Ir al contenido principal

Proyecto Cary Grant Nro. 7: The Woman Accused (La mujer acusada) - Paul Sloane, 1933.-


¡Ay, qué mala es esta película por favor! En fin, todo favorito tiene sus tropiezos y no por ello dejamos de quererlos. The Woman Accused pasa de floja a ridícula rozando lo inadmisible, pero ya llegaremos a ello.-

Glenda O’Brien (Nancy Carroll) parece estar en la cima: por los últimos seis meses ha estado de novia con Jeffrey Baxter, un apuesto y joven abogado que se parece mucho a Cary Grant y que ahora le propone matrimonio sin importarle nada de su pasado. Justo en el mismo momento en que Glenda está preparándose para partir en un crucero de tres días con su novio, recibe una llamada telefónica de Leo (Louis Calhern), su siniestro ex novio a quien ella creía en Europa. Leo no sólo no está en otro continente sino que además alquiló un departamento en el mismo edificio que Glenda y no aceptará un no por respuesta, por lo que Glenda accede a una cita con él. Cuando Leo amenaza con mandar a matar a Jeffrey e inicia una conversación telefónica con Little Maxie (Jack La Rue), su asesino a sueldo de confianza, Glenda se desespera y termina matando a Leo de un golpe en la cabeza. Su única confidente es su criada Martha (Norma Mitchell), quien borra sus huellas mientras Glenda parte de viaje con Jeffrey. Pero la tranquilidad de la heroína se verá perturbada cuando el socio de Leo, un abogado llamado Stephen Bessemer (John Halliday) se embarca con la intención de desenmascarar a Glenda.-

Con una trama tan movida, esta película debería ser fascinante y sin embargo tiene unas fallas que no logran cubrirse con el argumento. La primera parte de la película aparece como teatral, en el estilo de las primeras películas sonoras. Nancy Carroll no me cautivó en Hot Saturday y aquí está aún peor, su personaje adopta una actitud de damisela en apuros que no se veía desde el Siglo XIX y que la coloca muy por debajo de otras heroínas del pre-code (quiero decir, en el mismo año de Baby Face, Design for Living, I’m no Angel y Queen Christina, con tantos modelos femeninos diferentes, esta mujer no les llega a los talones a aquellas mujeres fuertes y determinadas).- 

La segunda parte de la película tiene lugar a bordo del crucero, en donde Bessemer reúne a todos (en su mayoría jóvenes que sólo se embarcaron para poder alejarse las doce millas reglamentarias desde la costa y poder consumir alcohol legalmente) en un juicio simulado con el que espera forzar la confesión de Glenda. Este segmento es completamente absurdo e inverosímil: Glenda (que es actriz de profesión) no puede ser tan ingenua como para caer en la trampa y para colmo cualquier “confesión” que haga en medio del juego carece de todo valor legal, así que ¿para qué molestarse?

La poca paciencia que nos quedaba como espectadores se agota en la tercera parte de la película, en la cual Glenda es llevada ante el Fiscal Clark (Irving Pichel) y Jeffrey abandona la oficina (dejando a su novia sola en un estado de nerviosismo en el cual podría confesar cualquier cosa, un gran descuido profesional de su parte) para confrontar a Little Maxie como último recurso para salvar a su prometida en otra maniobra que no podría defenderse en la Corte.-

Lo único que salva a esta película es, como podrán imaginar, la presencia de Cary Grant. Lo que más me gusta de este recorrido por su filmografía es poder descubrir este período menos conocido en el cual Grant estaba todavía explorando y construyendo su imagen pública. Escribo esto e inmediatamente siento, al hacer un repaso mental por su carrera, que Grant nunca dejó de explorar pero lo que quedó en el imaginario colectivo es la idea de que a medida que fue haciéndose mayor, se recostó cada vez más en esta imagen prefabricada del hombre siempre elegante y afable, con un brillo cómplice en la mirada (ejem… ¿alguien recuerda Father Goose? Es lo único que necesito para reforzar mi postura). Aquí, su Jeffrey es un hombre enamorado (y sus escenas con Glenda en el crucero son adorables) pero bien despierto a lo que sucede a su alrededor. En cierto modo, comparte con Bessemer la inquietud por resolver el misterio sólo que en su caso la incertidumbre es doble, porque ni siquiera sabe qué es lo que tiene que descubrir. En la tercera parte de la película, Grant explora una veta completamente inesperada que lo pone más en los zapatos de James Cagney o de Paul Muni que en los propios y que no termina de funcionar en el contexto de la historia, pero en todo caso la falla no puede atribuirsele al actor sino al guionista Bayard Veiller. Sólo para completar esta imagen de Cary Grant es que podría recomendar que se acerquen a esta película.-

Comentarios

  1. Jajaja, mi querida Bet, ¡a veces nuestros amados actores cometen errores de verse incluidos en ciertas películas! Me ha encantado la sinceridad de tu primera frase: ¡Ay, qué mala es esta película por favor!". Pero como bien dices hasta estas merecen la pena ser vistas para analizar su evolución y los riesgos que iban tomando para conformar sus carreras. ¡No he visto La mujer acusada!
    Yo en ocasiones me he divertido mucho, pero mucho, escribiendo sobre malas películas o sobre largometrajes que no me gustan e intentando explicar los motivos.
    En fin un placer leerte, como siempre.

    Beso
    Hildy

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Ay, yo siempre intento traer películas que me gustan porque me siento extraña reseñando las que no. Pero en este caso (como me sucedió en su momento con Hitchcock) no puedo dejar ninguna película fuera.-
      Creo que por películas como esta debe ser que Cary Grant, en cuanto pudo, se desligó de los contratos de siete años con los estudios. Desde el comienzo debe haber entendido la importancia de elegir sus propios proyectos si quería preservar su carrera de este tipo de fiascos. La siguiente que me toca reseñar Gambling Ship, tampoco es muy buena y sin embargo tiene algo que me gustó en su momento cuando la vi por primera vez. Esta Mujer Acusada, en cambio, no tuvo salvación aunque verlo a Grant en plan de "duro" en el final me dejó con la boca abierta y me recompensó por el mal trago.-
      Gracias por estar siempre allí del otro lado, un abrazo fuerte,
      Bet.-

      Borrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

The Roaring Twenties (Los violentos años veinte) - Raoul Walsh, 1939.-

Esta película bien podría formar una interesante sesión doble con The Public Enemy . Ambas son protagonizadas por James Cagney (con ocho años de distancia entre una y la otra) pero además ambas presentan dos modelos diferentes de películas de gangsters : el anterior y el posterior a la aplicación del Código Hays.- Durante el período pre - code , en el cual el género floreció, los realizadores pudieron colocar en el rol del héroe a criminales atractivos pero muchas veces despiadados, mientras que el lugar del villano quedaba reservado para otros delincuentes (con una fuerza de policía ausente), cuando no para la propia policía y otras figuras de autoridad. Esta inversión en los roles tradicionales, característica de este período, debió ajustarse con la aplicación del Código, surgiendo así una nueva figura: el gangster con el “corazón de oro”, es decir el delincuente simpático, que pese a sus acciones criminales de mayor o menor violencia, se sacrifica hacia el final por un ideal

Proyecto Cary Grant Nro. 28: In Name Only (Dos mujeres y un amor) - John Cromwell, 1939.-

¡Feliz cumpleaños, mi querido Cary! Hoy no podía faltar una nueva entrega de mi Proyecto Cary Grant, aún cuando estemos en medio de otro proyecto como lo es el Abecedario de musicales , y tocó una película a la que tengo ligado un recuerdo especial porque tuve oportunidad de verla por primera vez hace varios años en la pantalla grande, en una sala llena de amantes del cine clásico.- Julie Eden (Carole Lombard) es una joven viuda madre de una niña de cinco años (Peggy Ann Garner brillante en su papel) que está de vacaciones en una casita de campo cuando conoce por casualidad a Alec Walker (Grant), un rico empresario que vive cerca. Julie y Alec improvisan un picnic junto a un estanque, hacen una cita para el día siguiente incorporando a la niña de ella, se sienten atraídos el uno por el otro, todo va de maravillas… hasta que acompañamos a Alec a su casa y descubrimos que ¡está casado! Y nada menos que con una mala malísima que responde al nombre de Maida pero tiene el rostro de Kay Fran

West Side Story (Amor sin barreras) - Robert Wise, Jerome Robbins, 1961.-

Aquí va otra crítica absolutamente parcial de una película que adoro ;) Momento Nº 1: Jets y Sharks.- ¡Hablando de comienzos inusuales! Los musicales clásicos suelen acompañar los títulos iniciales con una breve compilación (no una verdadera obertura) de las melodías que escucharemos a lo largo de la película. En West Side Story Wise y Robbins prescinden de los títulos iniciales y en su lugar optan por dejar correr la obertura de Leonard Bernstein sobre un  intrigante dibujo abstracto de colores vibrantes que cambian. Esta presentación nos permite enfocarnos verdaderamente en la música, esta no es una pieza que podamos escuchar distraídamente mientras leemos quién escribió el guión o diseñó el vestuario sino que somos llamados a poner toda nuestr atención allí. Tras el título de la película, el dibujo se funde con la imagen de la zona sur de Manhattan a la que le sucede una serie de tomas aéreas que nos llevan lentamente hacia el noroeste de la isla, siguiendo el llamado de