pero puede pasar. Lo que me pareció más interesante de todo es la vuelta de tuerca que la película encuentra para mostrar la inserción cultural del tango en París y la forma en la que la Ciudad Luz se convirtió en un destino favorito para estos nuevos millonarios argentinos, especialmente si estaban regresando a la "madre Patria" pero no en forma excluyente.-
The Four Horsemen of the Apocalypse es un clásico imperdible que felizmente pude descubrir y que está disponible en YouTube en todo su esplendor. Les dejo el enlace para que puedan disfrutar tanto como yo lo he hecho.-
¡Pues qué ganas de volver a verla! Y además me facilitas el cómo. ¡Esto es un lujo!
ResponderBorrarTu análisis me ha gustado mucho. Tanto, que me has despertado las ganas de ir a por ella de nuevo.
Es muy interesante cómo Vicente Blasco Ibáñez durante esa época fue un escritor muy adaptado en Hollywood con películas que merecen la pena.
Reconozco que recuerdo algo más la versión de 1962 de Vincente Minnelli (pero vamos también tengo que refrescarla) con Glenn Ford, Ingrid Thulin y mi adorado Charles Boyer.
Beso
Hildy
¡No sabía que se hizo una remake y nada menos que por Vincente Minnelli! ¡Trabaja también Paul Henreid!
BorrarPara mí fue un muy buen descubrimiento, Valentino me gusta en todo lo que he visto y de Blasco Ibáñez en dupla con él me falta aún ver Sangre y Arena. Recuerdo también que en su momento reseñaste Mare Nostrum, con el querido Antonio Moreno, pero nunca llegué a verla. Y me falta también Torrent, la primera película de Garbo en Hollywood. Sí, Blasco Ibáñez tiene unas adaptaciones interesantes y sobre las que se volvió luego durante décadas.
Volviendo a Valentino, hay una biopic sobre él con Eleanor Parker, de 1951 si no recuerdo mal. ¿La has visto? Yo tengo una versión con una calidad de imagen pobrísima y no pasé de los primeros minutos, pero tal vez insista con ella (el actor que hace de Valentino es muy parecido). Hace muchos, muchos años vi un documental sobre Rudy (decidí entrar en confianza con él, jaja) y allí se mencionaba que el único registro que se conserva de su voz está en unas canciones que grabó. ¿Podés creer que están en Youtube? Vivimos en una era maravillosa para el acceso a la información... aquí dejo el enlace, su voz me sorprendió por completo, no es lo que esperaba.
https://youtu.be/puSm89aH6jw
Ya me fui por las ramas de nuevo, te mando un abrazo fuerte,
Bet.-
Jajajaja, ¡la primera canción de Rodolfo Valentino la conocía de unos cd que tengo maravillosos de conmemoración de los 100 años del cine con canciones de películas!
ResponderBorrarPero lo de El Relicario es impagable.
¡Es un lujo escucharlo!
Su biopic no lo he visto todavía, pero está en mi lista de películas pendientes.
La peli de Minnelli... ¡engancha!
Beso
Hildy
¡Yo nunca había pensado en buscarlas! Qué delicia deben ser esos CDs, me encanta escuchar música de películas y jugar a adivinar de cuál es cada canción.-
BorrarSiempre me pregunté si Valentino tendría un acento italiano marcado para hablar en inglés o no, ahora puedo darme mayor idea...
Creo que este fin de semana (que para mí será de cuatro días, iujuuu) volveré a intentar con "Valentino". Ya te contaré.-
Un beso, Bet.-