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Nuevo abecedario de cine (Edición musicales): C - D.-

Carmen Jones - Otto Preminger, 1954.-


La música de Georges Bizet con letras de Oscar Hammerstein II interpretada por estrellas afroamericanas dobladas por cantantes líricos y con la acción traspolada a una base militar durante la Guerra de Corea… dicho así no suena como la fórmula de un éxito y, convenido, Carmen Jones no es perfecta pero de alguna manera funciona y bastante bien.-

En este caso la Carmen del título tiene el rostro de Dorothy Dandridge y es una empleada de una fábrica de paracaídas que roba el corazón de cuanto soldado se cruza por su camino. Pero ella sólo tiene ojos para Joe (Harry Belafonte), un cabo que aspira a convertirse en aviador y que es el único que la ignora porque a su vez está muy enamorado de su novia de toda la vida Cindy Lou (Olga James). Carmen se las ingenia para ser arrestada (en la ópera original no siempre queda claro si la trifulca que inicia es espontánea o parte de su plan para conquistar al protagonista, depende de la puesta en escena) y, una vez bajo la custodia de Joe, lo lleva a la pequeña población de la que proviene y lo seduce. A partir de allí la carrera de Joe cae en picada (y su relación con Cindy Lou también) pero no es seguro que Carmen sea constante en su amor por él, especialmente cuando un campeón de boxeo llamado Husky Miller (Joe Adams) decide conquistarla a cualquier precio.-

Atacando de entrada el punto que más ruido me hace, debo decir que no estoy segura de que la idea de tomar la música original de la ópera y cambiar (no simplemente traducir) la letra, haya sido de lo mejor que vio el espectáculo de Occidente. En el mundo del teatro musical es muy habitual hacer diferentes versiones en distintos idiomas para favorecer la distribución de los espectáculos, incluso Les Misérables de Schönberg y Boublil por ejemplo tiene dos letras completamente diferentes en francés, según la época de cada versión. Y en el mundo de la ópera se ha instalado hace tiempo la tendencia de hacer puestas en escena que llevan la acción a diferentes épocas y lugares (la versión de Rigoletto que transcurre en Las Vegas causó escándalo entre los más tradicionalistas en su momento pero tengo que reconocer que a mí me gustó) pero esto es otra cosa. El cortocircuito que se genera en el cerebro cada vez que empieza una melodía tan querida y conocida como cualquiera de las partes de Carmen pero lo que sigue después es una nueva letra y en inglés, no cesa en ningún momento y creo que lo más apropiado hubiera sido crear una nueva partitura (tal vez con citas musicales a la original, por qué no) y dejar al bueno de Bizet en paz.-

Además, la utilización de la música original necesariamente llevó a que los actores - pese a que ambos podían cantar - debieran ser doblados. No sabemos si no los hubieran doblado de todas formas, pero sin dudas las exigencias de la partitura no ayudaron en este sentido.-

Dejando esto de lado, la adaptación es muy buena. Me impactó especialmente lo bien que el guión resuelve la traspolación de la historia y de los personajes al nuevo tiempo y lugar asignados. Convertir a las cigarreras en fabricantes de paracaídas y al protagonista en un cabo del ejército está muy bien, pero hacer del torero un campeón de boxeo me pareció brillante. Del mismo modo, el quinteto del segundo acto en el cual (en la ópera original) los contrabandistas y las amigas de Carmen intentan convencerla de que se una a ellos, encuentra un equivalente más que apropiado en el número en el que las dos amigas de Carmen, interpretadas por Pearl Bailey y Diahann Carroll y sus conquistas, colaboradores de Husky Miller (interpretados por Nick Stewart y Roy Glenn) le explican a la protagonista que si no viaja con ellos a Chicago y se convierte en la amante del campeón, todos quedarán sin un centavo.-

Belafonte y Dandridge, por otra parte, tienen muy buena química y eso no es poca cosa. Para que la historia de Carmen funcione no sólo es necesario que la protagonista femenina sea interesante sino además que uno se crea que el héroe es capaz de tirar todo por la borda para seguirla (ya sea a las montañas o a Chicago). Me ha costado escribir la palabra “héroe” para referirme al protagonista masculino porque uno de los problemas que tiene la obra original y muchas de las versiones que se ven por allí es que Don José (llamado Joe aquí) suele ser un personaje bastante patético (me falta aún leer la novela original para descubrir cuál era la idea del bueno de Mérimée). Son pocos los intérpretes que logran convertirlo en un personaje con matices y Belafonte no falla en el esfuerzo.-

En cuanto a Preminger, no es el primer nombre que se viene a la mente cuando uno piensa en musicales y aquí es difícil juzgar su labor porque Carmen Jones tiene el mismo problema que otras producciones musicales de 1954 y los años siguientes y es que a los directores del género les costó un poco adaptarse al Cinemascope (aquello de lo que Cole Porter se burlaría en la canción Stereophonic Sound de Silk Stockings). El musical, especialmente cuando como en este caso hace hincapié en las canciones y no tanto en los números de baile, necesita de un clima intimista amigable con los primeros planos y la pantalla ancha conspira contra ello. Hay además un pequeño bache emocional en el camino que deben recorrer ambos protagonistas y que tal vez hubiera requerido de un poco de cuidado de parte del director. Que Carmen termine accediendo a un romance con Husky Miller cuando venía resistiendo estoicamente (y esta Carmen tiene muchas buenas cualidades) parece un poco abrupto. La trayectoria de Joe es más fácil de entender porque si bien al principio es noble a más no poder, al final toca fondo y termina transformándose en una fuerza que destruye todo lo que toca.-


Du Barry was a Lady (La Dubarry era una dama) - Roy Del Ruth, 1943.-



Esta película es una tontería maravillosa. Pero una tontería al fin. Pero maravillosa.-

Lo más curioso sobre Du Barry was a Lady es que si uno recuerda la segunda parte de Singin’ in the Rain, cuando Gene Kelly y Donald O’Connor proponen transformar en un musical la película de época que habían filmado, la idea para la nueva historia es que el protagonista trabaja entre bambalinas en Broadway y se golpea la cabeza y alucina que está en la corte francesa del Siglo XVIII. Bueno… más o menos esa es la trama de esta película.-

Louis (Red Skelton) atiende el guardarropas de un club nocturno en el que May Daly (Lucille Ball) es la estrella. Louis está embobado por May pero ella a su vez está enamorada del maestro de ceremonias/bailarín del club, Alec (Gene Kelly en apenas su segundo rol en Hollywood) aunque sus planes son ser práctica y casarse con el ricachón que la corteja (Douglass Dumbrille). Cuando Louis gana una importante suma de dinero en la lotería, se vuelve famoso y logra la mano de May pero una intoxicación accidental lo transporta al pasado en donde, encarnando a Luis XV de Francia, se da cuenta de que el único enamorado posible para May es Alec.-

La primera mitad de la película tiene el formato de “revista” de los musicales de los ‘30, en donde se suceden una serie de viñetas que presentan a varios artistas, haciendo cada uno lo que mejor sabe. Skelton tiene sus momentos cómicos, Virginia O’Brien interpreta en su estilo apático a una vendedora de cigarros muy moderna que está enamorada de él, Ball y Kelly cantan y bailan (no juntos), Zero Mostel hace su debut cinematográfico en el rol de un falso mentalista que se roba el show con su imitación de Charles Boyer. Esta sección no descolla en el universo musical o de las comedias pero es muy entretenida. La película se estanca, sin embargo, en la segunda mitad que transcurre durante la alucinación de Louis. Aquí Skelton se transforma en el protagonista absoluto lo cual está bien si uno compró la entrada para verlo (no es mi caso) y la intriga simplemente no es tan interesante como para sostener la atención. En esta parte todos los personajes importantes asumen nuevas identidades, incluídos el cobrador de impuestos que persigue a Louis en la vida real, interpretado por Donald Meek, y el propio Tommy Dorsey, líder de la banda del club nocturno que ahora es director de la orquesta de la Corte… orquesta de Jazz porque lo único que no cambió en el pasado es la música (y los trajecitos a pura pierna de las coristas).-

Lo más interesante de la película son sin duda los dos personajes femeninos. May tiene una escena sorprendentemente seria, considerando el tono general de la película, en la que le cuenta a Alec las penurias económicas que pasaron sus padres y la forma en la que fueron abandonando sus sueños en pos de la subsistencia. Esta escena le da mucha profundidad a su personaje y mucha humanidad también, algo que no siempre tenemos en las “cazafortunas” de las comedias románticas del Hollywood clásico (me vino a la mente el personaje de Carole Lombard en Hands Across de Table pero no muchos más ejemplos). Por su parte, Ginny (el personaje de O’Brien) es una maravilla de la reversión de roles: directamente en la cara le ofrece estabilidad y un futuro a Louis tras ¿haberse propasado? la noche anterior (“algo” ocurrió cuando lo acompañaba a su casa).-

Por otro lado, la película se ve como los dioses, está filmada en un Technicolor rabioso que hace que los actores se caigan de la pantalla y las escenas que transcurren en la Corte tienen un nivel de detalle magnífico. Sorprende tanto despliegue en una peli que no tiene estrellas de primer nivel para ese punto en sus carreras.-

En definitiva, es una película que vale la pena descubrir si uno está buscando algo en las periferias del género que deje muy buena energía en el número final (se los comparto de Youtube porque de veras deja una sonrisa).-










Comentarios

  1. Yo tengo especial querencia por el ogro Preminger y sus películas. Efectivamente, Carmen Jones es una película imperfecta con nivel, que termina atrapándote inevitablemente.
    Oh, Dios mío, no conozco la de Du Barry, pero sé que me lo iba a pasar pipa viéndola. Que entra dentro de la categoría que yo llamo deliciosa... Jajaja
    Beso
    Hildy

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    Respuestas
    1. ¡Me acuerdo, querida Hildy, que me hablaste alguna vez de Carmen Jones y cuánto te gustaba! De hecho en este recorrido aparecerán algunas películas que me has recomendado durante años y que por fin me dispuse a ver.-
      Du Barry was a Lady es ciertamente deliciosa, tiene un poco de todo y si bien no llegará a ser la favorita de nadie, deja muy buena sensación cuando termina. No la he encontrado en Youtube para compartir el enlace pero debe estar por allí en algún rincón de la red si no consiguieras el DVD.-
      Un beso enorme, Bet.-

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  2. Hola Bet
    Estamos en el siglo veintiuno y, por dos veces, nos mandas (Oh la la) con los franceses del chopecientos. Menos mal que los Jones y los ¿del Barrio? nos ponen, en un soniquete, en nuestro tiempo.
    Yo con Dorothy y a Harry en la misma peli, me apunto. Porotraparte, el argumento "Mériméeriano" es tan bueno que admite todo el tipo de variaciones.
    Estoy seguro que la de Lucille la he visto pero debería refrescarme. Creo que fue una de las primeras actrices en incorporar su "personalidad" a los personajes. La penúltima suya que he visto "The Dark Corner" es cine negro de manual y ella está muy comedida -y muy bien- en un momento dado hace el payaso y se queda mirando a cámara como diciendo: que quieres ¡Soy Lucille Ball!
    Un saludo, Manuel.

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  3. ¡Qué mejor lugar y tiempo para estar que aquéllos, querido Manuel! Probablemente la variación de Carmen a la que le tengo más cariño sea aquella filmada por Chaplin en respuesta a la versión de De Mille. ¡Es una maravilla!
    No he visto "The Dark Corner" aunque ya la anoto, me encantan esas apariciones inesperadas de estrellas de un género incursionando en otro. Lucille Ball de alguna forma se me ha escapado, siendo tan difícil acceder a series o programas de tele clásicos. Solo recuerdo su intervención silente en "Top Hat" (es la asistente de un florista y sólo tiene una escena en la que aparece casi de espaldas) y sé que he visto "Room Service" de los Hermanos Marx, pero no tengo un recuerdo muy sólido, sólo tengo presente esa escena brillante en la que los hermanos mudan el mobiliario de un cuarto al contiguo para desorientar a los villanos, y no creo que Ball esté en esa escena. Tengo sin embargo un set de películas de ella (de ahí salió Du Barry) así que sería cuestión de hacerle un rinconcito en los visionados y descubrirla.-
    Le mando un abrazo, Bet.-

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